Esta es la filosofía principal tras los argumentos escépticos extremistas. La siguiente cita es del doctor Melvin Morse, pediatra de Seattle e investigador especializado en experiencias infantiles cercanas a la muerte:
"La noción de que 'es racional creer sólo lo que se ha probado' de alguna manera se torció para significar 'es irracional creer en cualquier cosa que no se haya probado'" (entrevista del video “Conversations woth God”).
Los escépticos falaces entienden lo "probado" según el método científico que consideran el único medio confiable, pero hay varios problemas con este argumento:
a) Sólo porque algo no se haya probado y establecido en la ciencia general no significa que no exista o no sea cierto, pues si así fuera, entonces nada existiría hasta que se pruebe o descubra. Las bacterias y los gérmenes nunca habrían causado enfermedades hasta que descubrió su existencia; fumar no causaría cáncer hasta que se demostrara; el planeta Plutón no habría existido hasta cuando se encontró, etc. Cualquiera sabe que esto simplemente no es así. Por ejemplo, cuando la acupuntura se introdujo por primera vez en Occidente los pseudoescépticos y ciertos científicos afirmaron que no tenía base y sólo funcionaba debido al efecto placebo porque no podían entender cómo operaba. Esto reflejó el pensamiento falso típico de los supuestos “escépticos” de que todo lo que no entiendan se debe a superstición o casualidad. Sin embargo, los practicantes y creyentes sabían lo contrario y luego fueron validados por extensos estudios realizados para demostrar que efectivamente funciona para tratar diversas dolencias y obtener resultados que el placebo no puede explicar. Podemos encontrar una extensa lista de estos estudios en el sitio de Med Lab. De hecho, la A.M.A. (American Medical Association) ya declaró la acupuntura como viable y tratamiento eficaz, lo que demuestra que los pseudoescépticos están equivocados. El punto aquí es que la acupuntura funcionó antes que se comprobara su funcionamiento, no después. Los escépticos ficticios asumen que todo lo que existe debe poder analizarse en un laboratorio, pero así no es como funciona la realidad.
b) Sólo porque algo no se ha probado para la ciencia establecida no significa que no se haya demostrado directamente a ciertas personas. Las opiniones establecidas no son el dictamen de toda realidad, y además muchos tipos de fenómenos paranormales se han evidenciado de primera mano para testigos oculares y experimentadores. Por ejemplo, aunque los casos de E.C.M. no prueben la existencia de una vida futura (al menos no todavía), quienes las vivieron afirman que la experiencia de la separación del cuerpo y el espíritu es una prueba directa sobre la vida ultraterrena -al igual que la conducción en un automóvil es una evidencia de primera mano que los coches existen- y por ende ya no temen a la muerte. Aquéllos que tienen O.B.E.s (Experiencias Fuera del Cuerpo) también hacen afirmaciones similares y no necesitan pruebas ni tampoco convencer a nadie. Dichos asertos están respaldados por el hecho de que, en muchos casos documentados, el sujeto podía escuchar conversaciones o ver objetos en otras habitaciones y lugares, que luego se verifican ser notablemente exactos. ¿Quién puede decir que están equivocados sólo porque no hemos tenido las mismas experiencias? Eso sería equivalente a decir que porque nunca he estado en Japón, todos los demás que dicen haber permanecido ahí están equivocados o engañados (...)
c) Se han aprobado muchos experimentos de investigación y estudios realizados con el método científico con resultados positivos. Por ejemplo, los ensayos en micro-psicokinesia realizados por los doctores Robert Jahn y Brenda Dunn en los laboratorios de investigación en anomalías de ingeniería de Princeton (P.E.A.R., por sus siglas en inglés) que utilizan máquinas generadoras aleatorias para medir la influencia psicokinésica (P.K.) de los sujetos en ellas, obtuvieron resultados positivos consistentes durante más de 20 años. Estos se realizaron bajo controles apropiados y procedimientos científicos, incluso de acuerdo con el destacado escéptico Ray Hyman quien investigó los experimentos de Prince en persona y reconoció que no podía encontrar fallas en la metodología. Los resultados pequeños pero consistentes logrados por el P.E.A.R. durante más de dos décadas se calculan en una casualidad de sólo 1 en 1.035, y del mismo modo, los experimentos Ganzfeld en telepatía realizados a principios de los años 70 también tuvieron un éxito repetido, con receptores en 42 experimentos controlados que obtuvieron un promedio de 38 a 45% en comparación con la probabilidad del 25 por ciento. Las probabilidades de que esto ocurra por casualidad son menos de uno en mil millones.
