Sin embargo, a veces tanto teósofos como otras personas señalan que "H.P.B. negó dicho fenómeno" y escribió en contra de él en su primer libro "Isis Develada" publicado durante 1877. Según estos individuos, "cambió sus puntos de vista y las creencias sobre esos aspectos a medida que pasaba el tiempo" y se aceptaron sólo después, tras lo cual comenzó a impartir la doctrina reencarnacionista.
Obviamente, tales individuos mal informados nunca han hecho un estudio cercano o cuidadoso de su trabajo y enseñanzas, o verían que sus instrucciones eran completamente consistentes e invariables desde el momento en que apareció en la escena pública con la fundación del Movimiento Teosófico en 1875 y hasta su partida del mundo físico en 1891.
La experiencia muestra que la mayoría de quienes afirman que "Blavatsky enseñó en contra de la reencarnación en Isis Develada” nunca han leído la obra y simplemente se contentan con repetir las afirmaciones ignorantes de otros, varios de los cuales tienen un motivo ulterior para intentar menospreciar a H.P.B. y desviar al público del conjunto vitalmente importante de enseñanzas que otorgó al mundo.
En este ámbito el malentendido es principalmente el resultado de una lectura desatenta y la falta de familiarización con terminología específica. La propia H.P.B. escribió dos artículos en que se defendió de los cargos sobre "anular la reencarnación" y demostrar lo contrario. Estos son "'Isis Unveiled' and 'Theosophist' on Reincarnation", publicado en 1882, y "Theories about Reincarnation and Spirits", aparecido en 1886. De esta forma, si los teósofos sólo revisaran lo escrito por Blavatsky pronto se percatarían de la ausencia de fundamento para tales críticas.
La autora comienza "Theories about Reincarnation and Spirits" al afirmar categóricamente que es "budista por profesión de fe" y "una declarada seguidora del budismo años antes de que se escribiera Isis". Quienes duden de esto esto sólo deben remitirse a la carta compuesta por Blavatsky en 1876 dirigida al platonista estadounidense Alexander Wilder, en la cual ella escribe: “Usted sabe que soy budista thibetana y me prometí mantener ciertas cosas en secreto”. Las cartas escritas por los propios Maestros K.H. y M. dejan claro que Ellos son inequívoca y abiertamente budistas, los Gurús e Instructores directos de H.P.B. y de hecho toda la Hermandad Transhimaláyica de la que forman parte.
Para aquéllos que puedan interesarse en saber a qué tipo particular o expresión de budismo se adhieren los Maestros, pueden descubrir más en la sección llamada “El budismo esotérico real” del largo artículo “Gelugpas, Tantra y Dalai Lamas: una historia de corrupción” (parte 2).
La razón por la que afirma su adhesión al budismo al comenzar este artículo es para mostrar la extrañeza de acusar a "un budista por profesión de fe de negar la reencarnación, y por tanto también Karma por implicación, considerando que esta Ley es la verdadera piedra angular en filosofía esotérica y las religiones orientales; es el gran pilar en que se sostiene toda la filosofía de los renacimientos, y una vez que se niega este último toda la doctrina del Karma cae en una verborrea absurda".
Blavatsky continúa citando directamente de "Isis Develada" con objeto de mostrar que la reencarnación se enseña de modo específico en esa obra. Por ejemplo, en la página 346 del vol. 1 señaló: "La causa de reencarnación es la ignorancia de nuestros sentidos y la idea de que existe alguna realidad en el mundo, cualquier cosa excepto la existencia abstracta", y continúa diciendo: "Al igual que las revoluciones de una rueda, hay una sucesión regular de muerte y nacimiento, cuya causa moral es la adhesión a los objetos existentes, mientras que la causa instrumental es karma (poder que controla el Universo y que lo lleva a la actividad), el mérito y el demérito".
Es cierto que el tema de la reencarnación apenas se menciona en los escritos anteriores de H.P.B., o cuando se aborda es de manera breve y un tanto vaga. Aunque estuvieron presentes desde el principio en las enseñanzas teosóficas, la reencarnación y el karma no adquirieron su lugar posterior de importancia central y gran énfasis hasta después que se hubiera completado con éxito el primer ciclo de siete años del Movimiento Teosófico.
En una carta a Henry Olcott, fechada el 6 de diciembre de 1887, Blavatsky escribió:
“La Sociedad se formó y luego gradualmente se hizo que fusionara y adelantara indicios sobre las enseñanzas de la Doctrina Secreta de la escuela más antigua de Filosofía Oculta en todo el mundo; una academia a ser reformada que finalmente el Señor Gautama hizo aparecer. Estas enseñanzas no podían darse bruscamente y así debían ser inculcadas de manera gradual".
