David Pratt
Mayo 2001, última revisión abril 2016
01. La Tierra Sagrada Imperecedera
02. Shambhala y Agharta
Parte D: Tradiciones y mitología sobre el Paraíso interno
01. La Tierra Sagrada Imperecedera
La Teosofía enseña que una serie de Siete Razas-Raíz o "humanidades" se desarrollarán durante la Cuarta Ronda actual de evolución planetaria. Se dice que la primera humanidad surgió a mediados del Paleozoico, hace unos 150 millones de años (según la escala teosófica), y actualmente estamos en la Quinta Ronda. Cada uno de dichos colectivos habita en su propio "continente", una palabra que refiere no sólo al área geográfica donde tiene lugar la evolución de una raza, sino también a toda la tierra firme que existe durante el período de un grupo particular. Así como estas colectividades se superponen con el paso del tiempo, las partes territoriales de una raza-raíz van añadiéndose a las extensiones continentales de la siguiente (1).
La primera región de asentamiento se conoce como Tierra Sagrada Imperecedera, y es el más misterioso de los siete continentes, cuya ubicación estaría en el Polo Norte. "Esta 'Tierra Sagrada' (...) nunca compartió el destino de los otros continentes, porque es la única cuyo destino debe perdurar desde el principio hasta el fin del Manvantara a lo largo de cada Ronda. Es la cuna del primer ser humano y morada del último mortal divino, elegido como Shishta para la semilla futura de la humanidad. De esta tierra misteriosa y sagrada se puede decir muy poco, excepto -y según una expresión poética en uno de los Comentarios- que la Estrella Polar tiene su ojo vigilante sobre ella desde el amanecer hasta el fin del crepúsculo de un Día del 'Gran Aliento' [en India llamado 'Día de Brahma']" (2). En mútiples ocasiones se repite la afirmación de que el primer continente nunca se hunde ni "perece", y esta característica lo distingue de otras zonas homólogas (3).
Este sector prístino rodeaba e incluía al Polo Norte y se extendió un poco hacia el sur desde aquél en siete regiones diferentes, como las hojas de un loto, abarcando Groenlandia, Spitzbergen, Suecia, Noruega y Siberia, junto con otras tierras antiguas en el extremo norte que desde entonces se han sumergido. La localidad central del primer continente se hallaba justo en el extremo boreal, y así Blavatsky acota: "De esta forma, y si se entiende correctamente la enseñanza, el primer continente nacido cubrió todo el Polo Norte como una corteza ininterrumpida y permanece hasta el día de hoy, más allá de ese mar interior que parecía un espejismo inaccesible a los pocos viajeros árticos que lo percibieron" (4). Hay autores que enfatizan las cursivas de este párrafo, señalando que a Blavatsky no se le permitió otorgar todo lo que sabía sobre sus instrucciones recibidas.
Si el centro de la Tierra es habitable como implica la revisión de The Hollow Earth por Lyon y Sherman en The Theosophist, ese primer continente podría referir a dos aspectos: a) el terreno polar en la superficie exterior del planeta, y b) el área sagrada/central o "círculo interior", que seguirá existiendo hasta que la Tierra llegue al término su período vital. Del mismo modo, conceptos tales como "tierra bendita de luz y verano/Sol eternos" (6) puede aludir a la región polar en un momento en que el eje terrestre era más o menos vertical, o a una zona central si el interior planetario es auto-lumínico o contiene alguna clase de sol.
Referencias
1. Ver "La Teosofía y los Siete Continentes", esoterismo-guia.blogspot.com.
2. H.P. Blavatsky, La Doctrina Secreta (1888), Pasadena, CA: Theosophical University Press, 1977, 2:6.
3. Ibídem, 2:400 nota al pie.
4. Ibídem, 2:401.
6. La Doctrina Secreta, 2:11-2; H.P. Blavatsky, The Theosophical Glossary (1892), Los Angeles, CA: Theosophy Company, 1973, p. 186.
02. Shambhala y Agharta
Los textos sagrados tibetanos hablan de un reino místico llamado Shambhala, oculto tras picachos nevados en algún lugar al norte de Tíbet donde se conservan las enseñanzas budistas más secretas, conocidas como Kalachakra o "Rueda del Tiempo". Se profetiza que un futuro rey de Shambhala aparecerá con un gran ejército para liberar al mundo de barbaries y tiranías, dando paso a una "edad dorada"; asimismo, los Puranas hindúes sostienen que un futuro redentor mundial (kalki-avatara, la décima y última manifestación de Vishnu) vendrá de dicho territorio. Tanto la tradición hindú como budista aseveran que éste contiene un magnífico palacio central que irradia una poderosa luz diamantina.
