2 de febrero de 2022

Ovnis: la dimensión psíquica (2 de 10)

David Pratt
Octubre 2002-octubre 2013


Contenido:

02. Pasado y presente del fenómeno


02. Pasado y presente del fenómeno

A lo largo de la historia registrada hubo personas que informaron haber visto cuerpos extraños en el cielo. Charles Berlitz y William Moore escriben:

"En la época antigua y medieval los prodigios y objetos celestiales se tomaban más o menos como una cuestión de hecho, tal vez porque no había tráfico aéreo humano conocido en ese momento con el cual confundirlos (...) Los asirios veían toros voladores, los antiguos griegos y árabes percibían caballos voladores, los opulentos persas pensaban que se trataba de alfombras voladoras y los guerreros romanos observaban escudos voladores, lanzas y batallas completas en el cielo mientras estaban ocupados en combates terrestres. 

A medida que el mundo antiguo se cristianizaba, los avistamientos aéreos se convertían en cruces ardientes y otros signos amenazantes de predicción sobre plagas y desastres (...) Cuando el Renacimiento abrió la mente humana a la exploración del mundo los ovnis tomaron apropiadamente las formas de galeras y carabelas, y luego cuando los franceses comenzaron a experimentar con globos se avizoraban esferas grandes flotando en el cielo superior (...) Desde finales de la década de 1880 los observadores relativamente modernos han descrito los ovnis como mazorcas voladoras, cigarros y después aeronaves que se movían a enormes velocidades (...) No fue hasta 1947 cuando el gran número de avistamientos (...) recibió el nombre de 'platillos voladores'.

Es posible que todos estos avistajes en el curso de la historia y cada vez más en el presente sean versiones del mismo fenómeno, ayudadas quizá por la imaginación y una tendencia por ver lo que uno espera. Esta es la razón por la que los chinos han pensado durante mucho tiempo que divisaban dragones ardientes y luminosos; los antiguos hindúes, carros de dos y tres caballos; los indios americanos, grandes canoas; y monstruos luminosos, demonios y dioses en el caso de tribus y naciones en todas partes de la Tierra" (1). 

En "Wonders in the Sky", Jacques Vallée y Chris Aubeck presentan 500 informes seleccionados sobre ocurrencias aéreas inusuales desde mediados del segundo milenio antes de Cristo hasta 1880, justo antes del inicio de la era de vuelo, y señalan:

"Los testigos describen principalmente fenómenos luminosos que van desde 'globos ardientes' y 'formas brillantes' hasta pilares verticales y 'torres' que en ocasiones emiten destellos y rayos o expulsan otros objetos. Sin embargo, muchos de los casos también mencionan cuerpos en forma de disco o globulares que no emiten luz y son capaces de una rápida evolución en la atmósfera invirtiendo el rumbo, moviéndose de forma brusca o cayendo en patrones zigzagueantes. En algunos episodios bien documentados el fenómeno provocó intenso calor, destruía vegetación o dejaba residuos metálicos" (2). 

De acuerdo con el Anglo Saxon Chronicle, en el año 793 d. de C. "aparecieron terribles presagios en Northumbria [Inglaterra] afligiendo con grandes desgracias a los habitantes; éstos eran destellos relampagueantes excepcionales y fueron vistos dragones ardientes volando en el aire, y pronto siguió una gran hambruna" (3). En el siglo XIII Albertus Magnus desafió la idea de que las luces en el cielo eran literalmente dragones con aliento ígneo y argumentó que el suceso probablemente implicaba "vapores" ascendentes y descendentes que se quemaban y emitían humo (4). 

Hay varios informes sobre eventos luminosos divisados en Japón durante la Edad Media. El 27 de octubre de 1180 y alrededor de la medianoche, un objeto de fulgor inusual y descrito como un "recipiente de barro" fue visto volando hacia el noreste de las montañas Kyushu hacia el Monte Fukuhara. Al cabo de un rato el cuerpo cambió de rumbo abruptamente, volvió al sur y se perdió de vista dejando una senda luminosa. El 2 de octubre de 1235 un consultor del jefe militar Yoritsune Fujiwara informó acerca de misteriosas fuentes de luz oscilantes y dando vueltas en el suroeste, moviéndose en bucles hasta la madrugada. Yoritsune ordenó una investigación y se concluyó que el acontecimiento tenía una explicación completamente natural: ¡era sólamente el viento que hacía balancear las estrellas! (5). 

Fig. 2.1. Representación medieval de un objeto celeste en llamas.