Más recientemente, se realizaron experimentos controlados para establecer la precisión de cuatro médiums prominentes por el doctor Gary Schwartz del Laboratorio de Energía Humana en la Universidad de Arizona. Estos médiums lograron una tasa de aciertos del 70 al 90%, incluso cuando en un experimento NO se les permitió hacer preguntas a los asistentes o verlos, y los pseudoescépticos continúan ignorando repetidamente este hecho (véase edición de enero de 2001 del Journal for the Society of Psychical Research). Una lista de estudios que produjeron resultados sobre psi se puede encontrar en el libro de Dean Radin llamado "The Conscious Universe: The Scientific Truth of Psychic Phenomena". Muchos investigadores le dirán que estos estudios prueban que la telepatía y micro-psicokinesia existen al menos en el nivel micro, pero los pseudoescépticos asegurarán que esas pruebas arrojaron resultados imposibles y por lo tanto no se realizaron en condiciones controladas adecuadamente, o bien el "deseo exagerado de los investigadores para obtener resultados" psi arruinó los resultados; pero esto refleja su sesgo y desestimación a priori de hechos que no encajan con sus creencias. No es lógico negar las evidencias que no apoyan sus criterios, y es más razonable actualizar éstos para dar cuenta de esas pruebas. Sin embargo, los nuevos descubrimientos científicos tienden a pasar por etapas antes de ser aceptados.
d) Sólo porque algo sea irracional para los pseudoescépticos no significa que sea ilógico para otros que saben o creen que es real. Los escépticos falaces y materialistas científicos NO tienen el monopolio del pensamiento racional pues muchos intelectuales lúcidos y racionales creen en Dios, las dimensiones espirituales o que hay más en la realidad que el mundo físico. El sistema de pensamiento racional de los pseudoescépticos no es el dictado por el cual “deben conformarse” todas las cosas que existen, y esto se puede demostrar fácilmente por todos los aspectos en que los escépticos torcidos se han equivocado antes, como el vuelo, las leyes de la física, la mecánica cuántica, el calamar gigante, etc. que ponen en evidencia su falibilidad.
02. "Afirmaciones extraordinarias requieren evidencia extraordinaria"
Este es uno de los mantras principales de los escépticos artificiales y de cabeza dura (…) Sería más constructivo si los falsos escépticos que proclaman este argumento especificaran lo que aceptarían como evidencia extraordinaria. De lo contrario, declarar arbitrariamente este razonamiento les da una vía de escape sin importar qué evidencia se muestre y un modo de mover infinitamente los postes de portería. Si bien es razonable esperar un estándar de evidencia más elevado para reclamos más extraordinarios, sin embargo, hay algunos problemas con esto para tener en cuenta:
a) Este argumento da a los pseudoescépticos una forma sombría y poco inteligente de mover los postes de portería en la forma que deseen. Al no definir los estándares para lo "extraordinario", tienen la libertad de hacer avanzar los objetivos cada vez que se cumplan sus estándares en mera semántica, como lo han hecho a menudo.
Las definiciones de lo que son "afirmaciones extraordinarias" varían según las creencias y experiencias anteriores y no todos están de acuerdo en si una reclamación es extraordinaria o común. Supongamos que somos peces y vivimos bajo el agua toda nuestra vida sin ver ni escuchar nada sobre tierra firme. El reclamo de terreno existente sobre el agua sería un reclamo excepcional para nosotros, aunque no para las criaturas que habitan en tierra. Obviamente, sólo porque la afirmación de tierra sea desacostumbrada para nosotros como peces no significa que la tierra no exista.
El punto es que las afirmaciones extraordinarias no lo son para todos, porque lo inusual para algunos es ordinario y natural para otros dependiendo de su experiencia y nivel de conciencia. Por ejemplo, la energía interna corporal del chi gong (o quigong) es una fuerza mística para los occidentales, pero ha sido parte natural de la vida diaria durante miles de años en China. Allí, el chi es usado, percibido y observado por sus practicantes de manera muy similar a como sentimos y observamos los efectos de la gravedad. Del mismo modo, tener proyecciones astrales y experiencias fuera del cuerpo son extraordinarias para aquéllos que nunca las han experimentado, pero para quienes las tienen regularmente son parte común de la vida. De la misma manera, nuestros autos, radios y teléfonos celulares son atípicos para los nativos tribales en partes remotas de África, pero ordinarios para nosotros.
En mi postura, la mejor solución es que todos pongan sus cartas sobre la mesa especificando honestamente sus creencias anteriores, y ello establece los estándares para lo que se espera y lleva a una mejor comprensión mutua de los demás.
b) Aunque esta regla es buena como guía general, el hecho de que existan 3 alternativas potenciales hace que esta regla sea falible.
i) Es posible que exista algo sin dejar evidencia recolectable como recuerdo para nosotros. Por ejemplo, los aviones, las ondas de radio, el electromagnetismo y la luz se mueven sin dejar "pruebas sólidas", pero existen. Por lo tanto, pueden haber fenómenos extraordinarios sin dejar rastro de igual calibre.
ii) Es factible que algo exista, pero aún no se haya encontrado ni comprendido la evidencia de ello, como es el caso de casi todos los descubrimientos en la historia desde el fuego y las ruedas hasta la pólvora y la gravedad, los planetas, los átomos y el electromagnetismo.
iii) Puede ser que la evidencia ya esté ahí, pero se halla sujeta a interpretación, por lo que es controvertida (…) Entonces, incluso cuando algo deja un rastro, residuo o marca es susceptible de interpretación de todos modos.
Por supuesto, algunos pseudoescépticos han argumentado que todas estas cosas son posibles pero improbables, y de ahí el requisito de evidencia extraordinaria. Sin embargo, para saber realmente todo lo que es probable e improbable en el Universo y la realidad, sería necesario tener un conocimiento completo de cada dimensión y realidad que existe en el cosmos y más allá, y nadie (escéptico ni creyente) tiene esa sabiduría. Por lo tanto, sería más exacto afirmar:
"Las afirmaciones extraordinarias requieren pruebas extraordinarias para convencer a los escépticos, pero no necesariamente para que existan en la realidad objetiva".
