"Quien se beneficie con la sabiduría de la mente universal debe alcanzarla a través de toda la Humanidad sin distinción de raza, complexión, religión o estatus social"
(H.P. Blavatsky, "Occultism versus the Occult Arts").
(H.P. Blavatsky, "Occultism versus the Occult Arts").
Sin embargo, sus argumentos y explicaciones muestran invariablemente un estudio muy incompleto de la literatura teosófica, junto con una tendencia -ya sea deliberada o no- a mencionar las citas fuera de contexto y presentar únicamente una parte de la historia.
Es comprensible que hayan quienes se molesten mucho ante lo que perciben como racismo. Los teósofos son los primeros en acordar que los sesgos raciales representan idiotez, maldad y perjuicios peligrosos para la evolución espiritual de la humanidad.
En el artículo “Respondiendo a calumnias nazistas contra H.P. Blavatsky" ya demostramos que: a) la teosofia NO es racista, b) que los escritos y enseñanzas de H.P.B. NO influyeron en Adolf Hitler o el nazismo, y c) tampoco contienen ideas que aludan vagamente a la supremacía blanca.
No tiene sentido repetir aquí todo el texto, por cuanto aquéllos que realmente deseen conocer los hechos están invitados a cliquear en el enlace provisto y revisarlo detenidamente.
Puesto que dicho escrito no profundizó ni detalló la visión teosófica sobre las razas africanas, surgió la necesidad de este artículo actual. Sin embargo, comenzamos citando un breve extracto del anterior:
“El término 'Raza-Raíz' se usa para referirnos a épocas específicas de la civilización. De acuerdo con las enseñanzas de la Teosofía y H.P.B., cuatro de estas épocas o Razas ya se desarrollaron y extinguieron en nuestro planeta, sucediéndose una tras otra luego de decenas o incluso cientos de miles de años, y así cada Raza-Raíz y su continente particular finalmente son destruidos en gran parte por desastres naturales. Las primeras cuatro razas-raíz ya no existen porque esas épocas ya cumplieron su función, las cuales fueron polar, hiperbórea, lemuriana y atlante. La evolución de la humanidad requiere que existan siete épocas principales y, por lo tanto, siete razas-raíz en total. Actualmente se halla en curso la Quinta Raza y se la menciona en Teosofía como Raza Raíz Aria.
Se llama 'aria' porque los comienzos de su civilización fueron en la antigua tierra conocida como Aryavarta y que hoy se denomina India. Todas las diversas razas en el mundo contemporáneo descienden originalmente de 'Madre India' según la Teosofía, con excepción de los orientales, africanos y algunos aborígenes como los australianos nativos. Son considerados descendientes y supervivientes de razas más antiguas, en especial las últimas sub-razas lemurianas y atlantes.
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"(...) La humana es la única especie que, por desigual que sea en sus razas, puede reproducirse entre sí. 'No se trata de selección entre las razas humanas', dicen los antidarwinistas, y ningún evolucionista puede negar el argumento, que prueba muy triunfalmente la unidad específica. Entonces, ¿cómo puede el ocultismo insistir en que una parte de la humanidad de la Cuarta Raza [atlante] engendró crías de hembras de otra raza, sólo semihumana -si no del todo animal-, híbridos resultantes que no sólo se reprodujeron libremente, sino que dieron lugar a los ancestros de antropoides modernos? La Ciencia Esotérica responde a esto que fue en los mismos comienzos del hombre físico. Desde entonces, la Naturaleza ha cambiado sus senderos, y la esterilidad es el único resultado del crimen de la bestialidad del hombre; pero hasta el día de hoy tenemos pruebas de ello. La Doctrina Secreta enseña que la unidad específica de la humanidad no está exenta de excepciones, incluso ahora, porque hay -o más bien había hace algunos años- descendientes de estas tribus o razas semianimales, tanto de remoto origen lemuriano como lemuro-atlante. El mundo los conoce como tasmanos (ahora extinguidos), australianos, isleños de Andamán, etc. La ascendencia de los tasmanos casi puede probarse por un hecho que sorprendió mucho a Darwin, sin que él pudiera sacar nada de ello, y lo cual merece atención.
