17 de febrero de 2022

América Precolombina: migraciones, contactos y atlantes (12 de 12)

David Pratt
Mayo 2009, actualizado octubre 2020


Contenido:

-Gigantes


Gigantes

Los principales científicos rechazan firmemente la idea de que alguna vez hayan existido razas de gigantes, e insisten que nuestros antepasados eran criaturas primitivas simiescas bastante más pequeñas. Por otra parte, muchas leyendas y tradiciones alrededor del mundo aseguran que hubo razas de gigantes en el pasado, y la Teosofía concuerda con esto aseverando que tal y como muchas especies modernas de animales y plantas tuvieron ancestros gigantes, también fue el caso para la especie humana. Se dice que durante su apogeo hace varios millones de años, los atlantes eran enormes, exhibiendo una altura de hasta 8,2 mts., aunque se dice que probablemente hubo "gigantes" y "enanos" relativos en todas las eras. Desde entonces, poco a poco los humanos han declinado en altura, y hace alrededor de 500.000 años muchos individuos no tenían más de 3 ó 4 mts. (1).

Helena P. Blavatsky aseguraba que las ruinas megalíticas de todo el mundo, incluyendo las de Stonehenge en Inglaterra, Carnac en Bretaña y aquéllas a lo largo de América fueron el trabajo de gigantes, y menciona también una tradición americana de que seres colosales habían invadido América tan pronto como se había alzado de las olas. Igualmente existen leyendas, por ejemplo, sobre la enorme pirámide de Cholula en México y las estructuras más antiguas de Tihuanaco en Bolivia que fueron construidas por una raza ciclópea (2).

En efecto, se ha descubierto un sorprendente número de esqueletos humanos gigantes y algunos de ellos alcanzan alturas de 4,6 mts. o más. En muchos casos, se desconocen las localizaciones actuales de los restos y faltan muchos detalles sobre estas osamentas y las circunstancias de su descubrimiento, incluyendo las indicaciones a su posible edad. A continuación se exponen varios ejemplos de tales hallazgos en el continente americano:

-Durante la exploración de montículos norteamericanos en el siglo XIX y comienzos del XX, se recuperaron cientos de huesos y restos de humanos gigantes, principalmente de 2,1 a 2,4 mts. de altura, pero a veces con una estatura de hasta 3,1 mts. (3). Están asociados, por ejemplo, con las culturas Old Copper, Red Ochre, Glacial Kame, Adena, Hopewell y Mississippian, fechadas en más de 4000 años. La versión oficial es que sólo eran casos aislados de gigantismo entre indígenas, pero algunos esqueletos semejaban haber pertenecido a una raza extinta y no aborigen, al tiempo que muchas tribus locales tienen tradiciones sobre seres muy altos que una vez ocuparon esa región. Los sepulcros indican que dichos restos pertenecieron a individuos con posiciones de liderazgo social; en otros casos los remanentes parecían ser inusualmente antiguos y se convertían en polvo cuando eran expuestos a la atmósfera. Los científicos del Instituto Smithsoniano estuvieron implicados en algunos de esos hallazgos, y muchos huesos fueron enviados a otro lugar desde el gran museo, por lo que nunca más han sido vistos. Sus arqueólogos de la Oficina de Etnología extrajeron al menos 17 esqueletos grandes desde montículos, que iban de 2 a 2,4 mts., y 14 de ellos medían 2,1 (4), mientras que la altura promedio masculina llegaba a cerca de 1,7.    

-Un montículo de piedra con más de 21 mts. en diámetro fue explorado cerca de Brewersville, Indiana, en 1879; contenía varios esqueletos, al menos uno de los cuales tenía más de 2,9 mts. de alto (5).

-En 1925 y mientras excavaba en un montículo indígena de Walkerton, Indiana, un grupo de investigadores aficionados desenterró los esqueletos de 8 humanos prehistóricos, cuyas alturas variaban entre 2,4 y 2,7 mts., todos ellos mostrando sólidas armaduras de cobre, pero desafortunadamente la evidencia fue dispersada y se perdió su rastro (6).

