25 de febrero de 2022

La Doctrina de los Avatares y el misterio sobre Buda


"La encarnación verdaderamente deífica o la doctrina del avatar constituía el misterio más grande de todos los viejos sistemas religiosos" (H.P. Blavatsky, "The Theosophical Glossary", p. 154, entrada para "Incarnations"). 

"Las declaraciones incompletas aquí dadas son fragmentos de lo que está contenido en ciertos volúmenes secretos, pero no está permitido divulgar los detalles" (H.P.B., "The Doctrine of Avataras").

"Cuanto más cercana sea la unión entre el HOMBRE como reflejo mortal y su PROTOTIPO celestial, menos peligrosas serán las condiciones externas y las reencarnaciones posteriores, de las cuales ni Budas ni Cristos pueden escapar" (H.P.B., "La Doctrina Secreta", vol. 1, p. 639).

************

En términos básicos, toda la manifestación se origina en la Mónada Universal que no es otra que el Primer Logos inmanifestado, la Primera Causa que surge de la Causa Sin Causa (Principio Divino Absoluto) cuando el Universo llega a la existencia.

Esta Mónada Universal es el Punto dentro del Círculo en simbolismo esotérico, donde ese punto es el mismo que la Monas de Pitágoras, el primer y más alto punto del Triángulo Pitagórico y al que H.P. Blavatsky llama "el LOGOS real y esotérico" ("La Doctrina Secreta" Vol. 1, p. 614).

En la misma página se afirma de modo un tanto severo pero justificado: "Quienes no pueden aprovechar la diferencia entre la mónada -Unidad Universal- y las Mónadas o Unidad manifestada -como también entre el LOGOS siempre oculto y la Palabra revelada- nunca deberían entrometerse en filosofía y mucho menos en las Ciencias Esotéricas". Se espera que a partir de los pasajes citados a continuación la distinción se haga más fácilmente.

¿Qué es la mónada humana? Se trata de un Rayo, chispa o individualización de o desde la Mónada Universal, siendo ésta última enfatizada como principio, energía y fuerza en lugar de cualquier tipo de Ser, Entidad o Persona (véase "¿Qué es el Logos en Teosofía?").

Sin embargo, la Mónada Humana no llega aquí directamente y dando un salto gigantesco desde el Primer Logos hasta los ciclos de encarnación humana en el planeta Tierra. Blavatsky explica:

“Siendo que Atma (nuestro séptimo principio) es idéntico al Espíritu universal -y el hombre uno con él en su esencia-, ¿qué es entonces la Mónada propiamente dicha? (...) Es esa chispa homogénea que se irradia en millones de rayos desde 'Siete' primigenios (...) los cinco o más bien siete Dhyani-Buddhas (...) se convierten en los creadores o emanadores de las mónadas destinadas a convertirse en humanos en ese ciclo, después de lo cual evolucionan ellos mismos -o por así decirlo se expanden en sus propios seres- como Bodhisattvas o Brahmanas en el cielo y la tierra, para convertirse finalmente en humanos simples: verdaderamente 'los creadores del mundo nacen aquí en la Tierra una y otra vez' (...) Los 'Siete Hijos de la Luz' también se llaman 'Estrellas'. La enseñanza oculta sostiene que la estrella bajo la cual nace una entidad humana permanecerá para siempre como tal durante todo el ciclo de sus encarnaciones en un Manvantara; pero esa no es su estrella astrológica porque ésta se conecta con la personalidad y la primera con la INDIVIDUALIDAD. El 'Ángel' o Dhyani-Buddha de dicha estrella será el 'Ángel' guía o simplemente el que por así decirlo preside en cada nuevo renacimiento de la mónada que es parte de su propia esencia, a pesar de que su vehículo, el hombre, puede permanecer para siempre ignorante de este hecho (...) Hay siete grupos principales de tales Dhyani-Chohans que se encontrarán y reconocerán en cada religión, ya que son los SIETE Rayos primitivos. El ocultismo enseña que la humanidad se divide en siete grupos distintos y sus subdivisiones, mentales, espirituales y físicas (...) Esto era conocido por cada Iniciado de toda época y en todos los países: 'Yo y mi Padre somos uno', dijo Jesús (Juan x. 30). Cuando en otra parte (xx., 17) señala 'asciendo a mi Padre y a vuestro Padre' significa lo que se acaba de decir. Era simplemente para mostrar que el grupo de sus discípulos y seguidores atraídos por Él pertenecía al mismo Dhyani-Buddha, 'Estrella' o 'Padre' del mismo reino planetario y división que Él (...) Son entonces los 'Siete Hijos de la Luz' -llamados por sus planetas y a menudo identificados vulgarmente con ellos-, a saber, Saturno, Júpiter, Mercurio, Marte, Venus y presumiblemente el Sol y la Luna para el crítico moderno que no va más allá de la superficie de las antiguas religiones, que según las enseñanzas ocultas son nuestros Padres celestiales o 'Padre' sintéticamente (...) los orbes visibles que proveen a nuestra Humanidad con sus características externas e internas, y sus 'Regentes' o Rectores con nuestras Mónadas y facultades espirituales" ("La Doctrina Secreta", vol. 1, p. 571-575). 

“En su primer comienzo la Mónada humana es ese Espíritu  o el Alma de esa misma estrella (Planeta). A medida que nuestro Sol irradia su luz y sus rayos a cada cuerpo en el espacio dentro de los límites de su sistema, el Regente de cada Estrella del Planeta o Mónada parental emana de sí misma la Mónada de cada Alma 'peregrina' nacida bajo de su casa y dentro de su propio grupo. Desde el esoterismo los Regentes son siete ya sea en los Sephiroth, los 'Ángeles de la Presencia', los Rishis o Amshaspends" ("Astrology and Astrolatry", publicado póstumamente).

