Estamos muy conscientes de que la mayoría de quienes estudian las enseñanzas impartidas por Bailey ni siquiera se molestarán en leer esto y que incluso los seguidores que sí lo aborden, en muchos casos no podrán apreciar ni comprender la gran importancia de muchos aspectos mencionados, ya que su comprensión y conocimiento de H.P. Blavatsky, el Movimiento Teosófico, la Teosofía real y la verdadera naturaleza y enseñanzas de los Maestros han sido distorsionados tan severamente como resultado de su creencia ciega en las múltiples afirmaciones de Bailey sobre estos temas, sin molestarse en investigar los hechos por sí mismos.
Pero si sólo una o dos personas pueden ser rescatadas de la farsa muy inteligente y engañosa que representa el movimiento de Alice Bailey, entonces habrá valido la pena poner esto en línea.
También recomendamos un examen imparcial de otros artículos en este sitio web, como “¿Maestro del Tibet o sacerdote cristiano?-Descubriendo la verdadera inspiración detrás de los libros de Alice Bailey", “Maitreya a la luz de la verdadera Teosofía”, “El pseudo-ocultismo de Alice Bailey”, “El caso Leadbeater”, “Una descripción de la Teosofía”, “¿Por qué atenerse a la Teosofía Original?”, “Sanat Kumara y los Pratyeka Budas”, “El principio crístico o Christos”, “La Carta del Maha Chohan”, “Cinco anécdotas sobre los Maestros y Madame Blavatsky”, “¿Quién es usted, Madame Blavatsky?”, “Maji, la yogini de Benarés”, “El ciclo de clausura”, “El cuerpo 'etérico' no existe”, “Demoliendo mitos del cristianismo” y “La conspiración jesuita y la Iglesia Católica Romana”.
Nos hemos tomado la libertad de destacar varias declaraciones y párrafos para enfatizar su gran importancia, incluida la naturaleza claramente cristiana y antiteosófica en los pasajes citados de los escritos de Bailey.
Un escritor teosófico resumió a dicha autora como "una cristiana engañada escribiendo para cristianos engañados". Quizá esto sea una generalización, pero en última instancia es cierto que el amor y la devoción de muchos seguidores de Bailey por un Cristo/Dios personales o semipersonales y la espiritualidad “cristianesca” siempre resultará en que desechen tal información, ya que literalmente no pueden aceptar ni siquiera la posibilidad de que los Maestros no apoyen o aprueben tales puntos de vista y creencias. Para citar a H.P.B. del prefacio en "La Clave de la Teosofía": "prefieren creer lo que es agradable en lugar de lo verdadero, y se irritan mucho con cualquiera que destruya una ilusión agradable".
Aunque serían los primeros en negarlo, son ejemplos vivos del tipo de creencia ciega, autolavado cerebral y antropomorfismo religioso antifilosófico para cuyo combate fue fundado el Movimiento Teosófico.
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SOBRE EL TRABAJO Y LAS ENSEÑANZAS DE ALICE BAILEY
Por Victor Endersby
Tenga en cuenta las pretenciosas declaraciones de conocimiento personal e íntimo indicadas en la Tabla de contenido:
Capítulo I
La Doctrina del Venidero............5
Capitulo II
La ocasión única de Cristo ..........15
Capítulo III
La Reaparición de Cristo ...........36
Capítulo IV
La Obra de Cristo ..........61
Capitulo V
Las enseñanzas de Cristo............102
Capítulo VI
La nueva religión mundial ...........137
Capítulo VII
Preparación para el Cristo............160
Pág. 5: "Cuando los hombres sienten que han agotado todos sus recursos y llegado al final de todas sus posibilidades innatas, y que los problemas y las condiciones a los que se enfrentan están más allá de su solución o manejo, son propensos a buscar un intermediario divino, Mediador o Salvador quien rogará por su causa ante Dios y producirá un rescate. Esta doctrina de mediadores, Mesías, Cristos y Avatares se puede encontrar extendiéndose como un hilo dorado a través de todas las creencias y Escrituras del mundo, y al relacionar dichos textos con alguna fuente central de emanación, se encuentran en gran abundancia por todas partes. Incluso el alma humana es considerada como un intermediario entre el hombre y Dios; incontables millones creen en Cristo para actuar como mediador divino entre la humanidad y la divinidad.
Todo el sistema de revelación espiritual se basa (y siempre lo ha hecho) en esta doctrina de interdependencia, vinculación consciente, planificada y dispuesta, y en la transmisión energética de un aspecto de la manifestación divina a otro, desde Dios en el 'lugar secreto del Altísimo' al ser humano más humilde que vive, lucha y sufre en la Tierra. En todas partes se encuentra esta transmisión:
“Vengo para que tengan vida', dice Cristo, y las Escrituras del mundo están llenas de la intervención de algún Ser que se origina en una fuente superior a la estrictamente humana. Siempre se encuentra el mecanismo apropiado a través del cual la divinidad puede alcanzar a la especie humana y comunicarse con ella, y es con esta interacción y estos Instrumentos de energía divina que tiene que ver la doctrina de los Avatares o de los 'Venideros' divinos”.
¡La “Gran Herejía" como se sostiene por toda la verdadera filosofía esotérica!, una transmisión desde Dios (como 'Él') al ser humano, la gran externalidad al pequeño interior, ¡del Creador a la Criatura! ¡La misma vieja separación, la misma pérdida de Unidad en toda la vida y el espíritu del Universo, la misma dependencia desvalida en una bendición desde las alturas para ser administrada como siempre por una junta de "Servidores", intermediarios e intérpretes!
Continúa: “Un Avatar es alguien que posee una capacidad peculiar (además de una tarea autoiniciada y un destino preestablecido) para transmitir energía o poder divino. Esto necesariamente es un misterio profundo y se demostró de manera peculiar y en relación con la energía cósmica por medio del Cristo que -por primera vez en la historia planetaria, hasta donde sabemos- transfirió la energía divina del amor directamente a nuestro planeta y a la humanidad en el sentido más concreto. También estos Avatares o Mensajeros divinos siempre están vinculados con el concepto de algún Orden o Jerarquía metafísica o subjetiva de Vidas espirituales que están preocupadas por el desarrollo del bienestar humano. Todo lo que sabemos realmente es que, a lo largo de los siglos, grandes y divinos Representantes de Dios personifican el propósito celestial y afectan al mundo entero de tal manera que Sus nombres y Su influencia se conocen y sienten miles de años después de que ya no caminan entre nosotros. Una y otra vez, han venido para dejar un mundo transformado y alguna nueva religión mundial; también sabemos que la profecía y la fe siempre han ofrecido a la humanidad la promesa de Su venida nuevamente entre nosotros en una hora de necesidad. Estas declaraciones son factuales, históricamente probadas, y más allá de esto sabemos relativamente pocos detalles".
