El siguiente texto fue publicado bajo el título “The Count de Saint-Germain" en la revista “The Theosophical Movement” (septiembre de 1963) producida por la Logia Unida de Teósofos en India.
Desde que Tsong-kha-pa -el Adepto Tibetano y Reformador Mundial- inaugurara en el siglo XIV su movimiento de iluminación
espiritual para la humanidad e incluyendo a Occidente, los miembros de la Fraternidad de Adeptos han tratado de entregar siglo tras siglo
una cantidad mayor o menor de conocimiento oculto a un mundo cada vez más engañado por el materialismo. Mesmer y otros representantes de la Gran Logia operaron en el siglo XVIII bajo la influencia del Conde de Saint-Germain, a quien H.P. Blavatsky llama "el mayor Adepto oriental que Europa ha visto en los últimos siglos" (“The Theosophical Glossary”) [nota: la entrada de este glosario al que se hace referencia es para "St. Germain”, p. 308-309 de ese libro]. Sin embargo, Europa no tenía ni la comprensión mental ni la percepción moral para evaluar correctamente y obtener el máximo provecho sobre las labores de los grandes y cuyo objetivo era el servicio espiritual para el prójimo extraviado, sin ningún interés meramente personal.
En un artículo sobre el Conde de Saint-Germain para The Theosophist (mayo de 1881), Madame Blavatsky pidió la reivindicación de su memoria y señaló:
“Este gran hombre, alumno de los hierofantes indios y egipcios y experto en la sabiduría secreta de Oriente, ha recibido tal tratamiento de los escritores occidentales que devino en un estigma sobre la naturaleza humana. Y así se ha comportado el mundo estúpido hacia cualquier otra persona que, como St. Germain, la volvió a visitar luego de un largo aislamiento dedicado al estudio, con sus reservas de sabiduría esotérica acumulada y la esperanza de mejorarla y hacerla más sabia y feliz”.
Los antecedentes del Conde Saint-Germain y su verdadera misión de vida son misterios sin resolver para aquéllos que no están familiarizados con el modus operandi de los Adeptos que saben lo que hacen y realizan en silencio lo que pueden por el verdadero bienestar de la humanidad. No consideran las dolorosas consecuencias que se les acumulan debido a la oposición de los hombres en el poder que para cumplir sus propios fines y ambiciones dominan las mentes de otros y así el trabajo filantrópico de los representantes de la Gran Logia es ajustar y emancipar. Como correspondía a alguien de su clase, Saint-Germain evadió las preguntas inquisitivas sobre su edad, origen y sus primeros años de vida mientras viajaba de un país a otro para promover su benevolente objetivo.
“Hasta este momento, el conde St. Germain es un misterio viviente (…) No es un mito que tengamos innumerables autoridades tanto en literatura como en la tradición oral (que a veces es la más confiable) sobre el hecho de que este maravilloso Conde haya sido conocido y reconocido en diferentes siglos" (H.P.B., "A Modern Panarion", p. 44) [nota: este artículo en particular incluido en el libro de compilación A Modern Panarion es "Occultism or Magic", que se publicó originalmente con el título "A Few Questions to Hiraf"].
Los asombrados testigos que se supeditaron a su magnética influencia persistían en preguntar quién era aquél que, sin fuentes visibles de ingresos, se adornaba con soberbios diamantes y regalaba piedras preciosas y joyas a sus amigos con tanta despreocupación como alguien que distribuye bagatelas; asimismo, disfrutó de la confianza y admiración de los estadistas y nobles europeos más inteligentes durante largos años. Sin embargo, ignorantes de su verdadera posición y propósito, algunos políticos y ministros celosos -a quienes conoció en el curso de sus misiones de paz no pagadas a varios tribunales europeos en su correspondencia- se referían a él con desprecio o lo trataban con dureza como "espía" o "impostor". En los salones que visitaba, St. Germain entretenía a la concurrencia con historias extrañas del mundo oculto y consigo mismo como testigo o actor, pero nunca compartía con nadie. Sus raras dotes intelectuales, su brillante conversación y misteriosos modos de vida asombraron y deslumbraron a la mente pública.
