David Pratt
Febrero 2004, septiembre 2014
Contenidos:
-Gigantopithecus y Meganthropus
-Hombres salvajes
Gigantopithecus y Meganthropus
En 1935 el paleontólogo Ralph von Koenigswald se encontró con un molar anormalmente grande mientras buscaba dientes fósiles en una farmacia de Hong Kong, donde eran conocidos como "dientes de dragón" y vendidos con fines medicinales. El investigador se dio cuenta de que el diente pertenecía a una nueva especie de primate que llamó Gigantopithecus blacki y desde entonces se han encontrado cientos de piezas dentarias junto con cuatro huesos de mandíbula, por cuanto Gigantopithecus ("mono gigante") es considerado como el más grande de los primates que jamás haya existido.
Se cree que otra especie conocida como Gigantopithecus bilaspurensis apareció en India hace 6-13 millones de años mientras que el Gigantopithecus blacki pudo haber habitado en el sudeste de Asia y extinguido hace unos 300 ó 400 mil años. Aunque son grandes, los dientes tienen algunas similitudes con los humanos y esto llevó a algunos científicos a especular que las criaturas podrían haber sido antepasados homínidos gigantes. Sin embargo, hoy el consenso científico es que el Gigantopithecus era un simio vegetariano, peludo y cuadrúpedo sin relación con nuestro linaje (1). Se estima que Gigantopithecus habría medido de 2,7 a 3,7 mts. de alto erguido en sus patas traseras, y que pesaba entre 270 y 545 kgs. comparado con el gorila más grande que tiene 1,8 mts. de alto y de 135 a 180 kgs.
En 1941 Von Koenigswald desenterró en Java el fragmento de un enorme hueso de mandíbula que contenía tres dientes aún más parecidos a los humanos que los de Gigantopithecus, pero ligeramente más pequeños. Koenigswald llamó a este nuevo hallazgo Meganthropus palaeojavanicus y desde ese periodo se hallaron otros fósiles atribuidos a esta especie, de la cual se cree que vivió hace 1 millón de años. El paleoantropólogo Franz Weidenreich estimó que era dos tercios el tamaño de Gigantopithecus y éste último dos veces tan grande como un gorila, lo que haría que tuviese unos 2,4 mts. de alto y aproximadamente 180 a 270 kgs. El punto de vista ortodoxo actual es que se trataba de una forma muy robusta de Homo erectus, una especie similar y nueva (Homo palaeojavanicus) o tal vez un australopiteco de gran complexión y no necesariamente gigante (4).
En "Apes, Giants and Man" (1946) Weidenreich afirmaba que tanto Gigantopithecus como Meganthropus eran en realidad homínidos gigantes en la línea que conduce a los humanos; dicho de otro modo, nuestros antepasados no eran pigmeos simiescos (como los australopitecos) como se supone por lo general, sino gigantes con rasgos símicos (5). El punto de vista convencional es que Gigantopithecus caminaba sobre sus nudillos como un gorila, pero el antropólogo Grover Krantz sostiene que fue un homínido bípedo y que "Bigfoot" puede representar un pariente vivo. Además de la dentición semihumana de Gigantopithecus, Krantz señala que la parte posterior de la mandíbula inferior se extiende mucho más ampliamente que la de un gorila, lo que sugiere que llevaba su cabeza verticalmente y era capaz de una locomoción bípeda y erguida. Después de examinar sus mandíbulas y dientes el antropólogo Ivan Sanderson también llegó a la conclusión de que los homínidos gigantopitecos eran probablemente fabricaban herramientas (6).