Ahora bien, de Quatrefages y otros naturalistas, que buscan probar la monogénesis por el hecho mismo de que todas las razas humanas son capaces de cruzarse entre sí, han dejado fuera de sus cálculos las excepciones, que en este caso no confirman la regla. El cruzamiento humano puede haber sido una regla general desde la época de la separación de los sexos, y sin embargo puede afirmarse otra ley, a saber, la esterilidad entre dos razas humanas, lo mismo que entre dos especies animales de diversas clases, en los raros casos en que un europeo, que condesciende a ver como compañera a una hembra de una tribu salvaje, resulta que elige a un miembro de tales tribus mezcladas*.
*De tales criaturas semianimales, los únicos remanentes conocidos por la etnología fueron los tasmanos, una parte de los australianos y una tribu montañesa en China, cuyos hombres y mujeres están completamente cubiertos de pelo. Eran los últimos descendientes en línea directa de lemurianos semianimales de los últimos días a los que se hace referencia. Hay, sin embargo, un número considerable de pueblos mixtos lemuro-atlantes producidos por varios cruces con tales estirpes semihumanas; por ejemplo, los hombres salvajes de Borneo, los Veddhas de Ceilán -clasificados por el profesor Flower entre los arios (!)-, la mayoría del resto de australianos, bosquimanos, negritos, isleños de Andamán, etc. Los australianos del golfo de San Vicente y las inmediaciones de Adelaida son muy peludos, y la pelusa marrón en la piel de los niños de cinco o seis años asume una apariencia peluda. Son, sin embargo, hombres degradados, no la más cercana aproximación al 'hombre pitecoide' como afirma tan rotundamente Hæckel. Sólo una parte de estos hombres son una reliquia lemuriana (cf. “Budismo Esotérico”, p. 55).
Darwin observa un caso así en una tribu de Tasmania, cuyas mujeres fueron golpeadas repentinamente por esterilidad masiva, algún tiempo después de la llegada entre ellas de colonos europeos. El gran naturalista trató de explicar este hecho mediante el cambio de dieta, alimentación, condiciones, etc., pero finalmente abandonó la solución del misterio. Para el ocultista es muy evidente. La esterilidad advino por el 'cruce' -como se le llama- de europeos con mujeres de Tasmania, es decir, los representantes de una raza cuyos progenitores fueron un monstruo 'sin alma'**, sin mente y un ser humano real, aunque todavía como un hombre sin mente. Esto no sucedió sólo como consecuencia de una ley fisiológica, sino también como un decreto de la evolución kármica en la cuestión de una mayor supervivencia de la raza anormal. En ninguno de los puntos anteriores la ciencia está preparada todavía para creer, pero tendrá que hacerlo a largo plazo. La filosofía esotérica, recordemos, sólo llena los vacíos dejados por la ciencia y corrige sus falsas premisas.
**Al llamar al animal 'sin alma', no se está privando de ésta última a la bestia -desde la especie más humilde hasta la más elevada-, sino sólo de un Ego-alma sobreviviente y consciente, es decir, ese principio que trasciende a la muerte del individuo y reencarna en un hombre similar. El animal tiene un cuerpo astral que sobrevive a la forma física por un breve período, pero su Mónada (animal) no reencarna en la misma, sino en una especie superior, y por supuesto no tiene Devachan. Tiene las semillas de todos los principios humanos en sí mismo, pero están latentes".
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Pero esto no significa que esas razas o los miles de millones de personas que pertenecen a ellas sean 'inferiores' de alguna forma. Blavatsky enseñó que la persona real es el alma interior y que reencarna en los cuerpos de varias razas a lo largo de su largo viaje evolutivo. 'Por lo tanto, la razón dada para dividir a la humanidad en razas superiores e inferiores se derrumba y deviene una falacia' ('La Doctrina Secreta', vol. 2, p. 425)”.
Pero debe haber alguna razón por la cual se cree que la Teosofía es contraria a las personas de raza negra y degrada su condición.
En particular existe un pasaje utilizado por los "críticos" para apoyar esta opinión. Se trata de una nota al pie de la página 421 en el segundo volumen de "La Doctrina Secreta":
“Es obvio que la humanidad está dividida en hombres imbuidos por la divinidad y criaturas humanas inferiores. La diferencia intelectual entre los arios y otras naciones civilizadas y los salvajes como los isleños del mar del Sur es inexplicable por cualquier otro motivo. Ninguna medida de cultura ni generaciones de entrenamiento en medio de la civilización podrían elevar especímenes humanos como los bosquimanos, los veddhas de Ceilán y algunas tribus africanas al mismo nivel intelectual que arios, semitas y los llamados turanios. La 'chispa sagrada' está ausente en esos grupos y ellos son las únicas razas inferiores en el mundo, que debido al sabio ajuste de la naturaleza que siempre funciona en esa dirección felizmente se extinguen con rapidez. Verdaderamente la humanidad es 'de una sola sangre', pero no de la misma esencia. Somos un 'invernadero', plantas artificialmente criadas en la naturaleza y poseemos en el interior una chispa que está latente".
