10 de marzo de 2022

Las "visiones kármicas" de H.P. Blavatsky


Es bien sabido que el célebre Carl Jung tuvo una poderosa premonición de la Primera Guerra Mundial aproximadamente un año antes de su estallido. Lo que por desgracia no es tan conocido es que H.P. Blavatsky experimentó lo que en mayo de 1964 la revista "The New Yorker" llamó "una visión mucho más temprana y realista" de lo que sucedería.

Blavatsky claramente previó y describió con detalles muy precisos no sólo la Primera Guerra Mundial sino también la segunda gran conflagración. Lo hizo en 1888, 26 años previos al primer conflicto y 51 antes que se produjera el más reciente.

La autora describe eventos pasados, presentes y futuros en forma de historia convincente en su artículo titulado "Karmic Visions" que se publicó en la revista teosófica británica "Lucifer" para junio de 1888. En realidad, no se sabe a ciencia cierta cómo llegó a señalar un vaticinio tan exacto de las próximas guerras, y es posible que en términos concretos haya tenido una visión o también pudo acceder a información tan fácilmente como hoy buscamos datos en internet, y sin lugar a dudas a través de sus poderes espirituales altamente desarrollados. De forma alternativa, es posible que sus Maestros indios o Mahatmas de la Hermandad Transhimaláyica trabajaran junto con ella en el artículo.

Cualquiera que sea el caso, las "visiones" a las que se hace referencia en el título de esa publicación no son suyas, sino que se atribuyen al protagonista de la historia.

Refiriéndose a esto en su libro "H.P.B.: La extraordinaria vida e influencia de Helena Blavatsky", Sylvia Cranston comentó: "Para el momento en que se escribió esta relación no hubo guerras importantes en Europa durante dos décadas, y esta paz continuaría por otros veinticinco años. Se alentaba a los observadores europeos a predecir un milenio de concordia, prosperidad y progreso científico, y en este contexto la historia de H.P.B. predice la embestida de la Primera Guerra Mundial y el período posterior cuando los ejércitos tendrían armas para destruir a millones de personas instantáneamente".

Entonces, a diferencia de la visión profética que experimentó Jung, la guerra definitivamente no estaba "en el aire" para cuando H.P.B. escribió el artículo. Sin embargo, por su naturaleza y contenido parece ser que ambas guerras mundiales fueran inexorables y era demasiado tarde para detenerlas o evitar que sucedieran. ¿Y por qué sucedió esto? Debido a KARMA, porque sus causas ya se habían puesto en marcha, incluso desde el siglo V d. C., y ahora esos factores y un conglomerado de otros aspectos relacionados estaban a punto de dar lugar a un efecto kármico masivo y letal.

Todo cuanto sembramos eventualmente debemos cosecharlo; aquéllo que cosechamos es porque antes lo cultivamos. Esta es la Ley del Karma, que no se relaciona en absoluto con el fatalismo, el juicio o la ira de cualquier tipo de divinidad. La Ley Kármica es la del destino creado por uno mismo, pues en el pasado creamos nuestro presente y en éste forjamos el futuro. Cada uno de nosotros posee una enorme responsabilidad y casi inimaginable, pero muy pocos realmente se dan cuenta de que este es el caso. Nuestro proceder actual, e incluso algunos actos que pueden parecer intrascendentes, tendrán una gran influencia y efecto no sólo en nosotros sino también en otros tanto en esta vida como en las futuras.

El protagonista de "Karmic Visions" es Federico III de Alemania. Aunque sin ser mencionado en el artículo, los detalles y las descripciones sirven para que quede claro que se refería a él. El monarca murió por cáncer de garganta a la edad de 56 años justo cuando el artículo iba a publicarse, y el texto concluye retratando a dicho individuo en un estado extremadamente débil y al borde de la muerte por un padecimiento que, según parece, era parte de su karma por haber clavado cruelmente su lanza en el cuello de una anciana, vidente o profetisa durante su encarnación como Clovis, gobernante del siglo V y fundador del reino franco.

Los francos eran una confederación de tribus germánicas y en palabras de H.P.B. Clovis fue un "déspota despiadado", un guerrero vicioso, malvado y sanguinario a pesar de su famosa conversión al cristianismo y a instancias de su esposa Clotilde, la princesa burgundia.

Luego vemos que el alma encarnada como Clovis finalmente renació en la misma parte del mundo como Frederick, hijo del kaiser Wilhelm I. Existe una entrada en Wikipedia sobre este personaje donde se puede leer una breve descripción de su vida (https://es.wikipedia.org/wiki/Federico_III_de_Alemania). 