-En 1833, soldados que cavaban un foso para construir un almacén de pólvora en Lompock Rancho, California, se abrían camino por una capa gravítica cementada cuando dieron con el esqueleto de un hombre de aproximadamente 3,7 mts. de alto, rodeado por conchas esculpidas, grandes hachas de piedra y bloques de porfirio cubiertos con símbolos ininteligibles. El enorme ser tenía filas dobles de dientes superiores e inferiores, una característica comúnmente reportada que también se menciona en las tradiciones antiguas. Cuando los indígenas locales comenzaron a darle significación religiosa a estas osamentas y los artefactos, las autoridades les ordenaron que se volvieran a enterrar en secreto.

-En la isla Santa Rosa, fuera de la costa de California, también se extrajeron remanentes de un hombre gigante con filas dobles de dientes (7).

-Otro esqueleto humano en mal estado, que según testigos medía alrededor de 3,3 mts., fue desenterrado por trabajadores mientras araban un viñedo en East Wheeling, Virginia del Oeste, en noviembre de 1856 (8).

-Se han descubierto huesos y artefactos enormes en el área de Lovelock-Winnemucca de Nevada. En febrero y junio de 1931 se encontraron dos esqueletos en el lecho del lago Humboldt cerca de la Cueva de Lovelock; el primero de ellos tenía 2,6 mts. de largo envuelto en una tela cubierta de goma y el segundo era de casi 3,1 mts. de longitud, según el artículo del periódico local Review Miner fechado el 19 de junio de 1931. El 29 de septiembre de 1939, el Review Miner reportaba el descubrimiento de un esqueleto de 2,3 mts. en un rancho cercano al pueblo, y coincidentemente los indígenas paiute de la región hablan de una raza ciclópea de cabellos rojizos que llegaron al área en embarcaciones, aparentemente cuando ésta era un mar interior (9).

-De acuerdo a un recorte de prensa de 1926 datado en Nayarit, México, los capitanes D.W. Page y F.W. Devalda descubrieron los huesos de individuos gigantes que promediaban más de 3,1 mts. en altura (10) y las leyendas que circulan en el área sostienen que vinieron desde Ecuador.

-En 1929 Dean Byron Cummings de la Universidad de Arizona y un científico del gobierno mexicano encontraron tres esqueletos enormes pertenecientes a dos hombres y una mujer de al menos 2,4 mts. de alto y niños de 1,8 mts., pero su trabajo fue interrumpido por los yaquis locales quienes destruyeron algunos de los restos. 

-Algunos informes de 1923 desde Casas Grandes, México, anunciaban el hallazgo de varios esqueletos de "indios" de 4,6 mts. de estatura, dispuestos lado a lado con vasijas de piedras preciosas. 

-Otro artículo en el New York Herald-Tribune del 21 de junio de 1925 aseguraba que un grupo de mineros había hallado osamentas de 3,1 a 3,7 mts. de alto, con pies de 46 a 51 cms. de largo, cerca de Sisoguiche, México.

-En 1938 cerca de Tepic, México, se localizó una serie de montículos sepulcrales muy antiguos que contenían 7 esqueletos de hombres y mujeres de entre 2,4 a 2,7 mts. de alto bajo delgados bloques de piedra. Las tumbas contenían alfarería similar a la griega y con un patrón serpenteante, pero en la que no se utilizó metal.

-En 1928 y al interior de una caverna en Manta, Ecuador, se hallaron huesos humanos con más de 2,4 mts. de altura y las inmensas estalagmitas testificaron la remota edad de los restos. Durante 1938, fueron extraídos más remanentes de hombres y mujeres gigantes de al menos 2,4 mts. de altura en el mismo país (11).

