31 de diciembre de 2023

Inversiones polares y catástrofes geológicas (8 de 12)

David Pratt
Enero 2000, última revisión octubre 2023


Parte E: Apéndices

Contenidos: 

01. El zodíaco y la precesión
02. El zodíaco y los cataclismos


01. El zodíaco y la precesión

En una nota a pie de página del primer segmento de su artículo "The Esoteric Character of the Gospels", publicado en noviembre de 1887, Helena Blavatsky escribió: "Hay varios ciclos importantes que terminan a finales de este siglo. Primero, los 5000 años de Kali-Yuga, y de nuevo el tiempo mesiánico de los judíos samaritanos (también cabalistas) del hombre conectado con Piscis (Ichthys u 'hombre-pez' Dag). Es un periodo histórico y no muy largo, pero bastante esotérico, que dura unos 2155 años solares, y sólo tiene verdadero significado al computarse mediante los meses lunares. Ocurrió entre 2410 y 255 a. de C., o cuando el equinoccio entró en el signo del Carnero y nuevamente en Piscis. Cuando dentro de unos años ingrese en Acuario, los psicólogos tendrán trabajo extra que hacer, y la idiosincrasia psíquica de la humanidad sufrirá un gran cambio" (1).

Según las cifras canónicas y ocultas de la precesión equinoccial, la etapa de primavera retrocede 50 segundos de arco al año, por lo que demora 2160 años en recorrer una constelación del zodíaco (30°) y 25.920 en completar un circuito a dicha franja, pero el índice continúa variando. Blavatsky utilizó 50,10 segundos de arco/año, equivalente a 25.868 años para un ciclo precesivo entero (2), y dividiendo ese último número por 12 obtenemos ~2155 años que se denominan mesiánicos. El promedio para la época J2000.0 es 50,288 segundos de arco, y se dice que aumenta en 0,00024" al año. Recordemos que las constelaciones zodiacales no se reparten a 30° exactos de la eclíptica, pues tienen diferentes tamaños y algunas se superponen en el sentido de que algunos tramos de longitud pasan por dos asterismos. Además, hay una brecha entre Escorpio y Sagitario, donde esa línea pasa por el área sur de Ophiucus, el "Portador de la Serpiente".

El Kali-Yuga comenzó en febrero de 3102 a. de C. y sus primeros 5000 años concluyeron en febrero de 1899 (= 5000 - 3102 + 1) (3). Blavatsky sugiere que la era de Piscis también lo hizo en postrimerías del siglo XIX, apuntando que transcurrieron 2155 años entre el inicio de la Era de Aries en 2410 a. de C. y los albores de la pisciana en 255 a. de C. Si ésta también duró 2155 años, la fase de Acuario arrancó en 1901 (= 2155 - 255 + 1) si 255 es una fecha cronológica, ó 1900 si es astronómica. Sobre la base del ritmo actual de aumento precesivo, la Era de Piscis se habría prolongado por 2157 años suponiendo que esa constelación cubre 30° de arco.

Las fechas de 2410 a. de C. y 255 a. de C. también son citadas por Gerald Massey y Blavatsky las añade en su artículo "Esotericism of Christian Dogma", aparecido en diciembre de 1887 (4). En otros lugares señala números ligeramente distintos: por ejemplo, La Doctrina Secreta hace dos referencias a la observación por C.F. de Volney de que Aries estaba en su grado 15 en 1447 a. de C. (5), un poco más de 100 años antes del 1333 a. de C. que esperaríamos sobre la base de las fechas según Massey y Helena; asimismo, ella refiere en varias oportunidades a A.H. Sayce, quien sostuvo que la Era de Tauro principió alrededor del 4700 a. de C. y Aries en 2540 a. de C. (6), lo que constituye 130 años anteriores a las dataciones por Blavatsky.

Según un libro de astronomía, la época ariana se "inauguró" en torno al 2100 a. de C., el tiempo de Piscis hacia el amanecer de la era cristiana y Acuario llegaría en 2200 (7), siendo éstos cálculos 300 años posteriores a los que ofreció la Agente de los Maestros. La fecha astronómica por el Instituto Geográfico Nacional francés para principios de la Era de Acuario es 2010, mientras Schwaller de Lubicz se decanta por el 2100. Vemos así que no hay acuerdos sobre dónde emplazar el límite entre Piscis y Acuario, ni cómo dividir el zodíaco en 12 segmentos iguales de 30°.