[Comentario del traductor: este es justamente el error en que caen muchos opositores a la Teosofía al calumniarla de "pretender tener toda la verdad", cuando el hecho concreto es que presenta una verdad parcial y adaptada a las necesidades espirituales de la humanidad, y como postura opuesta a la corrupción y mentiras seculares diseñadas en el seno de muchas "religiones" y "sectas"].
c) El argumento se basa en una premisa no probada: que los fenómenos paranormales son imposibles o extremadamente improbables, y la razón por la que refleja este supuesto es obvia. Alguien que cree que los eventos paranormales son imposibles va a necesitar muchas más pruebas que otro que considera son factibles y normales. Sin embargo, sólo porque los milagros, la P.E.S., apariciones o los O.B.E. no hayan ocurrido a los pseudoescépticos no significa que no haya acontecido con otros individuos (…).
Para saber lo que es imposible o improbable, alguien tendría que ser el creador del universo que lo sepa todo y posea todo el conocimiento que existe, pero ninguno de estos falsos escépticos de cabeza dura está cerca de ese nivel, por lo que su suposición de que los eventos paranormales son imposibles desde mi punto de vista no tiene fundamento. Como el científico y autor Arthur C. Clarke afirma en su primera ley:
“Cuando un científico distinguido y anciano afirma que algo es posible, es casi seguro que tiene razón. Cuando sostiene que algo es imposible, es muy probable que esté equivocado".
d) El argumento favorece el conservadurismo o la retención de la teoría establecida a pesar de la evidencia contraria, lo cual tiene sus pros y contras. Obviamente, tiene sentido retener lo que funciona hasta que aparezca algo mejor, pero cuando se trata de modificar nuestros paradigmas o visión del mundo, también tendemos a resistir el cambio incluso cuando los datos lo requieren. Me temo que este argumento se usa como excusa para aquéllos que se resisten al avance, pero si nunca abandonamos las teorías o las expandimos, entonces la ciencia no progresa. La historia ha demostrado que el avance viene con nuevos descubrimientos y el abandono de viejas teorías obsoletas que ya no se ajustan a los nuevos datos adquiridos.
Esta regla pseudoescéptica no especifica una condición suficiente para evidencia satisfactoria. Por lo tanto, se debieran establecer reglas para aclarar si una teoría en competencia es lo suficientemente prometedora para justificar una investigación más profunda, de modo que cuando se cumplan esas reglas no se puedan utilizar excusas para tratar de descartar la evidencia. De lo contrario y como dice Ron Pearson en su artículo "Theoretical Physics Back Survival" (http://www.cfpf.org.uk/articles/rdp/theórico/theumedphysics.html):
“La ciencia, sin embargo, no puede progresar sólo por la teoría pues requiere una síntesis de teoría y experimento. Cuando la observación se adelanta a la teoría para proporcionar anomalías que parecen inexplicables, entonces y como la historia ha demostrado al repetirse una y otra vez, las anomalías se evitan, ignoran o desacreditan para mantener el status quo y con tal de evitar la necesidad de dañar los intereses intelectuales e investidos existentes".
e) Como señaló Michael Goodspeed en uno de sus artículos, la ciencia no ha seguido históricamente esta regla (http://www.rense.com/general51/embr.htm):
“Incluso los argumentos erróneos planteados por el pseudoescéptico pueden desconcertar a sus oponentes. En debates acalorados, no necesita decir la Verdad para emerger 'victorioso'. Los juegos de semántica, el ad hominem creativo y la declaración errónea deliberada sobre las posiciones de sus oponentes son tácticas bastante efectivas y de uso frecuente en sus batallas intelectuales. La violencia potencial del rey de Inglaterra es llevada a su mayor fructificación por los pseudoescépticos; así, poniéndolo entre la espada y la pared, dejarán aturdido a su oponente con una cita bien colocada de Carl Sagan ('¡las afirmaciones extraordinarias requieren pruebas extraordinarias!'), le harán tambalear con las palabras '¡no puede probar que sea negativo!' y terminarán degollándolo con la Navaja de Occam ('¡la explicación más simple es también la más probable!").
Estos lugares comunes científicos normalmente sólidos se utilizan como las credenciales definitivas con tal de 'salir del atolladero' para los pseudoescépticos que no tienen respuestas a preguntas inconvenientes. Examinemos la afirmación de Sagan de que las afirmaciones 'inusuales' requieren evidencia de igual categoría. El problema con esta afirmación es que la ciencia popular no requiere evidencia extraordinaria de sus afirmaciones extraordinarias, como la teoría del Big Bang que puede ser la aseveración más insólita en la historia de la ciencia popular. Aquí tenemos una idea que se puede resumir en: 'Al principio, no había nada... luego explotó" (fuente: http://w3trid.com/~wboggs/comics.html) Pero ¿cómo puede explotar la NADA? La teoría del Big-Bang 'desafía la gravedad' y viola innumerables leyes de la física, sigue siendo un modelo matemático HIPOTÉTICO, y sin embargo es promovido como verdad por la NASA y las instituciones de educación superior en todo el mundo. ¿Por qué la corriente principal nunca exigió los mismos estándares de los teóricos del Big-Bang que los defensores 'paranormales'?