-En una ocasión, el zoólogo Ivan T. Sanderson recibió la carta de un ingeniero que durante la Segunda Guerra Mundial se encontraba en la isla Shemya de las Aleutianas al sur del Estrecho de Behring. Mientras demolían un grupo de cerros para construir una pista de aterrizaje, los trabajadores desenterraron piezas óseas que parecían corresponder a humanos extremadamente grandes (el relato más tarde fue confirmado por otra persona en la unidad). Muchos de los cráneos gigantes medían entre 56 y 61 cms. desde la base a la coronilla, mientras que un cráneo adulto normalmente tiene unos 20 cms. El Instituto Smithsoniano aparentemente tomó posesión de los restos, pero nunca más se oyó de ellos otra vez, y Sanderson se preguntaba: "¿Es que acaso esta gente es incapaz de emprender una reescritura de todos los textos?" (12).

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Con unas contadas excepciones (13), los posibles artefactos humanos encontrados en estratos del Terciario y más antiguos tienden a estar fabricados en piedra y hasta la fecha no se han descubierto otros utensilios que provean evidencia concluyente sobre civilizaciones tecnológicamente avanzadas en pasadas eras geológicas, lo cual es común dado el poder destructivo de los elementos y los muchos cambios climáticos severos y eventos cataclísmicos que han tenido lugar. Sin embargo, es muy probable que espere ser descubierta una gran parte de los artilugios elaborados por civilizaciones perdidas, ojalá por aquéllas personas capaces y dispuestas a reconocerlos por lo que son.

Se dice que la Hermandad de Adeptos himaláyica posee vastas bibliotecas subterráneas y depositorios en los cuales preservan no sólo registros históricos y trabajos literarios de civilizaciones antiguas, sino también ejemplos de sus invenciones, manualidades y los esqueletos de sus habitantes, incluyendo gigantes de la Atlántida (14). De igual manera, se afirma que dichos registros serán presentados en el momento apropiado, presumiblemente en una época de mentalidad más abierta y receptiva.


Referencias

1. Ver "Continentes hundidos versus deriva continental" y "Los Siete Continentes explicados por la Teosofía", esoterismo-guia.blogspot.com.

2. http://jan.ucc.nau.edu/~rcb7/90moll.jpg.

 
Origen del Atlántico

1. V.V. Beloussov, "Endogenic regimes and the evolution of the tectonosphere", en S. Chatterjee y N. Hotton III (editores), New Concepts in Global Tectonics, Lubbock, TX: Texas Tech University Press, p. 411-20; N.I. Pavlenkova, "Endogenous regimes and plate tectonics in northern Eurasia", Physics and Chemistry of the Earth, vol. 23, 1998, p. 799-810.

2. B.I. Vasiliev y T. Yano, "Ancient and continental rocks discovered in the ocean floors", New Concepts in Global Tectonics Newsletter, n° 43, 2007, p. 3-17.

3. J.W. Gregory, "The geological history of the Atlantic Ocean", Quarterly Journal of Geological Society, vol. 85, 1929, p. 68-122; Hermann von Ihering, Die Geschichte des Atlantischen Ozeans, Jena: Verlag von Gustav Fischer, 1927.

4. "The geological history of the Atlantic Ocean", p. 116.
5. Blavatsky, La Doctrina Secreta, 2:791.


Migraciones

2. La Doctrina Secreta, 2:606 nota al pie.
3. Ibídem, 2:406-7.
5. La Doctrina Secreta, 2:739-40.
6. Ibídem, 2:740 nota al pie, 748; Forbidden Archeology, p. 54-70, 227-42.
7. La Doctrina Secreta, 2:746, 750; "Los misterios de Giza", parte 7.


Esqueletos humanos y artefactos

1. Cremo y Thompson, Forbidden Archeology; versión abreviada: The Hidden History of the Human Race. Ver también La Doctrina Secreta, 2:10, 675, 678, 723, 740 nota al pie, 746, 748, 751.