El paraíso de Shambhala es conocido bajo muchos nombres, según consigna Victoria LePage: "Se ha llamado Tierra Prohibida, de las Aguas Blancas (...) de los Espíritus Radiantes, del Fuego Viviente, de los Dioses vivos y de las Maravillas. Los hindúes le bautizan Aryavarsha, la zona desde donde se originaron los Vedas; los chinos como Hsi Tien o paraíso occidental de Hsi Wang Mu, la Real Madre de Occidente; los raskólniki -una secta cristiana rusa del siglo XIX- le señalaron como Belovodye y el pueblo kirguiz Janaidar. Pero a lo largo y ancho de Asia es más famoso por su nombre sánscrito de Shambhala, que significa 'lugar de paz o tranquilidad', e incluso Chang Shambhala -o localidad homónima boreal-, el nombre de los hindúes para distinguirlo de una ciudad india con igual apelativo (...) Al final de su vida, el maestro taoísta Lao-Tzu regresó a esta comarca, aunque la llamó Tierra de Tebu (...)".
"Muchas tradiciones esotéricas lo consideran el centro verdadero del planeta, la potencia espiritual del mundo y corazón de una Hermandad de adeptos de todas las razas y países, quienes a lo largo de la historia han influido en cada religión importante, avance científico y movimiento social" (1).
Los libros budistas indican que se puede llegar a Shambhala a través de un viaje largo y difícil por desiertos y cordilleras muy agrestes, advirtiendo que podrán encontrarla sólamente los escogidos o quienes tengan preparación espiritual necesaria, pues de otro modo hallarán tormentas camufladoras, montañas vacías o incluso la muerte. Un texto dice que Shambhala es redondo, pero generalmente se representa como una flor de loto con ocho pétalos, símbolo del chakra cardíaco; de hecho, una vieja historia tibetana afirma que "el reino de Shambhala está en nuestro corazón". Como señala Edwin Bernbaum, las referencias literarias shambálicas, cuyas intrigantes directrices son una mezcla de realismo y fantasía, pueden ser leídas en un nivel como "instrucciones para emprender un viaje interno desde el mundo familiar de la conciencia superficial a través de las selvas del subconsciente, para llegar al santuario oculto del superconsciente" (2).
La tierra de Shambhala. En el centro están el monte Meru y el palacio del Rey, circunscrito por ocho regiones en forma de pétalo con sus 96 principados.
Sin embargo, la idea de que Shambhala también se encuentra en el mundo material está firmemente arraigada en el ideario tibetano, pero las opiniones sobre dónde podría ubicarse difieren notablemente. Algunos naturales piensan que su locación es el propio Tíbet, tal vez las montañas de Kunlun; otros mencionan el territorio circundante a Mongolia y la provincia china de Sinkiang, y la mayoría cree que se ubica en Siberia u otra parte de Rusia. Ciertos lamas piensan que está escondida en los parajes desolados del Ártico, y de acuerdo con Lama Kunga Rimpoche "probablemente Shambhala está en el Polo Norte, ya que ambos están rodeados por hielo". Otros lamas consideran que este paraíso interno existe fuera de la Tierra, en otro planeta o "dimensión" ajena a la nuestra (3).
Bernbaum soñó una vez que viajaba al Polo Norte con un guía. A medida que se acercaban al objetivo, el aire se hizo más cálido y la cubierta de nieve más fina hasta que sólo vieron tundras herbáceas y florales, notando además una brisa suave. Finalmente llegaron a un estanque redondo con una pequeña isla que tenía un punto extremo justo en el centro. Bernbaum se volvió hacia su guía y protestó "¡es inconcebible!; esto no puede ser el Polo Norte, y se supone que hay hielo y nieve allá arriba". El guía sólo apuntó a la isla y dijo sonriente "ahí está el polo". Bernbaum relató su sueño a Lama Chopgye Trichen Rimpoche, quien comentó: "Puede que haya sido la entrada a Shambhala" (4).
El artista, filósofo y explorador ruso Nicolás Roerich (1874-1947) viajó por China y Mongolia a las fronteras de Tíbet en 1925-1928. Durante una conversación con un lama le dijeron: "El gran Shambhala está mucho más allá del océano. Es el poderoso dominio celestial y no tiene nada que ver con nuestra Tierra (...) Sólo en algunos lugares, en el Lejano Norte, puedes distinguir sus resplandecientes rayos". Al ser presionado por Roerich, el lama admitió que dicho reino celeste tenía una contraparte terrenal, y en efecto, la expresión "resplandecientes rayos" parece refererir a la aurora que se manifiesta en el sector polar, pero el religioso también describió este Paraíso como un "valle lejano" escondido en medio de altas montañas, con aguas termales y abundante vegetación.
