18 de abril de 2024

El Anarquismo Místico como opción al fracaso eterno de "políticas" materialistas

Por Bahman Pestonji Wadia
Título original: "Problems of National and International Politics"


Contenidos:

01. Comparación entre religión y política
02. Gobernanza divina
03. El Plan y los Ayudantes
04. El Ser Humano Libre
05. El individuo como factor principal
06. El Estado Arquetípico y de otras clases
07. La civilización no tiene origen
08. Jerarquías de grupos
09. Una nueva visión de las razas
10. La responsabilidad múltiple del Estado
11. Una nueva categoría
12. El Estado dejará de ser útil
13. Yoga con el Estado
14. Los dos caminos de avance político
15. Los verdaderos políticos
16. Dos Principios
17. El Camino Doble
18. Razas humanas y Principios séptuples

Este discurso fue presentado en la Convención de Calcuta de la Sociedad Teosófica (Adyar), en diciembre de 1917. Es una humilde tentativa para comprender algunos principios de Evolución Política, a la luz de las enseñanzas ofrecidas mediante la Doctrina Secreta y H.P. Blavatsky en el último cuarto del siglo XIX./Febrero de 1922.

[N.del T.: se ha prescindido de repeticiones innecesarias, y los números de notas fueron mantenidos en forma sucesiva].

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El tema de la charla suena polémico, pero no considero que mi discurso sea impelido a la controversia durante algún tiempo. En cierto modo, desearía que fuera un asunto de acalorado debate, porque entonces significaría que el mundo está cambiando su visión sobre los problemas políticos. Muchas veces oímos que la Teosofía no tiene nada que ver con política, mas no creo que ningún miembro instruido de nuestra Sociedad proscriba el estudio y la exposición de los aprietos gubernamentales que deseo mostrar hoy, si bien me inclino a creer que el mundo fuera de la Sociedad Teosófica los mirará en forma desdeñosa, encogiéndose de hombros con buen humor.

Puedo garantizar más Teosofía que política en esta conferencia, pero al principio me gustaría dejar claros dos puntos: a) lo que digo encarna sólo mi opinión, y no debe considerarse de ninguna manera como autorizada; siempre existe el riesgo de que los pareceres de teósofos importantes sean tomados como "principios" o "doctrinas" de la Sociedad Teosófica, y creo que se convierte en el deber de todo estudiante de Ciencia Sagrada -cuando comparte los frutos de su análisis ante la Sociedad- afirmar que las posturas personales no limitan la plataforma de nuestra organización internacional; y b) lo que declaro es consecuencia del estudio hecho por un hermano, con todas sus limitantes de visión y entendimiento.


01. Comparación entre religión y política

El mirador predominante desde donde se observa toda la gama política es occidental y moderno, pero la forma en que el antiguo Oriente consideraba los problemas análogos era diferente. Durante los últimos siglos, cuando el mundo occidental ha influido cada vez más en el pensamiento de nuestra civilización, el antiguo enfoque político "ha pasado de moda", y no se pondera ni examina. Así como los eruditos del siglo XIX rastrearon los inicios de la religión hasta "lo supersticioso" y describen sus avances desde el tótem y el fetiche hasta las fases monoteístas, también nuestros filósofos indagan la historia política evolutiva desde los períodos lejanos en que las tribus salvajes incursionaron en el arte de gobernar. La familia patriarcal, como tótem del pensar religioso, es la semilla de donde surge el árbol multiramificado de la política moderna, y entonces se acostumbra decir: "Un Dios Universal empezando con el tótem, y nuestra amplia estructura política desde la familia patriarcal".

Esta no es la posición que adopta la Teosofía. Nuestra Sociedad ha sido fundamental para permitir que el mundo, gracias a las enseñanzas de H.P. Blavatsky, apruebe una visión algo distinta sobre los comienzos de la Religión y los credos. Todavía no muestra un éxito completo, pero ya hemos dado un gran paso, y encontramos que algunos de los filósofos más capaces de Occidente se inclinan hacia nuestros postulados. De igual manera (y creo que lo conseguiremos), podrá ayudarse a dicha parte del mundo a comprender y practicar nuestras teorías de ciencia política. Hoy se acepta rápidamente la perspectiva teosófica en cuestiones religiosas, y no me sorprendería que aquélla en lo tocante a la política encuentre acogida en el escenario internacional de dinamismo permanente (1). El objetivo aquí es desarrollar una visión respecto a contrariedades políticas, y no de un grupo particular, sino de la humanidad en su conjunto. No hablaré de autonomía y representación comunal, ni de la revolución rusa o el comercio estadounidense, ni de los muchos problemas que captan la atención de políticos y estadistas de múltiples países. Todo lo que se plantea son algunos principios que nos encumbran como teósofos al sitio desde el cual vemos, entendemos e interpretamos el progreso político de comunidades, naciones y razas. Por lo tanto, es apropiado decir que sólo se debe esperar una conferencia algo imprecisa, y está más allá de mi alcance mostrar una "perspectiva completa" garantizando un flujo secuencial de ideas vinculadas; así, sólo puedo describir ideas -que considero axiomáticas- con tal de permitirnos seguir analizando el tema propuesto.

(1) El gran demócrata Woodrow Wilson, en su excelente volumen The State, hace referencia al parentesco -que según él es principio fundamental activo en la producción del Estado original- y a la religión (p. 14 y 16, donde se discuten los inicios de la Religión y el Estado).


02. Gobernanza divina

La civilización moderna todavía rehúye el concepto antiguo de que la evolución de formas e instituciones, y el correspondiente desarrollo de almas y principios, tiene lugar de acuerdo con cierto esquema concreto, de origen divino y principalmente de naturaleza suprafísica. Tampoco favorece las chances de que la humanidad esté guiada por su camino de progreso en términos de un plan bien definido. La ciencia declara que el gobierno espiritual del mundo es un "absurdo", y que las personas religiosas utilizan dicha idea "como figura retórica" para "consolar sus mentes" en episodios de dolor o dificultad. Para un estadista o político, sería descabellado considerar la interferencia divina a modo de factor en la política práctica, o la consulta de proyectos divinos como ayuda para su trabajo diario; a cualquier legislador que se atreviera a hablar en ese aspecto, aunque fuera vagamente, se le prescribiría internación en el manicomio más cercano. Un hombre o una mujer dedicados al ámbito político y que abracen tales perspectivas o creencias, trabajan en silencio y deben mantenerlas más o menos en secreto. No obstante, un teósofo instruido cree o sabe que existe un plan divino según el cual se genera un progreso, ya sea en el reino humano y los entornos inferiores/superiores a él, o bien de tipo físico-visible y superfísico-invisible.