La Europa Occidental también tuvo su registro de objetos voladores raros y manifestaciones celestiales en la Edad Media, incluyendo "cometas peludos o barbados, antorchas, llamas, columnas, lanzas, escudos, dragones, lunas duplicadas, soles y otras cosas similares" (6). Una publicación alemana de 1493 por Hartmann Schedel muestra un cuerpo con forma de viga rodeado de fuego navegando por el cielo en dirección sureste y luego viró hacia el Sol poniente (fig. 2.1) (7). Al amanecer del 14 de abril de 1561, en Nüremberg (Alemania) muchas bolas y discos de tonos rojo, azul y negro fueron detectados saliendo de dos cilindros verticales y volaron delante del Sol. Todos los diversos objetos comenzaron a "luchar" entre sí y al cabo de una hora cayeron a tierra "como si todo estuviera ardiendo, y con gran humo todo se consumió" (fig. 2.2). Al amanecer del 7 de agosto de 1566, en Basilea (Suiza) numerosas esferas negras fueron vislumbradas moviéndose a gran velocidad hacia el Sol y luego dieron la vuelta golpeándose unas a otras como si estuvieran peleando. Muchos de ellos "se tornaron rojos y ardientes, y más tarde se consumieron y extinguieron" (fig. 2.3) (8).

Fig. 2.2. Grabado del avistamiento en Nüremberg, 1561.

Fig. 2.3. Grabado del avistamiento en Basilea, 1566.

Nostradamus informó que el 1 de febrero de 1554 cientos de franceses en Provenza observaron por cerca de 20 minutos un fuego enorme y brillante en forma de "varilla o antorcha" que volaba de este a oeste, emitiendo chispas y flamas, y dejando un sendero ardiente. Su tamaño fue estimado en 200 mts.; surcaba el cielo "tan rápido como una flecha" con crujido alborotador y las hojas de los árboles se movían de un lado a otro como sacudidas por una violenta tempestad; luego cambió de rumbo y se dirigió hacia el mar en el sur (9).

El 15 de agosto de 1663 y según los registros de un monasterio ruso, se escuchó un gran sonido en el cielo y mucha gente salió de la iglesia en la aldea de Roboziero para presenciar una gran bola de fuego que se desplazaba hacia el sur sobre un lago; medía unos 42 mts. de diámetro y proyectaba dos rayos de fuego. El objeto desapareció, pero volvió a verse dos veces durante las siguientes dos horas. Algunos campesinos en un barco intentaron acercarse a él, pero no pudieron hacerlo debido al calor, mientras que los testigos consideraban el acontecimiento como una señal de Dios (10). 

El 5 de diciembre de 1737 un astrónomo de Sheffield (Inglaterra) atisbó la aparición de una "nube roja y oscura" bajo la cual se hallaba un cuerpo luminoso que durante un rato emitía intensos rayos de movimiento lento para luego detenerse, y el aire estaba tan caliente que el hombre tuvo que quitarse la camisa. A la tarde siguiente se vio un objeto de color rojo intenso sobre Bucarest (Rumania) donde permaneció en el aire durante dos horas, se dividió en dos partes que después volvieron a unirse y finalmente desaparecieron rumbo al oeste (11). Al anochecer del 26 de diciembre de 1785 Edimburgo se iluminó como si fuera de día por una esfera con una especie de adjunto en forma de cono, que fue avistada desde varios lugares distantes (12). 

Una noche de enero de 1878, un residente de Texas vislumbró un objeto de rápido movimiento en el cielo sureño, y cuando pasó sobre él notó su semejanza con un "gran platillo". Desde noviembre de 1896 a mayo de 1897 los periódicos de todo EE.UU. se coparon con centenares de historias sobre misteriosos "dirigibles" y seis años antes del primer vuelo más pesado que el aire por los hermanos Wright (13). Se incluían artefactos en forma de cigarro artesanal y pájaros mecánicos con alas gigantes (que según decían se agitaban en algunos casos). Los reportes abarcaron avistajes de tripulaciones humanas y haces de reflectores brillantes por la noche, aunque en ese momento no existía ninguna nave creada por el hombre.

En 1904-1905 se produjo una serie de observaciones de bolas luminosas y otros sucesos análogos en torno a dos pequeños pueblos en Gales, los cuales se asociaron con un renacimiento religioso y fueron considerados como signos divinos por la población local. En 1909 se generó una ola de avistamientos aéreos en Gran Bretaña, Estados Unidos, Nueva Zelanda y Australia. La mayoría de los casos británicos era de naves con forma de torpedo que se movían a un "gran ritmo" con luces intermitentes y reflectores. Otra "avalancha de dirigibles" se dejó caer por toda Europa en el otoño de 1912, y como antes los objetos eran capaces de flotar y trasladarse a grandes velocidades, incluso contra el viento. Desde entonces los cuerpos no identificados en forma de cigarro han continuado formando parte de los informes, aunque ya no se llaman "dirigibles".

