21 de febrero de 2022

El calendario maya y la estafa del 2012 (2 de 7)

David Pratt, enero de 2011


Contenidos (fin parte 2):

-Problemas de correlación
-Eras mundiales


Problemas de correlación

La correlación más ampliamente aceptada para el calendario maya de cuenta larga con el sistema occidental se conoce como GMT, en nombre de los tres académicos que trabajaron en él durante la primera mitad del siglo XX: Joseph Goodman, Juan Martínez Hernández y Eric Thompson. Se les ocurrieron otros resultados posibles, incluidos 584285 y 584283, que son números de días julianos en los cuales se cree que comenzó el ciclo actual de 13 baktún (los días julianos se cuentan desde el 1 de enero de 4713 a. de C.).

La correlación preferida es 584283 (a veces llamada GMT-2, aunque la de 584285 se suele denominar GMT+2) que establece la fecha de inicio (0.0.0.0.0) el 11 de agosto de 3114 a. C. en el calendario gregoriano (ó 6 de septiembre de 3114 a. de C. en el cómputo juliano) y el término (13.0.0.0.0) el 21 de diciembre de 2012. Dicha correlación es popular entre los antropólogos porque hay inscripciones mayas que ponen fin al periodo el día tzolkin 4 Ajaw, (en haab 3 Kankin), y el 21 de diciembre de 2012 es 4 Ajaw según el tzolkin que todavía usan los indios quiché en las tierras altas de Guatemala. La segunda correspondencia más conocida es 584285 (o de Lounsbury) que da una finalización en el 23 de diciembre de 2012, y algunos investigadores sostienen que proporciona una mejor coincidencia con los datos astronómicos de ciertos monumentos.

En los últimos cien años otros académicos han sugerido más de 50 correlaciones diferentes que van desde 394483 a 774078, lo que significa que el ciclo de 13 baktún podría haber concluido en 1493 o no terminar durante otros 521 años. Algunas de ellas se enumeran a continuación (Finley, 2003; Van Stone, 2009):

 

 

Día juliano n°

Fecha gregoriana

Bowditch
Smiley
Makemson
Spinden
GMT (1)
GMT (2)
GMT (3)
Bohm
Kreichgauer
Wells-Fuls
Hochleitner
Esalona Ramos
Weitzel/Vollemaere

394483
482699
489138
489384
584283
584284
584285
622261
626927
660208
674265
679108
774078

16 diciembre 3634 a. de C.
26 junio 3392 a. de C.
11 febrero 3374 a. de C.
15 octubre 3374 a. de C.
11 agosto 3114 a. de C.
12 agosto 3114 a. de C.
13 agosto 3114 a. de C.
04 agosto 3010 a. de C.
14 marzo 2997 a. de C.
27 junio 2906 a. de C.
22 diciembre 2867 a. de C.
27 marzo 2854 a. de C.
05 abril 2594 a. de C.


El investigador teosófico Frederick J. Dick (1921, 1925) propuso que el inicio para la fase 13 baktún fue el 14 de noviembre de 3632 a. de C. en el calendario gregoriano (día juliano n° 395182), que su final era el 26 de marzo de 1495 -lo cual requeriría que el tzolkin maya moderno estuviese desfasado por 179 días-, y también argumentó que el verdadero punto de partida del calendario maya (0.0.0.0.0.0.0.0) era 5.042.152 a. de C. Ya sea que esta hipótesis sea correcta o no, la literatura teosófica asevera que los mayas tenían un zodíaco de una antigüedad inimaginable, y que ellos o sus antepasados eran coetáneos con la "Atlántida" de Platón, es decir, Poseidonis, una de las últimas islas restantes de esa comarca y que se hundió en torno al 9.500 a. de C. (DS 2:35, 50; véase "Continentes hundidos vs. deriva continental"). Sin embargo, se dice que el apogeo de la civilización atlante fue hace varios millones de años cuando cubría toda la Tierra, y que las Américas fueron pobladas por diferentes grupos atlantes durante un largo periodo, tanto a través del Atlántico como del Pacífico ("América Precolombina", parte 10 y siguientes).