El antedicho proyecto místico era razón de estudio para los antiguos. Los Reyes Divinos que guiaron a la humanidad infantil de los últimos días lemurianos y atlantes, cumplieron su estupendo trabajo en términos de esa agenda. En los albores de nuestra raza Aria, los antiguos Rishis y Yoguis tuvieron visiones del Plan y realizaron su tarea en consecuencia. A medida que el ser humano lograba cada vez más autovalía -conforme su instinto y mente desplegaban poderes con el transcurso del tiempo y sus intuiciones comenzaron a funcionar de acuerdo con las líneas del Plan-, físicamente se le encomendó la tarea de construir su individualidad y avanzar con la ayuda de su naturaleza despierta. Los Lectores del Plan se borran de las páginas de la historia, y cuando llegamos a lo que hoy se denominan "etapas históricas", no se hace referencia alguna a dicho esquema.

Veamos los Puranas, y se harán evidentes los hechos sobre la existencia de un Designio, así como también de sus trabajadores; si analizamos los escritos iraníes posteriores o griegos, encontramos menciones de antiguos Videntes, Reyes Divinos y Maestros religiosos. Pero si nos adentramos en la historia moderna, no tenemos ningún Esquema ni Ayudantes que guíen a la humanidad en su viaje ascendente. Aún más tarde, esta última noción se descartó y en la última parte del siglo XIX, gracias a los escritos de Darwin, adquiere prominencia sólo la evolución materialista y corporal. Los acontecimientos recientes, los numerosos descubrimientos científicos, las indagatorias espiritistas y psíquicas, y sobre todo las enseñanzas teosóficas, están haciendo que el pensamiento global tienda a considerar algún tipo de proceso por cuyo medio se ha ido generando todo el avance de la humanidad, a lo largo de muchas líneas. Los versos frecuentemente citados del gran poeta victoriano Tennyson constituyen sólo un índice del pensamiento de su mundo, que tanteó en la oscuridad para encontrar una mejor comprensión de este panorama evolutivo en constante movimiento. Al comienzo de su In Memoriam, nos aconseja permitir que "la reverencia habite en nosotros", y al final, con ayuda de la misma, canta sobre

"un Dios único, una ley, un elemento,
y un suceso divino aún más remoto,
al cual se dirige toda la creación".

Ese Acontecimiento Divino tiene un significado político que forma parte de nuestro estudio.


03. El Plan y los Ayudantes

El primer concepto a asimilar para los propósitos de nuestra charla, es que incluso la evolución política humana está sucediendo en términos exactos de un Plan Divino, y además se desenvuelve de acuerdo con las líneas de Quienes lo conocen. Los teósofos deben arriesgarse al ridículo mundano, afirmando que los Ayudantes Divinos existen hoy como en el pasado lejano, lo que nos lleva a la segunda idea: los políticos de proclividad teosófica tendrán la labor de familiarizar al mundo con el hecho de que la evolución política es fundamentalmente guiada por Rajarshis, Manus o Legisladores, que trabajan en el anonimato a ojos de la gran mayoría, pero cuya presencia y actividades son conocidas por pocos individuos. Estos son los Ayudantes Egregios, Masones del Gran Arquitecto del Universo que construyen según el conocimiento. Los políticos y estadistas del futuro, que conducirán una civilización internacional de gloria en gloria hasta fines de la quinta etapa del vasto drama de evolución en nuestro globo, serán hombres y mujeres que en un número cada vez mayor se convertirán en alumnos de dichos Colaboradores. Algunos grandes políticos contemporáneos son estimulados inconscientemente por aquéllos a dar un paso u otro; es más, muchos acontecimientos significativos de hoy son corolarios de esa dirección y ayuda no reconocidas. Conforme la humanidad crezca hacia la Justicia y Libertad, los influjos del Divino Ayudante se harán más visibles hasta que en la civilización culminante de nuestra raza Aria, los Dioses caminarán sobre la Tierra como antes y la Edad de Oro habrá regresado.


04. El Ser Humano Libre

Nuestra próxima fase es investigar el objetivo del Plan, en lo que respecta al desarrollo político de este globo. La Teosofía enseña que el objetivo de la evolución es conseguir nuestra divinidad, no sólo latente, sino hacerla plenamente ostensible. De esta forma, el ser humano se convierte en un dios, se conoce a sí mismo y a Su Universo, es capaz de usar el Poder de Su Voluntad y crea un Universo propio que llena con Su Amor y dirige con Su Sabiduría. En otras palabras, la meta perseguida es el desarrollo del individuo -mediante las etapas conducentes al Superhombre o la Supermujer- hacia la Perfección encarnada en el concepto shastraico del Supremo Purusha. El ser humano se esfuerza por llegar a ser Perfecto, libre en su mente, moral y actividades. La intención de ese "árbol evolutivo" es permitirle alcanzar dicho nivel exaltado; asimismo, el amplio ramaje nos brinda el cobijo necesario mientras continuamos en la hercúlea batalla de crecimiento hacia una Individualidad Perfecta.

Teniendo en cuenta ese principio, abordaremos los fundamentos de evolución política bajo un alero teosófico. Para este orador, esa meta es producir un Ser Humano Libre que vivirá, amará y trabajará entre personas de igual índole, sin interferencia de leyes estatales y cualesquiera que sean. Nuestro humano independizado presenta un carácter divino en la medida que le permite comprender y aplicar las leyes del Ser para su propio bien, y sin perjuicio de nadie más. No necesita leyes ni decretos hechos por otros; además, sus normas de vida -consecuencia y manifestación del propio desarrollo- y por disímiles que sean respecto a las de su prójimo, no obstaculizan la existencia de éste último; nuestros ciudadanos libres tendrán diversas posturas sobre la vida y el mundo, pero cada uno de ellos, en su libertad individual, vive de acuerdo con su conciencia iluminada y el conjunto de reglas que se han autocreado, sin dañar ni persuadir a otros.

