21 de diciembre de 2022

Doce ejemplos de reencarnación y marcas corporales verificadas (8 de 12)

Por Ian Stevenson, "Reincarnation and Biology" (1997), capítulo 6


NECIP UNLUTASKIRAN

Resumen

Necip nació en 1951 (18) (no fue posible averiguar una fecha más exacta) en el barrio de Yamagli, distrito de Karsiyaka, Adana (Turquía), hijo de Suleyman Unlutaskiran y Celile, ambos analfabetos. Tuvieron otros cinco descendientes, pero no supe cuál era la posición de Necip entre ellos, si bien Mehmet fue el mayor. Suleyman era un trabajador de medios humildes, y tanto él como su familia pertenecían a las clases más bajas. Se descubrió que tras el alumbramiento de Necip éste mostraba numerosas marcas en cabeza, rostro y tronco, cuya relevancia surgió sólo más tarde.

En un comienzo los padres le llamaron Malik, pero en la época de su nacimiento Celile soñó con un hombre -autodenominado Necip- quien le dijo que había acudido a ella, y por la influencia de este hecho Suleyman y su esposa decidieron renombrarlo como Necati (la familia ya tenía un hijo apodado Necip). Cuando éste último pudo hablar, insistió en que realmente se llamaba Necip y no respondía a otros apelativos, por lo cual la pareja le rebautizó [ver Parte 2, ejemplo de Tali Sowaid]. Celile afirmaba que Necip desarrolló el habla lentamente en comparación con el resto de su prole; no principió a expresarse adecuadamente hasta los 4 años y a los 5 tuvo más fluidez.

(18) Necip tenía una cédula de identidad que fechaba ridículamente su nacimiento en 1947. Su padre admitió haberla falsificado para que el hijo terminase antes la conscripción militar, y así encontraría trabajo con el propósito de suplir económicamente a la familia.

Uno de los primeros asertos por Necip relativos a una vida pasada se produjo cuando tenía 6 años (20). Un día escuchó niños gritar durante una ceremonia de casamiento en el barrio; aseveró que él mismo tenía hijos y rogó a su madre que le llevara con esa gente, replicando ésta que era demasiado joven para tener su propia familia. Necip insistió en que decía la verdad, y a partir de entonces gradualmente narró detalles sobre la parentela que sostenía recordar. Manifestó haber vivido en Mersin (ciudad a unos 80 kilómetros de Adana), muriendo apuñalado e indicaba varias partes corporales. Fue en ese momento que persistía en ser llamado Necip y no de otra forma.

(20) En comparación con muchos sujetos, Necip no sólo demoró en aprender a comunicarse, sino también para articular remembranzas. El primer encuentro entre las familias se generó cuando este joven era mucho mayor que otras personas investigadas en contextos similares (...).

En este ejemplo, el atraso en la reunión no fue por voluntad del niño, pues mencionaba pormenores sobre su familia previa (y pidió conocerla) durante muchos años antes que se verificaran. Probablemente la larga distancia entre ambos grupos retrasó el encuentro (...).

Originalmente los padres casi no tenían interés en las afirmaciones de Necip, y más tarde Celile recordó maltratarlo una vez para que guardara silencio. Ella y su marido no hicieron nada por constatar dichas memorias, y al final su exactitud sólo se confirmó más o menos por "casualidad", como veremos a continuación.

Kamil Mart, suegro de Suleyman, nació en Antakya, pero a los 15 años se cambió a Adana donde Celile fue traída al mundo. Aproximadamente en 1954 moraba en Karaduvar, próximo a Mersin; casi a la vez, siendo viudo y luego de una breve relación desposó a Fatma, originaria de esa localidad. En el verano de 1963 Celile fue hasta Karaduvar con Necip para visitar a su padre y madrastra, y ninguno de ellos conocía a Fatma, pero el niño la identificó diciendo “antes eras mi 'abuela', pero ahora eres mi verdadera abuela”. Ésta última era domiciliada en el barrio de Mersin, donde también asesinaron a un hombre llamado Necip Budak, y ella era conocida localmente como "abuela". Necip habló con más detalle sobre sus recuerdos, cuya verdad Fatma reconoció al besarlo entre lágrimas.