Madame Blavatsky dice en “The Theosophical Glossary”:
"Muchas son sus 'biografías' y cada una más descabellada que la otra. Algunas lo consideraban un dios encarnado, otras como un inteligente judío alsaciano. Pero una cosa es segura: cualquiera que sea su verdadero patronímico, el Conde de St. Germain tenía derecho a su nombre y distinción, ya que había comprado una propiedad llamada San Germano en el Tirol italiano y pagó el título al Papa (...)”.
“Nunca reclamó poderes espirituales, pero demostró tener derecho a tal pretensión. Solía pasar en un trance 'muerto' de treinta y siete a cuarenta y nueve horas sin despertar, y luego sabía todo lo que era necesario demostrando el hecho al profetizar el futuro y sin cometer jamás un error. Fue él quien vaticinó ante los reyes Luis XV y XVI y la desafortunada María Antonieta (…) Era el mejor adepto para transmutar metales, fabricar oro y los diamantes más maravillosos, un arte que decía haber aprendido de ciertos brahmanes en India que le enseñaron la cristalización artificial ('aceleración') de carbono puro".
Llevados a lo largo de la poderosa marea del Karma mundial y como han señalado, los Adeptos sólo pueden modificar y dirigir algunas de sus corrientes menores. Sus motivos y métodos de trabajo no pueden ser comprendidos o apreciados por quienes se encuentran fuera de su círculo debido a la falta de intuición en éstos últimos para evaluar la necesidad de las personas en términos de la luz mental y moral y la oscuridad del período reinante, por lo que ser mal entendido, mal juzgado y difamado es la suerte poco envidiable de un Adepto. Tenemos algún indicio de ello en las tribulaciones de nuestra profesora Madame Blavatsky, y también el conde de Saint-Germain tuvo su propia cuota de ignominia y oprobio inmerecidos.
No se sabe cuándo nació Saint-Germain y no hay datos ni se relata sobre su muerte en ninguna obra, lo que es singularmente notable en el caso de alguien que vivió en plena explosión de publicidad. Sin embargo, hay pruebas que demuestran su estadía en Europa con ausencias largas o cortas desde el último cuarto del siglo XVII, si no antes, hasta el primer cuarto del siglo XIX. En el “Theosophical Glossary” leemos que había afirmado tener más de quinientos años y Madame Blavatsky agrega que "si él dijo 'haber nacido en Caldea y profesó poseer los secretos de magos y sabios egipcios', puede haber dicho la verdad sin hacer ninguna afirmación milagrosa. Existen Iniciados, y no los más altos, que están en condiciones de recordar más de una de sus vidas pasadas". Blavatsky registró a fines del siglo XIX que "tal vez algunos lo reconozcan en la próxima Terreur que afectará a toda Europa cuando llegue, y no a un sólo país” [nota: "la Terreur" (“Terror") es el nombre aplicado al período más violento y sangriento de la Revolución Francesa].
Hay muchos vacíos en nuestro conocimiento sobre sus actividades. Los miembros de la Fraternidad de Adeptos mantienen cerradas "todas las puertas posibles de acercamiento por las que los curiosos pueden espiarlos". Como dijo uno de ellos: "Para tener éxito y preservar su poder, un adepto debe vivir en soledad y más o menos dentro de su propia alma".
De los pocos datos disponibles sobre este gran personaje podemos decir que el Conde no sólo era adepto a las artes ocultas, sino que también fue maestro de muchas artes y ciencias físicas. Se dice que sabía sobre trenes y barcos de vapor décadas antes de que estos inventos entraran en uso. Entre los logros que se le atribuyen se puede mencionar el teñido y la preparación de pieles, llevados a una perfección que superó a todos los marroquíes del mundo; el teñido de sedas, lanas y madera en los colores más brillantes, etc. Ejecutaba todos los instrumentos y se dice que rivalizó con Paganini en el violín y también fue un pintor de rara habilidad. Tenía una memoria prodigiosa y su enorme erudición incluía un conocimiento profundo de casi todas las lenguas europeas y orientales como sánscrito, chino y árabe. Había viajado por casi todo el mundo y se rumorea que dio los toques finales al entrenamiento de Mesmer, quien redescubrió el magnetismo animal para curar enfermedades; asimismo, Cagliostro trabajó durante un tiempo bajo su dirección. Se dice que colaboró con Saint-Martin en su trabajo masónico y teosófico y que estos cuatro Adeptos estaban en la Convención Masónica de París en 1785. Hay referencias en “The Theosophical Glossary” al notable conocimiento de Saint-Germain sobre la masonería prístina, y un Maestro de Sabiduría aludió al trabajo que hizo para el rosacrucismo, pues mientras que Christian Rosencreuz enseñaba oralmente, "St. Germain registró las buenas doctrinas en cifras”. Madame Blavatsky menciona uno de sus manuscritos rosacruces cifrados en “Isis Develada” (I, 575) y cita extensamente de otro en “La Doctrina Secreta” (II, 582-83).