Sin duda esto puede sonar prejuiciado, pero hay que tener en cuenta algunos puntos:
(1) En la época victoriana -cuando se escribió esa cita- el término "salvaje" se usaba en el sentido de lo que ahora podríamos llamar "pueblos primitivos" y se refería a su forma de vida primitiva y supuestamente incivilizada, en lugar de implicar que en realidad eran salvajes, viciosos y bestiales; (2) el pasaje señala "algunas tribus africanas" y NO “todas” de ninguna manera, y (3) la palabra "felizmente" no se refiere a una especie de "deleite alegre", "macabro" o "sádico" sobre la extinción de ciertas razas. Esto es lo que los opositores de la Teosofía quisieran que las masas pensaran, pero nadie que haya hecho correctamente su investigación podría obtener una conclusión tan falsa. Las razas van y vienen a medida que pasan los ciclos del tiempo y la extinción de cualquier grupo racial, independiente de su color de piel, no es algo que deba ser lamentado en particular ya que la extinción se aplica sólo a la capa externa (cuerpo físico) y no al alma interna que simplemente avanza hacia más encarnaciones en los cuerpos de otras razas.
También la expresión "algunas tribus africanas" aparece en el vol. 2, p. 162 de "La Doctrina Secreta" que dice: "Aquí se entiende por razas inferiores -de las cuales aún quedan algunos análogos- las australianas (que ahora mueren rápidamente) y algunas tribus africanas y oceánicas".
Algunos han considerado que también existen "prejuicios raciales" en la nota a pie de página en el vol. 2, p. 717:
"Según los datos proporcionados por la ciencia moderna, la fisiología y la selección natural y sin recurrir a ninguna creación milagrosa, dos especímenes humanos negros de la inteligencia más baja- digamos, idiotas que nacen mudos- pueden producir una especie Pastrana tonta que iniciaría una nueva raza modificada y, por lo tanto, en el curso del tiempo geológico generarían el simio antropoide regular".
Por lo que podemos apreciar, el pasaje no expresa necesariamente los puntos de vista de H.P.B. o los propios Maestros sobre el tema. Obsérvese que ella comienza el párrafo diciendo: "Según los datos proporcionados por la ciencia moderna, la fisiología y la selección natural...”, pero no señala que esté de acuerdo con esto, y así Blavatsky expresa una idea hipotética que se podría haber formulado en ese momento basada en los datos indudablemente imperfectos, inexactos e incompletos “proporcionados por la ciencia moderna, la fisiología y la selección natural".
Por tanto, en ninguna parte del párrafo se sostiene o implica la idea de "esto es lo que enseña la Doctrina Esotérica" o "esto es lo que creemos" y los críticos debieran leerlo en contexto con la página y la sección en la que se encuentra.
Si tal afirmación fuera realmente la opinión personal de Blavatsky, entonces ella la contradice en la primera nota al pie de la página 607 en el mismo volumen: "La unidad de la especie humana fue aceptada por el ilustre profesor de Cambridge (EE. UU.) [refiriéndose al profesor Agassiz] de la misma manera que los ocultistas, es decir, en el sentido de su homogeneidad esencial y original y su procedencia de la misma fuente; por ejemplo, negros, arios, mongoles y otros se originaron todos de igual manera y de los mismos antepasados".
Otros más han acusado a la declaración en la Estrofa X (titulada "La Historia de la Cuarta Raza") del vol. 2, que señala la supuesta “afirmación racista” de que algunos seres humanos en tiempos de la Atlántida se "se volvieron negros con el pecado", lo que implicaría que la piel negra es el resultado de algún tipo de "transgresión" o delito menor.
No obstante, el lenguaje contenido en el Libro Secreto de Dzyan -del cual se derivan las Estrofas sobre Cosmogénesis y Antropogénesis en los dos volúmenes de "La Doctrina Secreta"- es de índole simbólica y alegórica, al igual que gran parte del esoterismo oriental. Helena Blavatsky explica el significado de la frase en una nota al pie de la página 408 de ese volumen, indicando claramente que la expresión "tornarse negros con el pecado" es "una figura retórica" y no hace referencia al color de la piel o a un origen étnico. En consecuencia, subrayamos que el entusiasmo de algunos por ver prejuicios raciales donde no existen, revela más sobre esos individuos que respecto de cualquier otra persona o enfoque.