Visto lo anterior, examinemos los principios que guían dicha evolución. La génesis del Ser Humano Libre y autosuficiente, es el objeto que la Naturaleza se esfuerza por alcanzar a través del progreso político. Para usar el lenguaje teosófico, esta clase de persona ha conseguido desarrollar el Poder de su Atma hasta cierto nivel, y esta sabiduría le ha hecho descubrir y adoptar la ley del Ser que encuentra expresión en su vida. Está en compañía de otros particulares quienes de forma similar y por medio de realizaciones átmicas, han encontrado sus leyes análogas. Imaginemos una comunidad de hombres y mujeres que detentan ese poder, cuyas individualidades tienen plena libertad de pensamiento y movimiento, sin ningún apego y cada uno como reyes o reinas en sí mismos, y no obstante viviendo en armonía al perder la facultad de imponerse o causar perjuicios. El nexo común entre ellos es el esfuerzo por vivir bajo los cánones del Ser Superior, una existencia de fortuna y realidad interiores que recibe sólo un tipo de ayuda foránea, esto es, el empeño de cada uno por asimilar el punto de vista de los demás. No podría describir adecuadamente el fin de la evolución política que florecerá al llegar la Séptima Raza-Raíz, y sólo se ilustra la meta para facilitarnos el estudio del camino hacia ella.


05. El individuo como factor principal

Familias, tribus, comunidades, naciones y sus respectivos ámbitos de crecimiento -hogar, aldea, provincia, país y Estado, que crecen desde la simplicidad hasta devenir organismos complejos- son escenarios para el desarrollo de la persona, y también los instrumentos con cuya asistencia eventualmente se forjará el Ser Humano Libre.

En esto, una vez más, diferimos de los pensadores y exponentes occidentales de ciencia política. La evolución del Estado y sus agencias gubernamentales no pueden estudiarse por sí solos sin referencia al individuo, la pieza más gravitante en el esquema, ya sea al ponderar el rol de la familia en el hogar, o de la tribu en su aldea. En esta época ultramaterialista y cuando se le consulta sobre patologías somáticas, un galeno apenas considera la influencia de pensamientos y emociones en los enfermos, y ni hablar de desequilibrios en las fuerzas de sus almas. De igual modo, nuestros "doctores políticos" desechan al individuo en sus análisis de instituciones, y se preocupan por las leyes que afectan su entorno dinámico, al cual las personas insuflan vida en diversas etapas. Este es el gran obstáculo, y al menos así lo he descubierto al conocer escritores políticos occidentales, pero en sus grandes exposiciones nos alejan de realidades e inculcan conceptos ajenos al interés vivo y humano. Además, sus teorías pasan por alto de que los individuos que alguna vez formaron el Estado original y simple de la familia, son exactamente los mismos que, conforme van desplegando sus capacidades, crean los Estados más complejos de aldeas o naciones; que los lazos familiares y las relaciones consanguíneas evolucionan hacia vínculos comunales y raciales, y que la guerra entre un país y otro no debe atribuirse simplemente a disputas entre familias o tribus, sino que las causas deben hallarse en los humanos cuyas propensiones bélicas son el corolario de un desarrollo anímico insuficiente. Se podrían escribir largos volúmenes sobre dicho aspecto, pero basta con hacer una referencia de pasada y continuar.

Por ello, comprobamos de inmediato que los supradichos colectivos -o en otras palabras, el Estado complejo y en permanente crecimiento- no tienen importancia primaria, sino secundaria. A medida que evoluciona, el individuo deja atrás las instituciones. No son creadas por él, sin importar cuán grande haya sido su parte de contribución a establecerlas. Está muy bien que nuestros "médicos políticos" de Occidente adjudiquen los comienzos del Estado a la familia, pero ¿quién la concibió? ¿Quién indicó al salvaje ignorante, que no era más que la encarnación de impulsos bárbaros, cómo llevar armoniosamente la vida estatal de familias o tribus? Sabemos que estos burdos antecesores desarrollaron por instinto algunas normas de vida comunitaria, etc.; sin embargo, no es mi objetivo demostrar los errores teóricos que ahora se aceptan, sino más bien sugerir una perspectiva teosófica sobre estos problemas.

Aristóteles, a quien todavía se considera en muchos aspectos la "mayor autoridad" en temas de ciencia política, remonta el origen del Estado al hogar. Platón y Seeley admitieron el profundo rol que desempeña el individuo en la génesis y los avances de aquél, mas parecen olvidar que un gobierno existe para los fines del ciudadano. Desde luego, todo el asunto puede trazarse al pecado original del materialismo, que excluye la divinidad humana y de las cosas, y se niega a ver una "mano creativa" en la evolución.


06. El Estado Arquetípico y de otras clases

En sus diferentes etapas de crecimiento, el Estado es una institución con que nos topamos en nuestro estudio del esquema divino. Dicha entidad política es un arquetipo del Mundo Espiritual; el Estado es una idea, en el sentido que Platón adscribió a esa palabra, y también un concepto (arupa o sin forma, como dirían los teósofos). Ese paradigma se expresa de varias maneras en el ámbito profano, al igual que muchos triángulos surgen de un patrón mayor y homólogo. La idea del Estado es una matriz para todos los otros, grandes y pequeños, políticos o religiosos, autocráticos, burocráticos o demócratas, familiares, tribales y nacionales. Además, el Estado arupa se asemeja al extraño mamífero original del profesor Owen, compuesto por todas las clases de gobierno que conocemos o aparecerán a futuro (2).

(2) De los diversos autores occidentales, el profesor Seeley muestra razones que a menudo se aproximan al pensamiento antiguo y teosófico. Por ejemplo, sobre la idea del Estado modélico, encontramos nociones afines en su Introduction to Political Science (p. 16-18): "La división de la humanidad en Estados implica una gran importancia, primero debido a su carácter universal, y segundo por su magnitud y los efectos trascendentales. Cuando hablo de universalidad, admito que prolongo considerablemente el trasfondo que por lo común se da a la palabra Estado. En el sentido europeo, griego o romano clásicos, se ha dicho que no es universal en ningún modo, sino un aspecto muy atípico entre las personas. Pero deseamos que alguna palabra denote la gran corporación, más grande que la familia, pero generalmente relacionada con ella -cualquiera que sea su forma-, y el vocablo 'Estado' es el único que puede emplearse para este propósito. A veces sería mejor llamarlo tribu o clan, iglesia o religión, pero como sea, el fenómeno es mundial. Casi en todas partes, los ciudadanos se autoperciben como elementos de un gran organismo (...) en caso de requerirse, sostienen que ese colectivo puede hacerles demandas ilimitadas y estarían obligados a morir por él.