Los Maestros saben perfectamente cuándo es el momento adecuado para que una enseñanza particular se revele públicamente a la humanidad. Si se da a conocer una cierta verdad demasiado pronto o muy tarde, las consecuencias pueden ser potencialmente desastrosas; de igual forma, si la reencarnación hubiera sido enseñanza central y claramente expresada en Teosofía desde el inicio del Movimiento en 1875, la gente habría ignorado esta gran doctrina debido a falta de comprensión o interés, o bien sometida a ataques y contrariada violentamente. Cualquiera de estas reacciones indeseables podría haber obstaculizado enormemente a la Gran Hermandad de Adeptos al presentar la reencarnación en el mundo occidental.
Por tanto, primero se debía sentar las bases iniciales y parte de "la basura de las edades" (para usar una frase de H.P.B. al final de "La Doctrina Secreta") tuvo que ser eliminada de la mente y conciencia occidentales antes que la reencarnación se presentara satisfactoria y claramente en toda su gloriosa verdad y majestad.
Pero cuando llegó el momento para este proceso, a Blavatsky se le recordó un pasaje aparentemente contradictorio en "Isis Develada", específicamente en la página 351 del primer volumen:
“Ahora presentaremos algunos fragmentos de esta misteriosa doctrina de la reencarnación -a diferencia de la metempsicosis- que tenemos de una autoridad. La reencarnación, es decir, la aparición del mismo individuo o más bien de su mónada astral y dos veces en el mismo planeta, no es una regla en la naturaleza; es una excepción como el fenómeno teratológico de un niño con dos cabezas. Está precedida por una violación de las leyes armónicas de la naturaleza y ocurre sólo cuando esta última, buscando restaurar su equilibrio perturbado, devuelve violentamente a la vida terrenal la mónada astral que había sido expulsada del círculo de la necesidad por un crimen o accidente. Por lo tanto, en los casos de aborto donde los bebés mueren antes de cierta edad y de idiotez congénita e incurable, se ha interrumpido el diseño original de la naturaleza para producir un ser humano perfecto. Y de esta forma, mientras que sufre la materia burda en cada una de estas varias entidades para dispersarse en la muerte y a través del vasto reino del ser, el espíritu inmortal y la mónada astral del individuo -esta última habiendo sido apartada para animar una moldura y el primero arrojando su luz divina sobre la organización corpórea- debe intentarlo una segunda vez para llevar a cabo el propósito de la inteligencia creativa".
Como se puede ver si leemos con atención, Blavatsky no está negando la reencarnación, sino que refuta la encarnación de la "mónada astral", siendo esta última una excepción y no la regla.
En ese momento, la enseñanza sobre los Siete Principios o naturaleza séptuple humana aún no se había presentado específicamente en Teosofía. El ser humano aún era descrito principalmente como una trinidad que comprendía su mónada espiritual, mónada astral y cuerpo físico. La mónada astral se explicó como término para el ego personal o personalidad actual, lo que podría describirse como persona/personaje temporal que dura sólo una vida. A este respecto citamos lo siguiente del artículo llamado “Para entender correctamente la reencarnación” que puede explicar ésto último:
“Es importante recordar que existe una distinción entre la personalidad presente y la individualidad permanente. La personalidad terrenal nunca reencarna, ya sea conocida como Juan Pérez o María González, por ejemplo.
Sin embargo, SÍ reencarna el alma (individualidad espiritual) que tuvo una vida terrenal en y mediante la persona de Juan o María, en y a través de una nueva personalidad. Entonces, no debemos cometer el error de pensar que nuestra alma es idéntica a nuestra persona física.
Algunos aspectos y cualidades de nuestra alma adquiridos en vidas anteriores -cuando encarnó en personalidades previas- ciertamente están activos y prevalecen en nuestra vida actual, pero la personalidad presente no debe tomarse como 'algo completo' o un 'reflejo' particularmente preciso de la individualidad permanente.
La personalidad temporal de Juan o María representaba sólo un capítulo o página en todo el 'libro de vidas' de esa alma.
El alma o individualidad permanente se denomina Ego en las enseñanzas de la Teosofía y ese término se emplea en su significado real y literal de 'yo', y así el alma reencarnada es el verdadero 'yo' de nuestro ser”.