Leamos y sopesemos con calma esta afirmación:
“Si mañana Europa desapareciera y en su lugar resurgieran otras tierras, y si las tribus africanas se separaran y dispersaran sobre la faz de la Tierra, son ellas quienes dentro de unos cien mil años formarán el grueso de las naciones civilizadas. Y son los descendientes de aquéllos en nuestras naciones altamente cultas que podrían haber sobrevivido en alguna isla y sin ningún medio de cruzar los nuevos mares los que volverían a caer en un estado de relativo salvajismo. Así, la razón dada para dividir a la humanidad en razas superiores e inferiores se derrumba y convierte en una falacia" ("La Doctrina Secreta", vol. 2, p. 425).
Por tanto, podríamos preguntarnos por qué "los bosquimanos, los veddhas de Ceilán y algunas tribus africanas" fueron descritos claramente por la misma autora en la obra señalada como "razas inferiores" si toda la noción de grupos raciales superiores/inferiores es falaz. Nuestra respuesta es que no sabemos [ver nota anterior en azul], pero sí destacamos que en una entrevista con Charles Johnston, Blavatsky una vez le informó que:
"Realmente no existen 'razas inferiores' porque todas son una en nuestra humanidad común; y como todos hemos tenido encarnaciones en cada uno de estos grupos, deberíamos ser más fraternales con ellos".
¿Puede esto ser considerado racista? ¿O qué tal esto?:
“Es bien sabido que la primera regla de la Sociedad Teosófica es llevar a cabo el objeto de formar el núcleo de una hermandad universal. El trabajo práctico de esta regla fue explicado por quienes lo establecieron con el siguiente efecto:
EL QUE NO PRACTICA ALTRUISMO Y NO ESTÁ PREPARADO PARA COMPARTIR SU ÚLTIMO BOCADO CON UNO MÁS DÉBIL O POBRE QUE ÉL MISMO; AQUÉL QUE SE NIEGA A AYUDAR A SU HERMANO DE CUALQUIER RAZA, NACIÓN O CREDO, DONDE QUIERA QUE ENCUENTRE SUFRIMIENTO, Y QUIEN VUELVE UN OÍDO SORDO AL LLANTO DE LA MISERIA HUMANA; AQUÉL QUE OYE A UNA PERSONA INOCENTE SIENDO CALUMNIADA, YA SEA UN HERMANO TEÓSOFO O NO, Y NO SE COMPROMETE CON SU DEFENSA COMO ASUMIRÍA LA SUYA, ÉSE, NO ES TEÓSOFO” (H.P. Blavatsky, 'Let Every Man Prove His Own Work')”.
También debe agregarse que las palabras "Negro" y "Negroes" (en inglés) como las emplea H.P.B. son simplemente equivalentes estándar de la era victoriana para nuestras expresiones más modernas de "persona/gente negra" o "negros africanos". En la actualidad, si los anglófonos hablan de "Negro/Negroes” a menudo se considera una modalidad obsoleta y no muy políticamente correcta, pero para el momento histórico en que se escribió "La Doctrina Secreta" eran vocablos inocuos y puramente descriptivos como las frases que empleamos hoy, aunque a título personal no nos agrada referirnos o describir a nadie por su color de piel, ya que es un aspecto muy externo o baladí. Sin embargo, cuando se escribe en profundidad sobre la antropogénesis, este detalle se hace inevitable.
Todos saben -o deberían saber- que el primer y principal objetivo para el que se fundó el Movimiento Teosófico fue lograr la Hermandad Universal sin distinción de raza, credo, color, casta, religión, género o cualquier otra, ¡y es casi redundante señalar que es la antítesis de la discriminación y los prejuicios raciales!
Como dijo el Maha Chohan o Maestro de Maestros en su famosa Carta sobre los objetivos del Movimiento Teosófico: "La raza blanca debe ser la primera en extender su mano de comunión a las naciones negras y convocar al hermano 'negro' pobre y despreciado. Esta perspectiva puede no ser popular, pero quien se oponga a este principio no es teósofo".