Más de lo mismo - y por supuesto, esta vez Jesús el Cristo indudablemente es el único que, sólo en el curso de la historia planetaria, ha transmitido la energía divina de amor a nuestro planeta. Éste es un Dios personal con un representante particular y una misión única (desde y hacia Él). Ningún sacerdote católico u otro podría ir más lejos y aclararlo; incluso tenemos aquí la Expiación vicaria en forma de algo místico que sólo puede ser transmitido por seres únicos. Ningún reconocimiento del karma o de la enseñanza inherente a toda ley de que todos los poderes son potenciales en el mismo ser humano y deben ser desarrollados por él, sin otra ayuda externa que no sea la enseñanza y el ejemplo. ¿Me podría decir alguien dónde está el Buda en esto?
Además (…): “Todos los avatares o salvadores del mundo, sin embargo, expresan dos incentivos básicos: La necesidad de Dios para contactar a la humanidad y tener relación con sus hijos, y la necesidad humana de contacto, ayuda y comprensión divinos y sujetos a esos incentivos, y por lo tanto todos los verdaderos Avatares son intermediarios divinos. Pueden actuar de esta manera porque se han separado completamente de todas las limitaciones, de todo sentido de individualidad y separatividad, y según los estándares humanos ordinarios ya no son el centro dramático de sus vidas, como la mayoría de nosotros. Cuando han alcanzado esa etapa de descentralización espiritual, Ellos mismos pueden convertirse en eventos en la vida de nuestro planeta; cada ojo puede mirar hacia Ellos y todos los individuos pueden verse afectados".
¡La necesidad de “Dios” para “contactar” a la humanidad! Nótese después la sutil soldadura de lo verdadero con lo falso: se describe el verdadero Avatar más bien correctamente -aparte del pronombre en mayúscula que ninguno de ellos reclamó-; así el proponente infiltrado de la Escuela Arcana puede aducir que "enseña lo mismo" que la Teosofía y esta astucia es evidente en todo.
Luego, los "relativamente pocos pormenores" ahondan con gran detalle y un aparente conocimiento íntimo en los trabajos más secretos del alma de “Cristo".
Pág. 10: Entonces ella casi iguala a Buda con Cristo: “Los Avatares más fácilmente reconocidos son el Buda en Oriente y el Cristo en Occidente. Sus mensajes son familiares para todos, y los frutos de Sus vidas y palabras han condicionado el pensamiento y las civilizaciones de ambos bloques. Debido a que son Avatares humano-divinos, representan lo que la humanidad puede entender fácilmente y puesto que son de la misma naturaleza que nosotros, 'carne de nuestra carne y espíritu de nuestro espíritu', los conocemos y confiamos en ellos y significan más para nosotros que otras eventualidades divinas. Incontables millones confían en Ellos, los conocen y aman”.
Pág. 11: Pero no del todo: "El Cristo, ese gran Mensajero divino-humano, debido a su estupendo logro en la línea de comprensión, transmitió a la humanidad un aspecto y una potencia de la naturaleza de Dios mismo, el Principio de amor Divino. La luz, la aspiración y el reconocimiento de Dios Trascendente había sido la expresión vacilante de la actitud humana hacia Dios, antes del advenimiento del Buda, el Avatar de la Iluminación. Entonces el Buda vino y demostró en Su propia vida el hecho de Dios inmanente -así como también del trascendente- en el Universo y dentro de la humanidad. El carácter individual de la Deidad y el Ser en el corazón humano particular se convirtió en un factor en la conciencia humana. Era una verdad relativamente nueva para nosotros.
Sin embargo, hasta que Cristo llegó y vivió una existencia de amor y servicio y dio a las gentes el nuevo mandato de amarse unos a otros, hubo muy poco énfasis en Dios como Amor en cualquiera de las Escrituras del mundo. Después de venir como Avatar del amor, a Dios se le conoció como el amor supremo, el amor como objetivo de la creación, principio básico de la relación y como acción en todas las manifestaciones hacia un Plan motivado por dicho sentimiento. Esta cualidad divina fue revelada y enfatizada por Cristo y, por lo tanto, alteró toda vida, meta y valores humanos” [Nota: ¡El sesgo cristiano extraordinario y engañoso es casi abrumador en este párrafo!].
Así se apacigua la reverencia de los teósofos por Buda mientras que también se apela al prejuicio cristiano a favor de Cristo como el Único. Buda se convierte en el Avatar menor, una especie de precursor que enseña una doctrina parcial. No sabemos de una mayor exhibición de desdén combinado por las enseñanzas de los Mahatmas y la funesta ignorancia de lo que realmente enseñó Siddharta Gautama y cuál fue su efecto sobre la humanidad. Está bien que los cristianos que están cuidadosamente protegidos por su pastor contra la verdad histórica sobre las religiones sean ignorantes acerca del budismo y su Fundador, pero ni siquiera se necesita que la Teosofía cuente la verdadera historia. Palabra por palabra, las enseñanzas éticas budistas son las mismas que las de Cristo, restando cualquier intervención del incrédulo insertada incluso en el Testamento y expresado de manera más amplia y filosófica quinientos años antes.
Luego están los innumerables detalles legendarios de Buda referidos en el budismo Mahayana, correcta aunque poéticamente expresados en “La Luz de Asia”, ¡incluso en el nacimiento de la Virgen! ¡Seguramente el origen del cristianismo como un compuesto de budismo, mitraísmo, platonismo y algunas otras doctrinas es bastante evidente incluso para los eruditos seculares, sin hablar de los agentes acreditados de los Mahatmas!
Pero en cuanto a estos Mahatmas, la retribución viene en la página 15: “El mundo al que Él vendrá es un lugar nuevo, si es que aún no es un entorno mejor; las nuevas ideas ocupan la mente de las personas y los nuevos problemas esperan una solución. Veamos esta singularidad y obtengamos algún conocimiento de la situación en la que Cristo se dejará caer. Seamos realistas en nuestro enfoque de este tema y evitemos un pensamiento místico y vago. Si es verdad que Él planea reaparecer, si es un hecho que traerá a Sus discípulos con Él (los Maestros de Sabiduría) y si esta venida es inminente, ¿cuáles son algunos de los factores que Ellos deben tomar en consideración?"
Aquí lo tenemos: los Mahatmas son discípulos de Cristo. ¡Qué odiosa boda de sistemas totalmente opuestos! ¿Y cuándo va a ser esto?
“No nos corresponde saber la fecha u hora de la reaparición de Cristo. Su venida depende de la apelación (a menudo sin voz) de todos quienes se hallan en una intención masiva; también depende del mejor establecimiento de las relaciones humanas correctas y la realización de cierto trabajo en este momento por parte de Miembros mayores del Reino de Dios, la Iglesia Invisible, la Jerarquía espiritual de nuestro planeta; también está sujeto a la firmeza en los discípulos mundiales de Cristo en este momento y sus colaboradores-iniciados, todos ellos trabajando en muchos grupos religiosos, políticos y económicos. A lo anterior hay que sumar lo que a los cristianos les gusta denominar 'la inescrutable Voluntad de Dios', ese propósito no reconocido del Señor del mundo, el Anciano de los Días (como se le llama en el Antiguo Testamento) que conoce Su propia mente, irradia la más alta calidad de amor y enfoca Su Voluntad en su propio Lugar Altísimo en el centro donde se conoce la Voluntad de Dios".