Como H.P.B. expresa en la historia: “Hijo de un Príncipe y nacido para gobernar él mismo un día el reino de su padre; rodeado desde la cuna por reverencias y honores; merecedor del respeto universal y seguro del amor de todos, ¿qué podría el Alma-Ego desear más aparte de la forma que habitaba? Y así, el Alma-Ego continúa disfrutando de la existencia en su torre de fortaleza, contemplando en silencio el panorama de la vida que siempre cambia ante sus dos ventanas, los ojos azules de un hombre amoroso y bueno. Cierto día, un enemigo arrogante y bullicioso amenaza el reino del padre y los instintos salvajes del viejo guerrero se despiertan en el Alma-Ego. Abandona la tierra de sus sueños entre las flores de la vida y hace que su Ego de barro saque la espada del soldado, asegurándole que está en defensa de su país. Impulsándose mutuamente a la acción, derrotan al enemigo y se cubren de gloria y orgullo haciendo que el arrogante enemigo muerda el polvo a sus pies en suprema humillación. Para esto se hallan coronados por la historia con laureles de valor que no desaparecen y son los del éxito. Hacen un escabel para el enemigo caído y transforman el pequeño reino de su padre en un gran imperio; y satisfechos de no poder lograr nada más en el presente, regresan a la reclusión y al país de ensueño de su dulce hogar".

Pero no pasaría mucho tiempo antes de que Frederick desarrollara el debilitante cáncer laríngeo que le causó un sufrimiento tan terrible y prolongado durante el resto de su vida.

"Caliente y febril", el cuerpo actual de esa alma "se revuelve en agonía inquieta. Para éste, el tiempo de los sueños felices es ahora una sombra desaparecida, un recuerdo que pasó de largo. A través de la agonía mental del alma yace un hombre transformado, y mediante la agonía física de la cobertura aletea en ella un Alma completamente despierta. El velo de la ilusión se ha desprendido de los fríos ídolos del mundo, y las vanidades y el vacío a menudo horribles de la fama y la riqueza están al descubierto ante sus ojos. Los pensamientos del Alma caen como sombras oscuras sobre las facultades cogitativas del cuerpo que rápido se desorganiza, persiguiendo al pensador diariamente, cada noche, cada hora (…) La visión de su corcel resoplando no le agrada más. El recuerdo de armas y estandartes arrebatados del enemigo, de ciudades arrasadas, trincheras, cañones y tiendas de campaña desde una variedad de despojos conquistados ahora enardece muy poco su orgullo nacional. Esos pensamientos ya no lo conmueven y la ambición se ha vuelto impotente para despertar en su corazón doloroso el altivo reconocimiento de cualquier acción valiosa de caballería".

Por cierto, "ahora visiones de otro tipo acosan sus días cansados y largas noches de insomnio".

Y aquí comienza la previsión sobre la Primera Guerra Mundial en “Karmic Visions": 

“Lo que ahora ve es una multitud de bayonetas que se enfrentan entre sí en una niebla de humo y sangre; miles de cadáveres destrozados que cubren el suelo, desmembrados por las armas asesinas ideadas por la ciencia y la civilización, bendecidas para el éxito por los siervos de su Dios. Ahora sueña con hombres amputados, sangrantes, heridos y moribundos, con mechones enmarañados, mojados y empapados de sangre (…) contempla y siente la tortura de los caídos por millones que mueren tras largas horas de terrible agonía mental y física, que expiran en el bosque y la llanura, en zanjas estancadas al lado del camino y en charcos de sangre bajo un cielo negro de humo. Sus ojos están una vez más clavados en los rojos torrentes, cada gota de la cual representa una lágrima de desesperación, un llanto desgarrador, una tristeza de por vida. Oye de nuevo los escalofriantes suspiros de desolación y los estridentes gritos que resuenan en el monte, el bosque y el valle. Ve a las viejas madres que han perdido la luz de sus almas y las familias desprovistas de la mano que los alimentaba. Contempla a viudas jóvenes arrojadas al mundo ancho y frío, y mendigos huérfanos que claman por miles en las calles. Encuentra a las jóvenes hijas de sus soldados veteranos más valientes que intercambian sus ropas de luto por los llamativos perifolios de la prostitución, y el Alma-Ego se estremece en la forma dormida (…) Su corazón está desgarrado por gemidos de hambrientos; sus ojos se hallan cegados por el humo de las aldeas en llamas, casas destruidas, pueblos y ciudades en ruinas humeantes".