Ha habido estudiantes africanos y afroamericanos interesados en la Teosofía y "La Doctrina Secreta" desde los primeros días y lo cual continúa en el presente. Si la Doctrina fuera verdaderamente racista o despectiva de su raza y etnia en general, entonces ¿por qué continuarían con sus estudios?
Un viejo artículo en una edición de "The Afro American" (octubre de 1934) informaba sobre el creciente interés y asistencia en esa época de afroamericanos a la Logia Unida de Teósofos en Nueva York. La señorita Eloise Ives, descrita en el texto como secretaria de dicha sede y una de las cofundadoras originales de esta colectividad con Robert Crosbie y otros, sostuvo: “Damos la bienvenida a los miembros de color y ojalá tengamos más. La hermandad universal es una de las principales creencias de los teósofos y estamos convencidos de que todas las almas son iguales en origen, esencia y objetivo, y que la apariencia externa no importa".
La declaratoria de misión expresada por la L.U.T. es "difundir ampliamente las Enseñanzas de la Teosofía tal como están registradas en los escritos de H.P. Blavatsky y William Q. Judge".
Actualmente existe una Logia homónima activa en Camerún y hay teósofos de origen y descendencia africanos que estudian, trabajan, dan charlas y dirigen reuniones en numerosas Logias en todo el mundo. El autor del presente artículo nunca ha sabido que algún teósofo tenga una opinión negativa o prejuiciosa sobre los pueblos africanos o cualquier otro.
Las palabras contenidas en el vol. 2, p. 421 de “La Doctrina Secreta” de hecho dan la impresión de tener prejuicio racial, pero al examinar todo el contexto se ve fácilmente que ni H.P. Blavatsky, ni las enseñanzas teosóficas ni el Movimiento homónimo tienen prejuicios raciales en absoluto. Aquéllos lectores que todavía estén inclinados a dudar o cuestionar esto o que simplemente deseen aprender más se les anima a leer “Respondiendo a las calumnias nazistas contra H.P. Blavatsky”, y como ya sugerimos en la página de “Presentación”, si resulta útil o interesante compártala con otros.
En su artículo "The Mote and the Beam" Blavatsky declara lo siguiente y que es de gran importancia con respecto a este asunto:
"¿Y por qué no dirigir la atención pública a más de una 'vergüenza para una nación civilizada' que tiene lugar en territorio británico y lares estadounidenses, como por ejemplo el tratamiento repugnante hacia los millones de nativos por angloindios -desde el brahmán más elevado hasta el paria más modesto- y la actitud no menos repulsiva de los estadounidenses blancos hacia sus conciudadanos negros o los desventajados indígenas Piel-Roja? Los caníbales infligen menos tortura a sus prisioneros de guerra que las dos naciones cristianas cultas en cuestión sobre sus Hermanos de color pertenecientes a razas 'inferiores'. Los primeros matan y devoran a sus víctimas, después de lo cual éstas se dejan reposar, mientras que los blancos de Inglaterra y Norteamérica actúan peor que Caín hacia sus súbditos y ciudadanos negros: los torturan mentalmente -cuando no en términos físicos- desde la cuna hasta la tumba, negándoles todos los privilegios a que tienen derecho, y luego dándose la vuelta y escupiéndoles como si fueran sapos".
Resulta trágicamente irónico que muchos de los que acusan a la Teosofía de ser "anti-negros" o racistas contra los africanos son devotos adherentes de la Iglesia cristiana. ¿Acaso no conocen -o simplemente eligen pasar por alto- el hecho inquietante de que la Iglesia y religión cristiana organizadas constituyeron el impulso para el comercio de esclavos?
El horrendo crimen de la esclavitud es denunciado por H.P.B. en su libro "La Clave de la Teosofía", p. 42-43, donde leemos: "La culpa de este gran crimen descansa en la Iglesia cristiana".
¿Podría ser que, si bien ya no se dedican a esclavizar físicamente a las personas, la Iglesia y sus líderes todavía las dominan en mente y emociones?
Cualquiera que sea el caso, es bien sabido que históricamente la Iglesia ha sido uno de los críticos más acérrimos del matrimonio interracial, y por otra parte la Teosofía no se opone en lo más mínimo. H.P. Blavatsky y William Judge dejaron claro que la mezcla de razas es una necesidad vital para que la evolución humana pueda continuar y así obtener tipos físicos más avanzados para el uso de las almas humanas en constante desarrollo. Tanto las razas blancas como negras algún día serán cosa del pasado. Sólo lo interior es real y es esto lo que perdura.