Hombres salvajes
Las pruebas resumidas en la sección 3 sugieren que los humanos de aspecto moderno, los primitivos y criaturas simiescas han coexistido en tiempos mucho más remotos que lo asumido por la ortodoxia actual. Aproximadamente en los últimos cien años varios investigadores han acumulado pruebas sustanciales sobre criaturas desconocidas que van desde muy simiescas a extremadamente similares a nosotros, o desde pequeños pigmeos a gigantes de 4,5 metros o más en altura y que recorren las áreas silvestres del mundo actual. Algunas pueden ser especies no reconocidas de monos o simios bípedos y otras podrían representar humanos primitivos, mientras los científicos convencionales afirman que los humanos son los únicos homínidos vivos hoy y que los simios bípedos se extinguieron hace un millón de años. Se han visto algunos "hombres salvajes" con ropa primitiva y que portaban herramientas y armas. Muchos de esos encuentros parecen involucrar a criaturas de carne y hueso, pero algunos informes se caracterizan por elementos de "alta extrañeza" e implicarían la presencia de criaturas paranormales del ámbito astral que se materializan brevemente (1).
Aunque no se sabe de ningún zoológico o museo que tenga una muestra de "hombres salvajes" en su colección, han habido innumerables avistamientos de testigos fiables. Otra evidencia incluye fotos, huellas, impresiones de manos, excremento, pelo, trozos de piel y partes del cuerpo junto con arte, tradiciones y folclore nativo. Casi todos los científicos descartan tales criaturas escurridizas sin examinar la evidencia, pero cuando un especialista hace el esfuerzo para investigar el tema con frecuencia su escepticismo inicial se desvanece. A pesar del riesgo a su reputación, un buen número de científicos que comprende a Ivan T. Sanderson, Grover Krantz, John Napier, Myra Shackley, Bernard Heuvelmans, Boris Porshnev y Jeffrey Meldrum han llegado a la conclusión de que los hombres salvajes de hecho existen o al menos que el tema merece un estudio serio.
La falta de fósiles para estas entidades no es ninguna sorpresa, ya que la fosilización es rara, e incluso para los primates aceptados en el mejor de los casos los hallazgos de este tipo son generalmente escasos; por ejemplo, no hay fósiles conocidos de gorilas o antepasados de éstos. En cuanto a los cuerpos de seres que han muerto de forma natural, rara vez encontramos cadáveres de osos en bosques y se estima que existen alrededor de 100 plantígrados para cada "pie grande" ("Bigfoot"); no obstante se han examinado pequeñas evidencias físicas de primates misteriosos. Por ejemplo, los pelos del Yeren chino analizados en 1976 sugirieron la existencia de un "primate desconocido"; las heces del pie-grande de Ohio o Grassman al parecer provenían de un "tracto digestivo desconocido o de tipo humano"; los excrementos del Teh-Ima nepalés ("Little Yeti") contenían "un parásito primate desconocido" y también partes de la mano de un Yeti en esa región resultaron provenir de un "hominoide desconocido" (2).
Según se dice, en 1941 un teniente coronel soviético examinó un hombre salvaje capturado vivo en la república autónoma de Daguestán, al norte de las montañas del Cáucaso, pero la criatura recibió un disparo mientras los rusos se retiraban ante el avance del ejército alemán y no se sabe qué pasó con el cuerpo. En Mongolia se informa que dos de estas criaturas fueron baleadas por una patrulla durante escaramuzas fronterizas entre rusos y japoneses en 1939, pero nuevamente los cuerpos desaparecieron. También en una ocasión los nepaleses capturaron un yeti macho vivo, pero se negó a comer y cuando murió su cadáver fue abandonado (3).
Se cree erróneamente que todas las áreas del planeta han sido exploradas a fondo y que los científicos poseen un inventario "completo" de las especies animales que viven en la Tierra; por ejemplo, el gorila de montaña, el siamang enano, el bonobo y el chimpancé pigmeo se descubrieron en el siglo XX. El noroeste de Estados Unidos tiene vastas regiones de densos bosques y en terreno montañoso que, aunque cartografiado desde el aire, rara vez ha sido explorado por humanos en tierra; igualmente el 95% del desierto de Gobi (hogar de Almas) y el Tíbet (tierra de los yeti) han sido poco inspeccionados. La razón por la que muchos de estos primates casi humanos son tan buenos para vivir ocultos puede deberse simplemente a que son más inteligentes que otros animales. En los párrafos siguientes se describen algunas de las especies bípedas y crípticas más conocidas.