El encuentro avivó más el deseo del chico por ver a la familia del occiso en Mersin, y al enterarse que su abuelo iba allí solicitó que le permitieran acompañarlo; así el nieto reconoció a varios miembros -en circunstancias que describiré más adelante- quienes corroboraron las evocaciones.

Hubo noticias del caso en los diarios Yeni Sabah el 4 de agosto de 1963 y Aksam el 6 de agosto, concitando interés en Resat Bayer quien me envió una traducción de dichos informes. En noviembre de 1963 aquél viajó hasta Adana y Mersin donde inició las primeras averiguaciones; en marzo de 1964 Bayer y yo llegamos al centro-sur de Turquía para proseguir el estudio y entrevistamos a individuos en ambas parentelas. En 1966 Bayer analizó más la instancia por su cuenta logrando revisar la diligencia sumaria contra Ahmet Renkli por el asesinato de Necip Budak, y la autopsia del cuerpo efectuada en el Hospital del Gobierno de Mersin. En 1967 retomamos el caso en Adana y Mersin concluyendo nuestras tareas principales, pero tuvimos visitas de seguimiento con Necip en 1970 y 1977.


Personas entrevistadas

En Adana:

-Necip Unlutaskiran
-Suleyman Unlutaskiran, padre
-Celile, madre
-Mehmet, hermano mayor

En Mersin:

-Husniye, hermana de Necip Budak
-Abdulkerim Budak, hermano mayor del muerto
-Ahmet Budak, padre
-Huriye, madre
-Zehra, viuda de Necip
-Elif Palamut, madre de Zehra y suegra del fallecido
-Munerer y Abdurrahim, hijos de Necip
-Selma Demirtas y Suleyman Emektag, vecinos de los Budak
-Mehmet Yetiker, posible testigo presencial del crimen

En Karaduvar:

-Kamil Mart, padre de Celile y esposo de Fatma

Bayer habló además con varios informantes sin mí, incluidos otros dos a quienes no interrogué: a) Ahmet Renkli, homicida de Necip Budak (Resat anotó una larga declaración suya en 1963, pero cuando lo conocí al año siguiente y reencontré en 1967 no creí necesario pedirle que repitiera sus dichos); y b) Necat Budak, hijo de Necip.

Resat y yo fuimos a Karaduvar (1964) para pláticas con los Mart y Fatma se hallaba enferma, pero dialogó brevemente con nuestro intérprete árabe (Bayer grabó una declaración sucinta de ella en 1963).

Zehra Budak volvió a contraer matrimonio y su segundo marido fue Hasan Hergeleci, pero me referiré a aquélla por su primer nombre de casada. Por otra parte, Suleyman Unlutaskiran siempre fue muy amable al momento de nuestras visitas, pero tenía mala memoria para los detalles. Como se aprecia en la tabla 6-4, antes que se conocieran las familias su esposa fue la principal corroboradora de lo mencionado por Necip sobre la vida pasada.

Hasta 1963 dicho sujeto conservó múltiples recuerdos y Bayer apuntó un extenso diálogo con él ese año. Varios informantes, sobre todo la madre de Necip, hablaban poco o nada de turco y precisamos un mediador árabe. Algunos esperaron remuneraciones por ofrecer datos y Huriye (madre del occiso) mostró esa venalidad durante los encuentros de 1964 y 1966. Lo mismo hizo Celile a fines del seguimiento en la década de 1970; en los '60 no pidió nada, aunque por lo general llevábamos algún presente para el chico investigado o su familia. En nuestra última conversación con Necip (1977) él mismo nos exigió algo de dinero -lo cual jamás había ocurrido- y se le otorgaron 150 liras turcas. Cabe citar que ningún otro informante de relevancia solicitó peculio por dar su testimonio (21).

(21) Mi política general es no estipendiar por datos, aunque ofrezco compensaciones a aquéllos que faltaban al trabajo o incurrían en gastos para reunirse conmigo o un asociado. Por lo común llegábamos con pequeños obsequios para una segunda entrevista, y también di regalos monetarios a otros testificantes empobrecidos. Aunque a lo largo de estos años dialogué con miles de individuos, creo que menos de una veintena reclamó compensaciones abiertamente.