¿Dónde están las 'pruebas doble ciego' que validan la teoría del Big-Bang? ¿Acaso esa 'Gran Explosión' ha sido probada por la J.R.E.F. u otras organizaciones escépticas?
¿Qué pasa con la teoría de la relatividad de Einstein? El público en general parece ignorar que siempre ha sido y sigue siendo tema de controversia entre los científicos acreditados. Como escribe Marcus Coleman (http://www.wbabin.net/physics/marcus.htm):
'La relatividad de Einstein no fue aceptada por algunos de sus contemporáneos. Rutherford, considerado como el 'padre de la física nuclear', lo consideraba una tontería. El astrónomo C.L. Poor de la Universidad de Columbia en 1922, 1926 y 1930 hizo refutaciones inatacables sobre las afirmaciones de Eddington, es decir, que las observaciones del eclipse solar sudamericano de 1919 confirmaron la atracción gravitacional de la luz predicha por Einstein (Poor también documenta una situación similar con el eclipse de Australia Occidental en 1922 y los reclamos de Campbell y Trumpler). Sin embargo, fue esta 'prueba' expuesta por Eddington lo que dio a Einstein su primera aclamación y su mayor fama.
Poor demostró claramente que las observaciones reales no eran lo que se afirmaba y no apoyaban la predicción de Einstein. Esta es todavía una refutación válida para la presunta atracción gravitacional de la luz por parte del científico alemán, y a pesar del fenómeno de 'lentes gravitacionales' todavía permanece como un desafío sin respuesta a la teoría general de la relatividad y la gravitación. Como tema paralelo, relega el concepto de 'agujeros negros' a la ciencia ficción pura, como afirman muchos científicos no convencionales, es decir, a pesar de la evidencia de los descubrimientos más recientes y reclamada como prueba de su existencia (incluso para incluir los últimos datos concernientes al centro de la Vía Láctea), dicha 'constatación' no sobrevive a un escrutinio cuidadoso.
Mi punto aquí no es discutir uno u otro lado en debates sobre cuestiones cosmológicas específicas, sino demostrar que estas 'verdades' más sagradas de la ciencia popular son en realidad RECLAMACIONES EXTRAORDINARIAS que nunca han requerido EVIDENCIA EXTRAORDINARIA.
Una frase más precisa para describir los estándares de los pseudoescépticos (y lamento decirlo, gran parte de la corriente principal) es 'los reclamos impopulares requieren evidencia extraordinaria'. En su tiempo, la tesis de Galileo fue considerada bastante extraordinaria, como lo fue la de Newton. ¿Por qué debería haberse esgrimido esa idea contra ellos? ¿Qué hay de malo en juzgar la evidencia de una reclamación en su MÉRITO, mientras ignora todas las nociones preconcebidas de lo que es posible e imposible?”
f) A partir de un cierto estándar, se podría decir que ya tenemos alguna evidencia extraordinaria para ciertos tipos de reclamos paranormales (…) como:
(…) Fantasmas y Espíritus: (…) Hay muchos testigos creíbles que han visto fantasmas y experimentado aspectos inexplicables que tienen lugar en casas embrujadas como apariciones repentinas, la sensación de una presencia invisible, movimiento antinatural de objetos, desplazamiento frecuente de objetos en el lugar, sonidos, voces, etc. Los investigadores paranormales incluso han usado contadores Geiger que detectaron actividad eléctrica en un área encantada. Además, existen innumerables historias de fantasmas en todo el mundo, desde lo mundano hasta lo increíble y extraordinario.
Estas afirmaciones son en gran medida anecdóticas, pero debemos entender que si bien la prueba de este tipo no es completamente confiable, tampoco es 100% inestable y se considera evidencia en funciones sociales que dependen de diversos factores. Además, la cantidad de pruebas anecdóticas es relevante porque cuanto mayor sea el número y más creíbles los testigos, más fuerte será la evidencia.
Sin embargo, los pseudoescépticos no considerarán esta evidencia como válida independiente de la cantidad. Para ellos, el hecho verosímil tiene que ser medible de alguna manera convencional y reproducida a nuestra entera disposición, pero el problema con esto es que lo que podemos ponderar está limitado a nuestro nivel de tecnología; por ejemplo, antes que tuviéramos la tecnología para cuantificar actividad sísmica en la corteza terrestre, todavía existían aunque no podíamos mensurarlas.
Además, dado que no podemos ver ondas de radio, electromagnetismo, aire, gravedad, fuerza magnética, etc. y existen de todos modos, es lógico suponer que hay otras cosas que podrían existir, pero aún no son medibles. Es posible que nuestra tecnología no esté al nivel para cuantificar otros fenómenos que podrían estar allí, o puede ser que nuestros instrumentos sólo detecten aspectos del plano físico y no el espiritual. Buscar evidencia física para lo espiritual es como indagar por pruebas en el océano para la existencia de Marte en lugar de hacerlo en el espacio.
P.E.S. (Percepción Extra Sensorial) y Telepatía: (…) Desde la década de 1930, comenzando con J.B. Rhine, se han realizado experimentos bajo condiciones controladas que revelaron resultados consistentes muy por encima de los probables y que apuntan fuertemente a la conclusión de que la P.E.S. y la telepatía existen al menos en un pequeño grado. Estos ensayos, particularmente los de Ganzfeld y Autoganzfeld realizados de 1974 a 1997, también fueron repetibles con 2.549 sesiones que mostraron resultados superiores al promedio. También el P.E.A.R. produjo efectos por encima de la posibilidad en telekinesis durante casi tres décadas (…).