El "Bigfoot" o "Sasquatch" es un homínido enigmático del que se ha informado sobre todo en el noroeste de Estados Unidos y la Columbia Británica (Canadá). Las criaturas de esta clase tienen generalmente de 2,1 a 2,4 mts. de altura y caminan erguidas de manera similar a la humana. Están completamente cubiertas con pelo de color rojizo-marrón o negro a excepción de la cara y el contorno ocular. El rostro es plano y simiesco con frente inclinada y arcos superciliares gruesos; la parte superior de la cabeza es redondeada y con una carnosidad similar a la cresta sagital del gorila macho. Los hombros y el pecho son enormes, y los brazos son largos en proporción a su altura. A menudo Bigfoot despide un olor insoportable, casi pútrido, y además los nativos norteamericanos tienen leyendas de criaturas gigantes y peludas parecidos a los humanos que se remontan a varios siglos. Algunos investigadores piensan que Bigfoot podría ser descendiente de Gigantopithecus o estar vinculado con el Australopithecus/Paranthropus robustus.
Los testigos han informado y examinado cientos de huellas pertenecientes a Bigfoot (5), y así John Napier declaró que si todos ellos fueran falsos "entonces tenemos que prepararnos para aceptar la existencia de una conspiración de tentáculos mafiosos con células en prácticamente cada localidad importante desde San Francisco a Vancouver". Por lo general las impresiones tienen entre 36 a 46 cms. de largo y de 13 a 23 de ancho, dando una superficie de aproximadamente tres o cuatro veces mayor que la de un pie humano promedio. Para imprimir una huella de la misma profundidad que Bigfoot un hombre de 90 kgs. tendría que llevar al menos 225 kgs. Por otra parte, la longitud de la zancada en un Bigfoot es de 1,2 a 1,8 mts. en contraposición con la media de 1 m. para un humano normal. Además dichas huellas a veces continúan hasta varios kilómetros en las regiones desérticas alejadas de los caminos más próximos, y un trazo de vehículo/maquinaria sería difícil de manejar por el terreno accidentado y montañoso y no produciría los bordes de impacto observados en huellas de Bigfoot. El 10 de junio de 1982 un patrullero del Servicio Forestal de EE.UU. en el estado de Washington observó un bípedo peludo de unos 2,6 mts. de altura a una distancia de 55 metros y luego de 30 segundos el animal se alejó. Un estudio sobre las huellas de la criatura mostró crestas dérmicas, poros sudoríparos y otras características en lugares adecuados para los pies de grandes primates (6).
El nombre "Yeti" ("yeh-teh", que significa "aquella cosa") es un nombre dado a varios tipos de primates desconocidos avistados en el Himalaya. Uno de sus tipos es el Meh-teh que se describe por testigos con un cuerpo simiesco y robusto de una cualidad claramente humana. De pie mide 1,7 mts. de alto y está cubierto con pelaje corto, grueso y de color marrón-rojizo a negro. Tiene cabeza de forma cónica con una corona en punta y brazos largos que llegan casi a las rodillas. Los investigadores tienden a creer que este yeti u "hombre de las nieves" clásico de tamaño humano es una especie de antropoide y dicha criatura puede vivir en los valles cálidos de las montañas del Himalaya utilizando los pasos nevados para moverse de un lugar a otro.
Fig. 4.22. 1) Pie humano; 2) pie Yeti; 3) pie de gorila; 4) pie de langur; 5) pata delantera de oso negro himalayo; 6) pata posterior de oso negro himalayo (8).