Esto es muy sabio por cierto; advertido quizás por algún estudio sobre el triste destino de los "Avatares" previamente profetizados y cuya fecha se determinó demasiado cerca y sin reflexión (incluido el de Krishnamurti, quien decidió en el último momento que no deseaba ser Jesús). Bailey respalda su anterior cita de 1980, lo cual deja el campo abierto. El "Avatar" puede aparecer en cualquier momento como si existiera algún personaje adecuado capaz de interpretar la parte de forma plausible y los Servidores (y el "Servido") puedan vincularse indefinidamente de otras maneras, pero dudamos que continúe durante los millones de años necesarios para el verdadero Buda Maitreya.
Incluso podría sobrecargarse la fe en el "tibetano" de Bailey, obviamente fervorosa. De todos modos, en caso de retraso indebido, ella tiene un chivo expiatorio preparado; de hecho son dos, uno detrás del otro. La razón por la cual Cristo no ha reaparecido ahora es el fracaso de las iglesias para cumplir con sus obligaciones, pero este momento ya ha llegado (se deduce en la siguiente oración del comentario citado anteriormente que aún no sabemos la fecha ni la hora). Ahora que lo pienso, hay tres chivos: los otros dos son el público que puede no aportar suficiente dinero para asegurar la venida e implícitamente; y el "elegido" que puede no aprovechar la oportunidad de unirse a los "Servidores" o, habiéndose unido, puede dejar de ser lo suficientemente empeñoso y solvente económicamente para recaudar fondos y propagar la fe.
Parece haber una incomprensión bastante infantil de las reacciones públicas entre estas personas; la combinación de una "Segunda Venida" con todo este énfasis en el dinero (en una publicación, Bailey pidió por lo menos US$ 30.000 para asegurar el "Gran Evento") necesariamente da la impresión de un fraude manifiesto al ciudadano promedio; pero estas mismas personas, aunque sin duda como la mayoría de los otros grupos de recaudación monetaria que involucran a uno o dos coimeros, parecen ser fanáticos honestos de línea dura. Allí probablemente se encuentra el peligro público más grave: fascistas, nazis o birchers, todos ellos muestran los riesgos explosivos que residen en cualquier grupo pseudomístico y hambriento de poder imbuido de este tipo de fervor emocional.
Pág. 16: Aquí encontramos un poco de celos profesionales (…): “Incluso si no existe un reconocimiento general de Su estado espiritual y Su mensaje, necesariamente debe haber un interés universal, ya que hoy en día incluso muchos Cristos y Mensajeros falsos disfrutan de esta curiosidad universal y no pueden ocultarse. Esto crea una condición única en la cual trabajar, y una que el Hijo de Dios rescatador y energizador nunca antes ha tenido que enfrentar".
Aunque la cita legal es casi ilimitada en una refutación, también puede ser muy aburrida cuando la repetición también es ilimitada; repasaremos algunos otros puntos de manera breve, pues la anatomía general debe ser lo suficientemente clara.
Se nos dice que si bien las iglesias serán una agencia importante, Cristo también usará cualquier otro canal que pueda ser útil. Y aquí tenemos otra cita que no debe perderse, la señal de peligro de naturaleza teocrática más notoria que hemos visto: “Hoy la gente común está despertando a la importancia y la responsabilidad del gobierno; por lo tanto, la Jerarquía se da cuenta de que antes de que pueda surgir el ciclo democrático verdadero (tal como esencialmente existe y se demostrará al final), es imperativamente necesaria la educación de las masas en la habilidad política cooperativa, la estabilización económica mediante el intercambio de derechos y la interacción política y limpia. El largo divorcio entre religión y política debe terminarse, y ahora esto puede ocurrir debido al alto nivel de inteligencia en el conglomerado humano y al hecho de que la ciencia ha permitido que todos los individuos estén tan cerca que lo que sucede en un área remota de la superficie terrestre es de interés general en unos pocos minutos. Esto hace que sea excepcionalmente posible para Él trabajar en el futuro".
Es precisamente la separación entre religión y política- en donde el "divorcio" diseñado por los Fundadores de nuestra República fue la primera gran liberación del alma humana de la tiranía religiosa desde Buda- por lo que la Jerarquía católica se esfuerza continuamente para su término. En cuanto a lo que sucede en cualquier caso donde este divorcio se cancela o no existe, echemos un vistazo a América Latina, España y Vietnam del Sur, donde un sacerdote budista creyó necesario quemarse hasta morir para llamar la atención mundial a la opresión de ocho millones de budistas por parte de dos millones de católicos.
Nadie sabe en qué raza o religión aparecerá el Cristo. Gracias al cielo al menos por esta confesión de ignorancia.
Un factor que distinguirá a la Venida es que en todas partes las personas ahora están habituadas a la idea de los Maestros de Sabiduría, etc. y para esto Bailey da crédito a "los ocultistas y esotéricos" y también a los espiritistas, todos los cuales trabajan juntos bajo dirección y con sus fuerzas estrechamente sincronizadas (de nuevo esa eficiencia empresarial "jerárquica"). Ni una palabra de Teosofía o Madame Blavatsky, que consumió los ataques del prejuicio en su propia hoguera a medida que, como Bailey, podía mostrarlas con impunidad.
Aunque no sabemos cuándo aparecerá ni cómo será, "las condiciones únicas que enfrentó Cristo durante los años de guerra lo obligaron a decidir acelerar su venida". Al parecer, se enfrentó a una decisión que no pudo evitar, lo cual es muy interesante. Nada sobre las guerras de este siglo, ni siquiera la energía atómica, fueron sorpresa para los verdaderos estudiantes de “La Doctrina Secreta” de Madame Blavatsky; entonces ella debe haber sido un aspecto inesperado por el propio Cristo.
Maravilla de maravillas: nos encontramos con que fue en el año 1945 cuando Cristo tomó la dolorosa decisión de volver otra vez, y en ese momento otorgó al mundo la oración más antigua conocida, de la que hasta ahora no se permitió su uso excepto por los seres más exaltados y la cual Bailey dice que eventualmente puede convertirse en la oración mundial. ¿Y adivinen qué? Es ese verso ramplón inefable con el cual se termina el anuncio de la "Buena Voluntad Mundial".
En realidad, gasta páginas sobre el gran poder de esta oración absurda, afirmando que después de 18 meses (1947) cientos de miles de personas la recitaban día a día y muchas veces por jornada; que se utiliza en 18 idiomas diferentes; se está empleando en las selvas de África y se ve en los escritorios de grandes ejecutivos, y no hay ningún país o isla en el mundo donde esta plegaria sea desconocida. Bailey dice que ésta puede ser para la nueva religión mundial lo que la Oración del Señor ha sido para los cristianos y el Salmo 23 para los judíos y parece que no hay un día en que el mismo Cristo "no la pronuncie".