Entonces vemos que hay siete Mónadas Primigenias, Siete Hijos de la Luz y cada mónada humana es una chispa o radiación esencial de uno de estos siete rayos. Cualquiera de los Siete que nos corresponda, constituye nuestro Prototipo divino-celestial, nuestra Estrella o Padre Monádico, Dhyani-Buddha o nuestro Logos. Estamos vinculados con él a través de cualquiera de los Siete Planetas Sagrados que le atañe específicamente, y sobre esto pueden encontrarse citas relacionadas en "Nuestros Siete Padres Divinos".

"Fija la mirada de tu Alma sobre la estrella cuyo rayo eres, la estrella llameante que brilla en las profundidades oscuras del ser eterno, los campos ilimitados de lo Desconocido" ("La Voz del Silencio", p. 31, edición original de 1889, traducido por H.P.B. del Libro de los Preceptos Dorados).

Una vez que se comprende esto, podemos apreciar más claramente la verdadera doctrina esotérica sobre los Avatares:

“En el simbolismo antiguo siempre era el SOL (aunque se suponía el de tipo espiritual, no el visible) lo que debía enviar a los principales Salvadores y Avatares, y de ahí el vínculo entre Budas, Avatares y muchas otras encarnaciones de los Sublimes SIETE ("La Doctrina Secreta", vol. 1, p. 638).

"Cuando los mortales se hayan espiritualizado lo suficiente, no habrá más necesidad de forzarlos a una comprensión correcta de la Sabiduría Antigua. Los hombres sabrán entonces que nunca hubo un gran reformador mundial y cuyo nombre haya pasado a nuestra generación, que (a) no fuera una emanación directa del LOGOS (bajo cualquier nombre en que lo conozcamos), es decir, una encarnación esencial de uno de 'los siete', del 'Espíritu divino séptuple'; y (b) que no hayan aparecido antes o durante Ciclos pasados (...) Zoroastro (...)  Krishna y Buda (...) Osiris (...) Thoth-Hermes (...) Jesús de Nazaret (...). La doctrina esotérica lo explica diciendo que cada uno de estos (como muchos otros) apareció por primera vez en la Tierra como uno de los siete poderes del LOGOS, individualizado como un Dios o 'Ángel' (mensajero); luego, mezclados con la materia, reaparecieron a su vez como grandes sabios e instructores que 'enseñaron a la Quinta Raza' después de haber instruido a las dos anteriores, gobernado durante las Dinastías Divinas y que finalmente se sacrificaron para renacer bajo diversas circunstancias por el bien de la humanidad y su salvación en ciertos períodos críticos; hasta que en sus últimas encarnaciones realmente se habían convertido 'sólo en de una parte' en la Tierra, aunque de facto el Supremo Único en la Naturaleza. Esta es la metafísica de la teogonía" ("La Doctrina Secreta", vol. 2, p. 358-359).

Desde la perspectiva más elevada todos los Avatares (literalmente "Descendientes") son Avatares del mismo Principio o Fuerza Energizante que en terminología hindú se llamaría "Maha Vishnu" y en esa religión es sinónimo de "Vishnu" y "Narayana". En su publicación póstuma "The Doctrine of Avataras" Blavatsky explica:

“Los budistas siempre han negado rotundamente que su BUDA fuera -como alegan los brahmanes- un Avatara de Vishnu en el mismo sentido que un hombre es una encarnación de su antepasado kármico.

Tal vez lo niegan en parte porque el significado esotérico del término 'Maha Vishnu' no lo conocen en su sentido completo, impersonal y general. Existe un Principio misterioso en la Naturaleza llamado 'Maha Vishnu' que no es el Dios de ese nombre, sino que contiene Bija, la semilla del Avatarismo o en otras palabras la potencia y causa de tales encarnaciones divinas. Todos los Salvadores del Mundo, Bodhisattvas y Avataras son los árboles de salvación que nacen de una sóla semilla, Bija o 'Maha Vishnu', y ya sea que se llame Adi-Buddha (Sabiduría Primitiva) o Maha Vishnu es todo lo mismo.

Como mostramos ahora, incluso en las interpretaciones distorsionadas y exotéricas de los Vedas -del Rig Veda, el más antiguo y confiable de los cuatro- se encuentra esta raíz y semilla de todos los futuros Iniciados-Salvadores que en ese texto se llaman Visvakarma, el Principio del 'Padre' y 'más allá de la comprensión de los mortales' (...) ese poder que los hindúes llaman Bija, la 'simiente única', Maha Vishnu -un poder y no el Dios- o ese misterioso Principio que contiene en Sí mismo la Semilla del Avatarismo" [citado de "Facts Underlying Adept Biographies"].

“Entendido esotéricamente, Vishnu es tanto Saguna como Nirguna (con y sin atributos). En el primer aspecto Vishnu es objeto de adoración y devoción exotéricas; en el segundo y como Nirguna es la culminación de la totalidad de la sabiduría espiritual en el Universo -Nirvana, en resumen- y tiene como adoradores todas las mentes filosóficas. En este sentido esotérico el Señor BUDA fue una encarnación de Maha Vishnu". 

