17 de febrero de 2022

La ciencia de los Paramitas


"Que los MAESTROS sí poseen tales Paramitas en proporción a sus respectivos temperamentos y etapas del desarrollo boddhisátvico constituye su derecho a nuestra reverencia como nuestros Instructores. El objetivo de todos y cada uno de nosotros debiera ser el de esforzarnos con toda la intensidad de nuestra naturaleza para seguirlos e imitarlos (...) Traten de darse cuenta de que el progreso se realiza paso a paso, y cada uno se obtiene con esfuerzo heroico. Retirarse significa desesperación o timidez (...) Como los tigres muertos, las pasiones conquistadas ya no pueden volver y desgarraros; por tanto, tened esperanza y no os impacientéis. Con cada despertar matutino intentad vivir el día en armonía con el Ser Superior, pues 'intentar' es el grito de batalla que el maestro enseña a cada alumno. No se espera nada más de vosotros, porque quien hace todo lo que puede, hace todo lo que se le puede pedir. Hay un momento en que incluso un Buda deja de ser un mortal pecador y da su primer paso hacia la budeidad (...) Los Paramitas (virtudes) no son sólo para sacerdotes y yoguis, como se dice, sino referentes para que todos podamos esforzarnos después, y ningún sacerdote, yogi, chela ni Mahatma lograron todo al mismo tiempo (...) En La Voz del Silencio se expresa enfáticamente la idea de que sean los pecadores y no los santos quienes entren al Sendero" (H.P. Blavatsky, "She Being Dead Yet Speaketh").

En otra parte explicamos:

"Algunos buscan felicidad divina o eterna, la completa liberación de este mundo sufriente y su ciclo aparentemente infinito de nacimiento, muerte y reencarnación. Su objetivo es literalmente resurgir y reabsorberse en esa Fuente infinita de la que provienen. Es comprensible que deseen escapar para siempre de la existencia condicionada y material, y así esos individuos se esfuerzan activamente y trabajan con ardor para lograr esta gran meta, mientras que otros simplemente lo tienen en cuenta y esperan poder lograrlo de algún modo en el futuro.

Casi toda la religión hindú está enfocada en esta dirección, al igual que el sistema del budismo Theravada. Este camino se conoce como la Senda de Liberación que conduce a Nirvana, Moksha, Mukti o Brahman que nos lleva del Samsara -mar de sufrimiento u océano de existencia condicionada- al Nirvana, el ámbito infinito de la no-existencia incondicionada, la Existencia Absoluta en sí misma o "punto de desaparición de la materia diferenciada", donde volvemos a convertirnos con la Totalidad Divina.

Pero también existe otro camino que parece poco atractivo para la mayoría, y los pocos que lo transitan se han dado cuenta del egoísmo que implica la otra modalidad.

¿Cómo pueden entrar alegre y triunfalmente en Nirvana y dejar atrás a las miríadas de humanos pobres, sufrientes e ignorantes? ¿Cómo pueden saltar al océano de felicidad cuando saben muy bien que sus almas gemelas están atrapadas y se hunden impotentes en un pantano de dolor y desesperación?

Esa conducta no sería un acto de compasión ni amor, menos un reconocimiento a la Unidad de toda la Vida. Para las percepciones de quienes caminan en este Sendero, la primera vía no es otra cosa que una forma elegante y 'sublimada' de egoísmo, y de esta manera quienes siguen el segundo derrotero también aspiran hacia las mayores alturas de avance y desarrollo internos, pero de ninguna manera por su propio bien.

Sólo desean brindar la mayor ayuda y servicio posibles a la humanidad. Ya han decidido que cuando por fin sus esfuerzos los lleven al umbral del Nirvana, le darán la espalda y renunciarán al Gran Premio, con el motivo de elegir reencarnarse conscientemente una y otra vez tanto como continúe la vida para guiar y servir al género humano.

Esta vía se llama Camino de Renuncia y nos eleva por encima de Samsara, pero no más allá. También se le conoce como Sendero del Bodhisattva y es uno de los temas centrales y definitorios del budismo Mahayana y especialmente en el Tíbet.