Podía transmutar hierro en oro mientras el testigo observaba. Su especialidad era la fusión de pequeños diamantes en grandes y la eliminación de defectos en los mismos, pero ¿por qué un adepto como él se adornaba con joyas y distribuyó gemas por todas partes? ¿Podemos aprender algo de esto? ¿No podríamos considerar los diamantes como símbolos sobre el apogeo de las posesiones terrenales por las que nos matamos trabajando? Incluso si tuviéramos diamantes en abundancia, no nos servirían porque la riqueza material es para decoraciones superficiales y sólo para glorificar el cuerpo que algún día morirá. ¿Por qué no trabajar entonces por el título de "Alma de Diamante" cuyo merecimiento es el objetivo final por el que existe el Universo y una tarea que exige toda nuestra habilidad, sacrificio y esfuerzo por la paz y felicidad eternas? [énfasis añadido].
Hablando en términos históricos, el largo período cubierto por las apariciones del conde Saint-Germain fue lo suficientemente importante para hacer que el antiguo orden de la Gran Logia tuviera un testigo propio en el lugar, cuando las naciones europeas peleaban entre sí extendiendo sus posesiones extranjeras y la ancestral tiranía de la religión dogmática era desafiada por el avance en ciencia física. Además, este fue el período que marcó el comienzo de la Revolución Francesa, seguido por las Guerras Napoleónicas y las causas de ese proceso en la nación gala son bien conocidas para ser enumeradas aquí. Basta con recordar la decadencia en la sociedad francesa de clase alta y el fracaso general en reconocer el deber respecto de las llamadas clases bajas, a las que la nobleza había explotado durante tanto tiempo.
Cuando el Conde llegó a París en 1757 y con su reputación de hombre milagroso, Luis XV le proporcionó un laboratorio para su trabajo alquímico y científico. El rey lo trató con respeto nombrándolo su enviado confidencial a otros tribunales europeos. Sin embargo, tales delegaciones no tuvieron éxito en su propósito debido a la debilidad del Rey, quien no pudo controlar a sus Ministros cuando se opusieron a la mediación del conde.
La condesa d'Adhemar, amiga íntima de la reina María Antonieta y conocida por Saint-Germain, nos dejó sus memorias de las cuales algunos extractos fueron traducidos y publicados en The Theosophist para septiembre de 1884. Esta obra brinda una descripción de las circunstancias que impidieron que el conde cambiara el curso de la Revolución Francesa antes de que el Reinado del Terror se precipitara con todos sus horrores. Según este relato, varios años antes a la caída de la Bastilla -con lo cual comenzó la Revolución- el Conde regresó a París tras una larga ausencia, cuando Luis XVI estaba en el trono, y a través de la condesa d' Adhemar buscó tener una entrevista secreta con la reina. En ese encuentro Saint-Germain informó brevemente a la monarca del peligro que se avecinaba y le pidió que persuadiera al rey para que lo recibiera confidencialmente y sin demora.