La autoridad budista también declaró que el regente shambálico "está siempre vigilante en la causa de la humanidad", viendo todos los acontecimientos globales en su "espejo mágico" y "la fuerza de su pensamiento penetra en tierras lejanas", añadiendo: "Son innumerables los habitantes de Shambhala; numerosas son las espléndidas nuevas fuerzas y los logros que se están preparando allí para nuestra especie". El lama confirmó que los mensajeros de ese territorio aún trabajan en el mundo, y que incluso el propio gobernante aparece esporádicamente bajo una forma humana. Enfatizó que los secretos de Shambhala están bien ocultos, y según él era imposible que alguien llegara a ese lugar a menos que su karma fuera propicio para ser convocado (5).
Los autores teosóficos modernos también reconocen que Shambhala es un lugar real, y si bien ningún orientalista o erudito ha logrado localizarlo geográficamente, es una tierra o distrito verdaderos, sede contemporánea de la mayor hermandad de adeptos espirituales y sus jefes en el planeta. En ciertos momentos de la historia universal, o más exactamente de nuestra Quinta Raza-Raíz, desde Shambhala emergen comisionados para difundir un trabajo místico e intelectual entre los humanos. Se piensa también que dicha Hermandad tiene ramas en varias partes del mundo, pero el mencionado reino es el centro o la logia principal, que podría localizarse provisionalmente en un distrito poco conocido y remoto de las altas mesetas en Asia central, es decir, el Tíbet.
De acuerdo con esos escritores, Shambhala integra un vasto sector rodeado por un velo akásico de invisibilidad; una flota de aviones o cualquier ejército pasarían sobre él sin notarlo. En ese lugar se almacenarían los registros más valiosos de la humanidad, y el Observador Silencioso de la Tierra tiene su morada invisible, asistido por las personas más sublimes y evolucionadas.
En Teosofía se dice que Shambhala, nuestro "hogar espiritual", comprende dos localidades en el globo. Una de ellas se situaría en elevadas tierras asiáticas, al oeste del meridiano que cruza el pueblo de Lhasa, y hace mucho tiempo esta zona constituía una isla sagrada en un vasto mar interior de Asia Central, conocida como "abismo del aprendizaje" o "mar de conocimiento", accesible a través de pasajes subterráneos. Según los relatos, este lugar existe hasta nuestros días como un oasis rodeado por el desierto de Gobi (9).
Además hay otro territorio santo, aludido en todas las grandes religiones exotéricas. Este lugar es la cumbre de lo que en los Puranas hindúes se llama Shveta-dvipa, monte Meru o Sumeru. Es el Polo Norte de la Tierra, elegido no a causa de sus cualidades terrenales, sino por su posición astronómica, correspondiendo al Polo Norte místico y geográficamente igual a dicha locación terrestre, pero en términos sagrados implica un aspecto muy distinto.
De esta forma y en una de sus acepciones, Shambhala es la Tierra Sagrada Imperecedera. Los intérpretes teosóficos modernos aducen la existencia de otra área homónima aún más elevada en el Sol, y que todas estas diversas localidades se componen por varios tipos de seres con los cuales la raza humana se vincula espiritual y mentalmente.
Teniendo en cuenta que el Shambhala de Asia Central estaría protegido por un "velo akásico" que lo hace invisible e impenetrable, es llamativo observar que en la revisión de The Hollow Earth en The Theosophist, el revisor sugiere que a los exploradores se les impidió ir más al norte -en lo que para entonces se sospechaba era un "mar polar abierto"- por "el ejercicio de un poder oculto". Esto podría interpretarse en el sentido de que hay "algo" en la región polar norteña escondido por fuerzas arcanas, y no a través de conspiraciones militares o gobiernos.
Agharta
En el folklore sobre la Tierra hueca, el mundo interior a veces se denomina Agharta (también Agarttha o Agharti), que supuestamente denota un reino subterráneo en la mitología tibetana, pero en realidad este apelativo no se utiliza ni en sánscrito ni en la literatura de dicha zona. El mito comenzó en la década de 1870, y fue inventado y promovido por tres esoteristas occidentales: Joseph-Alexandre Saint-Yves d'Alveydre (1842-1909), Ferdinand Ossendowski (1876-1945) y René Guénon (1886-1951) (1).