Pero Blavatsky continúa diciendo que esto "es desde el punto de vista filosófico y puramente espiritual. Sin embargo, diríamos que desde el plano de la ilusión o el punto de vista terrestre los iniciados saben que Él fue una encarnación directa de uno de los primeros 'Siete Hijos de la Luz' que se encuentran en cada Teogonía: los Dhyani-Chohans cuya misión de una eternidad (eón) a la otra es velar por el bienestar espiritual de las regiones bajo su cuidado.

Por lo tanto, todos los Avataras son uno y lo mismo: los Hijos de su 'Padre' en una línea descendiente directa, el 'Padre' o una de las siete Llamas que se convierten por el momento en el Hijo, y estos dos siendo Uno en la eternidad. Existe un gran misterio en tales encarnaciones y están fuera y más allá del ciclo de renacimientos generales.

Los renacimientos se pueden dividir en tres clases: las encarnaciones divinas llamadas Avataras; los Adeptos que abandonan el Nirvana por ayudar a la humanidad -Nirmanakayas- y la sucesión natural de renacimientos para todos, el 'derecho consuetudinario'.

El Avatara es una apariencia que puede denominarse una ilusión especial dentro del artificio natural que reina en los planos bajo el dominio de ese poder o Maya; el Adepto renace conscientemente, a su voluntad y placer, mientras que las unidades del rebaño común siguen inconscientemente la gran ley de la evolución dual.

¿Qué es un Avatara? Para que el término sea utilizado primero debe entenderse bien. Es un descenso de la Deidad manifestada -ya sea bajo el nombre específico de Shiva, Vishnu o Adi-Buddha- hacia una forma ilusoria de individualidad, una apariencia que para los humanos en este plano ilusorio es objetiva, pero no es así en la práctica. Esa forma ilusoria que no tiene pasado ni futuro porque no tuvo encarnación previa ni renacimientos posteriores, no tiene nada que ver con el Karma que por lo tanto no tiene control sobre él".

Ese último párrafo es particularmente interesante y de relevancia. Al decir que la apariencia del plano físico o forma de un Avatar encarnado en realidad no es realmente "objetivo", ¿quiere decir H.P.B. que el cuerpo físico de Aquél no es tangible después de todo, sino que sólo lo parece para los no iniciados? ¿O en términos sencillos podría estar señalando que todos los cuerpos físicos no son técnicamente "objetivos" pues lo que tendemos a llamar "materia física" es fundamentalmente vibratoria y energética?

De cualquier manera no se dan detalles sobre esto, pero sí respecto a que el Avatar encarnado no tiene pasado, futuro, reencarnación previa, encarnación futura ni Karma. ¿Y cómo?

"Un Avatara (...) como ya se dijo es una apariencia ilusoria, sin karma y que nunca antes había encarnado (...) Un Avatara es el descenso de un Dios a una forma ilusoria (...) Existe un gran misterio en tales encarnaciones y están fuera y más allá del ciclo de renacimientos generales. Los renacimientos se pueden dividir en tres clases: las encarnaciones divinas llamadas Avataras; los Adeptos que abandonan el Nirvana por ayudar a la humanidad -Nirmanakayas- y la sucesión natural de renacimientos para todos, el 'derecho consuetudinario' (...) La teoría del renacimiento debe ser expuesta por los ocultistas y luego aplicada a casos especiales y la comprensión correcta de este hecho psíquico se basa en una visión correcta sobre ese grupo de Seres celestiales que universalmente se llaman Siete Dioses o Ángeles Primigenios -nuestros Dhyan-Chohans-, los 'Siete Rayos o poderes primarios' adoptados más tarde por la religión cristiana como los 'Siete Ángeles de la Presencia'".

La autora continúa: "El lector ahora puede obtener una comprensión más clara de todo el asunto. También verá lo que significan los 'Vigilantes' ya que hay uno situado como Guardián o Regente sobre cada una de las siete divisiones o regiones de la Tierra según las antiguas tradiciones, ya que hay uno para vigilar y guiar a cada uno de los catorce mundos o Lokas.

Pero no es con ninguno de estos ['Vigilantes'] lo que nos preocupa en este momento, sino con los llamados 'Siete Alientos' que proporcionan al hombre su Mónada inmortal en su peregrinación cíclica. El comentario en el Libro de Dzyan dice:

Al descender primero a su región como Señor de la Gloria, la Llama (o Aliento) habiendo sido llamado a la existencia consciente como la más alta de las Emanaciones de esa región especial, asciende de nuevo a Su asiento primigenio desde donde vigila y guía Sus innumerables Rayos (Mónadas). Elige como Sus Avataras sólo a aquéllos que tenían las Siete Virtudes en ellos en su encarnación anterior, y en cuanto al resto eclipsa a cada uno con uno de sus innumerables Rayos (...) Sin embargo, incluso el 'rayo' es parte del Señor de Señores.

Si algo de esto parece poco claro, vuélvase a leer cuidadosamente las citas de "La Doctrina secreta" en la primera parte de este artículo y debería comenzar a tener más sentido.

Cada uno de los Siete Hijos de la Luz/Siete Rayos/Siete Dhyani-Budas (o cualquier otro nombre apropiado) desde “Su asiento primigenio (...) vigila y guía a sus innumerables rayos" en la Tierra, es decir, esas Mónadas Humanas en particular que emanaron de ese Uno en particular de los Siete. Un Avatar es una encarnación de Uno de los Siete y, cuando eso sucede el "vehículo" que elige es siempre una de esas Mónadas que pertenecen a AQUÉLLO y que es de Su propia esencia.