Sin embargo, el rey era demasiado débil para actuar por su cuenta y convocó para una consulta a Maurepas, su principal consejero. Este último, un cortesano ambicioso y malo en un período tan crítico, después de ver al Rey llamó a la condesa d'Adhemar para obtener más detalles sobre la entrevista del conde con Maria Antonieta y preguntar sobre su paradero a fin de organizar su arresto. La condesa cuenta lo siguiente, mientras conversaba con Maurepas:
"Nuestra atención se desvió por el ruido que hacía la puerta de mi habitación al abrirse (…) ¡Era el conde de Saint-Germain quien entraba! Se me escapó un grito, mientras monsieur Maurepas se levantó apresuradamente, y debo decir que su semblante cambió un poco. Y el taumaturgo, acercándose a él, dijo:
'Señor conde de Maurepas, el Rey lo convocó para darle un buen consejo y usted sólo piensa en mantener su propia autoridad. Al oponerse a que yo vea al monarca, ustedes están perdiendo la monarquía porque sólo tengo un tiempo limitado para dar a Francia, y ya que el plazo terminó, no volveré a ser visto aquí hasta después que tres generaciones consecutivas hayan ido a la tumba. He dicho a la reina todo lo que se me permitió expresarle y mis revelaciones al rey hubieran sido más completas; desafortunadamente usted intervino entre su Majestad y yo. No tendré nada que reprocharme cuando una horrible anarquía arrase toda Francia (...)”.
La condesa continúa: “Tras haber hablado así sin respirar, monsieur Saint-Germain se volvió hacia la puerta, la cerró y desapareció". Y con él también se esfumó la esperanza de salvar a Francia, porque el jefe de una poderosa monarquía absoluta se sentía demasiado débil para actuar por el bien de su país sin el consentimiento de sus ministros astutos.
María Antonieta era una persona por quien el conde tenía especial respeto y simpatía. Se dice que sin darse a conocer a ella, de vez en cuando le enviaba comunicaciones como su "asesor misterioso", advirtiéndola de peligros contra los que debía protegerse. Uno de esos mensajes destinados luego de su intento fallido para reunirse con el Rey contenía el vaticinio de la terrible tormenta e increíble locura que seguirían, lo cual había sido su intención de explicar a Luis XVI induciéndole a actuar oportunamente.
Posterior a la toma de la Bastilla en 1789 y cuando se selló el destino de Francia, el conde en una entrevista secreta explicó las limitaciones de su posición a la condesa d' Adhemar con las siguientes palabras:
"Ya se lo escribí y no puedo hacer nada, pues mis manos están atadas por una más fuerte que yo. Hay períodos cuando es imposible retirarse, otros cuando Él se ha pronunciado y se ejecutará el decreto. Y estamos entrando en esto”.
[Nota: para que ningún teósofo de mente cristiana u otros consideren este pasaje como una "referencia a Jesús", sabemos por el príncipe Karl von Hesse -al que se hace referencia a continuación y al cual Saint Germain conocía de cerca- que este último "no fue en modo alguno adorador de Jesucristo" y que sus comentarios sobre el Mesías fueron considerados "ofensivos" por el príncipe, lo que resultó en que Saint Germain prometió no volver a discutir el tema con él. En la entrada del “Theosophical Glossary” para “St. Germain", H.P.B. cuenta que algunas personas informaron que el conde “reclamó intimidad personal 'con el Salvador y sus doce apóstoles'” y concluye que "tenemos buenas razones para saber que St. Germain nunca podría haber pretendido 'intimidad personal' con el Salvador". La "buena razón" para ello no se divulga, pero la redacción indica un conocimiento directo por parte de Blavatsky y sus Maestros Adeptos con respecto a los hechos reales acerca de St. Germain y Jesús. El pronombre "Él" mencionado por el conde probablemente se refiere a un Maestro de grado y rol aún más elevado que el suyo y tal vez incluso a ese Ser descrito en el artículo “El Ser Maravilloso y la tierra misteriosa de Shambhala”].
Más tarde la Reina recibió una nueva comunicación de su "misterioso consejero" en la que dijo: "Ya no se trata de virar el rumbo, sino de enfrentarse a la tormenta con una energía atronadora".
Luis XVI fue decapitado en enero de 1793 tras un simulacro de juicio y en octubre del mismo año la Reina también fue juzgada y guillotinada inmediatamente después. La condesa d'Adhemar registra que Saint-Germain estaba presente en París al momento de la ejecución de la Reina y ésta no negó la esperanza en su "misterioso consejero" al enfrentarse a la prueba de un enjuiciamiento y muerte atroces con una "energía atronadora".