Los resultados más interesantes y memorables se derivan de la existencia de estas grandes asociaciones. En el comienzo tenemos su desarrollo, las diversas formas que adquieren y sus múltiples procesos; luego, la interacción entre varios Estados, las guerras que libran, sus conquistas, federaciones y convenios de paz; y después, los incontables efectos que produce sobre el individuo la pertenencia a un ente mancomunal, resumidos en la única y expresiva palabra civilización. Como se aprecia, hay un campo especulativo casi ilimitado, porque engloba casi todo lo memorable en la historia humana, y sin embargo, ¡todo es producido directamente por el hecho de que las personas pertenecen al Estado en casi todo el mundo!

En consecuencia y bajo el significado más amplio del término, el peculiar fenómeno del Estado es objeto de la ciencia política, concebido como dispar a la familia aunque no ajeno a ella, y también respecto a la nación, si bien suele coincidir aproximadamente con ésta. Puesto que el rasgo distintivo del Estado -donde quiera que aparezca- es el uso del mecanismo llamado gobierno, podemos señalar que dicha ciencia ausculta formas de mandato tal como hacen la economía política que trata de riquezas, los biólogos que investigan la vida, el álgebra que se ocupa de los números, o la geometría al escrutar el espacio y las mensuras".

Las manifestaciones de ese Estado-modelo y sin forma que existe en el reino del Espíritu se hallan en nuestro mundo tangible. Se extiende así con miras a proporcionar contextos a los humanos en evolución sobre esta esfera, e inclusive esas proyecciones están más o menos resueltas; algunas en particular se asignan a nuestro globo, y nos encontraremos con otras en planetas allende la Tierra cuando abandonemos el presente teatro de lucha. Podemos estudiar el proceso al comprender el Plan Divino y conocer a los Ayudantes que trabajan en la causa.

Esto indica que el fundamento del progreso político es el Estado donde vive el ser humano, y con cuya injerencia evoluciona. En esto coinciden los expertos orientales y occidentales, pero difieren en cuanto a la importancia y el valor relativos de los particulares y el Estado, la aparición de éste y cómo influyen los sujetos en él. En la literatura especializada se los presenta como polos separados; sin embargo, no es mi tarea describir las opiniones de investigadores, y me limito a esbozar un panorama teosófico.

El origen divino del Estado es reconocido por el Mahabharata:

"En los primeros años del Krita-Yuga, no había monarcas ni gobiernos. Todas las personas solían protegerse unas a otras con rectitud. [Estos son la época y régimen de Perfección de la Inocencia, con que comienzan todas las fases de desarrollo, y como indicó H.P.B. en su monumental obra (B.P.W.)]. Después de algún tiempo, sin embargo, encontraron dolorosa la tarea de ampararse mutuamente, y el error asaltó sus corazones. Habiendo quedado sujetos a él, las percepciones de los hombres se nublaban, y en consecuencia sus virtudes comenzaron a declinar. El afán de riquezas se apoderó de ellos y les hizo egoístas; pronto la ira repletó sus mentes, y una vez dominados por ella, perdieron toda consideración sobre lo que se debía hacer y evitar. Así se estableció una licencia descontrolada. Los hombres empezaron a hacer y decir lo que se les antojaba, provocando que todas las distinciones entre virtud y vicio llegaran a su fin. Cuando tal descalabro invadió las almas humanas, el conocimiento del Ser Supremo desapareció por completo, y con ello también la rectitud. Los dioses estaban abrumados por dolor y miedo, y se acercaron a Brahma en busca de protección y consejo. Brahma luego creó por decreto de su voluntad un hijo llamado Virajas, nacido por la energía de Aquél, y fue hecho gobernante del mundo" ("Shanti Parva", Mahabharata).

Compárese esto con la obra de Milton Tenure of Kings and Magistrates, donde dice que todos los individuos nacieron libres, el mal surgió a través del pecado de Adán, y para evitar su destrucción acordaron "mediante una liga común protegerse de daños unos a otros, y defenderse en grupo contra cualquiera que perturbara dicho acuerdo".

En el Mahabharata, el origen de la ciencia política aparece en "Shanti Parva" (Sección 59), donde se le denomina Dandaniti, y es descrito como fuente espiritual suprema. Los estudiantes de esoterismo pueden meditar en ello con gran provecho para obtener claridad.


07. La civilización no tiene origen

Ya nos referimos a los inicios del Estado, siendo de naturaleza divino-arquetípica y parte integrante del esquema del Logos. Las numerosas manifestaciones análogas son otros tantos escenarios de progreso en que los humanos adquieren experiencia y sabiduría. Los Estados, sencillos y abstrusos, siempre han existido como hoy. Además, no creo que podamos afirmar sinceramente, como han hecho algunos occidentales, que cuando la Tierra era joven "todos fuimos salvajes" y "andábamos desnudos" en cuerpo, mente y alma. La Doctrina Secreta y el ocultismo -en cuanto estudio de la Mente Divina en la Naturaleza- cuentan un drama muy diferente. Durante mis exámenes de esa magna obra por Blavatsky, no hallé referencias a la época en que los humanos cultos y civilizados estaban completamente ausentes del campo evolutivo. La Tierra ha sido desde tiempos muy remotos más o menos igual, en el sentido de que individuos en varias etapas de crecimiento, inteligencia y cultura han ido progresando unos al lado de otros como en la actualidad. En el siglo XX, intelectuales norteamericanos y pieles rojas viven en el mismo continente; para el caso de India, yoguis, sabios y santos comparten espacio no sólo con analfabetos, sino además con tribus montañesas semisalvajes. Siempre han habido personas rústicas y educadas, y por ello también hubo Estados de muchos tipos, básicos o aparatosos (3). Y nuestra investigación teosófica arroja que estas mancomunidades proporcionan los medios para que los miembros del reino humano evolucionen a lo largo de múltiples líneas, incluida la política (4).