¡Necesitaremos mucho para convencer sobre todo esto! De alguna manera, extrañamente todo este tremendo logro parece faltar en cualquier registro periodístico que no sea el de Bailey.
Y aquí, Dios nos ampare, todavía estamos sólo en la página 35 de este fárrago. La construcción de este libro arroja algo de luz sobre cómo Bailey logró una "producción literaria" tan grande. Se necesita un mínimo de esfuerzo mental para escribir lo mismo una y otra vez. Cualquiera que pueda leer esto en detalle debe tener una pasión masoquista por el aburrimiento, o estar motivado por un sentido sombrío del deber (esto último es nuestra desgracia.) La fascinación repetida con una idea obsesiva es más bien característica de los estados psíquicos aislados del mundo real, y cada vez que Bailey se repite, parece sentir que es un tema nuevo.
Por alguna razón curiosa, a Bailey le va mejor en el simbolismo de la Biblia que en otros temas, lo cual parece dar credibilidad a la afirmación de Cleather-Crump de que alguna influencia eclesiástica oculta está detrás de esto. No parece el nivel habitual de inteligencia en Bailey y sólo hay un cuerpo probable de eclesiásticos cuyas luces principales sean versadas realmente en tales asuntos [Nota: esto se refiere a los jesuitas].
Bailey cita una leyenda que cuenta que Buda, al contemplar su misión, dejó atrás ciertas "vestiduras" de naturaleza metafísica para ser utilizadas por otros. Y sabemos de dónde sacó eso. No fue de ningún tibetano, a menos que usted llame a H.P.B. como tal. Es de los manuscritos de Blavatsky dejados sin publicar por ella y difundidos más tarde por Besant y Mead en el falsamente titulado "Tercer Volumen" de “La Doctrina Secreta”.
Pero hay un giro típico de Bailey, pues obviamente las "vestiduras" se dejaron para el uso de "Cristo", cuya reaparición sería así una especie de compuesto de sí mismo y lo que queda de Buda. Naturalmente, ella no menciona a H.P.B. en relación con esta leyenda. Lo más cercano a una mención a Blavatsky es en la referencia general a los "ocultistas y esotéricos" que están acoplados con los espiritistas en el mismo nivel, y una observación de que la existencia de los Mahatmas se dio a conocer al mundo por primera vez en 1875, aunque Bailey no señala por quién.
Hay bastantes referencias sobre las dificultades con las que se encontrará Cristo al anunciarse a sí mismo; la alhaja en esto es: "Si él predicara y enseñara, atraería principalmente a aquéllos que piensan al unísono con su mensaje, o los crédulos se congregarían en torno a Él, como lo hacen con todos los nuevos maestros, sin importar lo que enseñen" (cursiva nuestra).
El manejo de la reencarnación es lo más interesante. Comenzando con una presentación general bastante competente, rinde honor a las enseñanzas teosóficas de la siguiente manera: “En general, ha sido deplorable la presentación al mundo del pensamiento por el exponente oculto o teosófico promedio, porque se expuso de forma tan poco inteligente". En realidad, no podemos discutir demasiado en esto.
La siguiente es una curiosa mezcla de un hecho profundo y una falla en comprender su verdadera relación:
“Debe recordarse que prácticamente todos los grupos y escritos ocultos han puesto tontamente el énfasis en las encarnaciones pasadas y en su remembranza; ésta es incapaz de realizar cualquier comprobación razonable, pues cualquiera puede afirmar lo que quiera; la enseñanza se ha basado en reglas imaginarias que se supone gobiernan la ecuación del tiempo y el intervalo entre vidas, olvidando que el tiempo es una facultad de la conciencia cerebral y que, separado del cerebro, el tiempo no existe, y así siempre se ha puesto el énfasis en una presentación ficticia de las relaciones. La enseñanza dada hasta ahora sobre la reencarnación ha hecho más daño que bien. Sólo queda un aspecto de valor: la existencia de una Ley de Renacimiento ahora es discutida por muchos y aceptada por miles.
Más allá del hecho de que existe tal ley, sabemos poco y aquéllos que conocen por experiencia la naturaleza objetiva de este retorno rechazan seriamente los detalles insensatos e improbables, dados como hechos por los cuerpos teosóficos y ocultos. La ley existe, pero de los detalles de su funcionamiento todavía no sabemos nada” [Nota: supuestamente esta confesión de ignorancia total con respecto al funcionamiento de la Ley de Renacimiento es realizada por el “Maestro tibetano” Djwhal Khul, uno de los Adeptos de la Gran Hermandad, ¡puesto que Bailey le atribuyó la verdadera autoría de "La Reaparición de Cristo"! A partir de lo que ellos mismos escribieron, podemos ver que los reales Maestros no pretenden "saber poco" o "no saber nada todavía", sino todo lo contrario.]
Ahora, lo curioso es que el tiempo en función de la conciencia inferior es uno de los principios fundamentales y frecuentemente aducidos de los teósofos; definitivamente se suele afirmar que, para el propio sujeto, el tiempo como lo conocemos no existe en el Bardo entre encarnaciones, y también que el tiempo en sí como materia cósmica es una ilusión (un principio prácticamente aceptado entre los científicos desde Einstein). Lo que Bailey descarta de manera tan atroz e irracional es que en nuestro plano de conciencia física la ilusión del tiempo es un hecho dominante que debemos enfrentar.
Una persona muere y desaparece de nuestra vista. Regresa, y existe un intervalo que llamamos "tiempo intermedio” para nosotros, pero no así para ella. Se ha divertido en sueños durante siglos, pero nunca pensó en el tiempo en relación consigo misma, constituyendo así un “ahora” siempre presente. Un individuo duerme y entra en el estado donde no hay sueños; se despierta sin conciencia del tiempo transcurrido, pero tiene que reconocer la existencia de su paso en nuestro plano, o no va a llegar al trabajo a tiempo y si eso ocurre es probable que deje de comer. Creemos que esto debería ser una proposición lo suficientemente práctica para atraer a Bailey, quien insiste constantemente en la "practicidad" de la "Jerarquía".
Entonces ella continúa inmediatamente con la observación de que sólo se pueden señalar algunas cosas con exactitud sobre la reencarnación y estas no garantizan ningún contrasentido. Estos aspectos resultan ser trece proposiciones que podrían haber sido extraídas de los “Aforismos" de Judge sobre el karma o cualquiera de las pocas docenas de otros libros teosóficos, excepto que el "Reino de Dios" se emplea para el estado de liberación final (que es lo que realmente significa la frase en el simbolismo bíblico).
El último capítulo, “Preparación para el Cristo”, está dedicado en gran parte al dinero y su manipulación, las finanzas y la economía, cuyos aspectos materiales parecen obsesionar a este culto (la fijación es especialmente evidente en “Changing Esoteric Values” de Bailey).
“LA CARRERA DE BAILEY”- Lo que podemos considerar una versión “oficial” sobre la vida de Bailey aparece en el artículo mencionado anteriormente en Fate para junio de 1963, escrito por Paul M. Vest, un ardiente devoto, e impreso en una manera equivalente a un respaldo por parte del Fate.