Hechos geográficos relevantes y otros antecedentes

Adana es la ciudad más extensa del centro-sur turco y capital de la provincia homónima. En el lapso que nos atañe, su población era de aproximadamente 300.000 habitantes y la mayoría connacionales, incluyendo 25.000 árabes (aunque muchos jóvenes hablaban turco), y casi todos pertenecientes al grupo chiíta de los alevíes. Mersin es un puerto importante, emplazado unos 80 kilómetros al suroeste de Adana y albergaba 75.000 personas. Autobuses y trenes conectan ambas localidades y existía considerable tráfico entre ellas durante el período en que se desarrolló este caso. Karaduvar, donde vivían Kamil y Fatma Mart (cuando Necip reconoció por primera vez a ésta última), se sitúa a 8 kms. de Mersin, y si bien era rural en apariencia y entorno circundante, pude ver desde allí el límite del área industrial de Mersin.

Los integrantes de las familias presentadas dijeron no conocerse antes de la visita de Necip a Mersin en 1963. Aunque Celile soñó que un hombre -llamado como su hijo- iba hacia ella, y el niño persistía en que le denominaran de otra forma, esto era incomprensible para los padres en aquel año pues nunca oyeron sobre la muerte de Budak previo a que el muchacho hablara. Zehra y su hermano Abdulkerim aseveraban no estar familiarizados con los Unlutaskiran con antelación a la primera visita del chico a Mersin.

Fatma proporcionó el único medio factible de comunicación previa entre las familias que pude descubrir; ella sabía los hechos principales de la vida de Necip Budak y es menester analizar su nexo con el núcleo de Celile. Parece casi seguro que Fatma no conoció a Kamil y tampoco se casaron hasta 1954, según lo afirmado por el propio esposo, aunque su hija Celile situó el matrimonio alrededor de 1952. No obstante, la pareja se unió antes que Necip hablara más sobre sus recuerdos en torno a los 6 años, pero él nunca encontró a Fatma hasta el verano de 1963 cuando lo llevaron por primera vez ante su abuelo en Karaduvar. Si el niño la hubiera visto antes, entonces el detalle de su sorpresa y alegría por identificarla ese año sería inútil.

La fecha de esa reunión tiene cierta importancia, y aunque suelo mostrar descrédito sobre la exactitud de casos aparecidos en la prensa, creo que a menudo se puede confiar en ella respecto a la datación de los principales acontecimientos. Dichos encuentros a veces crean interés local, especialmente si el tema narra los detalles de un asesinato, y es probable que los periódicos incluyan relatos poco después, como hicieron en esta oportunidad. Así, el periodo mencionado por los diarios para el primer contacto entre estas familias -verano de 1963- corroboró lo dicho por mis informantes.

Se pensaría que Fatma pudo trasmitir información sobre Necip Budak a Celile, quien de alguna manera la reveló a su hijo; sin embargo, ésta tampoco supo de aquélla antes del verano de 1963. No sé dónde se conocieron Kamil y su mujer, pero es casi seguro que fue en Karaduvar/Mersin y no Adana. Fatma sostuvo que ella y su esposo acababan de tener trato -quizá sólo unos días- al momento de contraer nupcias. Nuestro traductor árabe-turco, Zekeriya Kilic, aclaró que entre los alevíes puede ocurrir que un hombre pida casarse con su prometida a las pocas jornadas o incluso el mismo instante en que la encuentra. Esos detalles son cruciales para descartar a Fatma como medio de información a Necip o su madre. Algunos lectores pueden encontrar desconcertante, casi increíble, que Celile nunca haya ido a Karaduvar entre 1954-1963 para encontrarse con su madrastra, pero debemos considerar la pobreza familiar y el largo trayecto entre Adana y Mersin. Kamil tampoco pudo diseminar noticias sobre Necip Budak que normalmente llegarían al niño; como ya describí, él vivió la mayor parte de su adultez en Adana y luego se trasladó a Karaduvar. Nunca había residido en Mersin ni oyó del asesinato hasta que se comprobaron las declaraciones de Necip.