También se informa de yetis con un tamaño de hasta 2,4 mts. de altura y en China son conocidos como "Dzu-teh" y "Gin-Sung" ("hombre-oso"). Son animales grandes y voluminosos con pelambrera larga, oscura y peluda y que suelen ser cuadrúpedos, aunque pueden adoptar bipedismo. Algunos piensan que puede ser un oso grande no catalogado hasta ahora especialmente por invadir pequeñas explotaciones ganaderas y dejar huellas de garras. El tipo más pequeño de yeti es el "Teh-Ima" que por lo general es descrito con una altura de entre 1 y 1,4 mts., cubierto con pelo grueso gris-rojizo, hombros encorvados y una cabeza de punta afilada que se inclina hacia atrás desde la frente.
El inesperado descubrimiento de fósiles pertenecientes una pequeña criatura simiesca y bípeda llamada Homo (?) floresiensis (isla indonesia de Flores, 2003) es de gran interés para los criptozoólogos sobre todo porque algunos de los materiales encontrados podrían tener una antigüedad de tan sólo 12.000 años. Existe una tradición muy extendida en Indonesia sobre un simio pequeño, fuerte y peludo de 1 a 1,5 mts. que tiene un rostro más parecido al humano y camina de forma bípeda. En Indonesia se llama "Ebu Gogo" y en Sumatra y Malasia como "Sedapa" u "Orang Pendek" ("hombrecito") (9) reseñado como un ser de pelaje corto y oscuro a excepción de su cara marrón, lisa y sin pelo, con una melena espesa y gruesa que cuelga hasta la mitad o más abajo de su parte posterior (10) e igualmente sus avistamientos se han reportado durante siglos.
El "Almas" ("hombre salvaje" mongoliano) es una criatura humanoide bípeda que según se cuenta habita en las montañas de Altai en el oeste de Mongolia y el sector de Tien Shan (provincia china adyacente de Sinkiang). Los especímenes adultos tienen una alzada de 1,5 a 1,8 mts. y están cubiertos de pelo negro rojizo; presentan frente aplanada, prominentes arcos superciliares, mandíbula sobresaliente y una parte posterior en la cabeza con forma cónica. Tienen brazos largos, piernas cortas y caminan con las rodillas flectadas; se les ha visto utilizar herramientas simples y no hay relatos sobre su forma de hablar. Incluso en Vietman se informa de homínidos similares con 1,8 mts. de altura y son conocidos por muchos nombres, incluyendo el de "Nguoi Rung" ("gente del bosque"). Otro ser que se avistó con frecuencia es el "Kaptar" o "Biabin-guli" que vive en las montañas del Cáucaso.
El "Yeren" vive en las regiones montañosas y densos bosques del centro y sur de China. Los avistamientos modernos son frecuentes y es retratado como un bípedo peludo de 1,8 mts. de alto con gruesa pelambrea rojo-marrón, boca simiesca, orejas grandes y ojos parecidos a los humanos; también deja huellas grandes de hasta 41 cms. de longitud. Tal criatura ha sido mencionada en el folklore chino durante milenios y en algunos lugares se informó de una segunda forma de Yeren que se desplaza en cuatro patas y posee una cubierta de pelo rojiza y más larga.
El "Yowie" australiano es un ente simiesco de al menos 1,8 mts. de altura y de pelaje marrón bastante largo, de cara muy pequeña parecida a la humana, pero sin barbilla, y dientes caninos largos. Los hallazgos de yowies y sus huellas continúan hasta hoy principalmente en las regiones costeras y centrales de Nueva Gales del Sur y Queensland's Gold Coast. De igual forma los aborígenes tienen una larga tradición sobre este "hombre peludo" de las montañas.