Una noche de 1917 dos mujeres y sus hijos caminaban a casa a través de un campo en el estado de Maine cuando un inmenso objeto silencioso apareció repentinamente sobre ellos con tonalidades rojas, azules, verdes y amarillas y haciendo que los testigos arrancaran (14). En 1926 un piloto de acrobacias se sobresaltó al ver "seis cuerpos que parecían enormes compuertas brillantes" que rodeaban su avión mientras se dirigía a Colorado (15). 

Entre 1933 y 1937 aparecieron aviones misteriosos de forma convencional y sin marca sobre Escandinavia y en menor medida en Estados Unidos y Gran Bretaña. Los "voladores fantasmales" viajaban muy bajo proyectando poderosos reflectores sobre el suelo, y aunque generalmente se escuchaban ruidos de motor, en ocasiones el avión realizaba maniobras rasantes en completo silencio. Con frecuencia volaban en pesadas nieblas y ventiscas, condiciones que habrían destruido a la mayoría de biplanos en ese entonces. Los gobiernos de Suecia, Noruega y Finlandia iniciaron investigaciones a gran escala, pero no lograron encontrar una explicación satisfactoria para todos los avistamientos (16). 

Durante la Segunda Guerra Mundial los pilotos aliados en escenarios tanto europeos como del Pacífico se enfrentaron a lo que llamaron "foo-fighters" que seguían a sus aviones y a ratos producían zumbidos. Por lo general tomaban la forma de bolas luminosas pequeñas y anaranjadas, aunque también pequeños discos -algunos translúcidos- y en ocasiones fenómenos más grandes, apareciendo de manera individual y en formaciones. Los temores entre los pilotos de que eran "armas enemigas secretas" finalmente se disiparon porque dichas luces no llevaban a cabo ninguna acción agresiva. Hubo aviadores alemanes que reportaron los mismos episodios curiosos cerca de sus aparatos y supusieron que eran armas de los aliados. Los "foo-fighters" volvieron a divisarse durante la guerra de Corea y los pilotos continúan encontrándose con extrañas esferas lumínicas que a menudo parecen jugar con ellos (17).

En 1946 más de 2.000 eventos sobre «cohetes fantasma» y otros objetos volantes sin identificar fueron comunicados por testigos en Finlandia, Noruega, Suecia y Dinamarca, seguidos por casos en Portugal, Marruecos, Italia, Grecia e India. Los "cohetes" solían dejar trayectorias incandescentes y a veces ejecutaban maniobras fantásticas, cruzando el cielo a gran velocidad, bajando en picada y remontándose, aunque en otras ocasiones exhibían un modo más pausado. Algunos de ellos fueron vistos estrellándose contra lagos con grandes explosiones, pero las búsquedas detalladas no pudieron dar con ningún resto. Se creía que estos objetos tenían origen soviético, tal vez vehículos de prueba construidos por científicos alemanes capturados y especialistas en cohetes, mientras que los propios rusos sospechaban de los estadounidenses (18).

El 25 de junio de 1947 el empresario Kenneth Arnold volaba su avión privado sobre el Monte Rainier (estado de Washington) cuando divisó nueve artefactos brillantes volando en formación a alta velocidad y comparó su movimiento al de "un platillo saltando sobre el agua". Poco después un titular de prensa acuñó la frase "platillo volador" y gracias a una amplia cobertura mediática nació la edad moderna de los ovnis. Irónicamente, los objetos apreciados por Arnold no tenían forma de disco, sino de "talón", con el extremo redondeado apuntando en la dirección de movimiento. Más de un año antes, en mayo de 1946, se registraron avistajes de ovnis en la entonces Unión Soviética y esas observaciones incluyeron aterrizajes, contradiciendo así la teoría de que los descensos en tierra pertenecen únicamente a una fase posterior del fenómeno (19). 

Una característica clave del fenómeno ovni es que las apariciones se producen en oleadas, con breves puntos máximos seguidos por períodos más largos de menor actividad (20). En el verano de 1947 una ola de avistamientos -sobre todo discos a plena luz del día- se produjo en EE.UU. tras el informe inicial de Arnold. La preocupación inmediata era si podrían ser de tecnología soviética, pero hacia fines de ese año esta opción había sido prácticamente eliminada. El siguiente despliegue importante de avistamientos ocurrió en el mismo país durante el verano de 1952, a lo que siguió la ocurrencia de informes en todo el mundo. En la parte más álgida de esta "avalancha" la Fuerza Aérea estadounidense recibía 200 informes al día; eran muy frecuentes los informes sobre luces nocturnas e incluyó observaciones visuales y de radar sobre el aeropuerto nacional de Washington en dos fines de semana consecutivos a fines de julio.