Tomar la posición del equinoccio en 2410 a. de C. como frontera entre Tauro y Aries (como hace Blavatsky) es ciertamente una forma razonable de calibrar un zodíaco artificial de 12 figuras parejas con el esquema real, si bien coloca al cúmulo de Pléyades en Aries, pero dentro de 1,5° del borde con el Toro. Fred Dick propuso que Alcíone, la luminaria principal de aquéllas, marca el límite entre esas constelaciones (8), en cuyo caso la Era del Carnero habría comenzado hacia el 2335 a. de C., basado en la rigurosa fórmula de precesión y corrección de movimiento adecuado. De considerarse Alcíone como 0° de Tauro, ello situaría a Regulus en 0° de Leo, Antares en 9° de Escorpio y Fomalhaut en 4° de Acuario, siendo estas las cuatro estrellas regias de los persas. En este diseño, el periodo acuariano tendría su inicio en 1975.

Blavatsky añade que al comienzo de Kali-Yuga en 3102 a. de C., el equinoccio vernal "caía" dentro de Tauro (9). Hay una referencia a J.S. Bailly en La Doctrina Secreta, quien expresó que al advenir esta "era de tinieblas" dicho equinoccio coincidía aproximadamente con el Ojo del Toro o Aldebarán (10). Helena lo respalda al escribir que ese astro también se hallaba en conjunción con el punto equinoccial de primavera hace 31.000 años, y agrega: "Desde este punto eclíptico comenzaron los cálculos del nuevo ciclo" (11). El guarismo 31.000 equivale casi a 3102 a. de C. más un tramo precesional completo (3102 + 1888 + 25.920 - 1 = 30.909). Usando la estricta fórmula precesiva, Aldebarán se alineó con el equinoccio en 3045 a. de C., y suponiendo una tasa de 50" por año y un cambio axial de 4° cada 25.920 años, el mismo fenómeno se repitió en 30.920 AP (contando desde J.2000.0).

Basándose en la posición real del antedicho sector equinoccial entre las constelaciones, J.B. Kaler declaró que la Era de Tauro arrancó en 4500 a. de C., la de Aries en 2000 a. de C. y Piscis en 100 a. de C., determinando la entrada del Aguador en 2700 d. de C. (12).

En 255 a. de C., cuando según Blavatsky arribó la Era de Piscis, el punto vernal se encontraba 2,6° al poniente de Beta Arietis (13). La duodécima casa se extiende sobre unos 40°, y si consideramos que cubre sólo 30°, el periodo de Acuario habría tenido su alba en torno a 1900. La posición del equinoccio primaveral en 2022 se muestra en la figura 1, y claramente aún está dentro de Piscis. Pasarán varios cientos de años antes que esa estación corresponda con las estrellas principales del Aguador (es decir, previo a que su longitud eclíptica sea 0º). Si examinamos los astros de hasta magnitud seis, el equinoccio coincidirá con la primera luminaria de aquél en 2363, y si ponderamos las que llegan hasta magnitud cinco, el punto convergerá con Omega 2 Aquarii para 2700 (figura 2). Además, la primavera no armonizará con respecto a la última estrella en Piscis (Beta Piscium) hasta 2815.

Fig. 1. Posición del equinoccio vernal en 2022, que muestra el ecuador celeste (rojo), la cuadrícula eclíptica de coordenadas (verde), Piscis y Acuario, y sus linderos reconocidos por la astronomía moderna (CyberSky 5.2).

Fig. 2. Posición del equinoccio de primavera en 2700. Omega 2 Aquarii está marcado con una cruz (CyberSky 5.2).

Actualmente nos hallamos en camino hacia la Era de Acuario; sin embargo, cabe tener en cuenta que el Sol, visto desde la Tierra, pasa cada año por todas las constelaciones del zodíaco, y que la edad análoga toma su nombre del grupo estelar en que se sitúa el Astro Rey al momento del equinoccio primaveral en el hemisferio norte. Si elegimos otoño o el solsticio de verano/invierno, la era actual tendría una denominación diferente, tal como si adoptáramos la perspectiva sureña. Así, la fase moderna no significa que sólo existan influencias piscianas.