Hay informes ocasionales acerca de criaturas parecidas a Bigfoot avistadas en los Andes de América del Sur; se les llama "Ucu", "Ucumar" y "Ukumar-zupai"; en América Central se conocen -entre otros nombres- como "Sisemite" y "Ulak". También se sabe de encuentros con criaturas simiescas más pequeñas; por ejemplo, el "Didi" es un antropoide voluminoso y pelirrojo restringido a una estrecha franja de noroeste de Sudamérica. El "Mapinguary" de Brasil es un poco más alto (1,7 mts.) y se describe en las tradiciones nativas como un mono gigante principalmente pelirrojo, de andar bípedo e inclinado con largos brazos. La gente en Belice habla de criaturas semihumanas llamados "Dwendi" que varían entre 1 y 1,4 mts. de alzada que habitan en las selvas sureñas del país. Desde la vertiente oriental de los Andes ecuatorianos llegan reportes sobre "Shiru", una pequeña criatura de rasgos homínidos y cubierta de pelo, con una altura de entre 1,2 a 1,5 mts.
En el Congo africano se cuenta sobre criaturas simiescas y peludas de 2,4 mts. de alto conocidas como "Muhalu" o "Kikomba"; asimismo en Kenia hay póngidos similares y desconocidos llamados "Ngoloko". Existen antecedentes que refieren a pigmeos primitivos recubiertos de pelo en muchos países africanos, como el "Kakundakári" de Zimbabwe, el "Agogwe" del este de África y el "Séhité" de África Occidental; los dos últimos son descritos como pelirrojos*. La mayoría de los avistamientos de estas criaturas se remontan al menos hace 70 años o más.
Los bípedos extraños como Bigfoot/Sasquatch, Ucumar, Sisemite y el Gran Yeti han sido clasificados como "neo-gigantes" de entre 1,8 y 2,7 mts. de altura. Se da el nombre de "homínidos marcados" a las criaturas peludas de aspecto más humano que Pie Grande con una altura promedio de 2,1 mts., cuerpos firmes y fuertes y que por lo general son vistos en las laderas boscosas y la tundra de regiones subpolares de América del Norte, Europa y Asia. Tienden a ser moteados y presentan un patrón de dos tonos de pelaje multicolor, una melena de cabello más claro, una apariencia casi albina o una mancha blanca en medio de pelo más oscuro. Los reportes indican que se acercan a viviendas humanas y áreas ganaderas, comercian con humanos y se comunican de forma no verbal (14).
Se conoce como "gigantes verdaderos" a los homínidos peludos extremadamente grandes con hasta 6 mts. de altura. Sus cuerpos son muy magros -si no desgarbados- y cubiertos de pelo marrón-rojizo o más oscuro que es más largo en la cabeza y fino en los brazos. Parecen no tener cuello y sus rasgos faciales son aplanados. Sus pies miden unos 25 cms. de ancho por al menos 53 de largo y tienen cuatro dedos visibles; si tienen un quinto dedo vestigial éste no aparece en la mayoría de las impresiones. Se los ha visto en zonas montañosas de bosque por todo el mundo, principalmente en zonas templadas, y algunos investigadores creen que están relacionados con el Gigantopithecus (16).
En junio de 1965 se avizoró una criatura gigante de unos 3,7 mts. de alto en el lago Pitt, Columbia Británica (Canadá). Las historias referentes a criaturas altas con enormes huellas se remontan a 1829 y las tradiciones de los indios Creek del pantano Okefenokee de Georgia. Los avistamientos son transversales a toda América del Norte incluyendo casos en Carolina del Sur hacia 1977 y Pensilvania en 1993, pero se concentran en las altas montañas occidentales y bosques de abetos en el norte. Además hay testigos de la presencia de hombres salvajes gigantes con 3 a 6 mts. en Tíbet y Malasia donde se les conoce como "Nyalmo" y "Orang Dalam" respectivamente (17).