(3) Aquí nuevamente Seeley hace algunas observaciones en las cuales me gustaría que reflexionarais: "También los antiguos vivían en Estados y se sometían al gobierno. Y si vamos a países lejanos como China, que nunca se ha visto afectada por la civilización occidental, o India que sí continúa bajo su prevalencia, todavía encontramos dichas formas de gobernabilidad. Es cierto que las instituciones remotas difieren mucho de aquéllas que conocemos, y más de lo que se suele entender. Los observadores y estudiantes, en lugar de sorprenderse por el parecido, han estado muy dispuestos a asumirlo y exagerarlo, dando por seguro que los hombres, dondequiera que se encuentren, deben tener reyes, nobles y gobiernos como los europeos, y quizá por esta causa se introdujo algún error en la historia. Por ejemplo, recientemente se dijo que los relatos españoles sobre las antiguas instituciones mexicanas están demasiado influidos por tendencias ibéricas, pero cuando se ha tenido en cuenta ese equívoco, encontramos Estados -aunque de diferente tipo- del mismo modo que localizamos idiomas en todas partes, si bien las desemejanzas entre bantú y chino, o griego y alemán, puedan ser mayores de lo que concebimos al principio” (Introduction to Political Science, p. 30-31).

Seeley ofrece una pista al escudriñar en los problemas que tiene ante sí, y acuciado por el noble motivo de buscar la verdad en todos los sectores; entonces, sería bueno que sus alumnos y continuadores discurrieran sobre ello de acuerdo con los planteamientos hechos.

(4) Pramathana'h Banerjea, en su excelente libro Public Administration in Ancient India, sostiene: "Ya no podemos pensar en excluir a un Estado porque no nos guste, como tampoco un naturalista tendría derecho a omitir plantas bajo el despectivo término de 'malas hierbas', o animales a guisa de 'alimañas'. En consecuencia, debemos abrir nuestra clasificación a los organismos políticos más diferentes al nuestro y a los que aprobamos” (p. 33); “Siempre se consideró deber del Estado entregar facilidades para el desempeño de sus funciones por parte del pueblo” (p. 282).


08. Jerarquías de grupos

El hecho relevante en ese propósito es que los humanos se mueven en grupos, lo que también es reconocido por filósofos occidentales, y están de acuerdo con la visión esotérica de que los Estados crecen en complejidad a medida que prosigue el desarrollo. Un consorcio gubernativo civilizado es un organismo más llamativo; así, una familia de integrantes cultos es más sobresaliente que una tribu, y un municipio detenta más elaboración que una provincia, aunque en este caso podría ser al revés.


09. Una nueva visión de las Razas

Añadimos aquí el rol principal del Estado. Hay seres con grandes avances y otros de menor nivel; por ende, los primeros requieren como campo de acción un Estado complejo. La naturaleza siempre ofrece entornos adecuados para mayores progresos; separa a un individuo o lo emplaza con otros en la misma familia, tribu o raza, a fin de generar el crecimiento armonioso. Los teósofos estamos familiarizados con las Razas-Raíz y Subrazas, en cuanto vías de adelanto por el cuerpo o la forma; el tipo de raza es un conjunto de atributos corporales, y los etnológicos representan esa clase. De esta forma, el sujeto ario se describe de una manera, el de la Sexta Raza-Raíz de otra, etcétera.

Observemos ahora los aspectos psicológicos de Razas-Raíz y Subrazas. La conciencia de un humano progresa hasta cierto punto de acuerdo con sus necesidades, y por ello pertenece a una raza-raíz y subraza particulares; en ésta última, se organizan ramas y familias para hacer posible una eclosión definida de conciencia. Por ejemplo, en la tercera subraza (de la cual sólo quedan vestigios) se encuentran ramificaciones y parentelas de todos los grados susceptibles de contener las almas de místicos, artistas o escritores, y también las menos evolucionadas de quienes luchan en los estratos más bajos de la sociedad. Me comprenderéis mejor si digo que en esta 1ª subraza de la Raza Aria se encuentran personas de 2ª, 3ª, 4ª y 5ª subrazas (5); verbigracia, un indio es miembro de la primera en lo que atañe a su físico (aunque con excepciones), pero a la vez sería germánico o kelt cuando se toma en cuenta la acrecencia de su espíritu. Un parsi podría hallarse en la tercera subraza según conceptos generales, y ser indio o griego en lo referente a su conciencia. El popurrí de castas es común no sólo en este país, sino por todo el mundo, si limitamos nuestros pensamientos a un sólo carril evolutivo; pero el caos desaparece cuando estudiamos el problema racial desde múltiples facetas de avance.

(5) Puedo ir aún más lejos, y decir que psicológicamente se incluirían personas de la Sexta y Séptima razas. Compárese la línea de pensamiento sugerida por H.P.B. en La Doctrina Secreta, vol. I p. 160-162 (edición de 1888).

Vemos entonces que si se trata de colectividades -por cuyo medio se origina la evolución política- debemos ponderar sus diversos ángulos. Las progenies de hoy son más o menos iguales que en el pasado: existen parentescos salvajes y otros cultos, pero no llamaríamos "prosaico" a uno de ellos si los cuerpos que suministra pertenecieran, digamos, a la Cuarta Raza. Un clan mongol puede tener ventaja sobre una familia alemana en cuanto al desarrollo del alma, y según la etnología el físico de aquéllos es inferior.


10. La responsabilidad múltiple del Estado

Es necesario comprender que la función del Estado es versátil y se relaciona con la totalidad del individuo, nunca con sus aspectos particulares. El objetivo estadual es generar un ámbito para la persona en desarrollo, y su misión consiste en manejarla e incidir sobre ella. El "ser humano" teosófico es distinto a la criatura que la ciencia viene esbozando desde el siglo XIX. La Sabiduría Eterna afirma nuestra característica septenaria y décuple, pero los racionalistas sólo admiten dos o tres niveles a lo sumo. Por lo tanto y según nuestra postura, el cometido de un Estado -cualquiera que sea- debiese incorporar siete o diez facetas.