Thomas Carlyle, en su “French Revolution”, da testimonio de la dignidad y calma con que se mantuvo la Reina hasta el final e inconsciente de la influencia superior ejercida sobre ella para aliviar la trágica situación de sus últimos días.
Lo siguiente, que continúa a partir de este punto, es el extracto de un artículo de la serie "Great Theosophists", titulado "The Count de St. Germain" en la revista "Theosophy" (noviembre de 1938) publicada por la Logia Unida de Teósofos en Los Angeles (EE.UU.):
Fiel a su palabra, St. Germain se apareció a la condesa d'Adhemar en cinco ocasiones: en la decapitación de la Reina; el 18° Brumario; el día siguiente a la muerte del Duque d'Enghien en 1804; en enero de 1813; en la víspera del asesinato del duque de Berri en 1820, y presumiblemente la sexta ocasión fue el día en que murió d'Adhemar en 1822.
¿Qué pasó con el conde St. Germain luego de esa fecha? ¿Acaso, como pregunta Andrew Lang, “murió en el palacio del príncipe Karl von Hesse en torno a 1780-85"? ¿Se escapó de la prisión donde Grosley creyó haberlo visto durante la Revolución Francesa? ¿Conocía a Lord Lytton alrededor de 1860? Quién sabe... Uno de los Maestros habló del "benévolo príncipe alemán desde cuya casa y en su presencia él (St. Germain) hizo su última partida a casa".
En la última década del siglo XVIII, St. Germain contó sus planes futuros a su amigo austriaco Franz Graeffer, diciendo:
"Me voy mañana por la noche. Soy muy requerido en Constantinopla y luego en Inglaterra para preparar dos nuevos inventos que usted tendrá en el próximo siglo: trenes y barcos de vapor. Hacia el final de este siglo desapareceré de Europa y me iré a la región del Himalaya. Voy a descansar y debo hacerlo. Exactamente en 85 años la gente volverá a fijarse en mí. Adiós" (Kleine Wiener Memoiren).
Estas palabras fueron pronunciadas en 1790. Ochenta y cinco años a partir de esa fecha nos llevan a 1875. ¿Qué papel jugó Saint-Germain en el Movimiento Teosófico del siglo pasado? ¿Qué rol desempeñará en el presente siglo?
[Nota: la declaración de Franz Gräffer es de particular relevancia para los estudiantes de Teosofía. Si hubiera sido escrita después que el Movimiento Teosófico moderno se fundara en 1875 por H.P. Blavatsky y asistida por William Q. Judge y Henry Olcott, se podría argumentar fácilmente que Gräffer fue un teósofo que "inventó esta cita" para hacer que Blavatsky y su trabajo parecieran más importantes y legítimos -incluyendo sus menciones de la Hermandad Transhimaláyica- , pero éste no es el caso. Gräffer publicó esas palabras en 1843, 32 años antes de la fundación del Movimiento y mucho antes de que el mundo oyera sobre Blavatsky y quien sólo tenía 12 años en ese momento. Cabe señalar, sin embargo, que H.P.B. y sus cofundadores nunca afirmaron que Saint Germain era uno de los Maestros e Inspiradores que trabajaron tras bambalinas para el referido grupo. Eso no significa que no desempeñara funciones, pero tampoco existe evidencia disponible para respaldarlo o incluso implicar esa instancia. Si efectivamente las palabras citadas por Gräffer son una cita precisa, se observará que Saint Germain dijo: "Exactamente en 85 años la gente volverá a poner los ojos en mí”, y esto no sugiere que trabajara sin ser visto tras la escena, sino a ser percibido públicamente cuando volviera a actuar en el mundo. Algunos han tomado este detalle para implicar que la Blavatsky interior pudo haber sido el mismo gran Adepto oriental que ocupó el cuerpo y la persona conocida como "Saint Germain" y operando a través de ellos. Este puede no ser el caso en absoluto; sin embargo, es cierto que la H.P.B. real e interna fue un gran Adepto oriental como se muestra mediante numerosas referencias en el texto “¿Quién es usted, Madame Blavatsky?”, y a diferencia de algunos de sus autoproclamados "sucesores", ella se adhirió estrictamente a la sabia regla oculta de nunca divulgar detalles sobre ninguna de sus encarnaciones anteriores].