Pero desafortunadamente para Federico, el príncipe heredero, eso no es todo lo que contempla. El alma dentro de él le muestra que, como resultado de "esas sangrientas victorias" logradas por él y sus ejércitos, tanto en la vida presente como en la anterior y en los terribles y duraderos efectos producidos en los niveles externo e interno de éstos últimos, ocurrirá que después del primer gran conflicto que acaba de presenciar con horror en su turbulento sueño, su amada tierra de Alemania terminará siendo poco más que "una legión de títeres de guerra como unidades y una gran bestia salvaje en su colectividad. Una bestia que, como el mar a lo lejos, duerme tristemente ahora [luego de la Primera Guerra], pero caerá con más furia sobre el primer enemigo que se le indica. ¿Indicado por quién?”

Hoy casi ninguna persona será incapaz de reconocer exactamente a quién se refiere H.P.B., incluso con el más mínimo conocimiento sobre la historia del mundo moderno: "Es como si un Demonio orgulloso y despiadado, asumiendo una autoridad repentina, ambición y poder hechos persona, hubiera cargado con mano de hierro a las mentes de todo un país. ¿Por qué malvado encantamiento ha llevado a la gente a aquellos días primitivos de la nación en que sus antepasados -los suevos de pelo amarillo y los traicioneros francos- vagaban en su espíritu guerrero sedientos de matar, diezmar y someterse unos a otros? ¿Por qué poderes infernales se ha logrado esto? Sin embargo, la transformación se ha producido y es tan innegable como el hecho de que sólo el Demonio se regocija y jacta de la transformación efectuada".

¿Y entonces? "El mundo entero está mudo de expectación y sin aliento. No es una esposa o una madre, pero está obsesionada en sus sueños por la nube de tormenta negra y siniestra que sobresale por toda Europa. La nube se está acercando cada vez más. Oh, ¡ay, horror!"

Preveo una vez más para la Tierra el sufrimiento que ya tengo atestiguado", grita Federico en silencio dentro de sí mismo. “¡Leí el destino fatal en el semblante de la juventud floreciente de Europa! Pero si vivo y tengo el poder, nunca, ¡oh, mi país nunca más volverá a participar!”

Pero fue demasiado tarde y nada puede hacer que retroceda la implacable mano de Karma. Wilhelm I murió en marzo de 1888 y “el hombre más joven es en adelante un monarca. Sin voz e indefenso, es sin embargo un poderoso, el maestro autocrático para millones de sujetos. El destino cruel ha erigido un trono para él sobre una tumba abierta y lo llama a la gloria y al poder. Devorado por el sufrimiento, de pronto se ve coronado y la forma que se desperdicia es arrebatada de su cálido nido en medio de palmerales y rosas; se revuelve desde el sur balsámico hacia el norte helado donde las aguas se endurecen en arboledas de cristal y 'se elevan olas sobre olas en las montañas sólidas' adonde él ahora se apresta para reinar y se apresura a morir".

Tras un reinado de tan sólo 99 días, Federico III, emperador de Alemania y rey de Prusia, falleció en medio de grandes sufrimientos físicos y mentales. El heredero al trono era su hijo mayor, el kaiser Wilhelm II, quien se convirtió en uno de los principales instigadores de la Primera Guerra Mundial. Un mes posterior a la muerte de Frederick (1888) y la publicación de "Karmic Visions", Adolf Hitler nacía en abril de 1889. El resto, como dicen, es literalmente historia.

En la sección sobre "Evolución cíclica y karma" en "La Doctrina Secreta", Helena Blavatsky escribió que "en cualquier caso y respecto al pronóstico de tales eventos futuros -todos predichos sobre la autoridad de las recurrencias cíclicas- no está implicado ningún fenómeno psíquico. No es ni previsión ni profecía; no más de lo que constituye la señalización de un cometa o estrella varios años antes de que aparezca. Es simplemente el conocimiento y los cálculos matemáticamente correctos que permiten a los HOMBRES SABIOS DE ORIENTE predecir, por ejemplo, que Inglaterra está en la víspera de tal o cual catástrofe, que Francia se acerca a ese punto de su ciclo y Europa en general amenazó con un cataclismo -o más bien está ad portas de él- que se producirá por su propio ciclo de Karma".

El artículo "Karmic Visions" probablemente significó poco para aquéllos que lo leyeron en ese momento, aparte de la identidad obvia del protagonista. Pero ¿quién puede revisarlo hoy luego de ocurridos los eventos que describe y sin sentirse profundamente conmovido?

¿Habrá una Tercera Guerra Mundial? Blavatsky dijo a un entrevistador hacia el final de su vida: "Si usted pudiera apreciar lo que yo vaticino, comenzaría en alma y corazón a difundir la enseñanza de la fraternidad universal. ¡Es la única salvaguardia!"