Desde el contexto, los asuntos más importantes de su vida sobre este particular se basan únicamente en su propia narrativa. Aquí, por cierto, tenemos la interesante revelación -no aparecida en el material anterior- de que los "Servidores del Mundo" no tienen organización en el plano físico, sino que están formados por personas de todos los países y espiritualmente liberadas que trabajan en el "plano astral". El artículo, titulado "Alice Bailey y el Maestro K.H."está convenientemente decorado con un retrato del Mahatma M., y es evidente que Vest no sabe la diferencia y quizás Bailey tampoco.
Según esta narrativa, el movimiento comenzó cuando Bailey, nacida como Trobe-Bateman, se casó en 1919 con Foster Bailey, entonces Secretario Nacional de la S.T.
Fue educada como anglicana estricta y amaba la Sagrada Comunión, pero no podía tomar los dogmas más estrechos. Se afirma que su devoción religiosa fue por asistir un tiempo a la iglesia todos los días durante semanas o meses (se podría predecir que este tipo de afinidad emocional y devocional de juventud tendrá los resultados que hemos estado discutiendo).
Fue en medio de esta lucha que apareció el "Maestro" bajo la forma de un oriental bien vestido que entró sin anunciarse y se sentó "con dignidad tranquila", sin ser invitado, y comenzó a explicar su futura misión para los Mahatmas. Al principio pensó que podría estar loca, pero después de pensarlo todo comenzó a concebirse a sí misma como una moderna Juana de Arco, y Alice sostiene que con el tiempo esta autodramatización juvenil y colorida se desvaneció (o se convirtió en algo mucho más grande, pues la santa Juana nunca reclamó un contacto personal o íntimo con los problemas de Jesús, o el estatus del único agente a través del cual él podría regresar a la Tierra). Bailey dice que al principio pensó que el visitante misterioso podría ser Jesús, pero no conocía su verdadera identidad como K.H. hasta que vio su foto en la sede teosófica (¿esa imagen de M. que se imprime con el artículo?) El Fate ofrece una nota a pie de página en el sentido de que "su rostro, así como su nombre, son notablemente bien conocidos"... Evidentemente, no muy bien conocidos para el semanario.
Se dice que cada vez que el Maestro la visitó, de alguna forma le daba evidencia sobre su naturaleza "extradimensional" (¡qué cansados estamos de lo "extra-dimensional" u "otra dimensión", esas frases trilladas de ignorancia espiritista!).
El famoso Djwual Khul la inició en su carrera literaria, como una voz en el aire. Bailey afirma que toda su obra consistió en transcribir los pensamientos que caían uno por uno en su cerebro, y que la escritura automática no tiene nada que ver con eso. Se dice que ella ha representado todo un desconcierto para los psicólogos, incluido Jung, quien pensó que todo podría venir de su mente subconsciente, pero se quedó perplejo por algunas de las características. Se sostiene que a ella le divertían las especulaciones científicas, ya que podía mostrar a los visitantes los regalos que K.H. le envió de la India (¿y acaso les mostró los envoltorios y matasellos?).
Aquí ya tenemos algo, cuya explicación puede proceder a lo largo de dos derroteros. En primer lugar, el subconsciente. Hay un aspecto que conoce este escritor, y es la naturaleza de los psíquicos de este tipo, y algunos de sus conocimientos han sido adquiridos dolorosamente.
Es una progenie con la que simplemente desaparecen las diferencias entre hecho y fantasía. Sus mentes han quedado sin anclar y no hay criterio de realidad; sus recuerdos son siempre arenas movedizas en las que los sucesos reales son estimulados por brisas o ensoñaciones, vicisitudes emocionales y pseudo-recuerdos que resultan del pensamiento deseoso, aunque éstos muy a menudo se centran en una idea principal y fija. Los psiquiatras invierten bastante tiempo con esta clase de personas. Son bastante capaces de imaginar una visita como la de "K.H." y luego encontrarse con un un "Djwual Khul" -después de aprender estos nombres a través de asociaciones teosóficas- para continuar el drama interno, y todo el lío que Bailey hizo de la filosofía esotérica está perfectamente en línea con un intento de fusión subconsciente de su temprano fervor religioso y patológico y su interés en las nuevas ideas proporcionadas por la literatura teosófica.
Se sabe que estas personas se dirigen a sí mismas cartas de amantes imaginarios o grandes personajes, y no hay nada que impida que una de ellas con un complejo oriental haga lo mismo con los "regalos de India" (¿están dispuestos los seguidores de Bailey a exponer estos "regalos" y otras manifestaciones al mismo tipo de escrutinio crítico al que los teósofos sometieron voluntariamente los fenómenos de H.P.B. en Adyar?). El editor del Fate aprovecha dos veces en las notas sobre este artículo para recordar a los lectores que H.P.B. fue declarada culpable de fraude en estos asuntos. En otros lugares estamos exponiendo con creces la "competencia" y la honestidad de Hodgson en ese encuadre.
Existe una brecha tan amplia como el mundo entre la presentación de H.P.B y la de Bailey, sólo en lo que se refiere al modo. La de Blavatsky estuvo acompañada por evidencia voluminosa de muchas fuentes, la más fuerte de las cuales se encuentra en el campo de la ciencia material. Nada de esto aparece en la producción de Bailey, pues ese ámbito bien podría nunca haber existido en lo que a ella respecta. Repetimos lo que dijeron Cleather y Crump: toda la estructura descansa sólo en su propia palabra.
Una cosa es segura: lo que hayan sido sus "K.H." y "Djwual Khul”, no eran los mentores de H.P.B. y que mucho está comprobado con seguridad por los textos como podría ser cualquier aspecto. Si no era el propio subconsciente de Bailey, entonces ¿qué fue? Examinemos las implicaciones de Cleather y Crump, que sugieren la influencia de los "dugpas", "capuchas rojas", "shammars", "Hermanos de la Sombra", "Logia Negra", etc., etc., todos nombres para lo mismo, las entidades opuestas a los Mahatmas.
Esta es la enseñanza de que existe una línea negra o malvada de ocultismo, así como una blanca y benévola, y es una patata muy caliente para manipular. Los teósofos se dividen en partes iguales entre quienes no lo creen realmente y los que lo asumen demasiado, y hablan mucho sobre el tema en especial cuando insinúan que alguna escuela de pensamiento opuesta en sus propias filas está bajo esa "influencia".
Por supuesto, el principio pertenece a lo que cualquier psicólogo oficial llamaría una concepción "paranoica" de las cosas, y ciertamente los bosques están llenos de personas que creen ser acosadas por seres invisibles y malvados. La mayoría de esos individuos son de tal calibre personal que es un gran enigma determinar por qué cualquier entidad visible o invisible se tomaría la molestia de perseguirlas y por lo general son bastante vagas en cuanto a por qué se produce esto.