Vida, carácter y muerte de Necip Budak

Existe poca información al respecto. Nació alrededor de 1921 y era padre de tres varones y una niña, a la cual Zehra -su consorte- esperaba durante el tiempo en que él murió. El 6 de mayo de 1951 y estando borracho, Necip peleó con Ahmet Renkli; parece ser que ambos se conocían y riñeron anteriormente de manera que permanecían enemistados. Con el coraje de la embriaguez, Budak siguió a su contendor por la calle mientras le gritaba obscenidades, y éste trató de rehuirlo, pero Necip persistía en el acoso. Finalmente y en la entrada de su hogar Ahmet se volvió para tratar de alguna forma con el oponente. Es imposible decir exactamente qué sucedió después, porque en el juicio Renkli presentó el alegato convencional de legítima defensa y afirmó que Budak poseía un cuchillo con el que le atacó primero, por lo cual tomó represalias utilizando una daga.

En su declaración de 1963 a Resat Bayer, Ahmet dijo: "Él [Budak] (...) me siguió repitiendo insultos. Me di la vuelta y grité 'vete', y él contestó '¿qué harás si no me voy?' Llevaba conmigo un pequeño cuchillo; lo abrí y le apuñalé en su boca y ceja. Me agarró por los hombros y di varios cortes bajo los suyos; sus brazos cayeron y asesté un último golpe en el vientre y lo desgarré. Habré dado unas 17 ó 18 estocadas. Él cayó, pero nunca lo herí atrás de su cabeza" (22).

(22) Sin embargo, se encontró en la autopsia que Budak tenía una lesión tras la cabeza. Aunque éste último podría haberse lastimado al caer, la extensión de ese daño (7 cms.) me hace pensar que Ahmet de alguna manera fue responsable y no se dio cuenta en el fragor de la reyerta, o no lo recordaba.

Budak fue trasladado a un hospital y murió el 7 de mayo. Posteriormente entrevisté a Mehmet Yetiker, quien dijo presenciar el crimen, y nadie más testificó en la causa civil. Los magistrados en el tribunal de primera instancia desacreditaron el relato inverosímil e incoherente que ofreció de haber sido atacado primero por Necip. Lo sentenciaron a 12 años de cárcel por homicidio culposo, reconociendo la atenuación de los insultos provocadores del fallecido. Ahmet cumplió 9 años antes de ser liberado gracias a una amnistía general, y al momento del asesinato era zapatero, pero cambió de ocupación y trabajaba como almacenista cuando lo conocimos en los '60.

Renkli insistía -a pesar de no mencionarlo en su plática con Bayer- que se defendió de Necip al atacarle ebrio, y esto concuerda con otra información que obtuve sobre Budak: parece haber sido un gran bebedor y proclive a alborotos que frecuentemente le creaban problemas judiciales; incluso la viuda admitía que éste era más responsable por su propia muerte que el asesino. Quizá tuvo buenas razones para saberlo, porque él la apuñaló una vez durante cierta pelea (el episodio constituye un rasgo importante en la prueba del caso; véase el punto 15, tabla 6-4).


Dos sueños anunciadores

En 1964 Celile describió un sueño experimentado con antelación al nacimiento de Necip, y además un segundo tres días después del parto. En 1967 volvió a reseñarlos y parecía evocar más aspectos de la instancia subsecuente. Tres jornadas previas al alumbramiento, soñó que un hombre entraba en la casa sentándose en una silla; Celile preguntó qué quería y él dijo "me voy a quedar contigo”. La mujer replicó "¿para qué?, mi esposo va a regresar y no estará complacido”, luchando con él verbalmente para que se fuera, pero él insistía y manifestó “soy de Mersin y me quedaré contigo”, agregando en el mismo sueño que lo mataron a cuchilladas durante una pelea (después que el niño pudo hablar, articuló un relato parecido de cómo lo asesinaron en la vida anterior). En el segundo contexto onírico de Celile, el bebé parecía hablarle y contó que se llamaba Necip, mostrándole sus heridas y otra en la espalda. La madre no tuvo sueños análogos respecto al nacimiento de otros hijos.