"Supongamos que una persona durante su ciclo de encarnaciones es seleccionada para propósitos especiales -donde el recipiente está suficientemente limpio- por su Dios personal, la Fuente Principal (en el plano de lo manifestado) de su Mónada que se convierte así en su habitante interno. Que Dios, su propio antetipo o 'Padre en el cielo' en un sentido no es sólo la imagen en que está hecho el hombre espiritual, sino que en el caso que estamos considerando es ese Ego espiritual e individual, y éste es un caso de Teofanía permanente y vitalicia.

Tengamos en cuenta que esto no es ni Avatarismo -como se entiende en la filosofía brahmánica- ni el hombre así seleccionado tampoco es un Jivanmukta o Nirvani, sino un caso totalmente excepcional en el ámbito del misticismo. El individuo puede o no haber sido Adepto en sus vidas anteriores; hasta ahora él es simplemente un individuo puro y espiritual en extremo o alguien que fue todo eso en su nacimiento anterior si el recipiente así seleccionado es el de un bebé recién nacido".

En cuanto al Avatar sin karma, H.P.B. explica esto más adelante en "The Mystery of the Buddha":

"Tales 'Hijos de Luz' o Dhyani-Buddhas son Dharmakayas de Manvantaras anteriores que han cerrado sus ciclos de encarnación en el sentido ordinario y que sin tener Karma se han despojado de sus Rupas individuales e identificado con el primer Principio. De ahí la necesidad de un Nirmanakaya sacrificial, listo para sufrir las fechorías o errores del nuevo cuerpo en su peregrinación a la Tierra sin ninguna recompensa futura en el plano de progresión y renacimiento, ya que no hay renacimientos para él en el sentido ordinario".


No obstante, esta afirmación puede parecer aún más confusa ya que implica “la necesidad de un Nirmânakâya sacrificial” cuando se lleva a cabo un descenso avatárico y mientras que el propio Nirmânakâya es distinto del “recipiente de personalidad” del no-adepto potencial al que se hizo referencia. Posiblemente el diagrama anterior pueda ayudar a aclarar esto, como también el ejemplo dado sobre Adi Shankaracharya, el fundador o codificador de la forma de hinduismo Advaita Vedanta en "The Mystery of Buddha":

"El misterio de Buda (...) Gautama (...) cincuenta años después de su muerte 'el gran Maestro' y habiendo rechazado Dharmakaya y Nirvana se sintió complacido de renacer para fines de Karma y filantropía. Para él la muerte no había sido tal (...) La conmoción del deceso fue suprimida y como muchos otros Adeptos arrojó la espiral mortal, dejó que se incinerara con tal que sus cenizas sirvieran como reliquias, y comenzó la vida interplanetaria revestido en Su cuerpo sutil. Él renació como Shankara, el mayor maestro vedántico de India (...) ¿Era entonces Shankaracharya Gautama Buda bajo una nueva forma personal? Tal vez sólo pueda desconcertar más al lector si decimos que había un Gautama 'astral' al interior del Shankara exterior, cuyo principio superior o Atman era sin embargo su propio prototipo divino: el 'Hijo de la Luz'; ciertamente, el hijo celestial nacido de la mente de Aditi (...)".

"De vez en cuando, Él como Gautama 'astral' se asocia de una manera muy misteriosa -y para nosotros bastante incomprensible- con Avataras y grandes santos y trabaja mediante ellos, de los cuales se nombra a varios. Por lo tanto, se afirma que Gautama Buda reencarnó en Shankaracharya (...) El Ego 'Astral' de Gautama -o más bien su Bodhisattva- puede haberse asociado de alguna manera misteriosa con Shankaracharya. Quizás era el Ego (Gautama) bajo un revestimiento nuevo y mejor adaptado, el de un brahmán del sur de India (...)". 

"Shankara fue un Avatara en el sentido completo del término. Según Sayanacharya, el gran comentarista de los Vedas, Él mismo debe ser considerado como Avatara o encarnación directa de Shiva -el Logos o Séptimo Principio de la Naturaleza. En La Doctrina Secreta Sri Shankaracharya es considerado como la morada de una Llama durante los treinta y dos años de su vida mortal, el más sublime de los Seres Espirituales manifestados, uno de los Siete Rayos Primordiales".

Como vimos hace un momento, los Siete Rayos, Hijos de la Luz o Dhyani-Budas son tan sublimes, refinados y divinos que no tienen Ego ni Karma. En un ciclo de evolución inimaginablemente lejano de hace incontables eones deben haber pasado por un equivalente de la etapa humana (ya que esto es una necesidad según la Teosofía), tuvieron un Ego reencarnante individual y acumularon Karma, pero ahora Su situación es diferente. 

Ellos "se han identificado con el primer Principio" y en consecuencia aunque pueden descender como una encarnación avatárica requieren de un Ego o "Yo" durante la encarnación, una individualidad espiritual a través de la cual Su poder e influencia divinos pueden fluir a este plano. Por esto Blavatsky dice "de ahí la necesidad de un Nirmanakaya de sacrificio".

Los Nirmanakayas, también conocidos como Bodhisattvas, son Adeptos e iniciados de alto rango que forman parte de la Gran Logia o Hermandad que guía y vigila la evolución espiritual de la humanidad. Eligieron renunciar al Nirvana para permanecer con la humanidad con fines de ayuda, orientación y enseñanza. Algunos casi siempre están encarnados físicamente -como aquéllos que los teósofos llaman "Maestros" y Mahatmas- mientras que otros pueden pasar gran parte de su tiempo ayudando desde otros planos. Se puede leer más en "Nirvana, Parinirvana y Eternidad", "El aspecto mortal e inmortal en los Maestros" y "Nirmanakayas: su grandeza y función en esoterismo". 