Durante la década reciente, uno de los principales desafíos para la correlación GMT ha sido la establecida por Wells-Fuls (WF) ó 660208, a la que Bryan Wells y Andreas Fuls llegaron de forma independiente (Fuls, 2008; Nanninga, 2008). Esto desplaza el ciclo de 13 baktún hacia adelante por 208 años, y en términos gregorianos comenzó el 27 de junio de 2906 a. de C. (juliano: 21 de julio de 2.906 a. C.) y termina el 6 de noviembre de 2220 (660.208 + 1.872.000 = 2.532.208; fourmilab.ch).

La correlación GMT se deriva de manuscritos coloniales de los siglos XVI y XVII, donde las fechas se dan en los calendarios maya y cristiano; de este modo, supone que no hubo interrupción en el calendario desde el período clásico en adelante, pero Andreas Fuls aduce que esto no se justifica porque hay un cambio en las fechas tzolkin y haab que figuran en documentos posteriores a la conquista (un sistema diferente para el "portador del año"). Además, las referencias katún en las crónicas no son consistentes y pueden haber existido varios calendarios en uso a la vez. Así, Fuls cree que tiene más sentido basar la correlación en las observaciones astronómicas mayas entre 8.16.0.0.0 y 10.2.9.1.9.

Fuls realizó miles de simulaciones por computadora y concluyó que la correspondencia 660208 dio el mejor ajuste, durante un período de 1.543 años, con observaciones astronómicas encontradas en el Códice Dresde y los monumentos del período clásico. Existen más de 200 inscripciones que indican cuántos días han transcurrido desde la luna nueva, y la serie WF coincide muy precisamente con esta información, pero también lo hace la 584385 GMT. En el Códice Dresde -uno de los pocos escritos mayas que escapó a la quema de libros ordenada por el obispo Diego de Landa en el siglo XVI- aparece una tabla que muestra cuándo Venus era visible como estrella al amanecer o en la tarde. Andreas señala que la correlación GMT calza muy mal con este cuadro, en contraste con la suya; también observó los nodos lunares y varios datos relacionados con la posición del Sol y las estaciones cambiantes, y concluye que esos aspectos también favorecen la nueva correlación.

Fuls dice que sólo el número WF armoniza con todos los hechos astronómicos con una tolerancia aceptable. Cita otra evidencia de apoyo que incluye datos de hidratación en obsidiana, secuencias cerámicas, cambios en glifos mayas y conexiones históricas, y determina que "la correlación WF hace sentido en la gran mayoría de datos relacionados con este tema, y es la única solución posible para buena parte de ellos" (respecto a la tabla de Fuls que muestra cómo WF, GMT y otras correlaciones coinciden con los diversos datos, consultar archaeoastronomie.de).


Fuls propugna que en la fecha 9.11.0.0.0 Venus apareció como estrella de la tarde y se ubicó tras la estela 10, como se observa a través de una ventana del Templo 22 en Copán. De acuerdo con la correlación de Wells-Fuls (660208), dicha datación corresponde al 23 de agosto de 860 d. de C. (calendario juliano), cuando Venus pudo haberse visto a través de la locación señalada (arriba). Según la correspondencia GMT (584285), el día era el 11 de octubre de 652 d. de C., pero Venus estaba demasiado al sur para ser observado desde el templo (abajo; user.tu-berlin.de).

La correlación Wells-Fuls no ha recibido ningún respaldo por estudiosos mayas y ha sido criticada por varios motivos (Finley, 2003; Smulders). Primero, ignora de todo punto la información proporcionada por crónicas españolas, aunque ésta no siempre es completamente confiable (por ejemplo, la fecha 13 Ajaw 7 Xul se sitúa en 1540, mientras que otros datos en los reportes indican que la fecha correcta es 1539, pero la correlación WF la ubica en 1747). Segundo, la serie WF por lo general no coincide con dataciones de carbono-14, así como el sistema GMT; sin embargo, debe tenerse en cuenta que algunas fechas de C14 sugieren que éste último es 200 años demasiado tardío (haecceities.wordpress.com). En tercer lugar, la propuesta WF está en desacuerdo con el calendario tzolkin que aún usan los mayas quiché, e implica que en algún momento se dejaron caer cinco días sobre un gran sector geográfico. Los monumentos sobre la creación siempre equivalen a 13.0.0.0.0 con 4 Ajaw; según aquella etnia el 21 de diciembre de 2012 calza con esto, pero no así la data de clausura en el WF. 