Saint-Yves afirmaba que "Agarttha" era una palabra sánscrita que significa "inatacable", pero el vocablo genuino es agribhita. Señalaba asimismo que éste era el nombre de un reino asiático principalmente subterráneo, y tenía 20 millones de habitantes gobernados por un "Soberano Pontífice" o "Brahatma". Por su parte Ossendowski lo llamó "Agharti" y dijo que sus 800 millones de habitantes estaban regidos por el "Rey del Mundo" o "Brahytma", ubicando dicho territorio entre los desiertos de Gobi y Taklamakan, pero acotó que el complejo oculto se extendía hasta las Américas. Guénon escribió que los relatos sobre Agharta eran muy extendidos en Asia Central y Mongolia; no obstante, esta idea es un eco distorsionado de Shambhala, aunque muchos terrahuequistas creen que éste alude a una ciudad en Agharta.
Mapa estrafalario de la Tierra hueca por Max Fyfield.
Se cree que el diagrama siguiente fue obtenido durante una expedición alemana al Tíbet en la década de 1930 (2). Algunos terrahuequistas piensan que muestra el "mundo tibetano de Agharta" (3), pero la autenticidad de este esquema no puede ser confirmada. Es uno de los muchos documentos antiguamente clasificados (en alemán y ruso) que el centro de investigación ovni RUFORS recibió de una fuente anónima hacia 2008/2009. Gran parte del material es muy extraño (4) y no ha atraído mucho interés fuera de los ámbitos conspiracionistas. Ciertos investigadores argumentan que los documentos son falsificaciones (5), y según otros informantes, los nazis supieron de los tibetanos que la Tierra comportaba un interior hueco y un sol central, y descubrieron una comarca subterránea conocido como "Agartha" bajo la Antártica y accesible por submarino.
Es bien conocido que algunos nazis estaban interesados en la hipótesis de la Tierra hueca, siendo Peter Bender su principal proponente y amigo de Hermann Göring. Bender defendió la versión por Koreshan, la cual sostiene que vivimos en la superficie interna y cóncava de un globo hueco con casi 13.000 kms. de ancho (¡y que comprendería todo el Universo!); su Sol es un globo pequeño situado en el centro, y la Luna, los planetas y las estrellas constuirían "esferas brillantes más pequeñas" que flotan alrededor de él. Esta noción se originó con Cyrus Teed (1839-1908) y atrajo un gran número de seguidores en Estados Unidos. En 1942 se realizó un experimento con ayuda de oficiales militares alemanes para probar la teoría, apuntando una cámara infrarroja telescópica hacia el cielo en ángulo de 45° para fotografiar buques de guerra enemigos situados en otra parte de la superficie interina. El ensayo fue un fracaso total, y Bender, su esposa y varios colegas fueron remitidos a un campo de exterminio por quedar en ridículo y engañar al Reich (6).
Referencias
1. Victoria LePage, Shambhala: The fascinating truth behind the myth of Shangri-La, Wheaton, IL: Quest, 1996, p. 6-8.
2. Edwin Bernbaum, The Way to Shambhala, Los Angeles, CA: Jeremy P. Tarcher, 1980, p. 207.
3. Ibídem, p. 36-7.
4. Ibídem, p. 37.
5. Nicolás Roerich, Shambhala: In search of the new era, Rochester, VE: Inner Traditions, 1990, p. 1-33.
9. H.P. Blavatsky, Isis Develada (1877), Pasadena, CA: Theosophical University Press, 1972, 1:589-90; H.P. Blavatsky, La Doctrina Secreta (1888), Pasadena, CA: Theosophical University Press, 1977, 2:220, 319, 502-3, 636-7; A.T. Barker (comp.), The Mahatma Letters to A.P. Sinnett, Pasadena, CA: Theosophical University Press, 2da ed., 1975, p. 155.
Agharta
1. Marco Baistrocchi, "Agarttha: A Guénonian manipulation?", Fullerton, CA: Theosophical History, 2010; Joscelyn Godwin, "Saint-Yves d’Alveydre and the Agartthian connection", introducción a The Kingdom of Agarttha: A journey into the hollow earth, Rochester, VT: Inner Traditions, 2008, hermetic.com.
2. Igor Gontcharov, "20th century race for Tibet’s ancient knowledge reveals hollow earth with inner sun", 11 de noviembre de 2014, ancientscienceartifacts.org.
3. hollowplanet.blogspot.nl.
4. Igor Gontcharov, "Vajra as weapon & tool for megalithic construction: secret report on Soviet expedition to Tibet", 20 de septiembre de 2014, ancientscienceartifacts.org; chest-i-razym.livejournal.com/532197.html; chest-i-razym.livejournal.com/578101.html; planetxnews.com.
5. atlasenigma.ru/agartha-tretego-rejha-priznaki-poddelki; atlasenigma.ru/329.
6. Walter Kafton-Minkel, Subterranean Worlds: 100,000 years of dragons, dwarfs, the dead, lost races & UFOs from inside the earth, Port Townsend, WA: Loompanics Unlimited, 1989, p. 217-21, 90-107.