Declaraciones y reconocimientos hechos por Necip

En la tabla 6-4 cito las declaratorias que mis informantes atribuyeron al muchacho. Los puntos 1 al 10 fueron enunciados antes de distinguir a Fatma Mart en Karaduvar, y casi al mismo tiempo se encontraba con la familia del muerto en Mersin. Allí el niño reconoció un gran número de personas cercanas a aquél y dos objetos particulares (ver además los ítemes 15 y 18).

Necip hizo otras afirmaciones que no creí necesario incluir en la tabla. Por ejemplo, Celile aseveró que originalmente él dio nombres de los hijos de Budak, pero ya no recordaba lo dicho. También el sujeto contó a su madre un relato circunstancial sobre el homicidio y que contenía más detalles. Necip representó al occiso como si conociera bastante bien a Ahmet Renkli, señalando que él -como Budak- intervino en una pelea entre Renkli y el padre de éste, dando un puñetazo a su amigo, y por ello Ahmet guardó rencores que culminaron con el asesinato de Budak. Sin embargo, hizo que el antiguo Necip pensara que habían renovado la amistad y fue a casa de Ahmet con ánimos de reconciliación. La historia contada por el chico a Celile omitió por completo el enfoque del inculpado sobre cómo Budak lo siguió por la calle gritando insultos; Zehra dijo que el "nuevo Necip" le habló sobre la pelea fatal, y las memorias de éste último concordaban con el testimonio de Ahmet a Bayer en 1963 acerca de los eventos previos al delito. Por lo tanto, Necip Unlutaskiran y Renkli tenían cada uno dos versiones para los hechos (recordemos que el sentenciado esgrimió una en el juicio y otra tras salir de prisión en 1963).

La disimilitud entre los predicados de Necip Unlutaskiran puede entenderse si tomamos en cuenta las audiencias. Es posible para su familia que ansiara "lavar la imagen" de Budak y hacer que el asesinato pareciera no instigado, al menos por algo que el difunto realizara antes. Por otro lado, pudo aprender o intuir que Zehra conocía bien el carácter de su esposo y se permitió ser honesto con ella. Si descartamos a Ahmet como verificador de lo que sucedió exactamente entre él y Budak, no hay forma de determinar cuál de los relatos por el niño es verdadero. Ambos pueden incluir elementos de certeza, pero no catalogué ninguno de esos detalles adicionales sobre el conflicto en la tabla 6-4.

Hubo ambigüedades sobre la ubicación de la mayoría de los reconocimientos atribuidos a Necip; sin embargo, puedo estar suficientemente seguro acerca de varios. El chico identificó a Fatma cuando la conoció por primera vez en Karaduvar (ítem 13, tabla 6-4), a la esposa de Budak y dos de sus hijos -Yasemin y Necat- con motivo de su primer viaje a Mersin, pero no logré establecer dónde sucedieron los otros eventos (ya fuera en dicha ciudad y el mismo contexto, o alguna visita posterior). Los indicios podrían haber falseado el valor para lo descrito en el ítem 21, y además el niño aludió con discrepancias a múltiples sitios o coyunturas (puntos 22, 23 y 25). Aunque por lo común no enumero al sujeto como informante para alegatos o reconocimientos, decidí incluirlo con la finalidad de mostrar esas variantes, pero aún descontando las cuatro identificaciones mencionadas, subsisten otras que semejaron producirse de modo fortuito o estar acompañadas de algún dicho correcto; en particular, me impresionó el conocimiento de Necip sobre la cicatriz en el muslo de Zehra Budak (ítem 15).


Declaraciones sobre una "vida intermedia"

Tres personas manifestaron que Necip dijo tener un periodo intepósito entre la muerte de Budak y su propio nacimiento. Una de ellas, Celile, sostuvo que el joven refirió a dos de esas existencias, ambas breves; los otros dos fedantes eran Kamil Mart y Zehra Budak. Los tres individuos declaraban que el niño recordó ciertas vidas como infante, pero en 1963 negó esto. Como el asunto no está relacionado con sus remembranzas acerca de Necip Budak, no entraré en más detalles.