En "Theories about Reincarnation and Spirits", Blavatsky aclara su significado: "La Doctrina Oculta enseña que no existe reencarnación inmediata en la Tierra para la Mónada, como dijeron falsamente los espiritistas reencarnacionistas, ni tampoco hay ninguna segunda encarnación para el ego personal o falso (periespíritu), salvo en los casos excepcionales mencionados. Por el contrario, dice que (a) hay renacimientos o reencarnaciones periódicas para el Ego inmortal ('Ego' durante el ciclo de re-nacimientos, y no-Ego en Nirvana o Moksha cuando se convierte en impersonal y absoluto), porque ese Ego es la raíz de cada nueva encarnación, la cuerda en que se insertan una tras otra las personalidades falsas o cuerpos ilusorios llamados hombres, en los que la Mónada-Ego se encarna durante el ciclo de nacimientos; y (b) que tales reencarnaciones no se producen antes de los 1.500, 2.000 e incluso 3.000 años de vida devachánica".
Para los lectores que se sorprendan al ver los largos períodos mencionados al final de este pasaje citado pueden consultar el texto de “¿Cuánto tardamos en reencarnar?"
Entonces, "Isis Develada" niega la reencarnación de la personalidad actual y llamada "mónada astral", un término que luego se eliminó del vocabulario teosófico, pero no descarta la reencarnación de la individualidad permanente. Sólo la personalidad reaparece en esos raros casos en que la intención kármica tras ella se frustró de forma temporal, es decir, principalmente en casos de aborto, niños que mueren antes de los siete años y ciertas formas de locura.
Los espiritistas de ese tiempo -quienes no deben confundirse con los espiritualistas, a pesar de muchas similitudes- enseñaban una visión muy poco filosófica sobre la reencarnación y en que negaban cualquier aspecto que se pareciera al Karma, identificando al alma como "esencia y carácter de la personalidad", y asimismo sostenía que la encarnación ocurría más o menos "de modo instantáneo" luego de la muerte física, por cuanto la Teosofía naturalmente descarta estas concepciones.
Cuando el espiritista C.C. Massey se mostró incapaz de comprender la distinción entre individualidad permanente y personalidad actual, Blavatsky trató de explicarlo diciendo:
“En nuestra doctrina oculta existe una gran diferencia entre una individualidad impersonal y una personalidad individual. C.C.M. no se reencarnará ni será tal en su próximo renacimiento, sino un ser completamente nuevo, nacido de los pensamientos y hechos de C.C.M., su propia creación, el niño y el fruto de su vida actual, el efecto de las causas que ahora él está produciendo. ¿Diremos entonces con los espiritistas que C.C.M. 'volverá a nacer como el hombre que conocemos'? No es así, sino que su Mónada divina se vestirá miles de veces antes que termine el Gran Ciclo y en varias formas humanas, cada una de ellas siendo una nueva personalidad. Como un árbol grande que se cubre cada primavera con un nuevo follaje y para verlo marchitarse y morir hacia el otoño, la Mónada eterna prevalece a lo largo de una serie de ciclos más pequeños, siempre iguales, pero siempre cambiantes y revistiéndose con una prenda nueva en cada nacimiento. El capullo que no se abrió en un año volverá a aparecer en el siguiente; la hoja que alcanzó su madurez y murió de forma natural nunca nacerá en el mismo árbol. Mientras escribo Isis no se nos permitió entrar en detalles y de aquí las generalidades vagas. Se nos dice que lo hagamos ahora, y hacemos lo que se nos manda" ("'Isis Unveiled' and 'The Theosophist' on Reincarnation").
En cierta ocasión un investigador envió la siguiente pregunta a William Q. Judge, el colega más cercano de H.P.B. y cofundador del Movimiento Teosófico:
“Si H.P.B. fue instruida por los Maestros durante años en el Tíbet como se dijo, y antes de dar Su enseñanza al mundo occidental en 1875, ¿por qué la doctrina de la reencarnación fue rechazada por ella en sus primeros escritos? Los Maestros no podrían haber hablado entonces, ni más tarde, en un tono incierto sobre este gran principio de la Teosofía, que está tan entretejido con toda Su enseñanza para considerarse inseparable de ella. Sin embargo, en Isis Develada se afirma enfáticamente que 'la reencarnación es la excepción y no la regla para la raza en general'".
En la respuesta de Judge que se puede encontrar en el libro "Forum Answers" (p. 79-80) se lee: "La doctrina de reencarnación no fue repudiada en sus primeros escritos (…) la cita de Isis al final de la pregunta es incorrecta. La reencarnación no es negada, sino la reencarnación de la mónada astral como norma. Las palabras omitidas de la cita son la bisagra a la cual deben dirigirse esta pregunta y respuesta. Los investigadores y miembros deben tener cuidado al hacer referencias, como también al obtener la importancia real de lo que se lee.