Pero examinémoslo racionalmente. La posibilidad es inherente a la existencia de poderes paranormales, y la creencia en tales facultades se está volviendo bastante respetable en estos días. No existe una ordenanza divina en el sentido de que sólo los seres benevolentes puedan obtener esas capacidades, como tampoco existe alguien que prohíba a las personas malvadas desarrollar la energía atómica. Por lo tanto, nadie puede negar lógicamente la propuesta por completo, ya sea teósofo, pro-Bailey o investigador externo de lo psíquico que esté convencido de que existen dichos fenómenos. Además, hay una gran cantidad de escritores no ocultos y bastante respetables que afirman haber presenciado manifestaciones de esos poderes en África, Haití y, en el contexto que nos atañe, el Tíbet y la India.
Por lo tanto, Madame Blavatsky y las Cartas Mahatma tienen un apoyo lógico y muy importante para describir las maquinaciones de estos personajes con considerable detalle. Por supuesto, este es un tema bastante delicado porque en efecto y ante la primera introducción a la idea, hemos observado a individuos que quedan gravemente perturbados y se asustan mucho por ello. De ahí parte de la reticencia al respecto en algunos sectores.
¿Y qué tipo de poderes son éstos? Principalmente constituyen sugestión telepática e incluso hipnosis homónima. En la actualidad, ambos fenómenos son temas respetables, e incluso se está empezando a discutir su combinación como posibilidad fuera de los rangos ocultos.
Concedida la posibilidad, tenemos un problema serio que enfrentar. Según H.P.B. y los Mahatmas, estas personas trabajan principalmente a través de la religión y las supersticiones que incluyen, y la razón lógica de esto es que la humanidad es controlada más fácilmente por estos medios. Cada religión dogmática o autoritaria, dice Blavatsky, es la degeneración de un antiguo impulso de la verdadera filosofía; y ésta última, que es la emancipación de la mente humana de toda sumisión a lo sobrenatural, significa la muerte para la causa del dugpa donde sea que tenga éxito. Por lo tanto, ayudados por la inevitable tendencia de la mente humana a degradar, materializar y degenerar a fines personales cualquier enseñanza suprema, los dugpas trabajan tan intensamente para abortar y frustrar todos los movimientos como los Mahatmas trabajan para promoverlos.
Por lo tanto, aquí tenemos una sugerencia alternativa a la del subconsciente, de igual lógica y en alguna manera más evidencial, porque existe una dicotomía en los escritos de Alice Bailey. En algunas partes aparece la joven psíquica e histérica que nunca creció del todo, y de quien se podría esperar que viera algo maravilloso incluso en la ramplonería emocional de esa "oración". En otras, hay destellos de conocimiento real, una extrema astucia de un tipo diferente.
Asimismo, encontramos un paralelo en los escritos de H.P.B., donde la salida natural de la “mente blavatskiana” -un ciclo completo de inteligencia más allá del de Bailey- se mezcla con aspectos que la temperamental rusa no podría haber conocido en sí misma; y esto está respaldado por el último mensaje de los Mahatmas con respecto a La Doctrina Secreta que afirma que el libro es en parte el propio producto de Blavatsky y en parte el de ellos, y que a medida que pase el tiempo será cada vez más necesario distinguir entre las dos categorías. Por supuesto, la dirección y tendencia de la enseñanza Mahatma es directamente opuesta a la de los "Maestros" de Bailey, como también la dirección de la “mente Blavatsky” es opuesta a la de Alice, pero la dicotomía correspondiente está ahí. En otras palabras, ya sea a través del cerebro subconsciente o la dirección de fuerzas ocultas opuestas, Bailey y Blavatsky son "nociones contrarias” pues representan influencias anatgónicas en la humanidad, y ambas no pueden ser buenas. Este problema parece inevitable, cualquiera que sea la teoría de las motivaciones que usted favorezca.
Si suponemos la tesis del "dugpa", entonces esto estaría muy acorde con esa aparente visita física del "Mahatma" para haber sido el resultado de una sugestión hipnótica por telepatía, posiblemente precedida por algún contacto físico, o podría haber constituido la presencia tangible de un enmascarado, durante la cual Bailey fue “condicionada” hipnóticamente a escuchar más tarde la “voz” de “Djwual Khul” y sus enseñanzas. Una vez que esté bajo control, podría sobrevenir cualquier evento, y se puede hacer que un sujeto hipnótico crea que puede pasar o ha sucedido algo.
Las condiciones bajo las cuales se escuchó la voz de "D.K." son más significativas. Un sujeto es accesible sólo a través de alguna debilidad; el orgullo y la vanidad se enumeran como los dos mayores obstáculos y la "última ciudadela" de la personalidad que cae antes de que se obtenga la liberación espiritual.
¿Y qué otro defecto más que una vanidad arrogante podría haber provocado que esta mujer de mente tan mediocre concibiera la idea de que ella era la agente elegida de Cristo mismo? Además, consideremos la situación externa. Esto fue en 1923 [Nota: en realidad 1919], cuando la locura mesiánica bajo Besant y Leadbeater se estaba convirtiendo en un frenesí de términos tales que todavía hacen que muchos teósofos más antiguos pongan una mueca de dolor cuando los leen ahora con sangre fría. Y la pobre Alice Bailey estaba siendo descuidada. Una orden de discípulos elegidos para la entonces inminente "Venida del Avatar" se estaba construyendo en la misma línea que los "Servidores del mundo", y de alguna manera Bailey quedaba fuera de la corriente principal, a pesar de sus entusiastas servicios a la Sociedad (sus seguidores se quejan de que las cosas serían diferentes si ella hubiera sido apreciada adecuadamente). De ahí que la voz de "Djwual Khul" deba haber caído del cielo como el maná bíblico. Ahora estaba sola, con su propio "Cristo venidero" presentado con una misión mayor que la de H.P.B., y una que reconcilió maravillosamente su devoción de la infancia con el ideal de Cristo y su posterior afinidad descubierta por lo oculto (¡todo un desprecio para la Sociedad y su ingratitud!).
Helna Blavatsky advirtió que el peligro nunca es mayor que cuando la vanidad y el orgullo heridos se visten con las plumas de pavo real del altruismo. Esto generalmente se ha aplicado a otro personaje, pero parece encajar aquí.
"DIOS Y LA ORACIÓN"- Bailey presenta la "Invocación" de la escuela infantil como la gran sensación. Es evidente que la "oración" es una importante herencia del condicionamiento de su infancia, pero veamos esto. H.P.B. dice en “La Clave de la Teosofía”:
¿Es necesario rezar?
Pregunta (P): ¿Creen en la oración? ¿Oran alguna vez?
Teósofo (T): No. Actuamos en lugar de hablar.
P: ¿Ustedes no rezan ni al Principio Absoluto?
T: ¿Y para qué? Siendo personas muy ocupadas, no podemos darnos el lujo de perder tiempo en dirigir oraciones verbales a una abstracción pura. La única relación que el incognoscible puede tener es la que tiene entre sus partes; pero es inexistente con respecto a cualquier relación finita. Para su existencia y fenómenos, el universo visible depende de la acción recíproca de sus formas y sus leyes, y no de oraciones.