El Estado posee algunas virtudes, si podemos decirlo en forma concreta, y las personas que pasan por él deben adquirirlas y llevarlas a la práctica. Sin embargo, en casi todas las circunstancias no podría asimilarse todo lo que esa entidad les ofrece, o bien se torna imposible; pero bajo una cierta ley evolutiva (y éste es otro cariz que los teósofos pueden rastrear con holgura), cualquier particular bajo un Estado específico no lo abandona por completo, hasta que mediante renacimientos continuos o a intervalos, adquiere definitivamente sus cualidades positivas. En otras palabras, no deja ese colectivo hasta verse lo suficientemente influenciado por él. Visto desde la perspectiva de un ciudadano, como alma él nace una y otra vez en el entorno que le brinda oportunidades hacia el siguiente paso. Supongamos que el progreso de alguien depende de absorber una virtud concreta, y se encontrará en instituciones con la facultad de ayudarle con eso. Un individuo que necesite cultivar un intenso patriotismo bien puede hallarse hoy en el Estado de India siendo joven. Por otra parte, quien esté superando ese rasgo y en vías de aprehender una mirada más humanitaria, encontraría en Alemania un canal óptimo para cumplir ese propósito.

Esto nos lleva al hecho de que el número de manifestaciones del Estado arquetípico utilizado en este globo es definido (algo vasto, pero aún con límites) que se ajusta a los tipos correspondientes de humanidad terrestre en evolución (6).

(6) "No sería sorprendente que todos los Estados descritos por Aristóteles, y además los de Europa moderna, produjeran sólo una ínfima proporción del número total de variedades, mientras tenemos muchos más de aquéllos que nos resultan menos conocidos, y nuestros manuales no quieren pasarles por alto o en silencio como 'bárbaros'" (Introduction to Political Science, p. 34).

Vistos de esa manera, los Estados pueden definirse como instituciones naturales que corresponden a determinadas fases de evolución humana.


11. Una nueva categoría

Podemos señalar que nuestra evolución, especialmente para los fines de esta charla, consiste en el crecimiento de organismos materiales -tanto físicos como suprafísicos- y también del Espíritu y sus instrumentos o canales: (7) Voluntad [Divina], (8) Razón Pura y Compasiva, (9) Mente razonadora, (10) Mente, (11) Mente emocional, (12) Sentimientos y (13) Instintos.

(7) Atma. (8) Buddhi.
(9) Buddhi-Manas o Manas Superior.
(10) Mente no tocada por Buddhi, pero libre de influencias kámicas.
(11) Kama-Manas. (12) Kama.
(13) Los instintos son dobles: (a) resultado de nuestros sentimientos por su vínculo con el cuerpo; y (b) secuela del nexo entre un elemental físico y nuestra cobertura material.

Dijimos que la evolución política aspira a crear un Ser Humano Libre, con ayuda de Estados en son de colectividades naturales (14). El desarrollo humano, material y espiritual es multifacético, avanza por muchos recorridos y la política es sólo uno de ellos. El progreso de ésta consiste en que el individuo se haga uno con el Estado, a fines de un aprendizaje integral y absorber todos sus valores provechosos. Una persona logra este cometido gracias a la instrumentalidad del orden agrupador y muy económico en la Naturaleza, ya que también es más comprensivo con los seres en desarrollo y siempre plantea atajos y estradas menos difíciles, por llenos de obstáculos que nos parezcan (15).

(14) Seeley reconoce esta característica; por lo tanto, se predispone a aceptar los orígenes divinos, y me atrevo a decir que lo predicará cuando regrese a la Tierra para ocupar la entonces Cátedra Regius en Cambridge. Dice además: "Ahora bien, ciertamente el Estado no es un producto tan puramente natural como plantas o animales; sin embargo, sí lo constituye en parte, y bajo esa óptica debe agregarse que en sentido estricto no tiene depositario alguno" (op. cit., p. 40). No aprobamos la última parte, mas no queremos entrar en discusiones.

(15) Esto representa un camino fascinante, y debo renunciar a la tentación de explorarlo. En libros de Ocultismo y Yoga se dice que un individuo puede escapar de los ciclos de nacimiento y muerte en casi cualquier etapa de evolución, siempre y cuando haga uso adecuado de su entorno y responda a él como un alma, y no en cuanto personalidad efímera. Se aduce que el Nirvana es un cambio de Condición y no "condiciones"; por ello, me parece que en el desarrollo político la conquista de Libertad es una alternativa muy deseable.


12. El Estado dejará de ser útil

El Estado es consecuencia del acuerdo de agrupación; puede haber otras resultantes, pero aquél parece ser la más notoria, al menos en lo que concierne a nuestro análisis. El individuo pasa de una corporación estadual a otra, cada vez con mayores avances, pero al mismo tiempo gana terreno con tal de "recuperar el alma infantil que perdió". Se vuelve más independiente y es capaz de ayudar al prójimo en su calidad de Superhombre o Supermujer. Así, la evolución política termina cuando Aquéllos no necesitan la presencia de un Estado.

Aristóteles tenía razón al declarar que "el hombre es naturalmente un animal político, y quien no integre la ciudadanía de ningún Estado -si la causa de su aislamiento es natural y no accidental-, o bien constituye un ser sobrehumano, o bien es inferior en la escala civilizatoria", a lo que agregamos la clase de aquél que no pertenece en absoluto al reino humano (16).

(16) Seeley observa que el filósofo griego "casi excluye de su investigación a todos los Estados, excepto aquél tipo muy peculiar que floreció en su país".

Al entrelazarse en urdimbres gubernativas más complejas, el ser humano logra en sí las virtudes que incluyen, pero también se esfuerza por romper las trabas concomitantes con esa adquisición. En el avance político, como de otros tipos, existen periodos de ida y vuelta, o los marpas Prayrtti y Nivrtti. Me resulta muy laberíntico ilustrar el camino de un sujeto cuando pasa por Estados, hasta que comienza a volver a lo simple y llega a la Meta Suprema. Traté de pintar el cuadro en muchas formas, pero sólo hay una que parece lo suficientemente inteligible para ser presentada, y es lo que hago aquí.


13. Yoga con el Estado

Los teósofos conocemos bien la idea del yoga o vínculo con el Ser Superior, un objeto de nuestra devoción o lo Supremo. También sabemos que puede existir conectividad entre la conciencia del discípulo y su maestro. Si aplicamos esto en materia de Estados e individuos, obtendremos un criterio no tan "ilógico" del proceso por el que un ciudadano crece políticamente, a través de la instrumentalidad gubernativa, y al final emerge como hombre/mujer libre o anarquista perfecto, en su sentido filosófico según León Tolstoi o Walt Whitman. Sé que hay aspectos de esa comparación que permanecen ajenos a la exactitud del detalle, pero sólo aplico principios generales, y difícilmente podemos concebir una analogía idónea en todas sus partes.