El problema es que no todos los científicos e investigadores pueden producir los mismos resultados y los escépticos falaces generalmente señalan los fallos en los experimentos psi e ignoran los éxitos. Aceptarán los experimentos de psi fallidos como evidencia en contra, pero no los experimentos exitosos como prueba del fenómeno. Este es un doble estándar obvio y típico en los “escépticos” de mente cerrada. Continuamente aumentarán el nivel de evidencia hasta que no se pueda satisfacer, ¡incluso exigiendo una tasa de éxito del 100 por ciento! (nada es al 100 por ciento, pero incluso si pudiéramos obtener esa tasa, de todos modos moverían los postes del arco y lo achacarían al fraude).
Por supuesto, no todos los escépticos tienen esa mentalidad cerrada, pero esto da una idea sobre el modo de pensar en los falsos escépticos. No estoy diciendo que sólo debamos prestar atención a los éxitos e ignorar los fracasos, sino tenerlos en cuenta, y cuando lo hacemos de hecho hay pruebas sólidas y consistentes de que el psi existe tanto de experimentos científicos como evidencia anecdótica abrumadora (los estudios muestran que la mayor parte del mundo ha experimentado P.E.S.). Por supuesto, es posible que algunos científicos distorsionen los resultados de psi porque están ansiosos por encontrar evidencia para ello, pero ¿por qué los falsos escépticos asumen automáticamente que debe ser así? Obviamente es por causa de sus creencias preconcebidas, lo que no admitirán. Si los P.E.S. y la telepatía existen, no significa que tenga que ser controlable a nuestra entera disposición como una energía bruta, pues de todas formas sólo hemos principiado a explorar las afueras en la naturaleza de todo el asunto.
Además de los experimentos, abundan innumerables relatos de experiencias psíquicas, tanto documentadas como no documentadas. De hecho, los estudios muestran que aproximadamente 2/3 de los estadounidenses afirman haber tenido experiencias psíquicas, lo que las hace bastante comunes en lugar de "extraordinarias". Por ejemplo (http://www.unexplainedstuff.com/Mysteries-of-the-Mind/ESP-Researchers.html):
"En su informe bienal sobre el estado de comprensión de la ciencia publicado en abril de 2002, la National Science Foundation encontró que el 60% de los adultos en Estados Unidos estuvo 'de acuerdo' o 'muy de acuerdo' en que algunas personas poseen poderes psíquicos o percepción extrasensorial (P.E.S.). En junio de 2002, el Consumer Analysis Group realizó la encuesta más extensa llevada a cabo en Reino Unido y reveló que el 67% de los adultos creía en los poderes psíquicos. Jan Walsh, autor del informe y al comentar sobre las estadísticas que determinaron que dos de cada tres encuestados creían en una vida posterior la muerte, dijo que en lo referente al público británico 'el mundo sobrenatural no es tan paranormal después de todo'".
El tipo más común de experiencia psíquica es la telepatía, que ocurre cuando los seres queridos y amigos cercanos que se encuentran a grandes distancias saben exactamente el momento en que algo traumático o importante le sucedió al otro. A veces, cada detalle de dicho suceso se observa o percibe desde lejos y constituye una prueba personal extremadamente poderosa y yo mismo he tenido vivencias como éstas. A menudo, lo que repentinamente se sintió de la nada sobre lo que sucedió con el ser amado posteriormente se verifica que es cierto, y se produce exactamente en el momento en que se soñó o percibió. Esto sugiere algún vínculo telepático subconsciente entre las personas que están cerca y efectivamente las experiencias de este tipo son muy comunes.
Pero los pseudoescépticos dicen que estos fenómenos no son más que pura coincidencia, pero esto no tiene fundamento y es un juicio apresurado. Simplemente no se dan cuenta de que sólo porque ocurra algo que no puedan entender no significa que “DEBA” ser coincidencia/casualidad. De la misma manera, si alguien habla español y yo no, eso no quiere decir que el hispanohablante se exprese de manera aleatoria. Si alguien que vive en una tribu de África me ve cambiar los canales televisivos con mi control remoto y no entiende cómo funciona el aparato, no significa que los botones en el mando a distancia y el cambio de sintonías en el televisor sean sólo coincidencia.
Experiencias místicas: ¿Y qué hay de las experiencias místicas, la iluminación espiritual, el "segundo nacimiento", las vivencias cercanas a la muerte y experiencias extracorpóreas? Aquéllos que los experimentaron también pueden afirmar que son pruebas extraordinarias, porque a menudo se autentican y cambian la vida en sí mismas. Como dice la New Multimedia Grolier Multimedia Encyclopedia en la entrada para “Mysticism”:
“En general, el misticismo se refiere a una experiencia directa e inmediata de lo sagrado, o el conocimiento derivado de tal experiencia (…) Primero, la experiencia es inmediata y abrumadora, divorciada de la comprobación común de la realidad. En segundo lugar, la vivencia o el conocimiento impartido por ella se consideran autenticados por sí mismos, sin necesidad de más pruebas o justificación. Finalmente, se estima como inefable, su esencia es incapaz de expresarse o entenderse fuera de la experiencia en sí misma (…) ésta en sí es siempre de un Absoluto que trasciende los esfuerzos humanos o métodos para lograrlo” (New Grolier Multimedia Encyclopedia, 1994)”.