P: ¿No cree para nada en la eficacia de la oración?
T: No en la oración que se nos enseña con tantas palabras y que se repite externamente, si es que con el término “oración” usted se refiere al ruego externo a un Dios desconocido, este ruego fue instaurado por los judíos y popularizado por los fariseos.
P: ¿Existe alguna otra clase de oración?
T: Por supuesto. La llamamos ORACIÓN-VOLUNTAD y es una orden interna, en lugar de una súplica.
P: ¿A quién oran, cuando lo hacen?
T: A “nuestro Padre en el cielo” en su sentido esotérico.
P: ¿Es distinto del que le da la teología?
T: Totalmente. Un ocultista o un teósofo dirige su oración a su “Padre que está en secreto” (lea y trate de comprender el capítulo VI, v. 6. de Mateo) y no a un Dios extracósmico y, por tanto finito. Y este “Padre” se encuentra en el propio ser humano.
P: ¿Entonces ustedes hacen del ser humano un Dios?
T: Debiera decir “Dios” y no “un Dios”. Según nosotros, el ser interno es el único Dios que podemos conocer. ¿Cómo podría ser de otra manera? Si nuestro postulado de que Dios como un principio universalmente difuso e infinito es una realidad, ¿cómo es posible que sólo el ser humano se sustraiga de ser imbuido por la Deidad y en ella? Llamamos “Padre en el cielo” a esta esencia deífica que conocemos en nuestro interior, en el corazón y conciencia espiritual y que no tiene nada que ver con la concepción antropomórfica que podemos formular en nuestro cerebro físico o en su fantasía: “¿Acaso no saben que son el templo de Dios y que el espíritu, el Dios (absoluto) vive en ustedes?” Sin embargo, que nadie antropomorfice esta esencia en nosotros. Que ningún teósofo, si quiere atenerse a la verdad divina y no humana, diga que este “Dios en secreto” escucha o es distinto del hombre finito o de la esencia infinita, porque son todos uno. Tampoco hay que considerar la oración como un petitorio, como acabamos de observar. En realidad es un misterio; un proceso oculto mediante el cual los pensamientos y los deseos finitos y condicionados, no pudiendo ser asimilados por el espíritu absoluto -o incondicionado- se traducen en deseos espirituales y en voluntad. A este proceso se le llama “transmutación espiritual”. La intensidad de nuestras aspiraciones ardientes transforma la oración en “piedra filosofal” o eso que transmuta al plomo en oro puro. La esencia homogénea única, nuestra “oración-voluntad”, se convierte en una fuerza activa o creativa, produciendo efectos según nuestro deseo.
P: ¿Quiere decir que la oración es un proceso oculto que produce resultados físicos?
T: Sí. El Poder de Voluntad se convierte en un poder viviente. ¡Ay de estos ocultistas y teósofos que envían olas del poder de voluntad para propósitos egoístas o impuros en lugar de eliminar los deseos del ego personal inferior o del humano físico, diciendo al Ego Espiritual Superior inmerso en la luz Ātma-Bhúddhica, “¡Hágase tu voluntad y no la mía […]!” Esta emisión de ondas egoístas es magia negra, abominación y hechicería espiritual.
Por desgracia, todo lo anterior es el oficio favorito de nuestros estadistas y generales cristianos, especialmente cuando estos últimos envían dos ejércitos a matarse mutuamente. Sin embargo, antes de la acción, ambos se entregan a un poco de brujería, rezando respectivamente al mismo Dios de los Ejércitos, cada uno pidiendo su ayuda para degollar a los enemigos.”
La oración en cualquier otro sentido que no sea la aspiración del yo personal a unirse con su ser interno superior, crea por necesidad una separación de aquéllo a lo que se dirige la oración. Es un proceso que va desde y para ello, y estas palabras se aplican sólo a entidades separadas. Por tanto, lo que hace el hábito de la plegaria es establecer y reforzar continuamente el concepto mental de algo externo e imaginario, y bloquear toda posible integración de la personalidad con su ser interior. Dado que la personalidad como tal no es viable y también perecedera, excepto en dicha unión, la tendencia es hacia el olvido final. Entretanto, el hábito también produce una debilidad y dependencia que vicia, porque las personas se jactan de la “fuerza a través de la oración” y tal fortaleza no es más que el poder propio del individuo como la elevación del whisky en tanto atributo de la voluntad particular en el borracho. Si la persona de oración pierde su fe, se convierte en un naufragio desastroso. ¿Dónde estaba entonces el poder propio? ¿Por qué los humanos deberían estar orgullosos de ser autómatas o cáscaras vacías llenas de una fuerza exterior, ajena y no ganada?
El Islam prohíbe las imágenes de la Deidad y por buenas razones. La gran lucha del ser humano es escapar del ilusorio mundo de la forma, hacia los planos arupa de la realidad y la unión consciente con el espíritu universal. Escapar es imposible para una mente obstruida por la idea de que el Último en sí mismo tiene forma, cuerpo, partes, atributos y, por lo tanto, limitaciones. Las imágenes grabadas no son peores que las imágenes mentales, quizás no tan malas. Además, la existencia de tales imágenes en la mente forma puntos focales de atracción para ciertas formas de vida, los "Rishis estelares", "Rupa Devas" o "Devas-espejo" como se denominan de diversas maneras. El último término se debe a su capacidad para asumir las imágenes subconscientes reflejadas en las mentes de los fieles en el campo psíquico de la percepción, y desde el exterior devuelven esta imaginería, ya sea visual o verbal.
De aquí provienen las visiones de santos, ángeles, Cristos y “Djwual Khuls”. De todo esto, el Mahatma dijo en el "Mensaje de Prayag": "Es posible que hayan tenido influencias a su alrededor, malas emanaciones magnéticas como resultado de la bebida, la sociedad y asociaciones físicas promiscuas (resultantes incluso de estrechar la mano a personas impuras), pero todo esto son impedimentos físicos y materiales que con un poco de esfuerzo podríamos contrarrestar o incluso alejar sin mucho detrimento hacia nosotros mismos. No ocurre así con el magnetismo y los resultados invisibles que proceden de creencias erróneas y sinceras. La fe en los dioses y en Dios y otras supersticiones atraen a millones de influencias externas, entidades vivientes y agentes poderosos a su alrededor, con los cuales tendríamos que utilizar más que un ejercicio ordinario de poder para ahuyentarlos. Nosotros no elegimos hacerlo. No nos parece necesario ni rentable perder nuestro tiempo librando una guerra con Planetarios involucionados que se deleitan en personificar a dioses y, a veces, personajes bien conocidos que han vivido en la Tierra”.
En otra parte, H.P.B. dijo: "Aquéllos que reniegan de nuestros Mahatmas humanos vivos y siguen el camino de los Rishis estelares, NO SON TEÓSOFOS".