Imaginando a una persona en el Estado-familia, incluso allí es un "animal político" para usar la cita aristotélica (no muy elogiosa para los dioses en ciernes). En ese nivel "aprende" políticamente y eso le permitirá convertirse en Ciudadano Perfecto de una Comunidad Perfecta, donde cada quien lleva su existencia según leyes autodefinidas (17).

(17) No olvidemos que hay Estados-familia más complejos que los Estados-tribu evolucionados.

Este adelanto lo consigue por el yoga con el Estado-familia; la conciencia institucional se amplía hasta que el parentesco estadual íntegro es asimilado por el sujeto (teniendo como base una circunstancia donde predominan las leyes de consanguinidad que orientan el esfuerzo humano). Comienza con una fase temprana de evolución, e incluso en la cultura moderna los humanos en general no han salido de ella. Hoy tenemos Estados familiares con mucha elaboración, propios de seres altamente desarrollados y en donde adquirimos las virtudes del dirigente, pero este nivel aún no se supera. El hombre o la mujer de familia actuales practican yoga con la conciencia de su prole y las ramificaciones gubernamentales; de manera similar, el Estado-tribu no fue diluido completamente por quienes llegaron a la civilización europea del siglo XX. Como ejemplo, en Inglaterra hay particulares de Yorkshire y Lancashire, y en India están los panjabis y madrasis.

Por conducto de nuestras experiencias nacionales o provinciales, creamos un nexo con el Estado-tribu y logramos internalizar sus virtudes. Quizás este ejemplo no sea del todo feliz, porque antaño las tribus fueron andariegas (hoy existen remanentes de ellas que no se ven muy afectados por límites geográficos (18)), y la población provincial se ha establecido en áreas concretas. Sin embargo, si rastreamos la evolución tribal a profundidad, no creo que mi muestra sea completamente rechazada. Igualmente, adquirimos experiencia y valores éticos a través de Estados-nación, raciales, etc. Los individuos también progresan al establecer vínculos políticos entrañables con dichas corporaciones y nuestros semejantes en ellas.

(18) Podemos perquirir con ventaja la posición de los miembros en la Sociedad Teosófica como pertenecientes a un "clan ambulante".


14. Los dos caminos de avance político

Anteriormente dijimos que este curso presenta dos etapas: a) el ligamen del individuo con el Estado, y b) la liberación de ese organismo cuando no tiene nada más que aprender. En nuestra época se está generando un fenómeno extraño, y quizás por primera vez en la historia: los miembros de razas evolucionadas abandonan cada vez más la vida familiar sedentaria bajo presiones económicas y de otros tipos. La inclinación a casarse y formar familia es menos dominante que en eras pretéritas, cuando las civilizaciones no tenían gente soltera, las asociaciones de parentesco revestían importancia suprema, y el rol principal de sus miembros era llevar a cabo el rito matrimonial y vivirlo en consecuencia (19).

(19) Henry Maine, Ancient Law, p. 131: "Era absolutamente extraña -y monstruosa para la antigüedad primitiva- la idea de que varias personas ejercieran derechos políticos comunes simplemente por residir dentro de los mismos linderos topográficos. El recurso que en aquellos tiempos gozaba de notoriedad era que el grupo entrante fingía descender del mismo linaje que el pueblo donde se instalaba, y es precisamente la buena fe de este disimulo y la cercanía con que pareció 'imitar la realidad' lo que ahora no podemos esperar comprender (...). Sin embargo, una circunstancia a recordar es que los hombres que formaban los diversos conjuntos políticos ciertamente tenían la costumbre de reunirse periódicamente, con el fin de reconocer y consagrar su asociación mediante sacrificios comunes. Sin duda fueron admitidos a ellos, y una vez hechos, podemos creer que parecía igualmente fácil -o menos enredoso- concebirlos como participantes del linaje común. Así, la conclusión que sugiere la evidencia no es que 'todas las sociedades primitivas se formaran por descendencia del mismo antepasado', sino todas aquéllas con alguna permanencia y solidez derivaban de ese modo, o se suponía que así era. Un número indefinido de causas pudo haber descompuesto a grupos primigenios, pero como fuese que sus miembros se recombinaran, ello sucedía de acuerdo con el modelo o principio de una asociación de parientes. Cualesquiera que fueran los hechos, todo pensamiento, lenguaje y norma se ajustaron a la teoría; pero aunque todo ello parece bien establecido con referencia a las comunidades cuyos registros conocemos, el resto de su historia sostiene la posición antes expuesta, en cuanto al influjo esencialmente transitorio y terminable de las ficciones jurídicas más poderosas. En algún instante -quizás tan pronto como se sintieron lo suficientemente fuertes para resistir la presión extrínseca-, todos esos Estados dejaron de crecer mediante extensiones ficticias de consanguinidad".

En su lugar, hoy encontramos una gobernanza más compleja que el Estado-familia, y todos evolucionamos a través del Estado-comarca/raza. Ahora los principios de nacionalidad se emplean como en los antiguos Estados-familia; la humanidad deviene una con nuestros respectivos países y etnias, y en pocos siglos deberíamos trascenderlos completamente para fundirnos con un organismo más complejo de carácter internacional e interracial. Incluso en nuestro tiempo hay hombres y mujeres que sueñan con alcanzar dicho nivel.


15. Los verdaderos políticos

En consecuencia, vemos que también se trata de escapar de un Estado cuando aprendemos las lecciones que tiene reservadas, exactamente como un discípulo se convierte en Maestro y deja atrás la condición de novato. Así obtenemos una imagen sobre la función del individuo en ese Estado, e indirectamente de este último respecto al primero. Ello se aplica a todos los miembros de la familia humana, porque son "animales políticos" y serán Ciudadanos Perfectos de una comunidad anárquica, una vez más, en el sentido filosófico. Pero si bien todos los hombres y mujeres experimentan evolución política, no todos pueden dedicarse a la actividad homóloga. Se trata de una metamorfosis muy distinta, a la que pertenece un cierto número de personas, y muy probablemente una séptima parte del total. Para estos individuos, el desarrollo político se vuelve más profundo o agotador. Y otra vez ingresamos en un desvío fascinante del tema primario. Estos humanos que se preparan como políticos (no necesariamente todos los miembros de Parlamentos o Consejos Legislativos) a menudo se convierten en Ayudantes de la Humanidad, Manus y soberanos, Rajarshis y gobernantes. Una muy buena descripción de estos verdaderos referentes se encuentra en La República de Platón, donde se les bosqueja como "artistas que emulan el patrón celestial", y "aquí se marcará la diferencia entre ellos y cualquier otro legislador: no tendrán nada que ver con el individuo ni el Estado, y no inscribirán normas hasta que ellos mismos encuentren o conciban una superficie limpia". ¿Y cómo copiarían ese patrón luego de obtener dicha pulcritud? "Cuando estén completando la obra, como yo lo entiendo, a menudo considerarán lo superior e inferior, es decir, primero observarán justicia, belleza y templanza absolutas, y luego la copia humana, mezclando y regulando los diversos elementos de la vida a la imagen del individuo. Esto lo conseguirán de acuerdo con esa otra imagen que, cuando existe entre los hombres, se convierte en la forma y semejanza de lo Divino en palabras de Homero". Pero todo eso, como diría Kipling, es otra historia.