En la página 97 de "La Voz del Silencio" Blavatsky señala: "La escuela esotérica enseña que Gautama Buda, con varios de sus Arhats, es un Nirmanakaya tal y más elevado que ningún otro a causa de la gran renunciación y sacrificio por la humanidad".

En la rara oportunidad de una encarnación avatárica, es un Nirmanakaya quien "interviene" para servir como entidad intermediaria entre el Dhyani-Buddha y el yo y cuerpo personales que se eligieron; por lo tanto, podría describirse como una "operación triple". Ciertamente hay muchos Nirmanakayas/Bodhisattvas, pero según la Escuela Esotérica del Transhimalaya o Yogacharya Gautama Buda es el más elevado, y del mismo modo los textos Yogacharya públicamente conocidos se refieren a él como "Nirmanakaya Supremo".

La entrada del "Theosophical Glossary" para "Bhadrakalpa" explica que este Buda, conocido también como Shakyamuni, Tathagata y una miríada de otros apodos, en términos ocultos se denomina "Cuarto Buda" y "Quinto Buda", quien representa el "Buda jefe" de toda la Cuarta Ronda y también el "Buda principal o Reformador de la actual Quinta Raza-Raíz dentro de la Cuarta Ronda. Aparte de su encarnación específica hace 2.600 años como Gautama Buda, "aparece también en las siete subrazas [esta Quinta Raza, de la cual todavía estamos sólo en la quinta subraza] como Bodhisattva".

Esto ahora puede aclarar lo que se citó anteriormente de "The Mystery of Buddha" sobre la reencarnación Gautama-Bodhisattva-Nirmanakaya en Adi Shankaracharya. Y nótese la redacción: "Gautama Buda se reencarnó en Shankaracharya" (NO "como").

Del mismo artículo citamos: “El Bodhisattva se queda atrás para continuar el trabajo del Buda en la Tierra. Es entonces dicho Bodhisattva el que puede haber brindado los principios más bajos en el cuerpo de aparición de Shankaracharya, el Avatara".

“Shankaracharya tenía fama de ser Avatara, una afirmación en que la escritora cree implícitamente, pero que por supuesto otras personas tienen libertad de rechazar. Y como tal, tomó el cuerpo de un bebé brahmán recién nacido en el sur de India [Nota: por tanto, el Avatar no pasó a través del útero, ¿y cómo podría hacerlo a la luz de lo que realmente es?] y se dice que ese cuerpo fue animado por los restos personales-astrales de Gautama por razones tan importantes como misteriosas para nosotros. Este No-Ego divino eligió como su propio Upadhi (base física) el Ego humano y etéreo de un gran Sabio en este mundo de formas como el vehículo más apto para que el Espíritu desciendiera a su interior (...) Por lo tanto y cuando una vez que aceptamos tal posibilidad, está más cerca de la verdad decir que el Gautama 'astral' o Nirmanakaya fue el Upadhi del espíritu de Shankaracharya en lugar de que este último fuera una reencarnación del primero (...) Evidentemente, cuando tiene que nacer un Shankaracharya cada uno de los principios en el humano mortal manifestado debe ser el más puro y fino que existe en la Tierra, y en consecuencia los principios que una vez estuvieron unidos a Gautama -quien fue el gran predecesor directo de Shankara- fueron atraídos por él de modo natural pues la economía de la Naturaleza prohibió la reevaluación de principios similares del estado tosco (...) De este modo, la forma correcta de representar la verdad sería decir que los diversos principios del Bodhisattva o Gautama Buda que no fueron al Nirvana se reunieron para formar los componentes intermedios de Shankaracharya, la Entidad terrenal".

Pero no debe suponerse de esto que las únicas veces que Gautama Buda "reencarna" son parte del descenso de un Avatar como en el caso que se acaba de describir.

Blavatsky también insinúa de modo patente en "The Mystery of Buddha" que Yeshua o Jesús -quien apareció unos 500 años después- en un sentido u otro fue otra encarnación de esta misma Gran Alma y como una cuestión de necesidad kármica individual en lugar de una encarnación avátarica sin karma: "Los estudiantes de filosofía esotérica ven en el sabio nazareno un Bodhisattva con el espíritu del mismo Buda en él".

En un artículo posterior llamado "'Reincarnations' of Buddha" el relato continúa así: "Las lamaserías tibetanas contienen muchos volúmenes secretos y semisecretos que detallan las vidas de grandes sabios. Muchas de las declaraciones contenidas en ellos se confunden deliberadamente y en otras el lector se desconcierta, a menos que se dé una pista, mediante el uso de un nombre para abarcar a muchas personas que siguen la misma línea de enseñanza (...) En uno de estos libros (...) se dice que Shankaracharya a la edad de treinta y tres años y cansado de su cuerpo mortal, 'lo pospuso' en la cueva donde había entrado y que el Bodhisattva que sirvió como su personalidad inferior fue liberado 'con la carga de un pecado sobre él que no había cometido'. Al mismo tiempo se agrega: 'A cualquier edad uno abandona su cuerpo exterior por libre albedrío, y en ese momento se le hará tener una muerte violenta contra su voluntad en su próximo renacimiento'".

Cualquier persona que tenga cierta familiaridad con los relatos sobre la vida de Jesucristo sabe que de acuerdo con las crónicas éste murió de modo violento a la edad de 33 años. Con esto en mente, léase otra vez el párrafo anterior y podrá aparecer una luz.