Blavatsky dio una sugerencia críptica del momento en que volvería a aparecer:
“El conde de St. Germain fue sin duda el mayor adepto oriental que Europa ha visto en los últimos siglos. Pero este continente no lo conoció. Tal vez algunos lo puedan reconocer en la próxima Terreur que afectará a toda Europa cuando llegue, y no a un sólo país".
¿Fue el evento del que ella habló la última gran guerra, o es que aún el verdadero “Terror” todavía está ante nosotros?
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SAINT-GERMAIN EN LA NEOTEOSOFÍA Y EL MOVIMIENTO "NUEVA ERA"
Este artículo no es de ninguna manera un estudio o exposición completos sobre el conde Saint-Germain, pues eso requeriría un libro entero y de hecho se han escrito varios, algunos buenos, otros malos y también una mezcla de ambos.
Sin embargo, no podemos concluir esta relación sin mencionar brevemente los múltiples usos y abusos del nombre y el carácter de St. Germain en la espiritualidad popular de la Nueva Era actual.
Esto comenzó en la década de 1930 cuando Guy Ballard, estafador estadounidense con una larga historia de fraudes, publicó un libro en que pretendía haber conocido al “Maestro Ascendido Saint-Germain" bajo una forma materializada temporalmente en el Monte Shasta californiano. Ese incidente dio inicio al movimiento de los "Maestros Ascendidos" con la organización que fundó Ballard para entonces, llamada "La Actividad YO SOY".
Después de su muerte, Geraldine Innocente ("El puente hacia la libertad") y Mark y Elizabeth Clare Prophet ("El faro de la cumbre"/“Iglesia Universal y Triunfante") retomaron y desarrollaron las mismas afirmaciones y conceptos, como asimismo una pléyade de otros individuos desde oradores de alto perfil con miles de seguidores hasta psíquicos desconocidos que promulgan sus asertos y canalizaciones a audiencias insignificantes en Facebook, YouTube y otros sitios oscuros.
En el número publicado hacia febrero de 1936 de "Theosophy", cuando los Ballard y su grupo ganaban popularidad, influencia y riqueza, se difundió un artículo titulado "St. Germain in Masquerade" en el cual y entre otros aspectos los asociados de la L.U.T. escribieron:
“Puede que no sea difícil ver algunas razones por las que ese caballero cortesano y alto adepto del siglo XVIII debería haberse convertido en objeto de explotación espiritista del siglo XX y la publicidad comercial. Por un lado, y como a los estadounidenses siempre gustan de los superlativos, 'él fue el Adepto más grande que ha visto Europa durante los últimos siglos' y además está lo suficientemente cerca con tal de parecer más humano, pero también lo suficientemente próximo para ser idealizado con mucha facilidad. La historia general, sin saber nada de Adeptos, lo deja en la ambigüedad de modo conveniente y las biografías sobre él están llenas de historias aventureras y descabelladas, bien adaptadas para inspirar credibilidad supersticiosa (…) Por lo tanto, un mínimo de aprendizaje sobre el hombre mismo, los Estados Unidos del siglo XVIII y la antigua Atlántida, además de un enorme grado de imaginación psíquica, están produciendo resultados muy satisfactorios para sus socios actuales. El uso de la palabra 'maestro' como carta de triunfo es inteligente, ya que sin ese vocablo el viejo espiritismo podría ser detectado fácilmente; y la sugerencia intrigante transmitida por la palabra 'ascendido' es otro as para ganarse a curiosos y crédulos.