Notas

1. H.P. Blavatsky Collected Writings, TPH, 1950-91, 8:174 nota al pie.
2. La Doctrina Secreta, TUP, 1977 (1888), 2:330 nota al pie.
3. Es necesario añadir "1", porque en el conteo histórico o cronológico -a diferencia del método astronómico- no hay "año 0" entre el 1 a. de C. y el 1 d. de C. Algunos dicen que Kali Yuga comenzó en 3101 a. de C., siendo ésta la fecha equivalente con arreglo al sistema astronómico. De cualquier forma, el año 1 d. de C. no fue el 3103 de dicha era, sino 3102 (Subba Row, Esoteric Writings, TUP, 1931, p. 55). J.S. Bailly indica con claridad que 3102 a. de C. es un dato cronológico cuando dice que transcurrieron 4383 años (y no 4384) entre 3102 a. de C. y 1282 d. de C. (La Doctrina Secreta, 1:666-7).

4. Blavatsky Collected Writings, 8:384. Massey apunta que el 255 a. de C. es definido por el astrónomo francés Cassini y Sir William Drummond (Gerald Massey, "The prehistorical period of man in Egypt and Africa", en: Brad Steiger y John White, Other Worlds, Other Universes, Health Research, 1986, p. 48-62).

5. La Doctrina Secreta, 1:658, 2:436 nota al pie.
6. Ibídem, 2:693; A.H. Sayce, Astronomy and Astrology of the Babylonians (1874), Wizards Bookshelf, 1981, p. 237.

7. Elisabeth Mulder, Zon, maan en sterren, Christofoor, 1991, p. 47.
8. The Theosophical Path, marzo 1916, p. 299.
9. H.P. Blavatsky, Theosophical Glossary, Theosophy Company, 1973 (1892), p. 387.

10. La Doctrina Secreta, 1:663.
11. Ibídem, 2:785. También aparece el guarismo de 31.105 años (1:435).
12. James B. Kaler, The Ever-Changing Sky: A guide to the celestial sphere, Cambridge University Press, 2002 (1996), p. 152.

13. El equinoccio de primavera intersectó con el punto inicial del zodíaco hindú en 560 d. de C. (E. Burgess y W.D. Whitney, Surya-Siddhanta (1860), Wizards Bookshelf, sin fecha, p. 323, 326). A tenor de la fórmula precesiva y también CyberSky 5.2, el año real era 564 d. de C, y empleando el mismo parámetro, desde 564 d. de C. hasta 1935 el equinoccio se desplazó 19,089°, por lo que si evaluamos la posición de éste en 564 d. de C. como 0° Aries/30° Piscis, habría sido en 30-19,089 = 10,9° de Piscis (u 11°) en 1935.


02. El zodíaco y los cataclismos

Se ha dicho que las catástrofes suceden en cada renovación del ciclo precesional (1). Puede haber cambios en el sector del zodíaco desde donde se contabiliza esta periodicidad, y por lo visto hoy comienza en 6,4° de Cáncer (Parte 5, sección 4). A continuación se describen algunos desastres para los cuales hay datos accesibles. Los trastornos planetarios pueden advenir en cualquier punto de la precesión, y los informes no son apropiados para determinar patrones comunes; por ejemplo, diversos asterismos pueden favorecer múltiples categorías de hecatombes; el círculo del zodíaco podría dividirse en cuatro cuartos (correspondientes a las estaciones) con límites marcados por Aries (primavera), Capricornio (verano), Libra (otoño) y Cáncer (invierno), y los cataclismos que acompañan la entrada del equinoccio en cada trimestre sean más cruentos de lo normal. Con todo, recordemos que la probabilidad "por azar" de un descalabro en una de esas cuatro constelaciones es de 1 en 3.

Se afirma que la gran isla de Ruta, en el Océano Pacífico, se hundió hace 859.000 años (2) cuando el equinoccio vernal estaba a 19° de Aries. La ínsula más pequeña de Daitya en el Índico sucumbió 270.000 años atrás (3), y para entonces aquel punto señaló 28,5° de Cáncer.