Hacia 1960 dos hombres informaron sobre un encuentro con varias criaturas gigantes en Kalgoorlie, Australia Occidental, y vieron una criatura femenina de 2,1 mts. parecida a un gorila, con pechos largos y pelaje de color marrón oscuro. Luego apareció una hembra más pequeña seguida de un macho de al menos 2,7 mts.; más tarde avistaron otro "monstruo peludo como un gorila" con 3,1 mts. de alto en su cobertizo prefabricado separando las paredes y el techo de la estructura frágil. Los aborígenes más tarde les dijeron que este era el territorio de los Jimbra que habían habitado esa comarca desde el "tiempo del sueño". También en toda Australia y desde la época de colonización blanca inicial hasta el día de hoy se ha reportado la existencia de seres peludos y malolientes con 2,1 a 4,3 mts. de alto, caras similares a un gorila, huellas de 60 cms. de longitud con grandes dedos de pies extendidos y genitales grandes y visibles (18).
Los aborígenes creen que el legendario "Tjangara" o "gran hombre peludo" aún habita en las llanuras de Nullarbor (Australia del Sur). En agosto de 1972 el cazador de fósiles Steve Moncreif exploraba un arroyo seco cerca de Yarle Lakes (cercano al Gran Desierto de Victoria, Australia del Sur) cuando percibió un mal olor. Mirando hacia arriba avistó una enorme criatura peluda que lo observaba desde una ribera alta; a unos 6 metros de distancia había otro ejemplar de 3 mts. de alto con genitales masculinos y un gran mazo de piedra en su mano derecha quien persiguió a Moncreif mientras conducía su Land Rover, pero el explorador lanzó su azadón a la cara del animal y logró escapar. Dos años antes y en la misma área se conocieron otros encuentros con el Tjangara y sus huellas que miden 50 cms. de largo. En 1989 unos excursionistas a bordo de dos vehículos divisaron un gigante peludo de 4 mts. de alto que empuñaba un enorme garrote de madera cerca de Etadunna en Australia del Sur.
Referencias
Animales gigantes
1. Fuentes generales: britannica.com, prehistoric-wildlife.com, en.wikipedia.org.
2. Ted Holden, "Megafauna and the attenuated gravity of the antique system", bearfabrique.org; Bill Erickson, ‘Dinosaur giantism’, archive.today.
3. James Morgan, ‘“Biggest dinosaur ever' discovered", 17 de mayo de 2014, bbc.com.
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Humanos gigantes
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33. National Geographic, "Search for the Ultimate Survivor", youtube.com (longitud de "Goliat").
34. C.B. Ruff, E. Trinkaus y T.W. Holliday, "Body mass and encephalization in Pleistocene Homo", Nature, v. 387, 1997, p. 173-6, hopkinsmedicine.org; J. Kappleman, "They might be giants", Nature, v. 387, 1997, p. 126-7.
35. Adrienne Major, The First Fossil Hunters: Paleontology in Greek and Roman times, Princeton, NJ: Princeton University Press, 2000; La Doctrina Secreta, 2:278.
36. www.archaeology.org/0003/abstracts/monsters.html; The First Fossil Hunters, p. 123.
37. Ibídem, p. 79.
38. Cartas Mahatma para A.P. Sinnett, TUP, 2da ed., 1975, p. 2/TPH, edición cronológica 1993, p. 3.
39. La Doctrina Secreta, 2:352.
23. "Discoveries of giant human bones", returnofthenephilim.com/GiantBonesDiscoveries.html.
24. "The country of the giants", New Scientist, 24 de abril de 1958, p. 11.
25. Rex Gilroy, "Giants of the Dreamtime", 1999, internetezy.com.au/~mj129/Australasian_Ufologist2.html; Rex Gilroy, "And there were giants", 1976, internetezy.com.au/%7Emj129/strangephenomenonb.html.
26. "Giant axes and tools: evidence of real giants", 12 de abril de 2011, rephaim23.wordpress.com/2011/04/12/hello-world.
27. http://piclib.nhm.ac.uk/results.asp?image=001676.
28. "Giant Stone-age axes found in African lake basin", 14 de septiembre de 2009, sciencedaily.com/releases/2009/09/090911134624.htm.
29. Chris Stringer y Peter Andrews, The Complete World of Human Evolution, New York: Thames & Hudson, 2da edición, 2011, p. 225; en.wikipedia.org/wiki/Hand_axe.