Cuarto, es engorroso el hecho de que el método WF se base principalmente en datos astronómicos. Ninguna correlación coincide perfectamente con todos ellos ni debemos esperar que suceda; por ejemplo, los escribas a veces usaban la fórmula 6 meses lunares = 177 días para datar la luna nueva desde observaciones anteriores, un error de 0,18 días ó 1 día en 3 años, y por lo tanto es aceptable que el GMT corresponda con la fecha de la edad lunar con un lapsus promedio de tres días. Para algunos casos se registraron dataciones numéricamente significativas sobre eventos astronómicos con preferencia a aquéllas en que ocurrieron realmente. Los críticos han notado que la fecha base en la "tabla Venus" del Códice Dresde parece estar equivocada si se usa la numeración GMT, pero ese documento fue compilado varios siglos después de esta fecha y pudo haberse incluido con fines rituales o vaticinadores. También existe el problema de que, por ejemplo, la observación a simple vista del ascenso para Venus justo antes del amanecer depende en gran medida de las condiciones atmosféricas y la agudeza del observador. A diferencia de la correlación WF, el GMT no se ideó para forzar un ajuste con los hechos astronómicos, por lo que este último puede usarse como verificación independiente y los partidarios creen que pasa esta prueba con una precisión aceptable. Como se puede apreciar, el debate está lejos de terminar.


Una inscripción en Yaxchilán, Guatemala, indica que se produjo un paso cenital del Sol el 3 de mayo de 755 (calendario juliano) según la correlación GMT, o el 17 de marzo de 963 conforme al WF (Smulders). En los cuadros anteriores, el centro del círculo es el cenit, y el círculo verde exterior representa una altitud de 60º. Al mediodía en la fecha GMT el Sol pasó 0,5º desde el cenit (arriba), mientras que para el WF no se acercó a 16,4º (debajo) (Redshift 7).

Curiosamente, el inicio del conteo largo GMT del 6 de septiembre de 3114 está cerca del comienzo para el Kali-Yuga hindú (o Edad Oscura), que ocurrió a la medianoche del 17/18 de febrero del 3102 a. de C. (fechas del calendario juliano). Esta última yuga, que tendrá 432.000 años, es la final en una secuencia de otras cuatro que forman un maha-yuga de 4.320.000 años, y se dice que toda la vida del planeta Tierra dura 1.000 maha-yugas. La opinión actualmente aceptada es que el Egipto dinástico también principió alrededor del 3100 a. de C., aunque se supone que la fecha del albor maya es completamente "mítica", en el sentido de que no había astrónomos de esa cultura en 3114 a. C. Probablemente de forma errónea se cree lo mismo sobre el inicio de Kali-Yuga, que es notable por el dato de que los otros ocho planetas, el asteroide Ceres, el Sol y la Luna estaban en la misma región celeste de 90,4º (ver "Secret Cycles", davidpratt.info); los hindúes también lo consideran el día en que Krishna dejó la Tierra como avatar de Vishnu. En el inicio 13-batkún del GMT los mismos 11 cuerpos celestes excepto la Luna, Júpiter, Urano y Plutón se extendieron a más de 95º, mientras que en el arranque de Wells-Fuls se encontraron los mismos 11 astros salvo la Luna, Ceres, Plutón y Neptuno repartidos en 73º. Si consideramos sólo los siete "planetas sagrados" (Mercurio, Venus, Marte, Júpiter, Saturno, "Sol" y "Luna"), la propagación fue 41º en el inicio de Kali-Yuga, 150º para el principio de GMT y 159º en WF. Por lo tanto, ninguna de las dos últimas fechas es particularmente impresionante a este respecto.

Los ocho planetas principales al comienzo del kali-yuga (fourmilab.ch).


Eras mundiales

Según el Popol Vuh o historia de la creación entre los mayas quiché (o k'iche '), actualmente vivimos en la cuarta "creación" o era mundial (Girard, 1979). Las tres etapas anteriores terminaron con un cataclismo y seguido por la génesis de una nueva humanidad; asimismo, la tercera finalizó mediante diluvios y duró 13 baktunes de acuerdo con varias inscripciones. Cuando concluya la presente era comenzará la quinta edad y no la destrucción del mundo entero, pues los mayas consideraban la transición de un katún o baktún al siguiente como tiempo de transformación y renacer. Sandra Noble, especialista en cultura maya, sostiene que para dicha etnia "era una gran celebración llegar al final de todo un ciclo", y que considerar el 21 de diciembre de 2012 como "fin del mundo" es "una completa elucubración y otra oportunidad para muchos de obtener ventajas económicas" (usatoday.com). Conforme a los ancianos mayas guatemaltecos del Clan Águila, el quinto ciclo constará de sabiduría, armonía, paz, amor y el retorno del orden natural (Braden et al., 2007, 282).