2. Ver "Orígenes humanos: el mito científico del mono ancestral".
3. Forbidden Archeology, p. 413-19; The Hidden History of the Human Race, p. 132-3.

4. Forbidden Archeology, p. 291-307, 435-8; The Hidden History of the Human Race, p. 75-6, 141-2.

5. Forbidden Archeology, p. 313-34, 438-9; The Hidden History of the Human Race, p. 77-84, 142-3.

6. Forbidden Archeology, p. 802-5; The Hidden History of the Human Race, p. 110-13; Michael A. Cremo, The Forbidden Archeologist, Badger, CA: Torchlight Publishing, 2010, p. 175-9; Robert E. Gentet y Edward C. Lain, "The Nampa image – an ancient artifact?", www.creationhistory.com.

7. Forbidden Archeology, p. 368-93; The Hidden History of the Human Race, p. 94-101.

8. Forbidden Archeology, p. 439-52; The Hidden History of the Human Race, p. 143-9.

9. Rex Dalton, "Footprint claims get stamped on", 30 de noviembre de 2005, nature.com; Austin Whittall, "Toluquilla footprint; is it erectus?", 4 de enero de 2011, patagoniamonsters.blogspot.com; The Forbidden Archeologist, p. 135-9.

10. The Forbidden Archeologist, p. 225-9.


Gigantes

1. La Doctrina Secreta, 2:276-80, 293, 336-40, 753-6; "Orígenes humanos: el mito científico del mono ancestral", parte 6, y "Secret cycles", sección 2, http://davidpratt.info.

2. La Doctrina Secreta, 2:276 nota al pie, 337-8, 341.
3. Ross Hamilton, "Holocaust of the giants: the great Smithsonian cover-up", 2001, www.xpeditionsmagazine.com; H.P. Blavatsky, Isis Develada, TUP, 1972 (1877), 1:303-5; La Doctrina Secreta, 2:293; William R. Corliss (compilación), Biological Anomalies: Humans III, Glen Arm, MD: Sourcebook Project, 1994, p. 44-5.

4. Andrew Collins y Gregory Little, Denisovan Origins: Hybrid Humans, Göbekli Tepe, and the Genesis of the Giants of Ancient America, Rochester, VE: Bear & Company, 2019 (Kindle), p. 274. 

5. Tédd St. Rain, Mystery of Ancient America: Book 1. Enigmatic mysteries and anomalous artifacts of North America: a connection to the ancient past, Long Beach, CA: Lost Arts Media, 2003, p. 10; "Ooparts & ancient high technology", www.s8int.com/giants6.html.

6. David Hatcher Childress, Lost Cities & Ancient Mysteries of South America, Stelle, IL: Adventures Unlimited Press, 1986, p. 199.

7. Frank Edwards, Stranger than Science, New York: Lyle Stuart, 1959, p. 113-14.
8. "Historical North American giants", www.bibleufo.com/humanphenom7.htm.
9. David Hatcher Childress, Lost Cities of North & Central America, Stelle, IL: Adventures Unlimited Press, 1992, p. 496-7; Mystery of Ancient America, p. 14-15.

10. "Giant human remains", www.stangrist.com/giants.htm.
11. Harold T. Wilkins, Secret Cities of Old South America, Kempton, IL: Adventures Unlimited, 1998 (1952), p. 44-7; Harold T. Wilkins, Mysteries of Ancient South America, Kempton, IL: Adventures Unlimited Press, 2005 (1947), p. 192; "The return of the giants", Theosophy, vol. 32, n° 11, septiembre de 1944, www.wisdomworld.org.

12. Lost Cities of North & Central America, p. 223-4.
13. Forbidden Archeology, p. 795-814.
14. La Doctrina Secreta, 1:xxiii, xxxiv, 2:530; Cartas Mahatma para A.P. Sinnett, 2da edición, p. 2/edición cronológica, p. 3. Ver también "The Mahatmas", http://davidpratt.info.