Los experimentadores describirán estos fenómenos no como basados en la fe, sino como un "conocimiento interno". El hecho de que este tipo de sucesos cambie dramáticamente la vida las convierte en "evidencia extraordinaria", simplemente porque los hechos comunes no cambian la existencia de esta manera, por cuanto decir que estas experiencias auto-autenticadas que trastocan la vida de alguien son “sólo pura imaginación” es de mentalidad cerrada, por decir lo menos. “Faith”, practicante del gaivismo Shakti y que ha tenido experiencias trascendentales y omnipresentes del estado divino en Unidad, nos recuerda constantemente en mi grupo de correo electrónico:
"Pero recuerda... existe la 'creencia' como actividad mental elegida, y hay un conocimiento real a través de la experiencia directa. Son dos cosas diferentes. Nunca pude aceptar la creencia elegida (…) y por eso fui agnóstico.
Me gusta el ejemplo de la persona que trabaja en una oficina interior sin ventanas. Un compañero de trabajo podría entrar y decirte que está lloviendo. Si lo aceptas como verdad, sólo es una creencia elegida. Pero si tuvieras que salir y pararte en la lluvia torrencial y empaparte, entonces eso ya no es una creencia elegida y se calificaría como Conocimiento real, por experiencia directa.
Tu mente es limitada, pero 'TÚ' eres mucho más grande que tu mente; eres TODO lo que es (…) simplemente no puedes verlo todavía. La mente te mantiene contraído, pero puedes ir más allá de la mente individual y tocar lo Omnisciente. La única forma en que puedes SABER esto es experimentándolo. No estoy hablando de 'creencia', sino de experiencia directa. Si fueras a aceptar lo que digo ESO sería una suposición. Estoy seguro que ni mi libro ni el tuyo son buenos; entonces no me decepcionaré si no 'aceptas' lo que sostengo. Por otro lado, realmente no puedes saber tampoco si lo que afirmo es realmente ilógico o un balbuceo, y así pienso que lo más justo que puedes hacer es estar abierto a las posibilidades, que hay cosas más allá del alcance de la Ciencia, cosas que a las que no ha sido expuesta tu actual lógica basada en lo mínimo, pero que aún son posibles”.
La "evidencia extraordinaria" está sujeta a perspectiva porque aquéllos que tienen experiencia de primera mano sobre los fenómenos ya tienen su "prueba inusual", mientras que otros no la poseen al no vivirlas. Por ejemplo, los individuos que han tenido una O.B.E. completa se han dado cuenta y saben que la separación de cuerpo y espíritu puede suceder, y que hay vida después de la muerte especialmente si son capaces de presenciar detalles específicos a distancia que luego se verifican como verdaderos (…) De manera similar, los individuos que viven experiencias místicas trascendentes las describen como "conocimiento interno" que trasciende toda descripción y elimina toda duda (…).
03. La “Navaja de Occam”
"Cuando hay dos explicaciones que compiten por un evento, la más simple es más probable".
Este argumento es un principio del que a menudo los falsos escépticos hacen un mal uso para tratar de forzar explicaciones alternativas a las paranormales, incluso si esas interpretaciones implican acusaciones falsas o no se ajustan a los hechos, mientras que quienes intentan probar sus elucidaciones paranormales realizarán pruebas que demostrarán su realidad. Originalmente, éste comenzó como principio en la física relacionado con la parsimonia, pero de alguna manera se convirtió en un mantra para invalidar las afirmaciones paranormales. Fue popularizado por el científico Carl Sagan en su novela "Contacto" y llevada al cine en la película homónima, donde Jodie Foster lo cita durante una conversación con un teísta para defender su creencia de que Dios no existe (irónicamente, al final de la cinta se usa contra ella en un interrogatorio público por parte de un Agente de Seguridad Nacional). Sin embargo, un análisis de los hechos y supuestos de este argumento revela algunos problemas obvios.
a) La Navaja de Occam -denominada así por William of Occam, lógico y fraile del siglo XIV- se refiere a un concepto que establece que "las entidades no deben multiplicarse innecesariamente" y no fue diseñado con objeto de evaluar afirmaciones paranormales como hoy lo hacen los pseudoescépticos. Phil Gibbs señala lo siguiente en "Physics FAQ" (http://www.weburbia.com/physics/):
“Para empezar, utilizamos la navaja de Occam para separar teorías que prederían el mismo resultado para todos los experimentos. Ahora estamos tratando de elegir entre teorías que hacen diferentes predicciones y esto no es lo que pretendía Occam (...)”.
El principio de simplicidad funciona como regla heurística general, pero algunos lo citan como si fuera axioma de la física, y no lo es. Puede funcionar bien en filosofía o física de partículas, pero menos a menudo en cosmología o psicología donde las cosas suelen resultar más complicadas de lo que alguna vez haya esperado. Quizás una cita de Shakespeare sea más apropiada que la navaja de Occam: 'Hay más cosas en el cielo y la tierra, Horacio, de lo que se sueña en tu filosofía'.
La ley de la parsimonia no es sustituto de la intuición, la lógica y el método científico. Nunca debe confiarse en ella para establecer o defender una conclusión y sólo la consistencia lógica y la evidencia empírica son absolutos como árbitros de la corrección".