El máximo grado de autosacrificio por el bien de toda la humanidad (...) ¿Dónde está la persona que intente negar que éste es el ideal espiritual más verdadero, noble, elevado, altruista y compasivo?"

Este derrotero del Bodhisattva o Nirmanakaya (ambos son esencialmente sinónimos) es el que se recomienda y promueve en Teosofía, siendo así el "latido" subyacente y constante de todas las enseñanzas teosóficas, de modo que incluso las personas aparentemente más teóricas y que abordan la metafísica desde la intelectualidad siempre tienen compasión y altruismo en su base.

Pero cuando la Teosofía habla sobre esto, no repite lo señalado o discutido por los budistas Mahayana respecto del tema. Sin duda, existen numerosas similitudes y conexiones, pero también muchas diferencias y algunas importantes.

Se dice que el sistema de filosofía, doctrina y ética que H.P. Blavatsky dio al mundo y denominado "Teosofía" le fue enseñado por miembros iniciados de gran progreso, pertenecientes a la propia Escuela Esotérica de Buda con sede en las regiones transhimaláyicas. En ocasiones los Instructores de Blavatsky son llamados Maestros de Sabiduría, Mahatmas, Adeptos y "Hermanos".

Respecto al libro "La Voz del Silencio" que describe poéticamente el
Camino a la iluminación compasiva, su autenticidad fue confirmada por un reciente Panchen Lama y también por el actual Dalai Lama como puede leerse en "'La Voz del Silencio', un auténtico texto budista". Asimismo, Blavatsky declaró que tradujo esta obra a partir de un texto esotérico y públicamente desconocido hasta hoy, denominado "Libro de los Preceptos Dorados", que está concebido para el "uso diario" de lanoos, chelas o discípulos de los Maestros y quienes con seriedad y diligencia aspiran a convertirse en tales. De igual modo, la naturaleza y los procesos de dicho rango se explican con detalle en "Los chelas y el discipulado". 

Por su parte, el budismo Theravada niega que exista un Camino del Bodhisattva, pero recomienda la práctica de diez Paramitas, es decir, virtudes o perfecciones. La corriente Mahayana establece que dicho sendero consiste en el bodichita (deseo de "vivir para beneficiar a la humanidad" como expresa "La Voz del Silencio") y la práctica perpetua de seis Paramitas, a saber: Dana (dar), Shila (disciplina moral), Kshanti (paciencia), Virya (esfuerzo), Dhyana (concentración) y Prajna (sabiduría).

En la Escuela Esotérica transhimaláyica de budismo puro se revela que existen siete Paramitas, de modo que la cuarta y central -Viraga o Vairagya (desapasionamiento)- es preterida en la enumeración de estas virtudes por las formas de budismo públicamente conocidas, pero en ocasiones "La Voz del Silencio" también menciona diez de dichas capacidades, lo que implica que existen tres adicionales de las que se habla específicamente.

En "Antahkarana, el enlace oculto" señalamos: “Cada uno de los siete es mucho más que una virtud 'cliché', sino una verdadera puerta de entrada a la iniciación. Para recorrer este 'Camino' con éxito se requieren múltiples vidas de esfuerzo y voluntad consistentes, y al menos siete de tales encarnaciones".

Recomendamos revisar dicho texto, pues en él se explica cómo estos Siete Portales del Camino son realmente las siete divisiones o etapas en el Antahkarana (puente o enlace conectivo entre Manas Inferior y Superior, el Ego personal y el Superior) que conduce a la más elevada cumbre donde el aspirante vuelve a convertirse en el dios, la entidad divina o Individualidad que verdaderamente es.

Dicho todo esto, el objetivo de este artículo es compartir las siguientes palabras de Bahman Pestonji Wadia, el estimado estudiante teosófico y trabajador influyente en la Logia Unida de Teósofos.

La L.U.T. es una asociación mundial fundada por Robert Crosbie y dedicada exclusivamente al estudio, la promulgación y aplicabilidad de las enseñanzas teosóficas originales, y no las diversas versiones alteradas que surgieron tras el fallecimiento de H.P. Blavatsky y su colega más cercano William Q. Judge, sino sólo la Doctrina que ellos presentaron al mundo bajo la inspiración e instrucción de los Mahatmas.