Otra oleada ovni tuvo lugar entre septiembre y noviembre de 1954. La actividad se centró tanto en Sudamérica como Europa, pero se focalizó principalmente en Francia e Italia. En un gran porcentaje de los casos franceses, principalmente aparecieron ovnis ovales o elípticos en tierra y asociados con entidades humanoides pequeñas; también se informó de numerosos cuerpos con forma de cigarro sobre Francia durante el mismo período. En noviembre de 1957 los ovnis se dejaron caer otra vez en EE.UU. con una "venganza", pues varios testigos informaron que los faros de sus coches y motores fallaban cuando aparecía un ovni, pero los vehículos volvían a la normalidad una vez aquél se marchaba.

Un tercer periodo de actividad se inició en EE.UU. hacia el otoño de 1965, continuando en 1966 y seguido por otra ronda en octubre de 1973. Los registros ufológicos continuaron en Australia y Europa durante 1974. El "brote de visitas" entre 1973-1974 fue uno de los más grandes en la historia ovni, donde miles de estadounidenses informaron sobre discos lejanos y plateados de alto nivel, luces nocturnas serpenteantes, persecución de automóviles, naves que interferían con equipos mecánicos y electromagnéticos, aterrizajes de ovnis que dejaban rastros y otro tanto que asustaba animales, producía efectos físicos-psicológicos en humanos y también hubo avistamientos de ocupantes. El otoño de 1978 atestiguó otra etapa frenética sobre Italia, Australia y América del Sur.

De 1982 a 1987 el área de Hudson Valley en Nueva York fue pródiga en informes de ovnis iluminados con silueta de bumerán y supuestamente tan anchos como varios campos de fútbol, los cuales fueron observados por más de 5.000 testigos, a veces cientos de ellos en una sóla noche. Casi al mismo tiempo los brasileños informaban de artefactos con apariencia de "refrigerador" relativamente pequeños que emitían rayos de luz fulgurante. La antigua Unión Soviética experimentó una gran oleada ovni en 1989-1990 y las anteriores habían ocurrido en 1966-1967 y 1977-1979. Una espectacular etapa de avistajes remeció a Bélgica entre noviembre de 1989 y abril de 1991 en la que hubo unas 3.500 observaciones de ovnis triangulares y gigantescos, a menudo volando en silencio a bajas velocidades y altitudes; algunos eran de color oscuro y otros de luces muy potentes. Fueron divisados por un total aproximado de 10.000 personas y un máximo de 100 testificantes a la vez (21). 

De especial interés es la persecución de un objeto triangular desconocido por F-16 belgas en la noche del 30-31 de marzo de 1990 y donde se dio contacto visual seguido por un rastreo de radar. Cada vez que un piloto perseguía al ovni, el objetivo cambiaba rápidamente su velocidad y altitud para evadir el acoso. De acuerdo con el informe oficial por el coronel Wilford De Brouwer (más tarde subjefe del Estado Mayor de la Fuerza Aérea belga), durante una de estos seguimientos la rapidez del objetivo pasó de 150 a 970 nudos y su altitud se redujo de 2.740 a 1.520 mts., volviendo a los 3.350 y luego caía de nuevo cercano al nivel de tierra; tal aceleración extrema equivalente a 40 fuerzas-G descartaría la presencia de un piloto humano. Por su parte, EE.UU. dio garantías de que dichos ovnis no eran sus vehículos de prueba experimentales como el F-117 ó B-2 (22).

A las 21:30 horas del 13 de agosto de 1956, el radar en la base aérea Bentwaters de Reino Unido captó un objeto que se trasladaba entre 7.500 y 9.500 kms./hora. Más tarde se percibió un grupo de 12 a 15 objetivos no identificados que convergían en un único cuerpo muy grande. El punto de luz se detuvo dos veces durante varios minutos mientras se realizaba su seguimiento y desapareció del área de cobertura. A las 22 horas un segundo objetivo sin identificar fue localizado en movimiento a 19.000 kms./h. y a las 22:55 se captó otro con una rapidez de 3.200 a 6.400 kms./h., mientras que desde la torre de control se informó sobre una luz brillante y el piloto de un avión de transporte vio un fulgor que pasaba como un rayo. Poco después los radares de Bentwaters y Lakenheath mostraban un cuerpo estacionario al suroeste de la última base, el que aceleró instantáneamente a 650-1.000 kms./h. e hizo varios cambios bruscos de dirección. El piloto de un avión caza Venom pudo divisar una lumbre blanca brillante y fue a investigar, pero luego señaló que había desaparecido tanto de modo visual como en el radar. El equipo de tierra lo guió a la nueva ubicación del objetivo; el piloto dijo tenerlo en su pantalla y lo rastreaba, pero súbitamente se esfumó de su instrumental. Desde Lakenheath se informó que el "intruso" ahora perseguía al Venom, incapaz de quitárselo de encima. Cuando estaba con bajo nivel de combustible el piloto tuvo que regresar al centro y el ovni lo siguió por corto tiempo. Las observaciones visuales y de radar se extendieron durante un período de cinco horas y Phil Klass, conocido ridiculizador, descartó el caso como un "mal funcionamiento del radar", pero incluso el estudio Condon lo llamó "el ejemplo más desconcertante y poco común en los archivos de radar y visuales" (23). 