Consulte The Theosophist, p. 288-9, agosto de 1882, y encontrará la pregunta y el comentario explicado en Isis, e igualmente en Path, vol. 1, p. 232, noviembre de 1886, y encontrará el artículo 'Theories about Reincarnation and Spirits' que trata del mismo asunto y por H.P.B. Ella compuso ese texto a petición mía, debido a una pregunta similar que surgió de un malentendido análogo. Además, afirmo como testigo que desde 1875 a 1879 H.P.B. enseñó y explicó la reencarnación, y en mi caso respecto de un familiar mío que murió durante ese período. Pero cuando se escribió Isis, aún no se había dado a conocer el esquema completo de la constitución real humana, aunque insinuado en general. Luego se prestó atención a la escuela Kardec de reencarnacionistas con objeto de derrocar su teoría, y después Blavatsky más tarde negó la reencarnacion personal. La encarnación del astral personal -llamado 'mónada astral' en Isis- nunca fue enseñada y no es impartida por la escuela desde donde emana La Doctrina Secreta. Por lo tanto, su negación como norma en 1877 sigue siendo válida y se reafirma en los artículos que he señalado y así no hay inconsistencia (...)”.
“La reencarnación de la 'mónada astral' -es decir, el ser personal y el cuerpo astral- no es la regla, sino una excepción; pero la reencarnación del individuo o 'mónada espiritual' es la norma y doctrina y se enseña en Isis, a la que son referidos los lectores. Dondequiera que H.P.B. parece negar la reencarnación en Isis, ella se refiere a la reencarnación personal, usando la palabra 'hombre' o 'persona' en ese sentido (…) Por supuesto, es lamentable que el coronel Olcott intente con este trabajo mostrar a H.P.B. como 'ignorante' de la ley en 1875, sino que sólo lo condena por no conocer la doctrina y no haberse referido a sus explicaciones completas de 1882 y 1886”.
Allí Judge se refiere al hecho de que unos años posteriores a la muerte de Blavatsky, Olcott publicó el sorprendente aserto de que "ella no sabía nada sobre la reencarnación" hasta que se mudó a India en 1879 e incluso declaró que los Maestros ¡posiblemente tampoco conocían esta doctrina hasta ese momento! Olcott había trabajado con H.P.B. en la tarea de preparar "Isis Develada" para su publicación, pero resultó que ni siquiera conocía el texto. Sin embargo, seguiría escribiendo cosas mucho peores que ésta hasta el punto de que Judge finalmente se sintió obligado a publicar un artículo titulado "H.S. Olcott versus H.P.B.”, y para quienes deseen aprender más pueden leer el artículo “La deslealtad de Olcott hacia Blavatsky".
Concluimos con estas citas por H.P.B., incluido su artículo final "My Books" que escribió poco más de una semana antes de fallecer:
“Es posible que nos recarguen con un modo de expresión demasiado suelto y descuidado, y un uso indebido de la lengua extranjera en que escribimos, dejando demasiado en el silencio y dependiendo de la intuición imperfectamente desarrollada en el lector. Pero nunca hubo ni puede haber ninguna discrepancia radical entre las enseñanzas de 'Isis' y las de este último período, ya que ambas proceden de una misma fuente: los HERMANOS ADEPTOS" ("Seeming Discrepancies").
"Yo sostengo que Isis Develada contiene una masa de información original y hasta ahora nunca divulgada sobre temas ocultos. Que esto es así, se comprueba por el hecho de que todos los que han sido lo suficientemente inteligentes para discernir el núcleo y prestan poca atención a la cáscara, han dado preferencia a la idea y no a la forma, independiente de sus deficiencias menores. Como estoy preparada para tomar sobre mí -vicariamente como mostraré- los pecados de todos los defectos externos y puramente literarios de la obra, defiendo las ideas y enseñanzas que contiene, sin temor a ser acusada de engreimiento, ya que ni las ideas ni la enseñanza son mías, como siempre he declarado, y sostengo que ambos son de gran valor para los místicos y estudiantes de Teosofía" ("My Books").
“Y lo que sostengo es esto: salvo las citas directas y las muchas fallas, errores de impresión y citas equívocas antes especificadas y mencionadas, y la composición general de Isis Develada, de la que no soy responsable en absoluto, (a) cada palabra de información encontrada en este trabajo o mis escritos posteriores proviene de las enseñanzas de nuestros Maestros Orientales, y (b) muchos pasajes en estas obras han sido escritos por mí bajo Su dictado. Al decir esto no se apremia una reclamación sobrenatural, porque no se realiza ningún milagro por tal dictado (…) El espacio y la distancia no existen para el pensamiento, y si dos personas están en perfecta relación psico-magnética mutua, y de estos dos uno es un gran Adepto en Ciencias Ocultas, entonces la transferencia de pensamientos y el dictado de páginas enteras se vuelve tan fácil y comprensible a una distancia de 20 mil kilómetros como el intercambio de dos palabras a través de una habitación” (“My Books”).