Comportamiento del sujeto relacionado con la vida anterior

Celile observó que cuando hablaba de la "estadía" pretérita, algunas veces su hijo empleó el tiempo presente, lo que continuó hasta 1964 (23). Necip contaba el modo de su fallecimiento previo apuntando a sus marcas natales para señalar las heridas.

(23) (...) En muchos casos, este uso parece reflejar que los sujetos perciben su vida pasada como una "continuación" de la actual. También pueden quedar perplejos o incluso se indignan cuando saben que un niño identificado devino mayor, o un adulto ha fallecido. En otros ejemplos, el uso del presente verbal puede atribuirse a su incapacidad para comunicar en palabras las diversas ubicaciones temporales (...).


Actitud de Necip hacia la familia Budak

El chico importunó con frecuencia a su familia para que lo llevaran o dejasen ir solo a Mersin, amenazando con partir cuando se enojaba con Celile. En marzo de 1964 Necip me confesó haber visitado el área dos veces por su cuenta, sin avisar a los padres por temor a que le negaran el permiso. Sonrió mientras habló de esta desobediencia y contemplaba la alternativa de mudarse allí en forma permanente. Además mostró cariño particular por "su" hijo Necat y "su" pareja Zehra durante las estadías en Mersin. Ella informó que el joven estaba manifiestamente celoso de su segundo marido y quería romper fotografías de él, llegando a producirse acaloradas discusiones entre esta mujer y el "nuevo" Necip (...). Una vez alguien sugirió que cuando éste creciera tal vez tomaría la misma esposa, por lo cual él se sonrojó mirando al piso (...). En 1967 el muchacho visitaba Mersin con la misma frecuencia que tres años antes, sin disminuir su interés por los hijos del asesinado. En ocasiones incluso asumía un rol paterno en el núcleo Budak; cuando la hija menor Munevver (no nacida cuando ocurrió el crimen) expresó su intención de casarse con un hombre de Adana, Necip advirtió no hacerlo, asegurando tener datos sobre la familia de aquél para probar su ineptitud como marido.

La madre de Necip enunció que éste tenía miedo a los cuchillos y también a la sangre. El padre corroboró sus aversiones por dicho fluido que, según él, era mayor que el de sus otros hijos. El temor del zagal hacia estos adminículos debió reducirse en gran medida hacia 1964, cuando trabajaba en una barbería. El empleador aseguró que Necip no sufría pánico respecto de utensilios cortantes o tijeras; sin embargo, el sujeto investigado declaró en 1967 que esos rasgos aún persistían.

Asimismo, Celile recordó que el hijo advertía a su padre de no beber raki, y esto se apareja con las declaraciones francas que Necip hizo sobre el comportamiento de su vida previa, añadiendo ser un notorio borracho y pendenciero ("todos me tenían miedo”). En la actualidad decía sentir asco por los licores, deseando mantenerse siempre abstemio, y evitaba pleitos en lugar de buscarlos.

Figura 6-21. Marcas en el área parietal izquierda de Necip Unlutaskiran, tal como aparecieron en octubre de 1967 cuando tenía 16 años. Ambos eran sectores de alopecia, y se puede ver otro más pequeño (menos claramente) arriba de la zona mayor.


Actitudes de los Budak hacia Necip

Durante nuestras pesquisas, la familia Budak acogió cordialmente a Necip cuando les visitó. Zehra creía que éste era su esposo renacido; pareció disfrutar de la gentileza y el afecto que emanaban del atractivo muchacho, y sus demostraciones por él excedían lo tolerado de una mujer de mediana edad en sus relaciones con un menor. Esta fue ciertamente la opinión del segundo marido de Zehra pues encontraba irritantes las visitas del adolescente, y solía regañarla después que Necip se marchaba.


Marcas de nacimiento

Celile sostuvo que el niño nació con siete marcas, enumeradas en las notas que hice en 1964 (antes que Bayer y yo analizáramos el informe de autopsia para Budak). Durante ese año también examiné a Necip, quien señaló lo que él pensaba eran sus vestigios más importantes, y apunté su ubicación (Bayer lo había inspeccionado en 1963). Algunas huellas se habían desvanecido, pero tres continuaron siendo distintivas y otras dos apenas eran visibles. La figura 6-21 muestra un área grande y otra pequeña de alopecia en la región parietal izquierda, las cuales presentaban un color más profundo que aquéllas próximas al cuero cabelludo. Las imágenes 6-22, 6-23 y 6-24 exhiben otros ejemplos que creo eran improntas natales, aunque Celile sólo mencionó la captada en 6-23.