Otro incidente de relevancia tuvo lugar sobre Irán el 19 de septiembre de 1976. A las 00:30 horas un objeto muy brillante fue visto desde la torre de control en el aeropuerto Mehrabad, por cuanto se envió a un F-4 cuyo piloto detectó el objetivo a 70 millas. A medida que el F-4 se acercaba a menos de 25 millas náuticas tuvo desperfectos en el instrumental y las comunicaciones, pero cuando el militar suspendió la interceptación la aeronave recuperó todas sus capacidades. El conductor de un segundo F-4 informó que las intensas luces del objeto alternaban entre azul, verde, rojo y naranja; conforme el avión se acercaba a ese fulgor a 150 millas náuticas por hora, el "intruso" aceleró manteniendo una distancia constante de 25 millas. Entonces un cuerpo pequeño se separó de un ovni de mayor tamaño y se dirigió hacia el F-4 a alta velocidad. El piloto se preparó para disparar un misil contra aquél, pero de pronto toda la instrumentación y comunicaciones fueron interrumpidas y tomó acción evasiva. Una vez más, tan pronto como el caza dio la vuelta su funcionamiento se restableció a la normalidad. El objeto se situó tras él a una distancia de 3 a 4 millas náuticas por un corto lapso, luego se volvió y reunió con el objeto primario que huyó a una velocidad varias veces superior a la del sonido. Luego la tripulación percibió otro cuerpo iluminado que emanaba del ovni principal y caía con gran rapidez, según parecía con intenciones de aterrizar, pero la búsqueda del día siguiente no encontró nada. Phil Klass atribuyó el incidente a un objeto celeste mal identificado, diciendo que los pilotos eran incompetentes y los equipos de la aeronave tenían un mantenimiento deficiente (24). 

El 4 de octubre de 1982 un ovni con 270 mts. de diámetro fue visto por cientos de personas, ya que estuvo rondando durante horas en las inmediaciones de una base soviética de misiles en Byelokoroviche, Ucrania. Durante ese período una fuerza desconocida tuvo control sobre las operaciones de lanzamiento y comenzó a preparar los proyectiles para un ataque contra EE.UU. Los agentes encargados del proceso fueron incapaces de detener las armas y estaban aterrorizados por las represalias enemigas, pero tan repentinamente como el sistema fue activado éste se apagó en forma automática. Los investigadores de Moscú desmontaron el sitio por completo, pero no pudieron confirmar una explicación racional como un funcionamiento deficiente del equipo electrónico (25). 

Desde el comienzo de la edad ovni moderna han existido reportes de seres extraterrestres que salen de naves posadas en tierra y han aumentado con el tiempo. Se encontraron con una gran resistencia por parte de los primeros ufólogos que tendían a suprimirlos por temor a poner en peligro sus posibilidades de obtener respaldo oficial para una investigación pública de avistamientos ovni. Huelga decir que también a lo largo de la historia se han generado encuentros humanos con una amplia variedad de entidades extrañas que van de "divinas" a "demoníacas" e interpretadas a la luz de las creencias religiosas o científicas imperantes. Ciertas crónicas mencionan antiguos seres voladores o entes asociados vistos en el suelo con dispositivos aéreos o luces brillantes.

En EE.UU. y entre 1896-1897 se emitieron informes de contactos con entidades similares a las humanas durante avistamientos de aeronaves e incluyeron intentos de secuestro. En 1914 un panadero alemán divisó un objeto con forma de cigarro flotando justo por encima del suelo, y de pie junto al artefacto había cuatro o cinco pequeños humanoides de 1,2 metros de alto y luego entraron en él por una escalera. El objeto se elevó verticalmente sin hacer ruido y desapareció (26). 