"Ahora bien, Karma no podía retener 'Maha Shankara' (como se llama a Shankara en el trabajo secreto), como si en calidad de Avatara no tuviera un Ego propio, sino un Bodhisattva, una víctima sacrificial voluntaria (...) Se cuenta que unos siglos más tarde, Buda intentó una nueva encarnación en * * * *, y nuevamente cincuenta años tras el fallecimiento de este Adepto, en uno cuyo nombre se llama Tiani-Tsang. ¿Acaso 'Tiani-Tsang' significa Apolonio de Tyana? Esta es una simple suposición. Algunas cosas en la vida de ese Adepto parecerían coincidir con la hipótesis y otras irían en contra de ella".

Los asteriscos anteriores utilizados por H.P.B. representa un método de los Iniciados para evitar la revelación explícita de ciertos detalles que los Maestros requieren que se mantengan en secreto, pero también se emplean como un tipo de "pista oculta" para incitar a los discípulos intuitivos con tal de encontrar la respuesta.

Como alta Iniciada, Blavatsky sabía exactamente si Apolonio era o no la reencarnación de Jesús, pero como no se le permitió declararlo directa e inequívocamente lo redacta de esa forma para evitar que el lector se concentre demasiado en el detalle. En este sentido los párrafos finales de "The Doctrine of Avataras" pueden resultar particularmente interesantes:

"Gautama BUDA dijo '¡déjenme sufrir y cargar con los pecados de todos [reencarnar en una nueva miseria], pero que el mundo se salve!', una exclamación cuyo significado real es poco entendido ahora por sus seguidores. 'Si quisiera que él se demore hasta que yo venga, ¿qué es eso para ti?', pregunta el Jesús astral de Pedro. 'Hasta que venga' significa 'hasta que me reencarne nuevamente' en un cuerpo físico.

Sin embargo, el Cristo del viejo cuerpo crucificado realmente podía decir: 'Estoy con mi Padre y soy uno con Él', lo que no impidió que el astral volviera a tomar forma ni que Juan se demorase hasta que su Maestro viniera, ni obstaculizar a éste de no reconocerlo cuando llegó o de oponerse a él. Pero en la Iglesia ese comentario generó la idea absurda del milenarismo o quiliasmo en su sentido físico.

Desde entonces el 'Hombre de los Dolores' ha regresado tal vez en más de una ocasión y desconocido por sus seguidores ciegos. También desde ese momento este gran 'Hijo de Dios' ha sido incesante y cruelmente crucificado a diario y cada hora por las Iglesias fundadas en su nombre, pero los Apóstoles, apenas iniciados a medias, fracasaron al aguardar por su Maestro y al no reconocerle lo rechazaron cada vez que regresó".

Luego Blavatsky traduce un pasaje de uno de los volúmenes secretos a los que se había referido:

"Nació cincuenta y dos años muy tempranamente como Shramana Gautama, hijo del rey Zastang; luego se retiró cincuenta y siete años demasiado pronto como Maha Shankara que se cansó de su forma externa. Este acto deliberado despertó y atrajo al Rey Karma quien mató la nueva forma de * * * a los treinta y tres años, la edad del cuerpo que fue pospuesto [Comentario: A cualquier edad uno pospone su cuerpo exterior por libre albedrío, y en ese momento se le hará morir en su próxima encarnación contra su voluntad]. Murió en su siguiente (cuerpo) a los treinta y dos años y un poco más, y de nuevo en el siguiente a los ochenta -un Maya, y a los cien en realidad. El Bodhisattva eligió Tiani-Tsang y después el Sugata otra vez se convirtió en Tsong-Kha-pa quien devino así en Dezhin-Shegpa [Tathagata -'alguien que sigue el camino y la manera de sus predecesores']. El Bendito podría hacer el bien a su generación como * * *, pero nada a la posteridad y así como Tiani-Tsang se encarnó sólo por los 'restos' [de su Karma precedente, tal como lo entendemos]. Las Siete Vías y las Cuatro Verdades se ocultaron una vez más de la vista. El Misericordioso limitó desde entonces su atención y cuidado paternal al corazón de Bodyul, el vivero para las semillas de la verdad. Desde ese momento los benditos 'restos' han eclipsado y descansaron en muchos cuerpos sagrados de Bodhisattvas humanos".

Por cierto, "Bodyul" o "Bod-yul" es un nombre para el Tíbet. Otra indicación de que Tiani-Tsang era de hecho Apolonio de Tyana se encuentra en otro artículo de Blavatsky publicado de modo póstumo y titulado simplemente "Appollonius de Tyana" donde tenemos lo siguiente:

"Nadie puede decir dónde o cuándo nació Apolonio, y todos ignoran por igual la fecha y el lugar en que murió. Algunos piensan que tenía ochenta o noventa años en el momento de su deceso y otros que tenía cien o incluso ciento diecisiete. Pero nadie puede asegurarlo ya sea que terminara sus días en Éfeso en el año 96 d. de C. como dicen algunos, si el evento tuvo lugar en Lindus en el templo de Pallas-Athene, si nuevamente desapareció del templo de Dictynna, o según otros no murió del todo pues a los cien años renovó su vida por Magia y siguió trabajando para beneficio de la humanidad. Sólo los Registros Secretos han tomado nota de su nacimiento y posterior carrera; pero entonces '¿quién habría creído en ese informe?'

