12 de marzo de 2022

Blavatsky sobre el "infierno" del cristianismo


"Parece muy poco creíble que de todas las diversas naciones de la Antigüedad nunca hubo alguna que creyera en un demonio personal más que los cristianos liberales en el siglo XIX, y sin embargo, tal es el penoso hecho. Ni los egipcios, a quienes Porfirio denominaba 'la nación más erudita del mundo', ni Grecia, su fiel copista, jamás fueron culpables de semejante absurdo. Podemos agregar de inmediato que ninguno de ellos -ni siquiera los antiguos judíos- creían en el infierno o una condenación eterna más que en el demonio, aunque nuestras iglesias cristianas se muestran tan liberales al atribuírselas a los paganos. Es desafortunado que aparezca la palabra 'infierno' en cualquier lugar de las traducciones de textos sagrados hebreos. Las personas de esta nacionalidad ignoraban tal idea, pero los Evangelios contienen ejemplos frecuentes del mismo malentendido. Entonces, cuando se hace que Jesús declare (Mateo 16:18) '(...) y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella', en el texto original se encuentra como 'las puertas de la muerte'. Nunca se emplea la palabra 'infierno' -como se aplica al estado de condenación, ya sea temporal o eterna- en cualquier pasaje del Antiguo Testamento, y no obstante todos los manipuladores así lo hicieron. 'Tophet' o 'Valle de Hinnom' (Isaías lxvi, 24) no tiene tal interpretación. El término griego 'Gehenna' [geena] también tiene un significado muy distinto, ya que se ha probado de manera concluyente y por más de un escritor capacitado que 'Gehenna' es idéntico al Tártaro homérico.

De hecho tenemos al propio Pedro como autoridad para ello. En el texto original de su segunda Epístola (ii, 2) se hace que el apóstol diga sobre los ángeles pecadores que Dios 'los echó al Tártaro'. Esta expresión se modificó, demasiado inconveniente para rememorar la guerra de Júpiter y los Titanes, y en la versión Rey Jacobo ahora se lee 'los echó al infierno'.

En el Antiguo Testamento las expresiones 'puertas/cámaras de la muerte' simplemente aluden a las 'puertas de la tumba' que se mencionan específicamente en Salmos y Proverbios. El infierno y su soberano [el diablo] son invenciones del cristianismo, además de su adhesión al poder y el recurso a la tiranía".

-"Isis Develada", vol. 2, p. 506-507.

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"El martirizado Hombre de los Dolores perdonó a sus enemigos al morir en la cruz. Sus últimas palabras fueron una oración en su favor y enseñó a sus discípulos a no maldecir, sino a bendecir incluso a los enemigos; pero los herederos de San Pedro, los representantes autoconstituidos en la tierra de ese mismo dócil Jesús, maldicen sin vacilar a quien se oponga a su voluntad despótica. Además, ¿acaso el 'Hijo' no fue relegado hace mucho tiempo por ellos a un último plano? Hacen su reverencia sólo a la Madre viuda, ya que -de acuerdo con su enseñanza- nuevamente a través del 'Espíritu directo de Dios' sólo ella actúa como mediadora. El Concilio Ecuménico de 1870 plasmó la enseñanza en un dogma con tal de no creer lo que debe ser condenado para siempre al 'pozo sin fondo'".

-"Isis Develada", vol. 2, p. 8.

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"El Hades era un lugar muy diferente a nuestra zona de condenación eterna, y podría denominarse más bien como un estado intermedio de purificación. Tampoco el escandinavo Hel o Hela implica ni una condición ni lugar de castigo, porque cuando Frigga -la madre herida por el dolor de Bal-dur, el dios blanco que murió y se encontró en las oscuras moradas de las sombras (Hades)- envió a Hermod (un hijo de Thor) en busca de su amado retoño, el mensajero lo encontró en la inexorable región, ¡ay!, pero todavía cómodamente sentado en una roca y leyendo un libro. Además el reino nórdico de los muertos está situado en las latitudes más altas de las regiones polares; es una morada fría y triste y ni los gélidos vestíbulos de Hela ni la ocupación de Baldur presentan la menor similitud con el infierno ardiente de fuego eterno y los miserables y 'condenados' pecadores con que la Iglesia los puebla tan generosamente. Ya no son el Amenthes egipcio, la región del juicio y la purificación, ni Onderah, el abismo de oscuridad entre los hindúes; pues incluso a los ángeles caídos lanzados allí por Shiva, Parabrahma permite considerarlo como un estado intermedio en el cual se les brinda la oportunidad de prepararse para mayores grados de purificación y redención de su estado miserable. El Gehenna del Nuevo Testamento era una localidad externa a los muros de Jerusalén, y al mencionarlo, Jesús usó sólo una metáfora común. ¿De dónde vino entonces el triste dogma del infierno, esa palanca arquimediana de la teología cristiana con la que han logrado mantener en sujeción a innumerables millones de fieles durante diecinueve siglos? Seguramente no de las Escrituras judías, y hacemos un llamamiento para corroborarlo a cualquier erudito hebreo bien informado.