Durante una tarde primaveral de 1928 un estadounidense de 17 años conducía por una carretera rural cuando se topó con un artefacto en el cielo que surgía a la vista, similar a un hexágono metálico con una parte superior en forma de cúpula, con 6,7 mts. de ancho y 2 de alto; incluso podían verse remaches en el borde a ambos lados de la aeronave. Tenía una ventana por la cual vio la cabeza y parte superior del torso de un hombre en uniforme de color azul oscuro y que "sería tomado por un italiano en este mundo". El objeto se movía muy lentamente, pero no se detuvo. El ocupante miraba hacia el coche, luego el objeto giró para volar por la carretera y de pronto huyó con una "terrible velocidad" (27). 

Hacia el verano de 1948 y en la provincia alemana de Sauerland, un hombre estaba cuidando sus ovejas en un bosque cuando éstas de repente se dispersaron por el pánico. Escuchó un sonido que se aproximaba rápidamente y avistó un objeto con 30 mts. de largo y unos 3 de alto que apareció frente a él desde lo que parecía ser una "niebla artificial" para posarse en la hierba. Cuando el hombre tocó la nave, una fuerte descarga eléctrica lo lanzó al suelo; permaneció inconsciente durante un rato y luego se despertó a unos 80 mts. de donde se desplomó. A su alrededor había entidades de 1 metro de estatura con cabezas grandes, ojos grandes oblicuos y pelo muy corto. Delante de sus pechos tenían una suerte de cajas con tubos colgantes y que se llevaban a la boca de vez en cuando. Hablaban entre sí en un idioma desconocido y a un costado de la nave, que todavía estaba envuelta en niebla, se situaban otros cuatro o cinco humanoides examinando el suelo o la hierba y recogían muestras. Finalmente todos los seres entraron en la nave que emitió un agudo sonido "sollozante" y huyó con gran rapidez. En el lugar del aterrizaje el testigo descubrió entre seis y ocho áreas circulares de hierba quemada en una línea, separadas entre sí por 2 a 4 mts. y tenían aproximadamente 1 de diámetro (28). 

A principios de los años '50 algunos personajes extravagantes aseveraron tener comunicación permanente con "hermanos del espacio" de aspecto nórdico, gallardos, benévolos y procedentes de Venus, Marte y otros planetas. Los contactados prominentes incluyeron a George Adamski, Daniel Fry, Howard Menger, George Van Tassel, Truman Bethurum, y Orfeo Angelucci. Supuestamente y a través de estos "embajadores" dichos visitantes deseaban advertir a la humanidad sobre los peligros de la energía nuclear y difundir su mensaje de paz y fraternidad. Hubo "delegados" como Adamski que recibían mensajes en encuentros cara a cara, mientras que los de tipo "psíquico" como Van Tassel receptaban información mediante sueños, escritura automática, voces en la cabeza o visiones. El movimiento contactista continúa hasta nuestros días, aunque en una escala mucho más reducida. Por ejemplo, el granjero suizo Billy Meier dice mantener diálogos con seres de Pléyades que incluyen a Semjase, de quien se dice tiene más de 400 años y visita la Tierra con regularidad para comprar cosméticos.

Algunos contactados afirmaron haber sido llevados de paseo en platillos a otros planetas. Adamski aseguraba ver bosques, montañas, lagos e incluso gente en la Luna, y en Venus fue testigo de ciudades habitadas, montañas cubiertas de nieve y áreas boscosas. Los encuentros de Menger son los más extraños de todos. En una ocasión entregó sostenes a unas visitantes alienígenas, quienes le dijeron que no usaban ese tipo de prendas, y también afirmó que cortaba con regularidad el pelo largo de estos visitantes para que pudieran circular en la Tierra sin llamar la atención. A cambio fue llevado en un viaje a la Luna y sostuvo que su atmósfera era similar a la terrestre; además aseveró haber traído algunas patatas de ese satélite ¡y que posteriormente fueron confiscadas por el gobierno! Por su parte Angelucci dijo conocer a Jesús, quien reveló ser un extraterrestre, e inclusive otros de estos "emisarios" señalan que sus amigos del espacio les permitieron hacer viajes en el tiempo (29). La mayoría de investigadores descarta todo el fenómeno contactista como disparate, pero aunque algunos casos pueden involucrar fraudes, lo absurdo de muchas historias también podría significar que los contactados simplemente relataron lo que creían con sinceridad haber vivido.

Muchos especialistas encontraron mucho más difícil de descartar la avalancha de reportes sobre comunicación extraterrestre que aparecieron en Europa occidental y América del Sur durante 1954. A menudo los alienígenas eran divisados reparando sus naves o recogiendo muestras de roca, tierra o agua. En contraste con los "amigables hermanos del Cosmos" estos nuevos visitantes tendían a ser de estatura corta, bastante agresivos en ocasiones y con frecuencia paralizaban a los testigos con haces de luz.