Todo lo que sabe la historia es que Apolonio fue el entusiasta fundador de una nueva escuela de contemplación. Quizás menos metafórico y más práctico que Jesús, inculcó no obstante la misma quintaesencia de espiritualidad, las mismas elevadas verdades morales. Se le acusa de haberlas confinado a las clases altas de la sociedad en lugar de hacer lo realizado por Buda y Jesús al predicarlas a los pobres y afligidos. Sobre sus razones para actuar de una manera tan exclusiva es imposible juzgar en una fecha tan tardía, pero la ley kármica parece estar mezclada con ella. Como se nos dice que nació entre la aristocracia, es muy probable que deseara terminar el trabajo que su predecesor había deshecho en esta dirección particular y buscó ofrecer 'paz en la tierra y buena voluntad' a todas las personas y no sólo al paria y criminal. Por lo tanto, se asoció con los reyes y poderosos de la época".

Volviendo al comentario esotérico la autora escribe: “No se brinda más información y menos aún hay detalles o explicaciones que se pueden encontrar en el volumen secreto. Todo es oscuridad y misterio en él porque evidentemente está escrito sólo para aquellos que ya están instruidos. Se colocan varios asteriscos flamígeros en lugar de nombres y los pocos datos dados se separan abruptamente. La clave del enigma se deja a la intuición del discípulo, a menos que los 'seguidores directos' de Gautama Buda -'aquéllos a quienes Su Iglesia negará en el próximo ciclo' - y de Shankaracharya estén complacidos de agregar más".

La información final sobre el tema se explica así: “La primera reencarnación de Buda fue producida por Karma y lo llevó más alto que nunca; los dos siguientes fueron 'por compasión' y * * * 'y una traducción adicional de los volúmenes secretos: 'Fue por aquéllo, nacido por piedad, que el Todo Glorioso tuvo que retirarse a ______ y luego apareció [kármicamente ] como Maha Shankara; y por compasión como _______, y nuevamente como ________ y otra vez como Tsong Kha-pa".

Es muy conocido entre los estudiantes de las enseñanzas teosóficas originales que Gautama Buda reapareciera en la Edad Media tibetana como Tsong Kha-pa, fundador de la rama Gelugpa de budismo tibetano, una academia oculta conectada con ella y parte de la Escuela y Hermandad Esotérica Transhimaláyica.

Hay dos artículos relacionados específicamente con ello en este sitio que son "El gran Tsong-Kha-Pa" y "Gelugpas, Tantra y Dalai Lamas: una historia de corrupción". Éste último incluye detalles e información importantes sobre el Dalai Lama actual que debieran ser tomados en cuenta por cualquier teósofo propenso a imaginar equívocamente que de alguna manera esa autoridad es representativa o consonante con la Teosofía y los Mahatmas.

"Todavía se afirma que este Adepto de Adeptos vive hasta hoy en su entidad espiritual como una presencia misteriosa e invisible pero abrumadora entre la Hermandad de Shamballa, mucho más allá de las cumbres nevadas del Himalaya".

Y "no sólo se puede decir que un Buda, un Shankaracharya o un Jesús animan a varias personas al mismo tiempo, sino que incluso los principios de un alto Adepto pueden estar dando vida a los tabernáculos externos de mortales comunes".

Este nuevo punto de reflexión sobre la posibilidad de encarnaciones simultáneas y múltiples de seres tan avanzados es de "The Doctrine of Avataras" y repite el mismo principio que el Mahatma K.H. una vez describió a A.P. Sinnett: "El Tchang-chub (un adepto que por el poder de su conocimiento e iluminación del alma queda exento de la desgracia de la transmigración INCONSCIENTE) puede hacerlo así a su voluntad y repetidamente o durante su vida si él desea y en lugar de reencarnarse sólo después de la muerte corporal. Tiene el poder de elegir para sí nuevos cuerpos -ya sea en este o cualquier otro planeta- mientras posee su antigua forma que generalmente conserva para fines propios. Leed el libro de Khiu-tee y encontraréis en él estas leyes. Ella [H.P.B.] podría traduciros algunos paras ya que los conoce de memoria y podéis leerle el presente mensaje. 'Jangchub' es el equivalente tibetano de la palabra sánscrita 'Bodhisattva'". 

Hemos enfatizado en otras partes de este blog que H.P.B. siempre sostuvo que los detalles, la información y el conocimiento que presentó no eran resultado de sus "percepciones clarividentes", "intuiciones" ni "ideas", sino más bien la enseñanza recibida de sus Maestros-Adeptos vivos y pertenecientes a la Hermandad con base en las regiones allende los Himalayas. Blavatsky también especificó que todo el contenido que se cita en este artículo "está tomado de las partes secretas de Kalachakra", es decir, los libros y el sistema homónimos, y no fue sino hasta un siglo después que tibetólogos e investigadores concluyeron que el "Libro Secreto de Dzyan" en que se basan ambos volúmenes de "La Doctrina Secreta" es muy probablemente el "Mula (Raíz) Kalachakra Tantra" "perdido" y ahora públicamente inaccesible. La segunda parte de "Gelugpas, Tantra y Dalai Lamas" y "El Libro Secreto de Dzyan" contienen más detalles al respecto.

Sobre estos temas de gran sacralidad, Blavatsky acota de forma pertinente que “ya no es legítimo decir nada más, porque aún no ha llegado el momento en que las naciones estén preparadas para escuchar toda la verdad. Las viejas religiones están llenas de misterios, y demostrar algunos de ellos seguramente conduciría a una explosión de odio, seguida quizás por derramamiento de sangre y aberraciones aún peores".