Este último espiritismo toma prestadas sus características muy efectivas del negocio más exitoso del momento: la publicidad. El Conde St. Germain como Maestro 'Descendido' no aparece 'en persona', pero sus hábiles administradores cuentan historias que mantienen la atención general y dejan boquiabiertos a sus oyentes, y dichos relatos afirman la conexión en vidas anteriores del 'Maestro' y el administrador. Esto atrae no sólo a los que buscan curiosidad, sino también a algunos que honestamente van tras una verdad satisfactoria, y es así que los individuos que han oído hablar de Teosofía genuina y nunca la han investigado terminan siendo atraídos por señales y prodigios. Además, para la audiencia en general y reunida de forma gratuita se ofrece el atractivo adicional de la 'instrucción': ejercicios que brindan resultados 'ocultos', pruebas personales y 'experiencias' por medio de círculos avanzados selectos a los que se accede con una tarifa suficiente. En estas sesiones el 'Maestro' mismo es el 'control' y habla a través de sus 'receptores elegidos'. Piense usted en la posibilidad de escuchar su voz, y todo esto simplemente por una tarifa apropiada”.
Contrariamente a los malentendidos y la desinformación generalizados, no fue ni H.P. Blavatsky ni el Movimiento Teosófico quienes instauraron la noción de "Maestros Ascendidos".
En Teosofía se sostiene firmemente que los Maestros no son "Ascendidos", desprovistos de cuerpo y que viven en reinos superiores como "santos" o "ángeles" (según manifiestan los seguidores de esa manipulación neoerista), sino que están encarnados físicamente aquí y en cuerpos mortales pues deben realizar un importante labor en este mundo, aunque tienden a residir en lugares solitarios y alejados de las influencias a menudo tóxicas de la vida cotidiana moderna, y de ahí la sugerencia en la revista Theosophy recién citada de que el término "Ascendido" se añadió como táctica comercial en el siglo XX.
Como podría esperarse, el "Maestro Ascendido Saint-Germain" es muy diferente del personaje real e histórico.
Los creyentes en estos maestros ficticios y que siguen a Guy Ballard pronuncian el nombre de ese Adepto como Saynt Jermayne, pero no está claro si se debe a un deseo de cristianizarlo en una especie de neosanto o simplemente por falta de familiaridad con la fonética francesa.
Muchos de nuestros lectores probablemente ya conozcan imágenes o retratos de esta entidad ficticia que son producidos y distribuidos (generalmente a cambio de dinero) por creyentes en los "Maestros Ascendidos", como también la naturaleza generalmente muy cristianizada y astral/psíquica de "sus" enseñanzas y algunos conceptos y prácticas claramente antiteosóficas como el uso de la “Llama Violeta de Saint-Germain" en "decretos" verbales ultrarrápidos como medio de "quemar el Karma negativo" para evitar y eliminar el sufrimiento futuro que uno ha creado kármicamente para sí mismo.
Los acólitos de este movimiento señalan que cuando uno ha eliminado con éxito el 51% de su “acopio kármico” a través de la Llama Violeta, el individuo se convierte en "Maestro Ascendido". También se dice que Guy Ballard, su esposa Edna y todas las figuras de alto perfil subsiguientes en dicho sistema llegaron a ese “alto grado” después de su muerte y se unieron a un vasto y fantástico panteón presidido por "Saint-Germain” que es canalizado y adorado por miles de almas sinceras y engañadas en todo el mundo.
Sin embargo, las semillas de la obsesión neoerista actual con este supuesto "Saint-Germain" fueron sembradas por C.W. Leadbeater, miembro prominente de la Sociedad Teosófica Adyar. Junto con Annie Besant, Leadbeater fue responsable de producir una versión nueva y muy diferente de "teosofía" tras el fallecimiento de H.P. Blavatsky y William Q. Judge. Esto se ha discutido en otros artículos como "El 'cuerpo etérico' no existe", "El principio crístico o Christos", "Maitreya a la luz de la verdadera Teosofía", “La conspiración jesuita y la Iglesia Católica Romana” y “El caso Leadbeater".
Existen cuatro ramas o corrientes distintas e independientes en el Movimiento Teosófico moderno y de éstas sólo una ha aceptado y promovido la versión “teosófica” Leadbeater/Besant y que los críticos han denominado "neoteosofía" y "pseudoteosofía", es decir, la Sociedad de Adyar. Pero como esa colectividad es la más grande y conocida de todos los grupos teosóficos, las enseñanzas de este dueto se han popularizado de igual manera, incluso más que el vasto sistema original presentado por H.P.B. y William Judge, su colega y amigo más cercano.
