El estado temporal o "cielo" entre encarnaciones es descrito por H.P. Blavatsky en este extracto:
“Por así decirlo, el Ego [Superior] está casado con la memoria de su última encarnación. De este modo, si usted piensa en lo que dije y reúne todos los hechos, se dará cuenta de que el estado devachánico no es de omnisciencia, sino una continuación trascendente de la vida personal que acaba de terminar. Es el descanso para el alma de los esfuerzos durante la vida" ("La Clave de la Teosofía", p. 156).
Asimismo puede leerse más en el apartado “Devachan: su naturaleza, propósito y experiencias” en el artículo "¿Qué ocurre cuando morimos?"
Aquellos que son Mahatmas, Adeptos y chelas (discípulos) directos, iniciados y aceptados por los Maestros, generalmente conservan una continuidad ininterrumpida de conciencia que no se ve afectada por el sueño ni por la muerte, y por tanto cuando muere su cuerpo físico continúan funcionando de modo consciente en un nivel astral, principalmente realizando un trabajo que ayude a la humanidad, hasta el momento en que necesiten volver a encarnar físicamente en este plano.
Pero el hecho de ser teósofo no equivale automáticamente a ser un alma tan avanzada como ésa, y pertenecer a una organización teosófica tampoco nos convierte en verdaderos teósofos, ni siquiera en "mejores personas". Es sólo el esfuerzo por estudiar, aplicar, vivir y difundir las enseñanzas teosóficas originales lo que nos acerca a ser un real acólito, literalmente un (a) amigo (a) de la Sabiduría Divina.
Si bien es posible que a) no nos hayamos convertido en chelas directos, aceptados o conscientes, y b) es posible que muchos de nosotros como estudiantes serios y devotos de Teosofía al menos tengamos cierto tipo de estado devachánico tras la muerte (si todavía estamos influenciados por las ilusiones en vida, experimentaremos "ilusiones" después de fallecer ya que el estado posterior es sólo un "mundo de efectos"), nos convendría recordar lo siguiente:
"Todos los trabajadores de la Logia, independientemente de su grado, son ayudados a salir de Devachán si ellos mismos lo permiten" ("Conversations with H.P.B.", publicadas por William Q. Judge en la serie "Conversations on Occultism").
Por tanto, si en la vida física que dejamos estuvimos trabajando realmente para la Teosofía y la Causa Mahátmica -y en este contexto "la Logia" designa al grupo o Hermandad de Maestros de Sabiduría en lugar de cualquier lugar tangible, aunque puede formar parte de ella- y si morimos con la esperanza e intención de continuar con esa labor en la próxima vida, entonces esto puede ayudar a los Maestros para sacarnos de la condición devachánica en un modo u otro, y regresar más temprano a otra encarnación.
Si Ellos ven que necesitamos permanecer cierto tiempo en esa condición, entonces no nos sacarán prematuramente, sino intervendrán cuando hayamos agotado nuestra necesidad y seamos capaces de iniciar otra encarnación.
Y en esa próxima vida física es posible que no tengamos ningún recuerdo consciente sobre el particular; a menudo no necesitamos tenerlo, pero para algunos habrá vislumbres y comprensiones. Hay otros dos pasajes interesantes respecto del tema:
"El Mahatma, un ser que ha desarrollado todos sus poderes y está libre de ilusiones, puede entrar en el estado devachánico y comunicarse con los Egos que allí residen, y tal es una de sus funciones (...) Tratan con ciertas entidades en devachan con el propósito de sacarlos del estado para regresar a la Tierra en beneficio de la raza. Los Egos con que tratan son aquéllos cuya naturaleza es grande y profunda, pero no son lo suficientemente inteligentes para vencer las ilusiones devachánicas naturales" (William Q. Judge, "El Océano de la Teosofía", p. 116).
“Las entidades se mantienen en devachán por la fuerza misma de su estado de felicidad; no tienen incentivo para salir de ello (...) Tal es el caso con la generalidad de los seres, pero si una entidad de naturaleza fuerte y limpia ingresa a dicha condición con el deseo de ayudar en la Tierra con un cuerpo, puede despertarse de su sueño para asumir una cobertura por aquellos Adeptos cuya misión es realizar tales servicios. Estos Adeptos son seres libres de todo engaño y no se hallan en el estado devachánico, sino que pueden actuar conscientemente en todos los planos del ser. Por lo tanto, sólo ellos pueden tener contacto real con seres en devachán" (Robert Crosbie, "Answers to Questions on The Ocean of Theosophy", p. 171).
Muchos trabajadores significativos para la Teosofía y el Movimiento Teosófico del tipo descrito anteriormente han ido y venido desde el inicio de esta tendencia en 1875. Algunos ya regresaron y se fueron, otros están aquí entre nosotros y otro resto ya debe sentirse apto para regresar a la vida terrestre en los próximos años, con la ayuda de los Maestros.
Se conocen muchos nombres de trabajadores fervientes y devotos durante el tiempo de H.P.B. y Judge, y una cantidad aún mayor ha trabajado en la Logia Unida de Teósofos desde que fue establecida por Robert Crosbie en 1909. La mayoría de estas personas es desconocida para todos, excepto unos pocos, o en algunos casos ahora están completamente olvidados debido a la práctica en la L.U.T. de mantener el anonimato y la impersonalidad tanto como se pueda y de modo razonable en el trabajo teosófico.
Pero lo que han realizado y sus aspiraciones para continuar obrando seguramente son conocidos en los ámbitos atañentes, y ellos volverán a aparecer en escena para proseguir si su Karma y el del Movimiento lo permiten.
Ésta puede ser la conclusión lógica cuando se comprende la enseñanza teosófica sobre las Skandhas y en particular el agregado conocido como Samskaras o "depósitos mentales". También en el capítulo seis del Bhagavad Gita Krishna dice a Arjuna:
"El hombre cuya devoción ha sido interrumpida por la muerte va a las regiones de los justos (...) y entonces nace de nuevo en la Tierra (...) Al nacer así, entra en contacto con el conocimiento que le pertenecía en su cuerpo anterior, y desde ese momento lucha con mayor diligencia hacia la perfección (...) Incluso sin saberlo y debido a esa práctica anterior, él es dirigido y trabaja en ese derrotero" (p. 51, traducción de William Q. Judge publicada por Theosophy Company).
Naturalmente, los "trabajadores de la Logia" no se limitan únicamente al Movimiento Teosófico moderno, pues la labor de los Maestros ha estado presente en todas las edades y naciones, y se expresa mediante numerosas vías y canales.
Como hemos visto, lo que se describe aquí no es "evitar Devachán" en sí, sino ser “ayudado" para salir de él con nuestro permiso o consentimiento previo, después de haber transcurrido un tiempo relativamente corto. En cuanto a la posibilidad de rehuir por completo dicho estado, Judge reitera el punto que mencionamos anteriormente:
"Mantenerse fuera de Devachán es para quienes en realidad están comprometidos y aceptados, y no simplemente para los que aspiran" ("Letters That Have Helped Me", p. 187).