Después de revisar lo anterior no deberíamos imaginar que ahora un nuevo Avatar se halle en camino o adquiera una encarnación terrestre en el futuro cercano. La Teosofía lo niega específicamente pues Blavatsky afirma que "jamás podrá aparecer un nuevo Salvador de la Humanidad en el Kali yug, nuestra actual era terriblemente materialista de la Oscuridad o 'Edad Negra'" ("La Doctrina Secreta", vol. 1 , p. 470) y en uno de sus artículos dirigidos al Abbé Roca dice que “Kali-yuga, la edad negra y malvada (...) durante la cual el mundo expía los pecados de los tres yugas anteriores y para cuya ayuda ningún Avatara llegará antes de su cierre, y durará 432.000 años" ("Theosophy: Some Rare Perspectives", p. 92). 

Si vamos a tomar la cifra de 432.000 años como literal y exacta es bastante cuestionable como se puede ver en "Las Siete Yugas", pero de todos modos la Teosofía deja claro que llevamos poco más de 5.000 años y nos queda aún bastante por recorrer. 

Sin embargo, esto no debiera desmotivarnos pues al decir que "no aparecerá un nuevo Avatar" no significa que los Maestros e Iniciados que ya están con nosotros van a desaparecer. Por el contrario, se asegura que continuarán guiando y enseñando a la humanidad tanto como permitan el Karma y la Ley de los Ciclos. Esperamos así que se hayan aclarado las dudas en cuanto a la distinción entre "Avatares", "Maestros" o "Nirmanakayas". Sin embargo, el caso es que los Maestros ya han dado tanto al mundo -y por esos Avatares que vinieron- que en este momento nuestra necesidad más apremiante es estudiar y poner en práctica esas enseñanzas en lugar de buscar aún más contenidos espurios que nadie se molestará en aplicar.

Así, William Q. Judge describe a Gautama Buda como "el último de los grandes Avatares"; no "último" en el sentido de "no habrá más", sino como "el Avatar más reciente y de momento":

"El ciclo de los avatares incluye varias etapas más pequeñas. Las más grandes están marcadas por la aparición de Rama y Krishna entre los hindúes, de Menes entre los egipcios, Zoroastro entre los persas y Buda a los hindúes y otras naciones orientales. Buda es el último de los grandes Avatares y se encuentra en un ciclo mayor que el Jesús de los judíos, ya que las enseñanzas de éste último son las mismas que impartió aquél y el Mesías las tiñó con las instrucciones de Buda cuando formó a sus discípulos. Ahora está por venir otro gran Avatar que corresponde a Buda y Krishna combinados" ("El Océano de la Teosofía", p. 119-120).

Pero Buda no era Avatar en el sentido oculto y habitual del término, como es de esperar según todo lo anterior. Hasta donde es permitido, Blavatsky aclara: "Se sostiene que Gautama, aunque Avatara en cierto sentido, es un verdadero Jivanmukta humano debido a su posición por mérito personal, y por lo tanto es más que un Avatara".

Robert Crosbie, el fundador de la Logia Unida de Teósofos, obviamente conocía estas enseñanzas y en una de sus cartas publicadas en "The Friendly Philosopher" (p. 201-202) escribió:

"Usted me pregunta sobre la naturaleza y la misión del llamado 'Jesús'. Hay razones para pensar que la misión de éste fue menor, que estaba en un ciclo descendente y no se trataba tanto de revelar para cubrir las vías hacia el conocimiento oculto, para que en los siguientes tiempos de decadencia espiritual no se dejaran armas peligrosas para el uso de egoístas amorales e ignorantes; de ahí que el Mesías acentuara la ética. Esto no dice que el ser conocido como Jesús era inferior a Buda y en realidad podrían haber sido el mismo ser. La afirmación es que las 'misiones' o esfuerzos fueron de naturaleza diferente debido a los diferentes ciclos y pueblos. En ocasiones es y debe ser necesario para 'aquéllos que saben' esconder el conocimiento peligroso, así como darlo cuando llegue el momento oportuno".

NOTA: Puesto que "The Doctrine of Avataras", "The Mystery of Buddha" y "Reincarnations of Buddha" -base para gran parte de este artículo- nunca fueron publicados por H.P.B. sino sólo varios años posteriores a su fallecimiento por Annie Besant, quien tenía un prontuario de alteraciones inapropiadas sobre los escritos de aquélla (ver "'El tercer volumen' de 'La Doctrina Secreta'"), en consecuencia no deberían considerarse realmente "autoritarios". Sin embargo, los pasajes que hemos citado -además de su estilo- nos parecen perfectamente armónicos con otros textos de Blavatsky a los que se refiere en el volumen 1 de "La Doctrina Secreta", afirmando su intención de publicarlos en un tomo posterior: 

-"Véase 'Un misterio sobre Buda'" (p. 118); 
-"El principio real se insinúa en un volumen posterior (ver 'El misterio sobre Buda") y se explicará más detalladamente en el momento apropiado" (p. 52);

-"Para una definición más clara (...) véanse 'Theophania' y 'Bodhisatvas y reencarnación'" (p. 18).

De este modo, los artículos referidos fueron considerados confiables y auténticos para ser utilizados en la sede central de la L.U.T. en Los Ángeles (EE.UU.) como textos de estudio y en su posterior publicación en español. También la L.U.T. de Santa Barbara en 1987 las presentó en un libro titulado "The Mystery of The Avatar: The Divine Descent".