Incluso Isaac Newton tampoco usó la navaja de Occam como hacen los falsos escépticos actuales y su versión fue:
"No debemos admitir más causas de cosas naturales que las que son verdaderas y suficientes para explicar sus apariencias" (véase “Physics FAQ”).
Obviamente, se refería a explicaciones para dar cuenta de fenómenos naturales, no paranormales o sobrenaturales.
Brian Zeiler explica:
"Los detractores (…) no entienden la navaja de Occam y abusan de ella regularmente. Creen que lo entienden, pero se equivocan. Lo que significa es que cuando varias hipótesis de complejidad variable pueden explicar un conjunto de observaciones con la misma capacidad, la primera que se debe probar es la que invoque el menor número de suposiciones no confirmadas. Si se constata que esta hipótesis más simple es incorrecta, se elige la siguiente más simple y así sucesivamente.
Pero los falsos escépticos olvidan dos partes: una con respecto al test de las hipótesis más simples, y otra sobre la explicación de todas las observaciones.
Lo que hará un 'desmitificador' es mutilar las observaciones hasta que pueda ser 'explicada' por una de las hipótesis más simples, que es lo inverso del enfoque adecuado".
b) Lo que es "más simple" a menudo es relativo. Por ejemplo, tener experiencias telepáticas o clarividentes en algunas culturas primitivas es muy común (por ejemplo, entre los tibetanos, africanos o amazónicos) y quienes exhiben tales habilidades toda la vida lo consideran normal. Sobre esto, Phil Gibbs también dice esto en su página:
"La simplicidad es subjetiva, y el Universo no siempre tiene las mismas ideas que nosotros en ese aspecto".
A veces los pseusoescépticos inventarán una explicación elaborada o rocambolesca por sobre una de tipo paranormal, y cualquier cosa que no sea tal es aceptable para ellos. Por ejemplo, cuando Charles Tart hizo un experimento en el que una niña tenía una O.B.E. y leía un número de cinco dígitos en una repisa cerca del techo, los pseudoescépticos acusaron que llevaba un espejo plegable y una linterna.
c) Incluso si tomamos el valor nominal de la navaja de Occam por la forma en que la usan los falsos escépticos, sólo porque una explicación es más probable no significa que siempre sea la correcta. Por ejemplo, si lanzo un dado es más probable que muestre números del 1 al 5 que un 6, pero eso no implica que "nunca saldrá un 6". Por lo tanto, de vez en cuando se puede esperar que una explicación poco probable a veces sea la verdadera. Sin embargo, los pseudoescépticos tratan la teoría de Occam como si fuera regla absoluta y la usan como etiqueta para negar cualquier afirmación paranormal, sin importar cuán válida sea.
d) Los escépticos falaces han utilizado la navaja de Occam tan religiosamente que la maltratan inventando acusaciones falsas y negando los hechos para forzar una explicación más natural y simple. Por ejemplo, si alguien tuviera una lectura psíquica asombrosa en una exposición (no acordada previamente) en la que se les dice un detalle muy específico que no se podía adivinar con una lectura fría, los pseudoescépticos inventarían acusaciones como: "Alguien que te conoció debe haber avisado al psíquico por adelantado", "un espía en la sala debe haberte escuchado mencionar ese detalle antes de la lectura", "exhibes algo en tu apariencia que revele el detalle", "debes haberlo recordado mal ya que la memoria es falible", etc. Incluso si ninguna de estas aserciones es cierta, los pseudoescépticos seguirán insistiendo en eso simplemente porque es la explicación más simple para ellos. Del mismo modo, si alguien durante una E.C.M. u O.B.E. escucha una conversación o presencia algo a varias millas de distancia y luego de la verificación resulta ser cierto, los pseudoescépticos dirán que la explicación más simple es que el paciente sabía de antemano los detalles o la conversación, pero lo olvidó. Hace tiempo uno de ellos recurrió a esta falacia cuando mencioné cómo un psíquico fue capaz de decirme que tuve un período trágico en mi vida cuando tenía 9 años, sin ninguna otra información o pista aparte de mi fecha de nacimiento. Él siguió insistiendo en que le di pistas que le permitieron predecir eso, aunque le garanticé que no fue así, y ejemplos como éstos sugieren que los escépticos fraudulentos están dispuestos a apoyar una explicación falsa en lugar de una paranormal debido a su sesgo.
04. La estratagema del Viejo Pascuero y el “unicornio rosado invisible”
Declarado como: "Por supuesto que no puedo probar que Dios, los espíritus, (…) los fenómenos paranormales o las realidades metafísicas no existen, pero usted tampoco puede mostrar que no existen los 'unicornios rosados invisibles' y Papá Noel, y eso no significa que sean reales”.
Esta ridícula táctica de comparación es notoriamente común entre los pseudoescépticos, pero tan gravemente defectuosa y cómica que debemos cuestionar la cordura de quien la usa. Básicamente, esta idea agrupa todos los fenómenos paranormales en la misma categoría que cualquier aspecto inventado de la nada por un escéptico falso. Es más una estrategia de menosprecio que un argumento razonado, y así otras variaciones similares son: “No puede probar que tampoco había un dragón escondido en mi garaje" o “no puede demostrar que los duendes tampoco roban dinero de mi bolsillo”, etc.