Es probable que estas citas no signifiquen mucho ni sean de particular interés para quienes nunca han leído y estudiado cuidadosamente "La Voz del Silencio", pero sí pueden ser esclarecedoras para los que están familiarizados o asimilan su contenido de manera activa, los que son cada vez mayores en número a medida que más personas descubren la Teosofía genuina, y que aún hoy existe el Movimiento que le representa.

Algunos de los puntos presentados aquí por Wadia son deducciones naturales basadas en la ley de correspondencia y analogía, tales como la referencia a la forma en que se muestran los Siete Globos de la Cadena Terrestre en "La Doctrina Secreta", vol. 1, p. 200. Este diagrama también puede apreciarse en el artículo "Los Siete Planos de Existencia", e igualmente en el segundo volumen de la misma obra, página 574, también se explica que un septenario siempre se manifiesta a partir de una raíz triple.

Otros aspectos están ligeramente implícitos- aunque no expresados directamente ni se insinúan con algún énfasis- en el sentido de constituir conocimiento teosófico más amplio o de la Filosofía Esotérica que lo ya publicado en libros homónimos; por ejemplo, Wadia escribe en una carta privada y conocida sólo tras su muerte que Kshanti y Virya "son conocidos como la hija y el hijo de Vairagya". ¿Y quién más los llama por estos términos? No se encuentran en la literatura teosófica registrada, pero si nos familiarizamos con ciertos detalles importantes sobre la vida de dicho teósofo -como se relata en "La vida esotérica de B.P. Wadia"- podemos deducir que él mismo era un chela o discípulo bastante avanzado de Adeptos Transhimaláyicos.

Sin embargo, no debe considerarse que sus palabras tienen la misma "autoridad" que las de H.P. Blavatsky y William Judge, por lo que se comparte lo siguiente únicamente para interés y consideración de los estudiantes interesados, por cuanto queda así a su propio criterio.


B.P. Wadia sobre los Paramitas
(véase diagrama para aclaraciones)


“Lo que es verdadero sobre Dana es igualmente cierto para Shila y Kshanti; éstos forman una tríada porque el amor crea armonía, y sin paciencia dicha concordia no puede generarse. La descendencia equilibrada, ya sea una palabra o un acto, poema o imagen, tiene por su padre al amor y como madre la paciencia, y cuando se crea al vástago su naturaleza de perfección lo convierte en una obra maestra, por cuanto existe la Bienaventuranza 'eterna'.

Del mismo modo, los tres últimos paramitas de Virya, Dhyana y Prajna forman una tríada. Cuando el padre persigue la contemplación con energía intrépida, el resultado es Prajna, la percepción espiritual completa.

Entre ambas tríadas se halla el paramita de Viraga (Vairagya) sin el cual ni Maya-ilusión puede conquistarse, ni la Verdad-Sat puede ser percibida. El desapego, el desapasionamiento y la indiferencia en más de un sentido son la más importante de las virtudes" (“Estudios sobre 'La Voz del Silencio'”, p. 17).

“La paciencia es una virtud sublime. En el arco descendente, este Paramita es el más elevado para hombres y mujeres que aún no tienen concepción respecto de la vida superior, pero la paciencia que cultiva Virya -pues Kshanti y Virya forman una pareja- es la más excelsa y ambas son la progenie (se les conoce como la hija y el hijo) del desapasionamiento o Vairagya".

"Dhyana Paramita no debe confundirse con los ejercicios de meditación [generalmente Dhyana es la palabra sánscrita que designa la concentración meditativa, como en los Aforismos Yoga de Patanjali]. Esta virtud de la Contemplación Incesante de Metta-Compasión-Piedad es el resultado de Vairagya y Kshanti-Virya. Dhyana es uno de la pareja y el otro es Shila. Estúdiense éstos últimos como pareja en la cual uno apoya y mejora al otro en nosotros".