Casi todas las innovaciones de Leadbeater/Besant fueron promovidas y perpetuadas posteriormente por su acólita y admiradora Alice Bailey (miembro de la Sociedad Adyar) en los varios libros que publicó luego de comenzar su propia organización llamada Lucis Trust.
Unos veinte años posteriores al deceso de Blavatsky, Leadbeater publicó su primera descripción sobre la apariencia y los detalles de un supuesto adepto al que llamó "Maestro R." (donde “R” designaba a Rakoczy o Racokzy) y que según él había sido previamente el Conde Saint Germain junto con muchas otras figuras históricas como Francis Bacon, Roger Bacon y Saint Alban. También afirmó haberlo "conocido personalmente" y estar en "comunicación oculta" con él.
Leadbeater y Besant describieron a este "Maestro R." como "Chohan del Séptimo Rayo", y según ellos la humanidad está entrando ahora en el período evolutivo de dicho Rayo que dicen gira en torno a la influencia de la "magia ceremonial". Escribieron que aumentará la necesidad y el poder de esa práctica y que debe fomentarse incluso en la Iglesia cristiana y en varios de los así llamados "ritos teosóficos". Esto es marcadamente antagónico a las enseñanzas teosóficas originales como se puede apreciar en “Advertencias contra la magia ceremonial”.
Por su parte, Alice Bailey repitió todo esto, pero continuó agregando que en 1925 el "Maestro R." había asumido el papel y la posición del Maha Chohan que se convertirá en “Señor de la Civilización”. De acuerdo con Bailey es "un indio de juventud eterna" y no el verdadero Maha Chohan o Adepto Budista tibetano y de gran edad del que hablan H.P.B. y los Mahatmas como Jefe de la Hermandad Transhimaláyica; de hecho la existencia del Maha Chohan real se niega en neoteosofía y es declarada “errónea”.
Una fotografía falsa que parece mostrar al "Maestro R." de pie tras H.P.B., junto con los Maestros M. y K.H., desafortunadamente se ha vuelto muy popular en línea y es utilizada por pseudoteósofos y seguidores de "maestros ascendidos", lo cual se aborda en el artículo “La foto fraudulenta”.
Bailey murió en 1949 (véase también “¿Maestro del Tíbet o sacerdote cristiano?: la verdadera inspiración tras los libros de Alice Bailey"), y pocos años más tarde Lucille Cedercrans comenzó a producir una serie de libros que describió como dictados telepáticos del "Maestro R". Sus obras son extremadamente similares en estilo, redacción, tono y contenido a los textos de Alice Bailey y así parecería más razonable asumir -especialmente si se revisa completamente “¿Maestro del Tíbet o sacerdote cristiano?”-que en realidad estaban inspirados por el mismo ser invisible que tomó el nombre y la identidad de “tibetano” o “Djwhal Khul" con el fin de difundir enseñanzas antiteosóficas.
No es difícil entender cómo la elevación a tan alta prominencia de "St. Germain” o el “Maestro R.” de Leadbeater, Besant y Bailey podría proporcionar base e inspiración para un sistema similar por parte de los Ballard y las corrientes de “Maestros Ascendidos” que comenzaron poco tiempo más tarde.
Todo esto representa un estado verdaderamente trágico y tan extendido en círculos espirituales y esotéricos que incluso podría considerarse perjudicial para el desarrollo y la evolución espiritual de la humanidad en términos correctos, pero afortunadamente cada vez más personas se están familiarizando con los hechos históricos y filosóficos. A la luz de toda esta información errónea, parece más importante que nunca llamar la atención sobre los antecedentes que proporcionó Helena Blavatsky sobre el verdadero Saint-Germain.
Cerramos con estas palabras de una carta enviada por William Judge al teósofo alemán Hubbe-Schleiden en noviembre de 1890:
“Si la filosofía de las jerarquías ocultas es correcta, entonces todas ellas deben estar abocadas a cada parte de toda la familia humana en la Tierra. Siempre he creído -y en el dictamen de H.P.B.- que St. Germain estaba tan interesado y ella me daba a entender que él no está muerto en absoluto".