La única designación sobre un aspecto que se aproxima al infierno en la Biblia es gehena o Hinnom, un valle cercano a Jerusalén donde se encontraba Tophet, lugar donde un fuego se mantenía perpetuamente con fines sanitarios. El profeta Jeremías nos informa que los israelitas solían sacrificar sus hijos a Moloch-Hércules en ese lugar y luego encontramos a los cristianos que reemplazan silenciosamente esta divinidad por su dios de misericordia, ¡cuya ira no será apaciguada a menos que la Iglesia le sacrifique a sus hijos no bautizados y pecaminosos en el altar de la 'condenación eterna'!"

-"Isis Develada", vol. 2, p. 11.

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"Juan da a su Palabra [la "Palabra" o "Logos" a que se refiere el Evangelio de aquél] un significado puramente cabalístico que ningún 'Padre' fue capaz de comprender, excepto aquéllos que habían pertenecido a la escuela neoplatónica. Orígenes lo entendió bien, habiendo sido alumno de Ammonius Saccas; por tanto lo vemos valientemente negando la perpetuidad de los tormentos del infierno al sostener que no sólo los hombres, sino incluso los demonios (refiriéndose a pecadores humanos no encarnados) y luego de una cierta duración del castigo serán perdonados y finalmente restaurados al cielo. Como consecuencia de ésta y otras herejías similares, Orígenes fue exiliado como cuestión de rutina".

-"Isis Develada", vol. 2, p. 13.

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"Los hemos pesado [el cristianismo y su teología] en la balanza de la historia, la lógica y la verdad, y los encontramos deficientes. Su sistema engendra ateísmo, nihilismo, desesperación y crimen; sus sacerdotes y predicadores son incapaces de probar por obras su recepción del poder divino. Sería un día feliz para la humanidad si tanto la Iglesia como el sacerdote pudieran pasar de la vista del mundo tan fácilmente como hacen sus nombres ahora ante nuestro lector. Nueva York y Londres pronto podrían volverse tan morales como una ciudad pagana no ocupada por cristianos, e incluso París sería más limpio que la antigua Sodoma. Cuando católicos y protestantes estén tan satisfechos como un budista o un brahmán [hindú] de que todos sus delitos serán castigados y cada buena acción recompensada, podrían gastar en sus propios paganos lo que ahora se destina a dar grandes merendonas a los misioneros y hacer que el nombre 'cristiano' sea odiado y despreciado por todas las naciones fuera de los límites de la cristiandad".

-"Isis Develada", vol. 2, p. 585-586.

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"Si no admitimos ningún castigo fuera de esta Tierra es porque en lo sucesivo el único estado que conoce el Yo Espiritual es el de felicidad pura (...)  Los crímenes y pecados cometidos en un plano de objetividad y mundo de materia no pueden recibir castigo en un plano de pura subjetividad. No creemos en el infierno ni en el paraíso como localidades, ni en ningún infierno objetivo, ni fuegos o gusanos que nunca mueren, ni en ninguna Jerusalén con calles pavimentadas con zafiros y diamantes. Creemos en un estado post mortem o condición mental, tal como estamos en un sueño vívido. Creemos en una ley inmutable de amor absoluto, justicia y misericordia".

-"La Clave de la Teosofía", p. 138.

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"(...) la falacia de los cristianos de quemar almas inmateriales en un infierno físico (...)".

-Mahatma K.H.