Los periodos aproximados en que comenzaron las últimas nueve eras zodiacales son (las siete primeras en años AP o antes del 2000): Libra 17.380, Virgo 15.220, Leo 13.060, Cáncer 10.900, Géminis 8740, Tauro 6580, Aries 4420 (2420 a. de C.), Piscis 255 a. de C. y Acuario 1900.

El derretimiento glacial a fines de la última edad de hielo generó un aumento significativo del nivel marino en el mundo. Este no fue un proceso paulatino, porque tres retiradas súbitas de glaciares y el colapso de lagos gélidos llevaron a tres crecidas rápidas, cuando decenas de miles de kilómetros cúbicos se desprendieron de casquetes polares, causando movimientos telúricos y maremotos. Estas inundaciones comenzaron hace 14.000, 11.500 y 8000 años, y la consiguiente alza de 120 mts. en el nivel del mar destruyó muchos poblados costeros (4).

Blavatsky refirió a un diluvio en Asia Central entre 10.000 y 12.000 a. de C., que modificó toda esa comarca y también el actual desierto de Gobi que albergó un mar por última vez (5). Poseidonis, uno de los restos posteriores e importantes de Atlántida y emplazado en el Atlántico medio, se sumergió "en un sólo día y una noche" en 9565 a. de C. (6) y el equinoccio indicaba más o menos 9° de Leo. El humano de Cromagnon comenzó a aparecer en las costas occidentales europeas y alrededor del Mediterráneo hace unos 40.000 años, y llegó en grandes cantidades entre 15.000 y 10.000 a. de C. Una teoría es que eran originarios de Poseidonis y otros territorios diseminados en el mar, que emigraron en oleadas a medida que sus zonas vernáculas mostraban signos cada vez mayores de hundimiento (7).

Una tabla sumeria parece afirmar que el Diluvio ocurrió en la Era de Leo (8), y los Textos de las Pirámides egipcios también vinculan al signo con una etapa de terrible destrucción, incluido un gran anegamiento (9). Hubo además enormes crecidas que arrasaron repetidamente el valle del Nilo entre 15.000 y 11.500 a. de C., alcanzando un clímax alrededor del 12.500 a. de C. (10).

Volviendo a tiempos más recientes, hubo importantes desbordes en Sumer hacia el 5000-4800 a. de C. (fines de la Era de Tauro), quizás como consecuencia de que los ríos Tigris y Éufrates cambiaron drásticamente sus cursos (11); sin embargo y con arreglo a otra interpretación, el grueso estrato cenagoso de Ur pudo depositarse entre 7500 y 5500 a. de C. debido al aumento considerable en el nivel del mar (12).

Conforme a la línea temporal bíblica por Ussher, el diluvio de Noé se remontaría al 2349 a. de C., pero desde luego sin anegamientos "mundiales". Blavatsky aclaró que ese evento es "una representación puramente mítica de viejas tradiciones (...) como se describe en letra muerta y dentro del período de la cronología bíblica (...) nunca existió [y es] una fábula basada en la ignorancia geológica y geográfica" (13). Añade que esta debacle se relaciona con el diluvio incompleto que cambió Asia Central en torno al 10.000 a. de C. (14), si bien la Era del Carnero fue testigo de numerosas catástrofes naturales.

De acuerdo con la cronología china, se produjeron crecidas desastrosas en el país homónimo hacia 2953 a. de C., 2357-2205 a. de C. y 1766 a. de C. (15), como también en 2297 a. de C., el año n° 61 del gobierno de Yao (16). Los mismos fenómenos asolaron Babilonia en 2379 a. de C. y Palestina en 2355 a. de C. (17), y se cree que las erupciones volcánicas seguidas de cambios climáticos radicales precipitaron el colapso del imperio mesopotámico de Acad, en algún momento posterior al 2290 a. de C. (18).