30. Lee Burger, "Our story: human ancestor fossils", 25 de noviembre de 2007, thenakedscientists.com; Terje Dahl, "A period of gigantism confirmed by Professor Lee Berger", sydhav.no.
31. "Giants in South Africa – by Michael Tellinger", youtube.com.
32. F.E. Grine, W.L. Jungers, P.V. Tobias y O.M. Pearson, "Fossil Homo femur from Berg Aukas, northern Namibia", American Journal of Physical Anthropology, v. 97, 1995, p. 151-85, in-africa.org. Véase también E. Trinkaus, C.B. Ruff y G.C. Conroy, "The anomalous archaic Homo femur from Berg Aukas, Namibia: a biomechanical assessment", American Journal of Physical Anthropology, v. 110, 1999, p. 379-91, artsci.wustl.edu.
33. National Geographic, "Search for the Ultimate Survivor", youtube.com (longitud de "Goliat").
34. C.B. Ruff, E. Trinkaus y T.W. Holliday, "Body mass and encephalization in Pleistocene Homo", Nature, v. 387, 1997, p. 173-6, hopkinsmedicine.org; J. Kappleman, "They might be giants", Nature, v. 387, 1997, p. 126-7.
35. Adrienne Major, The First Fossil Hunters: Paleontology in Greek and Roman times, Princeton, NJ: Princeton University Press, 2000; La Doctrina Secreta, 2:278.
36. www.archaeology.org/0003/abstracts/monsters.html; The First Fossil Hunters, p. 123.
37. Ibídem, p. 79.
38. Cartas Mahatma para A.P. Sinnett, TUP, 2da ed., 1975, p. 2/TPH, edición cronológica 1993, p. 3.
39. La Doctrina Secreta, 2:352.
Gigantopithecus y Meganthropus
1. Eric Pettifor, "From the teeth of the dragon–Gigantopithecus blacki", wynja.com/arch/gigantopithecus.html; Elwyn L. Simons y Peter C. Ettel, "Gigantopithecus", Scientific American, enero 1970, p. 77-85.
2. mhhe.com; uiowa.edu/~nathist/Site/giganto.html.
3. uiowa.edu/%7Ebioanth/giganto.html.
4. en.wikipedia.org/wiki/Meganthropus.
5. Franz Weidenreich, Apes, Giants, and Man, Chicago, IL: University of Chicago Press, 1946, p. 47-66.
6. Grover Krantz, "The origin of the Sasquatch", 1984, www.n2.net/prey/bigfoot/biology/origins.htm; www.geocities.com/tomkinson99/theory/theory.html.
1. Eric Pettifor, "From the teeth of the dragon–Gigantopithecus blacki", wynja.com/arch/gigantopithecus.html; Elwyn L. Simons y Peter C. Ettel, "Gigantopithecus", Scientific American, enero 1970, p. 77-85.
2. mhhe.com; uiowa.edu/~nathist/Site/giganto.html.
3. uiowa.edu/%7Ebioanth/giganto.html.
4. en.wikipedia.org/wiki/Meganthropus.
5. Franz Weidenreich, Apes, Giants, and Man, Chicago, IL: University of Chicago Press, 1946, p. 47-66.
6. Grover Krantz, "The origin of the Sasquatch", 1984, www.n2.net/prey/bigfoot/biology/origins.htm; www.geocities.com/tomkinson99/theory/theory.html.
Hombres salvajes
1. Véase "Visitantes paranormales", parte 7.
2. Loren Coleman y Patrick Huyghe, The Field Guide to Bigfoot, Yeti, and Other Mystery Primates Worldwide, New York: Avon Books, 1999, p. 162-3.
3. Ibídem, p. 161-2.
4. "The Patterson-Gimlin film", oregonbigfoot.com; youtube.com.