Los toltecas, aztecas, zuni, navajos y algunos incas dicen que nos encontramos en la quinta edad mundial o "sol", mientras que los hopi y otros incas -como los mayas quiché- aducen que ésta es la cuarta; también existe un mito maya tzutujil que indica que ahora vivimos en la quinta (Braden et al., 333). Los aztecas pueden haber visto el colapso de la civilización maya clásica en el siglo IX como el final de la cuarta creación, y un manuscrito mexica de 1558 da las extensiones para cada una de las épocas anteriores como 676, 364, 312 y 676 años respectivamente (Stray, 2006, 27), donde estas cifras son múltiplos de 52 años (rueda calendárica), y asimismo los aztecas predijeron que la era presente sería destruida por terremotos, pero no dijeron cuánto duraría. Por otro lado y basándose en el calendario azteca de piedra y otras fuentes, Gordon Brotherston sostuvo que cada una de las cinco eras mundiales para ese pueblo se extiende por 5.200 años, con un total de 26.000, una clara referencia al ciclo precesional (Jenkins, 1998, 340-1). Las historias míticas sobre la creación sucesiva de tipos humanos progresivamente mejorados e interrumpidos por cataclismos son un débil eco de la enseñanza teosófica sobre la evolución de humanidades sucesivas o "razas-raíz" en el transcurso de decenas de millones de años (Moffett, 1975).

Calendario azteca o piedra solar, 3,6 mts. en diámetro, hecha de basalto y con un peso aproximado de 22 toneladas. El motivo central es el signo 4 Ollin ("movimiento" o "terremoto"), la fecha en que comenzó el quinto sol, y está rodeado por cuatro símbolos que representan el inicio y final de los cuatro soles anteriores (Van Stone, 2009; wikis.lib.ncsu.edu).

Si bien hay muchos casos en que los mayas registraron la fecha anterior de 13.0.0.0.0, sólo hay una inscripción que se refiere inequívocamente al término del presente ciclo 13 baktún y se encuentra en el monumento 6 del sitio mexicano de Tortuguero, que en su mayoría registra la historia reciente de B'alam Ajaw ("Señor del Jaguar") quien gobernó entre 644-679. Una traducción del texto parcialmente borrado dice: "El 13° pik [baktún] estará terminado en 4 Ajaw, el tercero de Uniiw [Kankin] (...) [?] ocurrirá. [Será] el descenso [?] de Bolon Yokte K'u [¿dios de grandes zancadas?] a... [?]" (edj.net), donde Bolon Yokte K'u es un dios de cambio, destrucción y final de períodos (transcursos de un ciclo a otro). Una transcripción más reciente es: "Se completará el 13° baktún en 2 kines, 9 winales, 3 tunes, 8 katunes y 3 baktunes. Será 4 Ajaw, 3 Kankin. Se presenciarán los adornos de Bolon Yokte en la gran investidura" (Gronemeyer y MacLeod, 2010), y así vemos que el texto se refiere a un evento ceremonial, pero nada apocalíptico.

Panel derecho, monumento 6, Tortuguero (Gronemeyer y MacLeod, 2010).

También hay una posible referencia al final del ciclo 13 baktún en los textos mayas conocidos como "Libros de Chilam Balam", originados en Yucatán durante el período colonial: "El 4 Ajaw katún es el undécimo, conforme al recuento. Chichén Itzá es el asiento del katún. Llega el asentamiento de los itzaes; llega el quetzal y viene el pájaro verde, como también Aquél del árbol amarillo; se aproxima un vómito de sangre y Kukulkán llegará". 

El katún que se pensaba terminaría el 21 de diciembre de 2012 es un 4 Ajaw katún ya que finaliza en esa jornada, pero los katunes 4 Ajaw ocurren aproximadamente cada 256 años. El pasaje en cuestión refiere explícitamente al 4 Ajaw katún a mediados del siglo XVIII, pero muchos estudiosos creen que alude a la llegada de una figura histórica conocida como Kukulkán en Yucatán hacia un 4 Ajaw katún mucho anterior que terminó en noviembre de 987. Sin embargo y dado el énfasis maya en los ciclos, cualquier 4 Ajaw katún probablemente compartiría cualidades similares (Braden et al., 102-3). No existen otras referencias conocidas al final del presente ciclo 13 baktún; por ejemplo, el Popol Vuh sagrado no lo menciona ni a un futuro cambio mundial.