El amplio desierto de Thar -al oriente del río Indo- era atravesado por un gran torrente conocido en escritos védicos como Sarasvati (una extensión del actual Ghaggar o Hakra), y esta zona, antaño fértil, fue un centro clave de la civilización índica temprana. Alrededor del 1900 a. de C. (periodo de Aries) una racha de sacudones tectónicos hizo que varios ríos cambiaran su dirección, llevando a crecidas devastadoras y el secado del Sarasvati y otras corrientes. La actividad local quedó temporalmente eclipsada y su centro se desplazó a los valles del Ganges y el Yamuna (19).

La cultura minoica en el Egeo sufrió incendios y anegamientos tras una seguidilla de volcanismos en la isla Thera (Santorini), 125 kms. al norte de Creta, datándose su explosión final en 1628 a. de C. (20). La lista de reyes por Manetón sitúa el diluvio de Deucalión en el reinado del sexto monarca de la Dinastía XVIII, ó 1500 a. de C. (21) (mientras Platón escribió que fue subsecuente al hundimiento de Poseidonis). Cerca del 1250 a. de C. habrían caído formidables aluviones en Anatolia que sepultaron Tirinto (de la Edad del Bronce), y casi al mismo tiempo un terremoto destruyó la ciudad mercantil de Troya (nivel arqueológico VI) (22).

El registro de anillos arbóreos de los últimos 5000 años indica trastornos ambientales genéricos entre 2354 y 2345 a. de C., 1628 y 1623 a. de C., 1159 y 1141 a. de C., 208 y 204 a. de C., y 536 y 545 d. de C. Los tres primeros se hallan dentro de las fechas según Blavatsky para el tiempo de Aries, y estos cinco episodios coinciden con el amanecer de la "edad oscura", implicando seísmos, maremotos, erupciones volcánicas y desgasificación del fondo océanico (23).

En referencia a la época contemporánea, los terremotos más devastadores fueron: 526, Antioquía (Siria), 250.000 fallecidos; 1201, Alto Egipto o Siria, 1.100.000; 1556, provincia de Shensi (China), 830.000, y 1737, Calcuta (India), que cobró 300.000 vidas. La catástrofe del Vesubio en 79 d. de C. enterró a Pompeya y Estabia bajo cenizas y cubrió a Iapilli y Herculano con densas capas de lodo, matando a unas 16.000 personas. Otros sucesos análogos incluyen al Kelud (Java, Indonesia) en 1586 con 10.000 occisos, y el Etna (Italia) que se llevó a 20.000 para 1669. En 1815 un maremoto que siguió a la erupción del Tambora (Sumbawa, Indonesia) acabó con 56.000 pobladores, y en 1713 otro tsunami azotó Awa (Japón) dejando un saldo de 100.000 víctimas. El despertar del Krakatoa (Indonesia) en 1883 fue uno de los más catastróficos de la historia, pues el más poderoso de sus enormes retumbos se escuchó a una distancia de 4670 kms. La mayoría de las 36.000 personas que murió en Java y Sumatra se ahogó por olas que alcanzaron hasta 35 metros (24).

En el siglo XX los peores anegamientos ocurrieron en China: 1931, 3,7 millones de muertos; 1938 y 1939, 500.000 fallecidos cada uno, y en 1959, 2,9 millones. Los seísmos más destructivos también ocurrieron en dicho país: 1920, 180.000 pérdidas humanas; 1927, 200.000, y 1976, 242.000. Respecto a huracanes o tifones, mencionamos a China, 1922, con 100.000 víctimas; Bangladesh, 1991, 138.866, y Bangladesh, 1970, con 300.000 (25). Los tres mayores desastres naturales en lo que va del siglo XXI fueron el ciclón Nargis (Myanmar), mayo de 2008, 146.000 víctimas; el tsunami del Océano Índico, diciembre de 2004, con 230.000, y el terremoto de Haití, enero de 2010, que mató a 316.000 individuos (26).

Al tenor de menciones teosóficas, los inmensos maremotos y sismos en los últimos miles de años serían "adelantos" de lo que ocurrirá con energía aumentada dentro de unos 160 siglos (28) cuando el equinoccio se sitúe en medio de Cáncer (29). El cataclismo europeo supondrá el hundimiento de las Islas Británicas y buena parte de Francia, Países Bajos, sectores de España e Italia. No tendría lugar de un momento a otro, sino que estaría precedido por lentas subsidencias costeras y fuertes terremotos.