Figura 6-22. Octubre de 1967: marca de aproximadamente un centímetro en la parte medial y 1 cm. en el sector alto del pezón izquierdo. Estaba hipopigmentada y ligeramente deprimida de la piel circundante (si bien la fotografía parece mostrarla en resalte). Tenía forma ovoide y unos 5 mm. de diámetro, sin ser notada tras el alumbramiento.

En 1967 y después que Bayer y yo analizáramos el reporte necrópsico, volvimos a examinar a Necip y tomé más notas, elaborando un bosquejo del sitio y la apariencia de dichos rastros. Aquel año hicimos fotos de las máculas más prominentes y mis observaciones para entonces eran más detalladas que tres años antes, pues además de estar analizando aquel documento, me di cuenta de la importancia de compilar detalles sobre ubicaciones y características con esbozos e imágenes. Sin embargo, en ese momento aún no aprendí a sacar fotos idóneas, y las atañentes a Necip -sin ser de alta calidad- fueron hechas por un profesional en Adana.

En la tabla 6-5 sintetizo las correspondencias entre esos vestigios (u otras posibles señales) y los cortes en el informe de autopsia. Se incluyen: a) las máculas percibidas por Celile en 1964; b) declaraciones de Necip en 1964 sobre el lugar donde Ahmet apuñaló a Budak; c) las marcas que Bayer y yo observamos en Necip durante 1963 y 1964; d) algunas notas que hice en 1967, y e) las heridas del mismo lugar o locaciones adyacentes nombrados en el documento.

De acuerdo con la tabla 6-5, pudimos ver definitivamente sólo tres de las siete marcas aludidas por Celile: dos en la cabeza y otra en la parte superior-izquierda del abdomen. La autopsia describía lesiones equiparables al terceto, y había otro en ceja, cara y labios que ella también refirió y sin ser detectado en nuestro análisis. El informe no consignaba el daño en la oreja indicado por esta mujer, pero sí registra dos en la parte anterior y lateral (o posterior) del tórax que equivalen en cierta medida a la ubicación de dos marcas que pueden ser natales: una sobre el pezón izquierdo (figura 6-22) y otra cerca de la línea axilar tras la espalda izquierda (6-24). En 1967 me pareció ver dos pequeños vestigios sobre el hombro derecho de Necip, pero la autopsia no menciona heridas afines a éstos.

Finalmente, la necropsia distinguió siete heridas en la parte superior del brazo izquierdo; en igual extremidad de Necip no apreciamos marcas similares, y Celile tampoco dijo haber visto algo allí. Ahmet Renkli declaró a Bayer (1963) que había acuchillado a Budak “17 ó 18 veces”, y según él la última punzada fue en el abdomen, donde el estudio forense indica una. No todas las marcas del niño estaban en los lugares exactos de desgarres, y la mayor discrepancia ocurrió con el rastro superior y medial al pezón izquierdo, pues no se situó en la línea mamaria que -por encima de ese vértice- discurría superior y lateralmente desde aquél hacia la axila izquierda. Además y como pienso, la marca en el lado izquierdo-posterior del pecho no estaba en la línea axilar, sino cercana y medial a ella. Tales diferencias pueden atribuirse al cambio de posiciones relativas después del nacimiento (...), como dijo Suleyman Unlutaskiran, pero desafortunadamente no le pedí que me mostrara cómo fue el proceso.

Figura 6-23. Mácula hiperpigmentada (débilmente visible) en el cuadrante superior izquierdo del abdomen, sobre estómago y bazo; su forma era ovoide con 2 x 1 cms. (octubre de 1967).

Figura 6-24. Marca circular en medio de la espalda izquierda, lateral y cercana a la línea axilar posterior. Se trataba de una leve cicatriz con hiperpigmentación deprimida y unos 2,5 cms. en anchura (octubre de 1967), no identificada en el nacimiento de Necip.