Por ejemplo, cerca de las 22:30 horas del 10 de septiembre de 1954, Marius Dewilde fue alertado por los aullidos de su perro que trataba de ingresar a la casa y próxima a la localidad francesa de Quarouble, no muy lejos de Valenciennes. Cuando salió pudo ver una masa oscura asentada en las vías del ferrocarril y entonces avizoró a dos seres con altura inferior a un metro en trajes de buceo y con enormes cascos. Dewilde se aproximó a ellos, pero una luz brillante desde la nave lo paralizó. Las criaturas volvieron rápidamente al aparato, hubo un fuerte silbido y el objeto se elevó hacia el cielo dejando "un espeso vapor oscuro". Un examen posterior halló depresiones en las durmientes de ferrocarril que sugerían la presencia de un objeto que pesaba 35 toneladas (30).

En varios casos durante la oleada de 1954 las criaturas parecieron intentar secuestrar a los testigos. En Brasil dos chicos que habían estado cazando fueron atacados por cuatro criaturas pequeñas y peludas que trataron de llevarse a uno de ellos por la fuerza. En Venezuela Jesús Paz entró en unos arbustos y comenzó a gritar, y cuando sus amigos concurrieron a ayudarle se toparon con un ser peludo que arrancó para escapar en un objeto discoidal. En otro caso de ese país cuatro enanos peludos de 90 cms. de altura salieron de un ovni flotante e intentaron raptar a un joven. Su compañero golpeó a una de esas entidades en la cabeza con la culata de su pistola, que se astilló como si hubiera chocado con roca sólida (31). Estos testigos pudieron combatir contra sus agresores, contrastando con los informes modernos en que las víctimas informan no poder resistir los intentos de abducción extraterrestre.

En la década y media que siguió se produjeron varios episodios muy significativos que convencieron a varios investigadores de que los informes sobre ocupantes extraterrenos no sólo eran reales, sino potencialmente conminatorios. El primero fue la abducción de Antonio Villas-Boas en Brasil durante 1957, al parecer con fines sexuales, y su relato fue considerado tan absurdo incluso por ufólogos que no se escribió en idioma inglés hasta mediados del decenio de 1960. Para entonces se había producido un segundo e histórico secuestro protagonizado por Betty y Barney Hill en New Hampshire en septiembre de 1961, y el cual presentaba similitudes con la historia de Villas-Boas, pero no llegó a la prensa hasta 1965 (véase la sección 9).

El 24 de abril de 1964 se produjo un tercer encuentro cercano trascendente. El oficial de policía Lonnie Zamora estaba de patrulla en las afueras de Socorro, Nuevo México, cuando escuchó un rugido fuerte y vio una llamarada azul y ahusada a baja altura en el horizonte. Se dirigió de inmediato al lugar y vio lo que él pensaba era un coche volcado. Salió de su vehículo y avistó dos humanoides pequeños con monos blancos cerca del objeto que era del mismo color, metálico y ovoidal, y al momento de percibir a Zamora ingresaron con rapidez a la nave y momentos después despegó con un rugido emitiendo una llama. Dejó atrás una zarza ardiente y las huellas del tren de aterrizaje, al tiempo que otros testigos dijeron haber observado un fuego misterioso o escuchar un estrépito ensordecedor. El FBI, la CIA y la Fuerza Aérea se involucraron en la indagatoria, pero el caso nunca fue resuelto (32). Gracias a estos incidentes de alto calibre, a fines de los años '60 la realidad sobre las entidades relacionadas con ovnis ya no era un tema tan tabú.

Fig. 2.4. Impresión artística del ovni percibido por Lonnie Zamora, abril de 1964.

En un comienzo los secuestros o intentos de rapto eran extremadamente raros produciéndose un caso por año, pero comenzaron a aumentar durante la oleada de 1973 y se han multiplicado en los últimos decenios hasta que al día de hoy algunas organizaciones ufológicas están interesadas en otros aspectos. En los años '70 a menudo los secuestrados contaron acerca de ovnis con que se toparon en caminos solitarios, y más tarde rememoraron bajo hipnosis haber sido raptados. El primer caso sobre un "secuestro de dormitorio" fue conocido en 1973 y en la actualidad este fenómeno es estándar. Los abducidos afirman que pequeños seres grises con grandes ojos negros los llevan contra su voluntad a un lugar secreto, por lo general y según se cree una nave espacial a pesar de que rara vez es visualizada desde el exterior. A veces sostienen que pudieron pasar a través de paredes sólidas y puertas en un haz de luz, y que los cónyuges y otros miembros del hogar son "desconectados" con objeto de que no perciban el incidente. Las víctimas también sostienen ser sometidas a exámenes médicos dolorosos que incluyen extracción de esperma y óvulos, supuestamente para producir híbridos humano-extraterrestre, y asimismo existiría comunicación telepática con los secuestradores. Como era de esperar, este tipo de asertos ha generado una intensa controversia.