"El Prajna real representa Compasión Absoluta y existen siete estados de Prajna y a los que corresponden otros siete de dicha compasión. Léanse nuevamente las páginas 75-76 [ó 69-70, edición original de 1889] de La Voz del Silencio y nótese lo que crea la Compasión Absoluta. Se encuentra en la Portal del Camino Interior de la Renuncia. Dana corresponde al globo A en evolución y comienza allí, pero el verdadero iniciador de importancia es el Globo D; así, el real progreso humano se inicia en medio de la Cuarta Ronda y en el Cuarto Globo.

Hay siete estados de Prajna; la conciencia percibe la materia en siete niveles, de los cuales el más elevado es el Inconsciente antes mencionado, es decir, la Conciencia Universal que no es autoconsciente. Estas culminaciones cósmicas son dignas de consideración cuando va a desplegarse Vairagya.

Entonces, ¿acaso la práctica de Prajna en nuestro nivel no implica mejorar y elevar nuestro poder presente de percepción? La más sublime de ésta última es el desarrollo del séptimo Paramita, que involucra la visión de Paramarthasatya, la verdad altruista o sabiduría compasiva. Se nos dice 'hazte limpio y despeja tu vista' (...) El desarrollo de Prajna comienza con el de Dana, y también el progreso de Dhyana se muestra en nuestra armonía en palabras y obras o Shila. Vairagya proporciona la clave: ¿somos desapasionados y carentes de deseos? Es una observación de nosotros mismos a cada momento, pues ¡la naturaleza inferior es poderosa en sus exigencias e imperiosa para echarla a patadas!

Un verdadero yogui, el que está unido, obviamente es un altruista. En verdad uno no puede ejercer Virtudes Divinas sin una vida previa para beneficiar a la humanidad.

Las siete Virtudes Divinas son el material con que están hechas las Personalidades de los Maestros. Su gran desapego, su profunda reclusión, su gran compasión (la madre de los siete Paramitas) apuntan todos a Vairagya. Los hombres dicen: '¿Por qué los Maestros no hacen algo? ¿Por qué permiten las desigualdades?' Bien, ellos son Vairagis Divinos

Los Diez Paramitas trascendentales incluyen los tres correspondientes a los tres planos situados más allá de los siete principios; véase el diagrama en la p. 200 de la Doctrina Secreta, vol. 1, y léase lo señalado sobre los tres planos superiores allende la Cadena Planetaria. En la Cadena Terrestre, el ser humano es una criatura de siete principios, pero en realidad debe convertirse en un número 10 perfecto. Las Tres Hipótesis del Primer Fundamento son los aspectos metafísicos de los tres Paramitas superiores o trascendentes.

Los Paramitas son humanos, universales y divinos; moralidad personal, moralidad egoica y monádica. Considérese esto, pues aquí está el ocultismo práctico" ("Extracts from Unpublished Letters", publicadas póstumamente en la revista "The Theosophical Movement").

Para quienes deseen saber más, invitamos a revisar también "El Budismo Esotérico Real" (última sección del texto "Gelugpas, Tantra y Dalai Lamas: una historia de corrupción", parte 2) y visitar otras secciones en la página "Artículos por categoría".

"Antes de instalarte en Dnyan Marga y llamarlo tuyo, tu Alma debe convertirse en la fruta madura del mango: tan suave y dulce como su pulpa dorada y brillante para la aflicción de otros, y tan dura como su carozo para tus propios dolores, ¡oh conquistador de bondad y miseria! (...) Cuando hayas alcanzado ese nivel, los portales que debes conquistar en el Sendero se abren para dejarte pasar, y las fuerzas más enérgicas de la naturaleza no tienen poder para mantener tu curso. Serás el maestro del Camino séptuple, pero no hasta entonces, oh candidato para las pruebas que superan el discurso".

Ahora inclina tu cabeza y escucha bien, oh Bodhisattva; la compasión dice: '¿Puede haber felicidad cuando todo lo que vive debe sufrir? ¿Serás salvo y oirás llorar a todo el mundo?' Ahora ya has oído. Alcanzarás el séptimo paso y cruzarás la puerta del conocimiento final, pero sólo para casarte con el infortunio; si quieres ser Tathagata, sigue los pasos de tu predecesor y permanece desinteresado hasta el final infinito" 
(“La Voz del Silencio”, p. 60-61, 71, edición de 1889 reeditada en 2017 por Theosophy Company de Londres).