5. John Green, "Historical overview and basic facts involved in the Sasquatch or Bigfoot phenomenon", Journal of Scientific Exploration, v. 18, n°1, 2004, p. 37-51, scientificexploration.org; John A. Bindernagel, "The Sasquatch: an unwelcome and premature zoological discovery?", Journal of Scientific Exploration, v. 18, n° 1, 2004, p. 53-64, scientificexploration.org.
6. Michael A. Cremo y Richard L. Thompson, Forbidden Archeology, San Diego: CA: Bhaktivedanta Institute, 1993, p. 601-3.
7. Corliss, Biological Anomalies: Humans III, p. 136, 141.
8. Ibídem, p. 140.
9. Jeff Meldrum, Journal of Scientific Exploration, v. 18, n° 4, 2004, p. 725-8; Henry Gee, "Flores, God and cryptozoology", 27 de octubre 2004, nature.com.
10. occultopedia.com.
11. The Field Guide to Bigfoot, Yeti, and Other Mystery Primates Worldwide, p. 121.
1. Véase "Visitantes paranormales", parte 7.
2. Loren Coleman y Patrick Huyghe, The Field Guide to Bigfoot, Yeti, and Other Mystery Primates Worldwide, New York: Avon Books, 1999, p. 162-3.
3. Ibídem, p. 161-2.
4. "The Patterson-Gimlin film", oregonbigfoot.com; youtube.com.
5. John Green, "Historical overview and basic facts involved in the Sasquatch or Bigfoot phenomenon", Journal of Scientific Exploration, v. 18, n°1, 2004, p. 37-51, scientificexploration.org; John A. Bindernagel, "The Sasquatch: an unwelcome and premature zoological discovery?", Journal of Scientific Exploration, v. 18, n° 1, 2004, p. 53-64, scientificexploration.org.
6. Michael A. Cremo y Richard L. Thompson, Forbidden Archeology, San Diego: CA: Bhaktivedanta Institute, 1993, p. 601-3.
7. Corliss, Biological Anomalies: Humans III, p. 136, 141.
8. Ibídem, p. 140.
9. Jeff Meldrum, Journal of Scientific Exploration, v. 18, n° 4, 2004, p. 725-8; Henry Gee, "Flores, God and cryptozoology", 27 de octubre 2004, nature.com.
10. occultopedia.com.
11. The Field Guide to Bigfoot, Yeti, and Other Mystery Primates Worldwide, p. 121.
12. www.occultopedia.com.
13. 16.1911encyclopedia.org/A/AK/AKKA.htm.
14. The Field Guide to Bigfoot, Yeti, and Other Mystery Primates Worldwide, p. 20-3.
13. 16.1911encyclopedia.org/A/AK/AKKA.htm.
14. The Field Guide to Bigfoot, Yeti, and Other Mystery Primates Worldwide, p. 20-3.
15. fthomas.clara.net/papers/mecheny.html.
16. Loren Coleman y Jerome Clark, Cryptozoology A to Z: The encyclopedia of loch monsters, Sasquatch, Chupacabras, and other authentic mysteries of nature, New York: Fireside, 1999, p. 241; Mark A. Hall, The Yeti, Bigfoot & True Giants, Wilmington, NC: Mark A. Hall Publications, 1997, p. 61-92.
17. The Field Guide to Bigfoot, Yeti, and Other Mystery Primates Worldwide, p. 44, 112.
16. Loren Coleman y Jerome Clark, Cryptozoology A to Z: The encyclopedia of loch monsters, Sasquatch, Chupacabras, and other authentic mysteries of nature, New York: Fireside, 1999, p. 241; Mark A. Hall, The Yeti, Bigfoot & True Giants, Wilmington, NC: Mark A. Hall Publications, 1997, p. 61-92.
17. The Field Guide to Bigfoot, Yeti, and Other Mystery Primates Worldwide, p. 44, 112.
18. Ibídem, p. 142.
19. Ibídem, p. 145.
19. Ibídem, p. 145.