Ciertamente, lo que informan los testigos es una cosa y la realidad de esa experiencia y su significado son un asunto diferente. Lo seguro es que la complejidad y diversidad del fenómeno descarta la posibilidad de que haya una explicación única y directa que se adapte a todos los casos.


Referencias

1. Charles Berlitz y William L. Moore, The Roswell Incident, New York: Berkeley, 1988 (1980), p. 5-7.

2. Jacques Vallée y Chris Aubeck, Wonders in the Sky: Unexplained aerial objects from antiquity to modern times and their impact on human culture, history, and beliefs, New York: Jeremy P. Tarcher/Penguin, 2009, p. 485.

3. Paul Devereux, Earth Lights Revelation: UFOs and mystery lightform phenomena, London: Blandford, 1990, p. 35; Jerome Clark, Unexplained! 347 strange sightings, incredible occurrences, and puzzling physical phenomena, Detroit, MI: Visible Ink Press, 1993, p. 349.

4. Earth Lights Revelation, p. 41.
5. Jacques Vallée, Dimensions: A casebook of alien contact, New York: Ballantine Books, 1989, p. 10-1; Wonders in the Sky, p. 102-3, 106-7.

6. Dimensions, p. 13.
7. www.ivanceci.it/2008/06/03/1493-la-prima-immagine-a-stampa-di-un-ufo.
8. Wonders in the Sky, p. 161-4.
9. Illobrand von Ludwiger, Best UFO Cases – Europe, Las Vegas: NV, National Institute for Discovery Science, 1998, p. 2, 17.

10. Jacques Vallée, UFO Chronicles of the Soviet Union: A cosmic samizdat, New York: Ballantine Books, 1992, p. 134-6; Wonders in the Sky, p. 215-7.

11. Best UFO Cases – Europe, p. 3; Wonders in the Sky, p. 253.
12. M.K. Jessup, The Case for the UFO, New York: Citadel Press, 1955, p. 177.
13. Unexplained!, p. 1-5; Brad Steiger y Sherry Hansen Steiger, Real Aliens, Space Beings, and Creatures from Other Worlds, Detroit: Visible Ink, 2011, p. 266-74. 

14. Richard L. Thompson, Alien Identities: Ancient insights into modern UFO phenomena, Alachua, FL: Govardhan Hill Publishing, 2da ed., 1995, p. 59.

15. Charles F. Emmons, At the Threshold: UFOs, science and the new age, Mill Spring, NC: Wild Flower Press, 1997, p. 2-3.

16. Timothy Good, Beyond Top Secret: The worldwide UFO security threat, London: Sidgwick & Jackson, 1996, p. xviii-xx.

17. Best UFO Cases – Europe, p. 4-8.
18. Ibídem, p. 8-9; Beyond Top Secret, p. xxviii-xxxiv.
19. UFO Chronicles of the Soviet Union, p. 76.
20. Dennis Stacy y Patrick Huyghe, The Field Guide to UFOs: A classification of various unidentified aerial phenomena based on eyewitness accounts, New York: Quill, 2000, p. 151-5.

21. At the Threshold, p. 162; Best UFO Cases – Europe, p. 31-40.
22. John B. Alexander, UFOs: Myths, conspiracies, and realities, New York: Thomas Dunne Books, 2011, p. 215-6.

23. Ibídem, p. 189-90; ufocasebook.com.
24. Alexander, UFOs, p. 197-8.
25. Ibídem, p. 170-2.
26. Best UFO Cases – Europe, p. 46.
27. Jacques Vallée, Confrontations: A scientist’s search for alien contact, London: Souvenir Press, 1990, p. 147-9.

28. Best UFO Cases – Europe, p. 46.
29. Nick Pope, The Uninvited: An exposé of the alien abduction phenomenon, London: Pocket Books, 1998, p. 17-31.

30. Jacques Vallée, Passport to Magonia: On UFOs, folklore, and parallel worlds, Chicago, IL: Contemporary Books, 1993 (1969), p. 17, 209; Beyond Top Secret, p. 108-9.

31. Kevin Randle y Russ Estes, Faces of the Visitors: An illustrated reference to alien contact, New York: Fireside, 1997, p. 262; Passport to Magonia, p. 247; Unexplained!, p. 177.

32. The Field Guide to UFOs, p. 72-3; Patrick Huyghe, "The best UFO case ever? A review and update of the Socorro incident", The Anomalist, n° 8, 2000, p. 113-36.