Celile dijo que tras darle a luz, la mayor de ambas singularidades en su cabeza era una llaga abierta que no sanó durante aproximadamente un año. La mujer no había visto el documento de autopsia sobre Budak, y tampoco nosotros cuando ella describió la ubicación de estas señales. No podemos excluir la posibilidad de que aprendiese algo por Zehra sobre las heridas antes de platicar conmigo y Bayer. Soy cauteloso al evaluar afirmaciones sobre máculas desvanecidas por completo, pero estimo razonable consignar las declaraciones de Celile sobre vestigios descolorados; además, tal vez deberíamos tener en cuenta los que ella certificó como presentes en el alumbramiento (otras marcas percibidas ulteriormente pueden ser natales o bien lesiones postreras). De esta forma, espero haber otorgado información suficiente para que los lectores saquen sus propias conclusiones. En la tabla 6-6 doy un resumen de dichas marcas -y otras de posible origen análogo- según mi entendimiento de sus tiempos de observación y equivalencias con las heridas en Budak.

Necip hizo sus declaraciones sobre el lugar donde Renkli apuñaló a Budak, mientras nos indicaba las huellas aún visibles; él tampoco había visto el informe de autopsia, pero es probable que discutiera la localización de los daños con Zehra u otros miembros de la familia. Dijimos que las marcas más evidentes estaban en las partes superior y posterior de su cabeza, que precisamente aparecían en sus recuerdos de cómo murió su personalidad anterior, pero éstas no fueron las lesiones mortales; por ello, es posible que se fijaran en la mente de Necip y surgiesen como marcas aparejadas. Si recibió impactos en la cabeza y después en pecho y abdomen -que terminaron matando al hombre-, las primeras habrían estado más tiempo en su psiquis antes de quedar inconsciente.


Comentarios a la evidencia de procesos paranormales

Estoy seguro de que las familias involucradas no se conocían antes que se desarrollara el caso, y aparte de negar mutua cognición, su pobreza y la larga distancia entre los pueblos donde vivían hacen que sea extremadamente improbable un contacto previo. Si estoy en lo cierto, tampoco Celile sabía el lugar de las heridas en Budak para "inventar" marcas correspondientes en su hijo; por lo tanto, podemos excluir firmemente la alternativa de una impresión materna.


Desarrollo posterior del sujeto

Como mencioné, los padres de Necip eran analfabetos y muy pobres. Había poco para mantenerlo en la escuela, y la dejó tras dos meses de asistencia. Cuando lo conocí por primera vez en 1964 trabajaba como asistente de barbero, y en 1967 hacía lo propio en una fábrica. Durante la adolescencia realizó los dos años de servicio militar, común a todos los hombres jóvenes en Turquía. En 1970 lo encontramos tres meses después de la conscripción, y para entonces solía transportar mercancías en un carro. Frecuentaba el núcleo Budak en Mersin y estuvo allí dos ocasiones en los tres meses anteriores, comentando que Zehra vivía con su segundo marido.


Tabla 6-6. Resumen de correspondencias entre improntas -o posibles vestigios- en Necip y heridas en el informe de autopsia.

a) Marcas observadas al nacer y desaparecidas a los 13 años, que no corresponden a ninguna lesión = 1.

b) Heridas en brazo izquierdo anotadas en el informe, sin corresponder a ninguna marca natal = 7.

c) Vestigios al nacer aún manifiestos a los 13 años y aparejados con heridas = 3.

d) Marcas observadas en el nacimiento, difuminadas a los 13 años y correspondientes a lesiones = 3.

e) Marcas totales al nacer y análogas a heridas = 6.
f) Marcas que pueden ser natales y no distinguidas, equivalentes a
laceraciones = 2.

Total de posibles similitudes entre marcas y heridas = 8.

Para 1977 vimos a Necip -con 26 años- en circunstancias infelices, pues cumplía pena de cárcel por asesinato. Según dijo, el cuñado pretendía indebidamente a una de sus hermanas, y Necip y otro hermano creyeron necesario “salvar el honor de la familia" matando al sujeto.