16. Dos Principios

Vimos anteriormente los procesos simultáneos por cuyo medio un individuo se entrelaza con el Estado o se libera de éste último, las dos margas en evolución política. El primero fue descrito en términos de yoga o unión con el Estado, y del segundo se puede hablar acertadamente como una contrapartida espiritual del "combate por existir" y la "supervivencia del más apto": el nacimiento de un Humano Libre que supera el nivel de "animal político" para convertirse en "Anarquista" apto, sobreviviendo a todas las barreras que impone la larga evolución. Esos aspectos indican que debe haber también dos principios fundamentales sobre los que descansa esta paridad, y creo que un estudio cuidadoso confirma nuestra expectativa al percibir que, comunes a todos los Estados (simples y complejos), hay un principio de unión (donde el cooperativismo es su centro) y de unidad (con el Purusha Supremo, lo cual producirá Ciudadanos Perfectos y Libres en Reinos sin leyes corruptas/corrompibles como la meta siempre perseguida).

Una persona incumbente a un Estado particular -en el yoga con esa institucionalidad- se entrelaza con otros componentes gubernamentales. El Estado no se separa del individuo, aunque haya sido creado para él; éste último, por así decirlo, es parte de la maquinaria estadual, y sin él la necesidad de aquélla desaparece. El Esquema Divino prevé el Estado porque los individuos tienen que desarrollarse en un "campo de juego" para el progreso. ¿Dónde estaría la necesidad de un parque infantil, si los jugadores no tuvieran que desplegar ninguna habilidad? El patio de recreo implica participantes, y ellos forman parte del terreno. En una primera parte o "mitad" de desarrollo político, el ciudadano y el Estado forjan una relación similar: el primero absorbe las virtudes del segundo por la instrumentalidad de sus semejantes, y al unirse con el gobierno, dicho particular coopera con otros en el mismo contexto. El ser humano aprenderá a colaborar todo el tiempo, ya sea en familias reducidas, tribus numerosas, nacionalismos de masa, internacionalismos que engloban a muchos millones de almas, o siendo humanitario con toda la especie. Los avances son rápidos y se logran principalmente gracias a estos vínculos. La segunda etapa contempla la aparición del individuo como tal, y se le otorga el debido homenaje en función de su dominio e independencia sobre el Estado (o siendo superior a toda forma de mandato externo).


17. El Camino Doble

Para evitar malentendidos, no sostengo que en las condiciones estatales simples y tempranas los hombres cooperan entre sí, y en la segunda mitad se la pasan guerreando. No hay dos períodos, sino dos fases comunes a todos los Estados, que pueden exhibir una estructura básica o diversa, ser estables o cambiar de espacio, o instituirse tarde o tempano. Durante épocas muy pretéritas y en el más sencillo de los Estados familiares, ambos procesos se hallan en funcionamiento como demuestra una pequeña observación, y además ocurrirá en el Estado Mundial más complejo del futuro con Humanos Autosuficientes. Veremos entonces que el sendero doble consiste en unirse a los demás y mantener la individualidad; cooperación y competencia no son irreconciliables, sino complementarias. Puede ser una idea descabellada, pero aparentemente es cierta: estamos comprometidos en el trabajo de obtener algo sólo para dejarlo atrás o rechazarlo. Nos hacemos uno con nuestra familia, tribu o nación, y luego queremos zafarnos de ellas. Obtener y regalar... En consecuencia, ¡fórjate una riqueza [literal o simbólica] y luego aspira a no poseer nada! ¡Y esto, a lo largo de decenas de miles y millones de años!


18. Razas humanas y Principios Séptuples

Este enorme drama (o farsa si queréis llamarlo así) tiene siete actos, que en Teosofía llamamos Siete Razas-Raíz, donde cada una comporta siete escenas o subrazas, que a su vez prosiguen con otras ramas. En cada acto, el rol central es representado por una "capa" humana séptuple y las otras seis también actúan a su modo. El objetivo supremo es la perfección del conjunto, pero el mayor impulso para una mejora de cada parte se genera cuando desempeña el papel protagónico. Por ejemplo, en una raza-raíz habrá un acendramiento de Kama; éste no mostrará perfección en el término del acto, sino sólo al concluir la obra, y sin embargo recibe el mayor ímpetu hacia la idoneidad en el capítulo racial. El componente kámico humano manifestará pulidez al final del camino evolutivo, mas percibe el mejor apoyo para lograrlo en la raza-raíz donde la Naturaleza juega con ese principio. Todos los Estados -desde el más sencillo al más heterogéneo en dicha raza- se comprometen a coadyuvar a Kama en el individuo a progresar hacia una manifestación íntegra. El doble proceso de vínculo o cooperación -que implica competencia en todos los Estados de aquel grupo fundamental- se refiere principalmente a Kama, y lo que sucede en las razas-raíz también acontece en sus correspondientes subrazas.

Todos estos principios deben tenerse en cuenta en el estudio real de los problemas políticos de cualquier nación. Para este ensayo se mantuvieron lejos de conceptos como electorados, gobiernos autónomos, transformaciones "al por mayor" o en etapas, exclusión/inclusión femenina en sufragios, libre comercio o proteccionismo, etc., etc., pero estamos por fin en el comienzo de nuestro tema. Aquí sólo expongo el prospecto teosófico, y creo que podréis aplicar estas ideas al examinar los escollos que afectan a vuestras ciudadanías.