Hoy viven más de 10 millones de mayas, pero la gran parte de ellos no da mucha importancia al baktún 13 y ciertamente no se preparaba [ni tampoco lo hace] para el "juicio final". Aunque algunas tribus homónimas en las altiplanicies guatemaltecas todavía usan la rueda calendárica, hace muchos siglos terminó el empleo de la cuenta larga en que se basaba la fecha de 2012 y son raras las remisiones contemporáneas a la fecha. Robert Sitler escribe:

"Si bien muchos mayas han hablado durante largo tiempo sobre un momento venidero de grandes cambios, las referencias específicas a 2012 son una adición reciente (...) Los pocos mayas que participan activamente en el 'fenómeno de 2012' tienden a estar muy involucrados con colaboradores extranjeros (...) y llevan un estilo de vida decididamente no tradicional. No es sorprendente que a menudo sus contribuciones combinen las creencias mayas tradicionales con una amalgama de espiritualidad 'Nueva Era' que incluye visitas extraterrestres, calaveras de cristal proféticas e historias originarias que se remontan a la ciudad perdida de Atlántida. Y todavía más confuso: varios individuos no mayas se hacen pasar por ancianos de esa etnia y difunden sus propias variantes de la tradición sobre el 2012" (Braden et al., 95-6).

Quetza-Sha, un chamán azteca-maya, aseguró que los miembros de ésta última cultura "vinieron de las estrellas", Plutón, Neptuno y Urano, que el 2012 vería el nacimiento de una "tribu solar" unificada y el comienzo del "sexto sol azteca"; de igual forma, se supone que los humanos se transformarán en seres de la quinta dimensión hacia 2029 (Braden et al., 98; Stray, 29).

Don Alejandro Cirilo Pérez Oxlaj, respetado anciano maya quiché, afirma que el 20 de diciembre de 2012 la Tierra "pasaría por el centro de un eje magnético" y quedaría "oscurecida con una gran nube durante 60 a 70 horas" para ingresar en otra época acompañada de terremotos, tsunamis, inundaciones, erupciones volcánicas y enfermedades generalizadas, dejando pocos sobrevivientes. También ha dicho que los mayas llegaron primero a Atlántida, fueron visitados reiteradas veces por "maestros pleyadianos" que trajeron calaveras de cristal y que los sabios regresarían en 2012 (Stray, 29; Braden et al., 99-100).

Algunos chamanes incas creyeron que 2012 anunciaba un pachacuti o período de agitación y resurgimiento, donde habría una "rasgadura en el tejido del tiempo" y de la cual iba a aparecer una nueva especie humana llamada "Homo luminoso". Se esperaba la supuesta aparición del 12° inca verdadero entre 2000 y 2012, y que los "resplandecientes" llevasen a Perú y al resto del mundo a una nueva era de paz (Stray, 249-50).

Un pueblo indio al norte de Nuevo México sostuvo que el quinto mundo comenzaba el 23 de diciembre de 2012; por su parte, cierto chamán zulú afirmó el regreso en 2012 de una terrible "estrella con cola larga" ("Mu-sho-sho-no-no") y que la Tierra casi se volteó en su última visita hace miles de años. Los ancianos maoríes pensaron que habría una "disolución del velo" o fusión de los planos físico y espiritual para el mismo año (Stray, 34-5, 37-9).

Parece ser que algunos autodenominados "chamanes" y "ancianos" estuvieron ansiosos por participar en la "parafernalia 2012" y son tan capaces de espetar tonterías como cualquier otra persona. El anciano maya guatemalteco Apolinario Chile Pixtún adoptó un enfoque más sobrio, diciendo que estaba aburrido de ser bombardeado con preguntas sobre el calendario maya que finaliza en diciembre de 2012: "¡Hombre, regresé de Inglaterra el año pasado y ya me tienen harto con todo esto!", añadiendo que las teorías sobre el fin del mundo surgen de ideas occidentales y no mayas (newsday.com).