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"Los ocultistas dicen que el infierno significa simplemente el cuerpo humano, y no existe otro infierno que la Tierra. El hecho de que Cristo y tantos otros dioses solares (Hércules, etc.) hayan descendido al infierno es una alegoría que apunta a tal encarcelamiento en el cuerpo físico (...) La Revelación de San Juan no es obra cristiana, sino simplemente la forma de profecía cristianizada que es universal, y puedo asegurarles que es una de las cosas más ocultas para cualquiera que la entienda (...) El 'Dragón' simbolizaba a los Hijos de Sabiduría que encarnan en la humanidad, y de este modo se lanzan al infierno de la materia que es nuestro cuerpo, porque aquí no hay infierno fuera de nuestras queridas personas. El averno es la humanidad y no se ubica en ninguna otra parte que en nuestra Tierra".

-"The Secret Doctrine Dialogues", p. 483, 491.

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"La Caída metafórica como expiación y crucifixión figuradas condujo a la humanidad de Occidente a través de caminos llenos de sangre; y lo peor de todo, la llevó a creer en el dogma del espíritu maligno diferente al espíritu de todo bien, mientras que el primero vive en toda materia y principalmente en el hombre. Al final creó el dogma del infierno y la perdición eterna que calumnia a Dios; esparció una gruesa capa entre las intuiciones superiores humanas y las verdades divinas, y el resultado más pernicioso de todos fue que las personas permanecieran ignorantes del hecho de que no había demonios ni diablos oscuros en el Universo antes de que el hombre apareciera en esta Tierra y probablemente en otras. De aquí en adelante se llevó a la gente a aceptar el pensamiento del pecado original como el consuelo problemático de las tristezas de este mundo".

-"La Doctrina Secreta", vol. 2, p. 484.

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"En consecuencia, la Biblia no es la 'Palabra de Dios', sino que contiene en el mejor de los casos las declaraciones de hombres falibles y maestros imperfectos (...) El canon cristiano, especialmente los Evangelios, Hechos y las Epístolas, está compuesto por fragmentos de sabiduría gnóstica cuya base es pre-cristiana y construida sobre los MISTERIOS de la Iniciación. Es el modo de presentación teológica y los pasajes interpolados -como en Marcos xvi, del verso 9 hasta el final- que hace de los Evangelios una 'revista de falsedades (malvadas)' y lanza un insulto a CHRISTOS. Pero el ocultista que discierne entre ambas corrientes (la gnóstica verdadera y la pseudocristiana) sabe que los pasajes libres de manipulación teológica pertenecen a la sabiduría arcaica".

-"The Esoteric Character of the Gospels", parte I.

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"Las iglesias tendrán que desprenderse de sus queridos dogmas o el siglo XX será testigo de la caída y ruina de toda la cristiandad, y con ella la creencia incluso en un Christos como Espíritu puro. Ahora el mismo nombre se ha vuelto aborrecible y el cristianismo teológico debe morir para nunca resucitar de nuevo en su forma actual. Ésta en sí misma sería la solución más feliz de todas, si no hubiera peligro por la reacción natural que seguramente se producirá: un materialismo burdo como consecuencia y el resultado de siglos de fe ciega, a menos que se reemplace la pérdida de viejos ideales por otros, indiscutibles por ser universales y construidos sobre la roca de las verdades eternas en lugar de la fantasía humana y sus arenas movedizas. Al final la inmaterialidad pura debe reemplazar el terrible antropomorfismo de esos ideales en las concepciones de nuestros dogmatistas modernos (...) ¿Por qué los dogmas cristianos -la contraparte perfecta de aquéllos que pertenecen a otras religiones exotéricas y paganas- reclaman alguna superioridad? (...)".

"Seguramente y una vez que se dedica a tales estudios comparativos, ninguna persona puede considerar la religión de Occidente desde una perspectiva distinta a la de una copia pálida y debilitada de filosofías más antiguas y nobles".

-"The Esoteric Character of the Gospels", parte III.

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"Envié mi alma a través de lo invisible y para deletrear algún signo de vida futura. Y poco a poco mi alma volvió a mí diciendo: 'En mí mismo tengo el cielo y el infierno'".

-Rubaiyyat (Omar Khayyam).