Notamos sólo un error en el artículo de Victor Endersby, porque al parecer no se percató de que en las enseñanzas de Alice Bailey hay una distinción entre Cristo y Jesús. No se consideran como una sola entidad, sino que se mantiene que Cristo eclipsó a Jesús, trabajando y enseñando a través del último durante los tres años de su ministerio público. Las doctrinas de Bailey dicen que Cristo es el Bodhisattva Maitreya, una idea que fue inventada por C.W. Leadbeater en 1909 y debido a su preferencia religiosa por el nombre "Cristo" sobre "Maitreya", muchos de sus libros se refieren a él sólo como Cristo, facilitando por ende algunos malentendidos como los de Endersby. Esto no representa "Sabiduría Eterna" como afirmó Bailey, ni tampoco es una forma legítima de Teosofía; es más bien “leadbeterosofía” y un poco más.
En la obra de Bailey "Tratado sobre el Fuego Cósmico" -que ella insinuó haber sustituido a "La Doctrina Secreta" de H.P. Blavatsky- se informa al lector que antes de que el “Señor Cristo" haga su aparición como el Maestro del mundo, el "Maestro Jesús" también regresará, ¡mientras se prepara para ir a Roma con objeto de convertirse en el nuevo Papa e iniciar una nueva y gloriosa era para la Iglesia Católica Romana! Nuestro artículo “¿Maestro del Tíbet o sacerdote cristiano?" tiene las citas completas y los detalles de esto y mucho más. Si los estudiantes de Bailey o los teósofos no ven nada alarmante o perturbador en la idea de “Jesús-Vaticano”, debemos insistir nuevamente en que revisen el artículo “La conspiración jesuita y la Iglesia Católica Romana".
Por desgracia, todo lo anterior es el oficio favorito de nuestros estadistas y generales cristianos, especialmente cuando estos últimos envían dos ejércitos a matarse mutuamente. Sin embargo, antes de la acción, ambos se entregan a un poco de brujería, rezando respectivamente al mismo Dios de los Ejércitos, cada uno pidiendo su ayuda para degollar a los enemigos.”
La oración en cualquier otro sentido que no sea la aspiración del yo personal a unirse con su ser interno superior, crea por necesidad una separación de aquéllo a lo que se dirige la oración. Es un proceso que va desde y para ello, y estas palabras se aplican sólo a entidades separadas. Por tanto, lo que hace el hábito de la plegaria es establecer y reforzar continuamente el concepto mental de algo externo e imaginario, y bloquear toda posible integración de la personalidad con su ser interior. Dado que la personalidad como tal no es viable y también perecedera, excepto en dicha unión, la tendencia es hacia el olvido final. Entretanto, el hábito también produce una debilidad y dependencia que vicia, porque las personas se jactan de la “fuerza a través de la oración” y tal fortaleza no es más que el poder propio del individuo como la elevación del whisky en tanto atributo de la voluntad particular en el borracho. Si la persona de oración pierde su fe, se convierte en un naufragio desastroso. ¿Dónde estaba entonces el poder propio? ¿Por qué los humanos deberían estar orgullosos de ser autómatas o cáscaras vacías llenas de una fuerza exterior, ajena y no ganada?
El Islam prohíbe las imágenes de la Deidad y por buenas razones. La gran lucha del ser humano es escapar del ilusorio mundo de la forma, hacia los planos arupa de la realidad y la unión consciente con el espíritu universal. Escapar es imposible para una mente obstruida por la idea de que el Último en sí mismo tiene forma, cuerpo, partes, atributos y, por lo tanto, limitaciones. Las imágenes grabadas no son peores que las imágenes mentales, quizás no tan malas. Además, la existencia de tales imágenes en la mente forma puntos focales de atracción para ciertas formas de vida, los "Rishis estelares", "Rupa Devas" o "Devas-espejo" como se denominan de diversas maneras. El último término se debe a su capacidad para asumir las imágenes subconscientes reflejadas en las mentes de los fieles en el campo psíquico de la percepción, y desde el exterior devuelven esta imaginería, ya sea visual o verbal.
De aquí provienen las visiones de santos, ángeles, Cristos y “Djwual Khuls”. De todo esto, el Mahatma dijo en el "Mensaje de Prayag": "Es posible que hayan tenido influencias a su alrededor, malas emanaciones magnéticas como resultado de la bebida, la sociedad y asociaciones físicas promiscuas (resultantes incluso de estrechar la mano a personas impuras), pero todo esto son impedimentos físicos y materiales que con un poco de esfuerzo podríamos contrarrestar o incluso alejar sin mucho detrimento hacia nosotros mismos. No ocurre así con el magnetismo y los resultados invisibles que proceden de creencias erróneas y sinceras. La fe en los dioses y en Dios y otras supersticiones atraen a millones de influencias externas, entidades vivientes y agentes poderosos a su alrededor, con los cuales tendríamos que utilizar más que un ejercicio ordinario de poder para ahuyentarlos. Nosotros no elegimos hacerlo. No nos parece necesario ni rentable perder nuestro tiempo librando una guerra con Planetarios involucionados que se deleitan en personificar a dioses y, a veces, personajes bien conocidos que han vivido en la Tierra”.
En otra parte, H.P.B. dijo: "Aquéllos que reniegan de nuestros Mahatmas humanos vivos y siguen el camino de los Rishis estelares, NO SON TEÓSOFOS".
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Notamos sólo un error en el artículo de Victor Endersby, porque al parecer no se percató de que en las enseñanzas de Alice Bailey hay una distinción entre Cristo y Jesús. No se consideran como una sola entidad, sino que se mantiene que Cristo eclipsó a Jesús, trabajando y enseñando a través del último durante los tres años de su ministerio público. Las doctrinas de Bailey dicen que Cristo es el Bodhisattva Maitreya, una idea que fue inventada por C.W. Leadbeater en 1909 y debido a su preferencia religiosa por el nombre "Cristo" sobre "Maitreya", muchos de sus libros se refieren a él sólo como Cristo, facilitando por ende algunos malentendidos como los de Endersby. Esto no representa "Sabiduría Eterna" como afirmó Bailey, ni tampoco es una forma legítima de Teosofía; es más bien “leadbeterosofía” y un poco más.
En la obra de Bailey "Tratado sobre el Fuego Cósmico" -que ella insinuó haber sustituido a "La Doctrina Secreta" de H.P. Blavatsky- se informa al lector que antes de que el “Señor Cristo" haga su aparición como el Maestro del mundo, el "Maestro Jesús" también regresará, ¡mientras se prepara para ir a Roma con objeto de convertirse en el nuevo Papa e iniciar una nueva y gloriosa era para la Iglesia Católica Romana! Nuestro artículo “¿Maestro del Tíbet o sacerdote cristiano?" tiene las citas completas y los detalles de esto y mucho más. Si los estudiantes de Bailey o los teósofos no ven nada alarmante o perturbador en la idea de “Jesús-Vaticano”, debemos insistir nuevamente en que revisen el artículo “La conspiración jesuita y la Iglesia Católica Romana".