La premisa subyacente de este argumento es que si una afirmación no es demostrable, entonces está en la misma categoría que todo lo creado o ficticio deliberadamente. Sin embargo, esto no sólo es falaz y un mero juego de palabras, sino que es un total “argumento de piñata” porque redefine falsamente la posición opuesta en términos que la hacen más fácilmente atacable y utilizando comparaciones deceptivas. Un simple examen revelará todo esto:
a) El principal problema con este argumento es que lo que la gente realmente experimenta NO es lo mismo que lo que un escéptico distorsionado inventa deliberadamente por el “bien” de la discusión. Poner a ambos en la misma categoría es tanto ilógico como indirecto. Como el escéptico tramposo que utiliza esta falacia no ha experimentado “unicornios rosados invisibles”, todos saben que inventa adrede algo ficticio para descartar lo que no cree, mientras que el experimentador o reclamante paranormal no lo hace. Independiente de si lo que experimentó el reclamante fue real o no, ciertamente NO está en la misma categoría que lo que un pseudoescéptico crea del vacío. Compararlos sería como equiparar mi experiencia real de visitar un país extranjero con cualquier historia ficticia que pueda encontrar como Peter Pan o el Mago de Oz. Eso simplemente no tiene sentido, incluso si la percepción errónea estaba involucrada de mi parte en esa experiencia. Y no sólo eso, sino que también sería oscuro y deshonesto.
Cuando un escéptico postizo sostiene que ambos son iguales porque no se pueden demostrar, sería como afirmar que los autos y manzanas rojos son lo mismo porque muestran el mismo color. Aunque incluso estos tramposos saben que no es cierto, como se mencionó prefieren sus creencias y juegos de palabras a la realidad del sentido común. Por desgracia, si estos pseudoescépticos realmente vivieran de acuerdo con sus creencias, entonces no podrían funcionar en la sociedad, pues si se perdieran y tuvieran que pedir direcciones, no creerían ninguna de las indicaciones que se les dieron, ni siquiera a los residentes más creíbles y bien intencionados del área en que se hallan extraviados. Ellos también lo saben, y por tanto todo esto es un juego de palabras para ellos, no una manera de vivir en la realidad. Así que esperemos por su bien que no lleven sus teorías mezquinas a la vida real...
b) De la misma manera, lo que alguien cree sinceramente NO es lo mismo que lo que alguien inventa a sabiendas. Puesto que el escéptico falaz que usa este argumento no cree en “unicornios rosados invisibles”, no tiene sentido y es desconsiderado comparar eso con lo que la gente cree y experimenta genuinamente como la divinidad, los espíritus o la P.E.S. Por supuesto, sólo porque alguien realmente crea algo no lo hace realidad, pero comparar una persona honesta con un fraude deliberado no es recurso válido.
c) Si hubiera millones de adultos inteligentes creíbles que afirmen haber visto “unicornios rosados invisibles”, al Ratón Pérez entrando a casa por los ventanales o al Viejo Pascuero en pleno vuelo, entonces esta comparación tendría mérito. Pero no hay tal, por lo que esta analogía es inútil.
d) Otra diferencia significativa entre experimentar lo divino/místico y el ejemplo ficticio de los “unicornios rosados” es que a lo largo de la historia millones de personas honestas, sensatas e inteligentes tienen experiencias en el primer ámbito que tuvieron efectos transformadores en sus vidas, pero no se puede decir lo mismo de esos animales mitológicos.
e) El hecho de que algo no sea demostrable no lo sitúa automáticamente en la misma categoría que todo lo demás que no se pueda probar. Por ejemplo, no puedo comprobar lo que comí ayer en la cena o lo que pensé. Sin testigos, tampoco puedo demostrar lo que vi en televisión o la puntuación que obtuve en un videojuego. Pero eso no significa que estos aspectos se clasifiquen de igual forma como todas las historias en la estantería de “ficción” de alguna biblioteca.
El meollo de este asunto es que, si bien es cierto que nadie puede asegurar la existencia de “unicornios rosados”, la evidencia para respaldar los fenómenos místicos, psíquicos y los espíritus -aunque en su mayoría son anecdóticos- es mucho más grande, importante y sincera que la evidencia para apoyar al Ratón Pérez, Santa Claus u otros ejemplos ficticios creados deliberadamente por los pseudoescépticos.
Mi amigo cercano y escritor paranormal Michael Goodspeed hizo comentarios similares en contra de este estúpido argumento de los falsos escépticos en su artículo “Mission for E.T.: Kill Santa” (http://www.red-ice.net/specialreports/2005/12dec/UFOsanta.html):
"Todos los que han explorado el fenómeno (…) han sido tratados en algún momento por la infame analogía de 'Papá Noel'. Los autodenominados 'escépticos' la invocan religiosamente (sin bromear) en conversaciones con cualquiera que crea que en realidad podría haber alguna evidencia [para fenómenos inexplicables] (…) Se utilizan numerosas variaciones de esta analogía (unicornios, duendes, fantasmas, etc.) para descartar a priori todos los sucesos que se basan principalmente en pruebas anecdóticas o testimonios de personas.
El problema con la analogía es que constituye pura fabricación. Sí, es cierto que no existe una PRUEBA empírica [para ciertos fenómenos], pero sólo el ignorante voluntario, el deliberadamente deshonesto o el catastróficamente estúpido dirán que la evidencia [de dichos eventos] no es mejor que la prueba para Santa Claus”.