Notas

1. H.P. Blavatsky, La Doctrina Secreta, TUP, 1977 (1888), 1:649. Cita: "(...) el bien y el mal de las naciones están íntimamente vinculados con el comienzo y fin del ciclo [precesivo]" (2:330). Blavatsky también refiere a un periodo de 21.000 años (Parte 1, sección 5), diciendo que ocurre un cataclismo menor luego de los primeros 10.500, y otro de rango planetario tras la segunda mitad (Isis Develada, TUP, 1972 (1877), 1:30-1; H.P. Blavatsky Collected Writings, TPH, 1950-91, 3:150).

2. Carta de Blavatsky a J.R. Skinner, 17 de febrero de 1887. El tramo que suele darse es de 850.000 años, cuando el punto equinoccial ingresó en Sagitario; no obstante, el hundimiento de Ruta habría tardado 150.000 (La Doctrina Secreta, 2:395, 751), ¡tiempo suficiente para casi seis vueltas completas al zodíaco!

3. La Doctrina Secreta, 1:650-1.
4. Stephen Oppenheimer, Eden in the East, Weidenfeld & Nicolson, 1998, p. 18, 29-38.

5. La Doctrina Secreta, 2:5, 141; Isis Develada, 2:426.
6. Cartas Mahatma para A.P. Sinnett, TUP, 2da edición, 1926, p. 151/155.
7. "América Precolombina", parte 10.
8. Zecharia Sitchin, The 12th Planet, Avon Books, 1976, p. 409.
9. Graham Hancock, Fingerprints of the Gods, Heinemann, 1995, p. 370-2.
10. Ibídem, p. 411-2, 414.
11. Paul Dunbavin, The Atlantis Researches, Third Millennium, 1995, p. 101.
12. Eden in the East, p. 49-62.
13. La Doctrina Secreta, 1:370, 2:141, 393; Blavatsky Collected Writings, 5:199 nota al pie.

14. Isis Develada, 2:426.
15. The Atlantis Researches, p. 114-5.
16. Charles Gould, Mythical Monsters (1886), Wizards Bookshelf, 1981, p. 129-30.
17. James DeMeo, Saharasia, Orgone Biophysical Lab. Inc., 1998, p. 321.
18. Georg Feuerstein, Subhash Kak y David Frawley, In Search of the Cradle of Civilization, Quest, 1995, p. 84.

19. Ibídem, p. 87-99.
20. Ibídem, p. 83-4.
21. The Atlantis Researches, p. 102.
22. In Search of the Cradle of Civilization, p. 83.
23. New Scientist, 9 de enero de 1999, p. 42.
24. Encyclopaedia Britannica, CD98.
25. www.disastercenter.com/disaster/TOP100K.html .
26. www.tiptoptens.com/2011/03/28/10-worst-natural-disasters-of-21st-century.
28. La Doctrina Secreta, 2:330-1. Blavatsky menciona el "gran año" de los caldeos, que duró unos 21.000, y dice que los cataclismos primarios ocurren al fin de cada ciclo y los menores en su punto medio. A este respecto, incluye la teoría por R. Falb de que existió un diluvio "universal" en 4000 a. de C. y el próximo desastre análogo se produciría en 6500 d. de C.; por lo tanto, el siguiente acaecería en 17.000 d. de C. (Collected Writings, 3:149-50; Isis Develada, 1:30-1).

29. El símbolo de Cáncer es parecido al número 69, y Blavatsky consigna que las figuras de un hombre de pie y una mujer de cabeza ante él simbolizan "polos invertidos". Se cuenta que el rey Cambises soltó una carcajada en el templo egipcio de los Kabiri al ver dicha representación. Entre otros aspectos, los Kabiri son "dioses del 'Diluvio'" (La Doctrina Secreta, 2:360). ¿Podría esto significar que, cuando la Tierra está en Cáncer, es más susceptible a vuelcos importantes del eje y no desvíos completos? Cabe recordar, sin embargo, que los Kabiri también se emparentan con Castor y Pollux (2:362) o el Dioscuros, emplazados en la constelación adyacente de Géminis.